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Capítulo 12 «Noticias»

Luke

Cuando Victoria me invitó esta mañana a su fiesta de compromiso, supe que era mala idea, pero cuando vi llegar a Clare en ese vestido, definitivamente comprendí que venir era muy, pero que muy mala idea. Mi nuca comenzó a cosquillear, así que la busco por los alrededores hasta que mis ojos chocan con los suyos.

Está tan asombrada como yo al vernos en el mismo lugar. Doy un paso hacia ella cuando noto que se tuerce el tobillo, pero me retracto cuando noto que el tonto de su prometido la agarra. Se dicen unas palabras y se acercan a nosotros con lentitud.

—Me encanta tu vestido —adula la hermana de Bill.

—Cuando quieras, Lissa —contesta, sin mirarme.

Debo carraspear para limpiar mi garganta, y colocar mis dedos entrelazados sobre pantalón. La casa de campaña formada en ellos comienza a molestarme.

—Stuart, al fin llegas —interviene mi padre y me guiña un ojo con disimulo mientras palmea la espalda de Jackob—. Necesito que me acompañes. Tengo que presentarte a unas personas.

«Gracias, papá», digo en mi mente, y sonrío.

—John, ¿tiene que ser ahora?

«¿Por qué no la suelta de una vez?», protesto en mi fuero interno al ver que siguen con los dedos entrelazados.

—No te lo dijera si no fuera importante. —Mi padre enarca una ceja con escepticismo, así que sonrío por lo bajo.

—Nos vemos en un instante, Clare. —Besa la sien de ella, y se lo lleva prácticamente a rastras.

—Dios, al fin se fue —alega Damon, aliviado.

—Si quieres dilo cuando esté más cerca, Lautner —añade Nicky con cierto sarcasmo, y mis neuronas comienzan a agitarse como locas.

«Un momento. ¿A ellos no le agrada él?», analizo con asombro.

—¿Y a ti quién te preguntó, Nikole? —protesta el aludido.

«Estos nunca van a parar de reñirse. En la secundaria eran iguales», sonrío al recordarnos en aquel entonces.

—Por Dios, paren de discutir —interviene Archie con prontitud, antes que la disputa de estos dos comience—. Están peor que cuando viajamos a la India el año pasado.

—¿Fueron a la India? —pregunto asombrado.

—No quieres saber —contestan al unísono y resoplan.

—Ese viaje es tema tabú entre nosotros, Luke —comenta Alex, de forma escueta.

—Ok, nada de preguntar. —Levanto mis manos en señal de rendición.

—Chicos, sé que les dije que me dieran noticias esta noche, pero...

—Tranquila, Clare —interviene Lautner, tronando los dedos—. Desde casa de Archie entré a la base de datos.

—¿Entonces? —pregunta Lissa, con un tono de esperanza.

—Pues que Brandon Ascot...

—Buenas noches a todos. —La voz de Dorothea corta la conversación—. Les doy la bienvenida.

—Hablamos luego —decide Clare—. Acerquémonos y dejemos el trabajo para más tarde.

Dorothea y Victoria dan un discurso e incluso anunciaron su compromiso y explotaron fuegos artificiales. Gritaba cuando ellos lo hacían, pero no pude despegar los ojos de Clare. Demasiado hermosa. Roba suspiros de los hombres cuando pasa por su lado, y es la envidia de las mujeres casadas y solteras.

Me recrimino por haber llegado tarde. Si tan solo no me hubiera marchado. Debería haber esperado fuera de la casa de Mía más tiempo. Mi orgullo de hombre herido por haber recibido el mismo golpe bajo que le di a ella, no me dejó pensar con claridad. Lo hubiéramos solucionado si tan solo...

—Ya es muy tarde, Luke, así que deja esa cara —comenta Alex, sacándome de mis pensamientos.

—Ya lo entendí —contesto, más para mí que para ella.

Intento reanudar la conversación, pero su teléfono suena. Ella pone los ojos en blanco al ver la foto de su madre en la pantalla.

—¿Todo bien?

—Todo bien —contesta, con voz cortante.

Llega el tiempo del brindis y del catering, pero yo simplemente no puedo probar bocado.

—Hijo, ¿todo está bien?

—Si te soy sincero, no. —La derrotada es notable en mi voz.

Mi padre me aleja de la multitud para hablar en privado.

—Todo va a estar bien. Encontrarás a otra chica.

—Yo no quiero otra mujer en mi vida, papá. ¿Qué pasa si ella es mi Lena?

—Pues en ese caso, solo tienes dos opciones. Resignarte a perderla, o luchar por ella.

—¿Luchar por ella? —inquiero con incredulidad—. Se casa en tres o cuatro meses.

—Pues ya tienes el tiempo límite.

—No lo creo. Ella está enamorada del tal Stuart. Se le nota cuando lo mira. No puedo combatir en contra de eso.

—Hijo, te voy a ser sincero. ¿Recuerdas la vez que te comenté donde casi pierdo a tu madre? Ella estaba saliendo con el padre de Archie.

Mi padre me agarra de la cintura con disimulo.

—¿Qué? —Mis piernas me habían fallado—. Estás de broma, ¿verdad? —Su silencio hace que mis cejas se disparen hacia arriba con asombro—. No estás de broma.

—Lena y yo tuvimos nuestra historia, pero lo eché a perder. Mi ego y orgullo no me dejaron avanzar durante una temporada. Por lo visto, es genético. Con el tiempo empezó a salir con el padre de Archie.

—¿Ustedes no eran amigos?

—En el corazón no se manda, hijo —habla con cierta nostalgia.

—Papá, fue novia de un amigo. Eso para mí, es terreno minado.

—Lo sé, pero Jack sabía que sin importar lo que él hiciera, yo estaría en el pensamiento de Lena y ella en el mío. Intentó luchar en contra de eso, pero después se dio por vencido. Yo amaba a tu madre más que a nada, y ella intentó ocultar sus sentimientos, pero con solo una mirada era suficiente para saber que detrás de sus palabras venenosas y altaneras, se escondía el mismo amor que sentía yo. Mía me ayudó mucho.

—¿Mía Hamilton? —Sonrío con ironía, y él asiente.

—¿Cómo lo lograste?

Debo tragar en seco con cada historia que mi padre cuenta. Es casi inaudito, digno de contar en un libro.

—Papá, de esa manera hubieras confundido a cualquiera. —Ambos reímos.

—Lo sé, pero fue la única manera. Y aquí estás.

—Luke, ¿puedo hablar contigo? —interrumpe Jackob, con voz grave a mi lado.

Una última mirada a mi padre, y nos dirigimos hacia el invernadero.

—Tú dirás.

—Voy a decírtelo una sola vez. Deja a Clare en paz.

Frunzo los labios en una línea fina ante su tono acusador.

—No sé de qué hablas.

—No te hagas el tonto conmigo. He visto como la miras.

—¿Acaso estás ciego? No soy el único que la observa en esa fiesta. Es una mujer hermosa. Cualquier hombre ha girado su cara para seguirla con la vista.

—No hablo de eso. Sé la historia que tuviste con ella. Lo sé todo. La dejaste abandonada. Te fuiste a Londres para estudiar y nunca regresaste por ella.

—¿Y tú como estás tan seguro de eso? —rebato con furia.

Nadie sabe que esperé fuera de la casa de Mía durante horas, hasta que mis ojos no pudieron más y tuve que regresar a casa.

—Las personas hablan, y la historia de ustedes aún es recordada en la secundaria tengo entendido.

«Jackob, me estás cabreando y mucho». Aprieto el mentón intentado controlarme, pero sus siguientes palabras, solo aumentan mi rabia:

—Hasta me alegro que ella haya hecho otra apuesta por detrás del telón. Eso me dice lo inteligente que es.

—Si ya conoces su perspicacia, ¿qué haces aquí?

Intento molestarlo, porque la verdad detrás de sus palabras cala profundo en mí, pero mi nuca comienza a cosquillear. Ella está cerca. Intento buscar en la oscuridad con disimulo.

—Aléjate. Es la última vez que te lo digo.

—¿Y eso por qué? ¿Acaso tienes miedo que te la quite? —digo con sorna cuando la vislumbro detrás de una columna—. Puedo tenerla cuando quiera. Y tú ni nadie podrá impedirlo.

—Escúchame bien, Smith. —Se acerca en modo amenazante y aprieto los dientes.

«Ya no siento a Clare cerca. Esta es mi oportunidad», pienso al notar que mi nuca ya está más relajada. «Papá, más te vale que esto funcione»

—Es la mujer que elegí y ni tú ni nadie me la va a quitar.

—Y tú escúchame bien, Jackob Stuart. Amo a esa mujer y la voy a recuperar cueste lo que cueste.

—Vamos a ver quién gana —contesta con seguridad, y sonrío de soslayo.

—Prepara tu equipaje. Vas a estar rumbo a Londres dentro de muy poco.

—No estés tan seguro, Luke. No voy a dejar que te la lleves tan fácil. Por el amor de ella soy capaz de todo, ¿entendido?

