Capítulo 18 «Esperanzas rotas»
Luke
Por más que quiera negarlo, no puedo. Archie me lo había advertido, pero si no lo veía con mis propios ojos no me lo hubiera creído. Clare había sacado una conclusión rápida y concisa justo como él me había dicho:
Ella es calculadora. Sabe llevar cuentas y organizar tanta información como nadie...Observa mucho. Llega a conclusiones y soluciones donde todo está perdido.
—Vamos, muchachos —insiste papá—. Debemos celebrar esto.
El equipo entero observa expectante la orden de la jefa.
—No me miren, y vayan antes que me arrepienta —contesta ella, sonriendo.
Después de todos gritar victoria con alegría, salen corriendo de la casa, incluyendo mi padre.
—Buen trabajo —digo en su oído, y vislumbro el tatuaje debajo de su oreja izquierda.
Me desilusiona un poco. El nudo de 8 que tenía en la secundaria cortado por un extremo ahora ya está completo.
—Vaya, hasta que al fin lo reconoces.
—Modestia bájate, que sube Clare Hanz. —Tuvimos que reír a carcajadas.
—Muchas gracias.
Gira su rostro para verme y debo aguantar la respiración cuando me dejo engullir por su mirada gris.
En la secundaria, cuando estaba cerca de ella, mi pulso aumentaba a decibeles agudos. He pasado mucho tiempo a su lado en los últimos días por la situación de mi padre. Eso me empeora. Sé que es mi culpa que esté tan distante conmigo, y ambos debemos cargar con la responsabilidad de lo ocurrido años atrás, pero su respiración agitada demuestra que ella no puede disimular que me desea, al menos un poco.
¿Y a quién le miento? Yo tampoco puedo ocultar las ganas de besarla y tocarla como hace unos años. Puede ser verdad que con él sea feliz. Pero conmigo, es ella misma. Jackob ni siquiera sabe sobre su trabajo.
Cierra sus ojos cuando toco su mejilla con mimo. La conexión entre nosotros sigue. Aunque lo nuestro pasó hace tanto tiempo, todavía siento el vínculo. Me acerco mucho más a ella y acaricio su nuca con suavidad. Sus ojos me observan de una forma que me transmite añoranza. Sus labios se entreabren un poco, y eso aumenta mi cercanía. Su pecho sube y baja con rapidez, y la dilatación de sus pupilas es casi instantánea. Acuno su rostro entre mis manos y bajo mi cabeza para quedar a su altura. Solo un poco más y podremos...
—Clare —grita Nicky, tocando la puerta y nos separamos al instante—, Jackob te busca en la casa de John.
«Nikole, ¿no podrías haber interrumpido dos minutos después?», pienso irritado y la asiática se adentra en la caseta.
—Gracias, Nicky. Voy para allá.
La aludida nos mira con el ceño fruncido, pero se retira.
—Clare, yo...
—Mejor me voy. Voy a ver que quiere Jackob —musita nerviosa y sus mejillas se enrojecen—. Adiós, Luke,
—Nikole, te mato —musito frustrado, cuando la veo salir de la caseta.
Me dirijo a la casa principal con paso lento. No soporto verlos juntos tan felices. La tenía cerca. Tan cerca. Ah, pero viene la asiática y lo arruina. Todos reían en la cocina, sentados alrededor de la isleta, y entro sutilmente. Jackob habla con Clare, y ella sonríe.
—Si no cambias esa cara, vas a provocar un incendio —dice Archie a mi lado, con burla.
—Yo no tengo nada —rebato, mosqueado.
—Si estuviéramos en una caricatura, te saldría humo por las orejas, y Jackob explotaría por tu mirada trazadora.
—Necesito tomar aire —decido, mientras me alejo de la puerta de la cocina.
—¿Quieres que vaya contigo?
—Necesito estar solo y tomar un poco de aire, Archie.
Asiente con dudas y me alejo con paso fuerte. No creo que nadie notara que entré y salí de la cocina.
Apago mi teléfono y manejo sin sentido por la inmensa ciudad de Dallas. No tengo ganas de ser molestado. Doy muchas vueltas, hasta que recuerdo el lugar ideal para estar solo.