«Yo también haré todo para volverla a conquistar, Jackob. Si debo jugar sucio una vez más, lo haré sin pestañear dos veces», pienso, mientras le empujo con el hombro y salgo del invernadero.

Recorro el lugar buscando unos ojos grises, aunque no creo que tenga suerte con lo que escuchó en el invernadero. La música lenta llega a mis oídos.

—Se fue, Luke, por si la estás buscando —habla Nicky, en tono cortante.

—¿A dónde se fue?

—Dijo que se sentía un poco mal. ¿Qué hiciste ahora, Smith? —reclama Alex, cruzando los brazos en el pecho.

—¿Y por qué siempre tengo que ser yo el causante de todas sus angustias?

—Porque desde que te fuiste, Clare no ha llorado ni una sola vez, hasta hoy —rebate la asiática, molesta.

«No, por favor. Dime que no la hice llorar», suplico en silencio.

—Si hiciste algo, la arruinaste muy bien esta vez —recalca Kingsman, y trago en seco.

—¿Dónde está Clare? —pregunta Jackob, y gruño por lo bajo.

—Dijo que estaba cansada —contesta la asiática con prontitud—. Mañana será un día largo con la mudanza del nuevo equipo a casa de John. Dijo que ni te molestaras en llamarla. Estaba muy agotada. Iba directamente a la cama.

«Mentirosa», intento contener a risa apretando los labios.

—Gracias, Nikole. Si necesitan ayuda mañana, no duden en llamarme.

—No hay de qué, cuñado —añade con ironía, y las ganas de reírme se esfuman de un plumazo.

«Asiática, ibas perfecta hasta que soltaste esa palabra», resoplo por lo bajo.

—Nos vemos entonces. Disfruten de la fiesta —añade Stuart, y se retira.

—Ahora me vas a explicar.

—¿Explicar qué? —Nicky enarca una ceja ante mi pregunta—. Luke, mi aberración a Jackob no es de tu incumbencia.

—Yo no creo que sea un mal tío —intento defenderlo, pero en mi fuero interno es el hombre que quiere quitármela, y eso no me gusta.

—Los estaba buscando —interviene Archie—. Damon tiene información sobre Brandon.

Nos dirigimos hacia la casa de Victoria hasta la oficina de Dorothea lo más rápido que nos dejan los pies.

—¿Estamos libres?

—Todo controlado, Lis —contesta Damon.

—Chicos, si quieren yo puedo irme —pregunta un chico que no conozco.

—Eres uno de nosotros, aunque no trabajes en el equipo —contesta Alex, y resopla al colgar la llamada insistente en su móvil—. Luke Smith, este es Tyler Cruise, mejor amigo de Bill y novio de Lissa.

—Mucho gusto —saludo con amabilidad.

—Vaya, al fin conozco al tío que le pegó a mi amigo hace unos años por una mujer.

—Tyler —habla Bill con reprimenda, y parpadeo, anonadado.

«¿Aquí todos conocen mi vida personal o qué?», me digo a mí mismo con el ceño fruncido.

—Si quieren discutir, háganlo después —alude Damon—. Brandon nunca se subió a un vuelo. Y si voló, nunca llegó a su destino.

—Ya sabía yo que era demasiado raro —opina Archie, más relajado.

—El lunes en la mañana ya estaba por Louisville, Kentucky.

—¿Kentucky? ¿Y él que hacía por allá?

—No pude seguirle mucho la pista, Lis —continúa explicando mi amigo—. Tenía muy poco tiempo. Una vez que instalemos el equipo, ya podré indagar con más calma.

—¿Clare ya sabe esto?

—Se lo dije antes de verla cruzar la puerta como si su departamento se estuviera incendiando, Nicky.

—Chicos, espero que Archie les haya comentado que la casa ya está lista para el traslado —intervengo, evitando la mirada trazadora de Alex—. Cuando estén con el equipo en mi casa, llámame.

—Muy bien, equipo. Esto comienza ahora —recalca Nicky—. Mañana cuando Clare despierte de una buena resaca, nos dirá que hacer.

—¿Resaca? ¿Por qué tendría una resaca? Ella no toma. —Todos rehúyen su mirada de mí—. Alex...

—Ese no es tu problema, Luke —interrumpe, con voz molesta, y vuelve a colgar la llamada. Esta vez con brusquedad—. Ella es mayor de edad. Puede hacer lo que quiera.

Salgo de la oficina y escucho a mis amigos llamarme, pero en mi mente solo tengo una misión. Encontrarla. Mientras yo esté cerca, no pienso dejar que cometa una locura.


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