Dos horas después vislumbro los altos pinos. La soledad del lago es confortable. Justo como lo recordaba. A mi madre siempre le gustó este espacio íntimo de la ciudad, y compartí este secreto con Clare. Maldigo por lo bajo. Hasta este lugar me recuerda a ella.
La primera vez que vine aquí, la traje con una misión. Enamorarla supuestamente y tomar su inocencia. Al final, su sencillez, humildad y calidez terminaron atrapándome como un bobo desde el primer instante, aunque no quise aceptarlo hasta mucho tiempo después. Jamás me había enamorado y la única mujer que he amado con todas mis fuerzas está a punto de casarse con un hombre que la ama con locura y la tiene en un pedestal de oro.
Derrotado, salgo del auto. Me propuse luchar por ella, pero es imposible cambiar el corazón de una mujer enamorada. Entre nosotros todavía está esa conexión, pero Jackob curó todas las heridas que le causé a su corazón. Este lugar ya está impregnado con su nombre por todos lados. Me siento en el borde del viejo puente y me quito los zapatos. Con mis pies, balanceo el agua debajo del puente y me concentro en el horizonte.
Cuando vine por segunda vez fue cuando cumplí mi cometido, pero la apuesta había quedado relegada al olvido. Clare se había colado debajo de mi piel y calado hasta los huesos. Su amor y carisma me habían cautivado y su olor me volvía loco. Me vuelve loco. Mi obsesión por ella era tanta, que cambié mi gel de baño a esencia de melocotón suave.
Su fuerza y pertinencia me habían dado un golpe sin mano. Su tenacidad me sacaba de quicio, pero debía reconocer que cuando algo se le metía en la cabeza, nada ni nadie la hacía cambiar de opinión. No contarle la verdad se me hacía cada vez más difícil. Me destruía. El día del derrumbe del edificio con ella en su interior, mi corazón hubiera muerto a su lado. Logró sobrevivir, pero sentí como la vida se me iba en ese momento.
No sé cuánto tiempo pasó, pero los rayos del sol ya disminuyen con fuerza, con ganas de ocultarse en el horizonte. Este lugar me trae calma, pero también sufrimiento.
—Estábamos preocupados por ti —dice una voz, y salto en mi lugar, asustado, con el corazón en la boca.
—¿Cómo me encontraste? —pregunto sin mirarle, y se acomoda a mi lado en el borde del puente.
—Vi cuando te fuiste de la cocina —contesta Clare—. Cuando no apareciste una hora después, Archie comenzó a preocuparse. Una vez que Jackob se fue, todos fuimos a la caseta en búsqueda de un Jaguar negro por todas las cámaras de la ciudad. Tu padre ya estaba frustrado, y qué decir de Archie. Damon intentó localizarte por el teléfono, pero lo tienes apagado. Con las nuevas noticias que Prescott está cerca, todos pensamos que podía haberte pasado algo.
«Estaba tan metido en mis pensamientos que ni sentí la comezón en mi nuca por la cercanía de ella», pienso frustrado.
—Archie dijo que habías salido a tomar aire y necesitabas estar solo. ¿Cómo pudiste hacer algo tan irresponsable? No me quedó más remedio que salir a la ciudad en tu búsqueda.
—¿Y si no me hubieras encontrado?
—Pues hubiera seguido buscando hasta encontrarte.
Gruño frustrado, y le miro.
—¿Por qué? ¿Por qué me buscarías? Ya no soy nada tuyo y los chicos con el tiempo me hubieran encontrado o yo hubiera regresado a casa. ¿Por qué te importo lo suficiente como para recorrer la ciudad en mi búsqueda? —espeto, con una ligera esperanza dentro de mí.
—No entiendo tus preguntas, Luke.
«Por favor, dime que me quieres o que aún tengo oportunidad», suplico en mi interior.
—Ver a John triste nunca ha estado en mi lista. Lo sabes bien. Además, lo hice porque eres mi amigo.
Un molesto nudo se formó en mi estómago.
«Pero yo no deseo ser tu amigo, maldita sea. ¿Cómo te hago entender que soy tuyo y quiero volver a estar a tu lado? ¡Que no soy de piedra, joder! No ves en mis ojos lo mucho que te amo. Volví a Dallas creyendo que todo estaba solucionado, para encontrarme que aún sigo amándote como idiota», chillo en mi fuero interno.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro