Capítulo 8
Los demás al escuchar el plan de Richard se mantuvieron inmóviles, sin saber como reaccionar. Cada uno se encontraba perplejo, aún no podían creer que esto de verdad está sucediendo. ¿De verdad escaparemos?
El muro ha dejado de derrumbarse pedazo a pedazo, la grieta que se había formado en aquel era lo suficientemente grande para escapar, pero nada nos asegura que no seremos vistos.
Mi imaginación empezó a fluir, en mi mente llegan imágenes de cada uno de nosotros siendo brutalmente asesinados, imaginé a mi pequeña Anelly muerta en el piso mientras la sangre sale de su pecho, de inmediato me estremecí del miedo y sin darme cuenta el temor ya se había apoderado de mí.
— Padre... Esto no está bien, no estamos preparados para escapar ni mucho menos luchar si somos vistos —Adam habló en voz baja, por su expresión pude notar que por primera vez está atemorizado.
Richard se dio la vuelta presenciado la pelea en la lejanía, luego observó a su alrededor asegurándose de que no hubiese nadie.
—No seremos vistos... Lo prometo —habló con seguridad.
Nos mantuvimos en silencio por un momento, Anelly tomó mi mano con fuerza, ella está temblando notablemente. Quiero abrazarla y decirle que todo estará bien, pero simplemente un nudo se ha formado en mi garganta.
Pensé en las pocas posibilidades de que escapáramos, no había manera, simplemente no la había.
Adam afirmó con la cabeza, eso fue suficiente para que Richard y yo nos pusiéramos en marcha, el chico nuevo no sabia lo que estaba sucediendo y sin más opción nos siguió.
—No lo haré —La voz de Nancy nos detuvo a todos, ella no había avanzado con nosotros, se mantuvo en el mismo lugar con inseguridad —. Seremos descubiertos y nos castigaran, o aún peor, nos asesinaran... No quiero eso.
—Chica, anda de una vez, no tenemos toda la noche. Si no quiere ir entonces quédese. ¡Pero yo no seré un esclavo como ustedes! —exclamó el chico nuevo de forma grosera y bufó ante las palabras de mi amiga.
Su forma de responder me hizo enojar al instante, contuve mis ganas de golpearlo en la cara por que sé que este no es el momento ni el lugar para iniciar una discusión.
Nadie defendió a Nancy, todos estábamos asustados pero aún así la entendíamos a la perfección, todos nos encontramos en un estado de angustia y de miedo pero al menos deberíamos intentar escapar, prefiero morir en el intento que pasar más años en este lugar.
Richard no esperó a que Nancy cambiara de opinión, caminó hacia ella y la agarró del brazo. Al principio, mi amiga se resistió, intentó liberarse del agarre de Richard pero luego se dio por vencida al darse cuenta de que obviamente Richard la supera en fuerza.
—Todos síganme sin hacer ruido —indicó Richard en voz baja.
Caminamos hacia la parte destruida del muro, todos inseguros y asustados, mirábamos seguidamente hacia atrás asegurándonos de que nadie nos descubriera.
Anelly no soltó mi mano ni por un segundo, ella sigue asustada y no se que hacer para calmarla.
Agilizamos nuestro paso cuando ya estábamos más cerca del muro y nos detuvimos frente frente a la enorme grieta que daba paso a una posible libertad, cuando atravesáramos ese hueco lo que hubiese en el exterior seria totalmente desconocido para nosotros, en realidad, conoceríamos un nuevo mundo... Claro, si no nos matan.
—Rápido, no hay tiempo que perder —nos dijo Richard, claramente noté que ocultaba su intranquilidad, él soltó a Nancy y se hizo a un lado para que cada uno pasara.
Sin pensarlo dos veces el chico nuevo fue el primero en compañía de Adam, la siguiente fue Nancy. Ellos tres desaparecieron de mi vista, el otro lado del muro permanece oscuro y eso inquietó a mi hermana, que de un momento a otro se negó a ir.
—Anelly —pronuncié su nombre mostrando una sonrisa —. ¿Recuerdas que me dijiste que cuando saliéramos de este lugar te encantaría conocer las antiguas ciudades de los humanos?
Ella asintió, y yo proseguí con mi pequeño discurso en un intento de calmar su miedo por avanzar.
—Si pasas por allí, iremos a ver las ciudades y los grandes edificios abandonados, ¿te parece?
Anelly suspiró. Todo sucedió muy rápido, ella soltó mi mano para adentrarse en lo que fuera que hubiese al otro lado del muro. Richard me extendió su mano y la tomé rápidamente, pero no entraría por esa grieta sin antes dar un vistazo hacia atrás, observé aterrorizada y me percaté que en tan solo cuestión de minutos el guardia del portón ya había asesinado al hombre, al ultimo esclavo rebelde. Y en la lejanía logré ver que se acercaban motos a todo terreno.
—¡Maldición, los refuerzos llegaron! —maldije en voz alta.
Richard ni siquiera se molestó en observar la escena y los dos simplemente atravesamos la grieta, me encontré nuevamente con los demás y me di cuenta que frente a nosotros hay solo arboles que dan paso a un inmenso bosque desconocido.
—Por aquí, no hagan mucho ruido y solo avancen —ordenó Richard caminando a pasos largos mientras nos indicaba el camino.
Tomé nuevamente a mi hermana de la mano y todos empezamos a seguir a Richard. Aunque todo estuviese oscuro, la luna que había salido de entre las nubes nos daba un poco de iluminación que al menos nos permitía ver la silueta de los arboles, y así evitábamos chocarnos con ellos.
Nancy, Adam, Alex, Richard, yo y mi hermana. Seis esclavos que han logrado escapar, y eso es lo que me asusta más, los demasiados guardias de la plantación de esclavos no se dignarían a dejar escapar a seis Homoelementals, y eso posiblemente aumentará sus ganas de matarnos.
Un fuerte grito detuvo nuestro caminar, nos quedamos quietos en el mismo lugar mirándonos angustiados, aquel grito no significó temor en absoluto... Simplemente no significaba nada bueno.
—¡Hay una grieta en el muro, y vi a esclavos escapar! —el grito nos alarmó a todos, y después varios gritos masculinos se aproximaron.
Mierda...
—¡Corran! —exclamó Richard.
Agarré a Anelly entre mis brazos mientras ella comienza a sollozar y rodea mi cuello con sus delgados brazos, todos juntos empezamos a correr en la misma dirección esquivando los innumerables arboles de la zona, eran muchos.
Mis oídos solo captan el sonido de los motores de las motocicletas, instintivamente miré hacia atrás, de entre los arboles se refleja la luz de aquel transporte inventado por los humanos.
—¡Nos vieron! ¡Nos vieron! —decía Nancy asustada con la voz agitada sin detenerse, ella corría a la misma velocidad que la mía, Richard, su hijo y el chico nuevo iban más adelante pero no estaban demasiado lejos.
—Todos deténganse —dijo Adam en forma de orden.
Pero nadie se detuvo...
—¡Escondámonos detrás de esa enorme piedra! —gritó y señaló hacia lo que era la piedra, bastante enorme y suficiente para un escondite.
Me detuve y los demás también, sin reconsiderarlo nos juntamos para escondernos detrás de la enorme roca, que por suerte es suficiente para nosotros seis.
—Prometo que si logramos escapar, me alejaré de este lugar lo más que pueda —dijo Alex agitado, pensando en sí mismo.
Puse a mi hermana en el suelo y ella se mantuvo en posición fetal cubriendo su rostro con sus manos, aún no para de llorar. Me senté a su lado agachando mi cabeza, y los demás repitieron mi acción.
—Escuchen con atención —murmuró Richard –. Si nos encuentran lo que haremos es...
—¡Lo que haremos es resistirnos! ¡Los mataremos si es necesario! —exclamó Alex interrumpiéndolo completamente.
Richard negó con la cabeza, abrió su boca a punto de responder pero esta vez fui yo quien lo interrumpió.
—¿Nosotros?... ¿Resistirnos? Nunca hemos utilizado nuestras habilidades para luchar, no somos buenos en eso ¡estas loco!
Una fría ráfaga de viento me hizo estremecer, un incomodo cosquilleo recorrió mi espalda y sentía que los pelos de mis brazos se erizaban, de verdad está haciendo mucho frio. Me acerqué aún más a mi hermana y la rodeé con mis brazos abrazándola para brindarle un poco de mi calor corporal, pero fue innecesario, ella estaba repleta en sudor y no obstante, demasiado caliente.
—Hermana, toda estará bien, lo prometo.
Escuchamos nuevamente el sonido de una de las motos, al parecer está bastante cerca. Un destello de luz iluminó la zona en la que estamos escondidos. Al parecer la motocicleta se detuvo frente a la roca, por desgracia, en nuestro escondite.
Miro los rostros de cada uno temiendo por que este posiblemente sea nuestro final, Richard tenia su dedo índice en la boca indicándonos que hiciéramos silencio.
—¡Putos esclavos de la mierda!
La voz del guardia aceleró mi corazón.
—¡¿Donde se habrán metido los sucios esos?!
Adam se acercó un poco más hacia nosotros murmurando unas palabras incomprensibles para mí, al parecer tenia planeado algo, pero no pude escuchar lo que dijo. Supuse que Nancy fue la única en escucharlo, Adam estaba a punto de levantarse pero Nancy y su padre lo detuvieron negando con la cabeza. El temor se refleja en cada uno de ellos... Yo y el chico nuevo no sabíamos lo que está sucediendo.
—Alex, tiene razón. No podremos huir si no nos defendemos —Esta vez pude escuchar a Adam, quien inesperadamente se puso de pie captando la atención del guardia. Los demás nos mantuvimos agachados escuchando como aquel hombre se empezaba a reír.
Por otro lado, su padre comenzó a maldecir por la acción inesperada de su hijo.
—Vaya, vaya, vaya... Mira a quien encontré —la voz de ese hombre sonaba burlona, y de verdad me intimida —. No eres bueno escondiéndote, muchacho. Se nota que no jugaste a las escondidas.
Levanté un poco mi mirada, el rostro de Adam está completamente iluminado por la luz de la motocicleta, me sorprendí un poco al ver que aquel chico de quince años no expresa temor alguno.
—Sucio mocoso, ¿Dónde están los demás? Se que no fuiste el único en intentar escapar, ¡habla de una vez!
Adam negó con la cabeza. —Ellos siguieron corriendo, yo me escondí. Por favor, te lo ruego no me mates.
—¡¿Cual es tu signo?!
—Mi signo es... ¡Leo! —Adam mintió, en realidad su signo es virgo, elemento tierra.
—¡Camina hacia mí con los brazos hacia arriba, y que ni se te ocurra lanzarme una bola de fuego por que entonces yo, solo ven de una maldita vez! —la voz del guardia cambió, al parecer se encuentra nervioso ante la revelación del signo de Adam, que por cierto, no es su verdadero signo.
Adam asintió, y levemente empezó a levantar sus brazos. Mis nervios aumentaron, no tenia ni la más remota idea de lo que está haciendo, pero al ver que varias rocas comenzaron a levitar del suelo, lo comprendí. Adam tiene planeado atacar.
El empezó a rodear la roca alejándose de nosotros y acercándose más a el guardia molesto.
—Te haré sufrir pequeño animal —rió el guardia.
Adam se quedó callado, varias rocas levitaban a su lado y aún no comprendo por que el guardia no se ha dado cuenta aún. En fin, aquellas fueron las ultimas palabras del guardia por que de repente Adam extendió sus brazos hacia aquel y todas las rocas salieron disparadas hacia el guardia, que de inmediato quedó inconsciente o muerto.
Levanté un poco mi mirada para observar encima de la roca, Adam estaba allí con una sonrisa triunfante observando a su padre, el otro hombre se encontraba al lado de la moto inmóvil ahora en el suelo mientras la sangre brota de sus heridas.
—¿Está muerto? —preguntó Anelly con la voz temblorosa.
Nancy, que se encuentra casi a nuestro lado solo se limitó a asentir sin expresión alguna.
—Sigamos caminando, aún no estamos demasiado lejos de la plantación —dijo Richard poniéndose de pie.
Al instante escuchamos el sonido de otro motor, rápidamente me levanté del suelo y observé como entre los arboles se acercaba una moto a toda velocidad mientras arrasaba con todo, sobre ella venia otro guardia que grita como loco sin apartar la mirada de Adam. Richard reaccionó casi al instante, corrió hacia Adam y se abalanzó sobre su hijo antes de que fuese brutalmente atropellado.
—¡Desgraciados! —gritó el guardia enojado al ver que no logró atropellarlos.
La moto se encuentra bastante cerca de la roca y se detuvo aún con Adam y Richard en la mira, los demás se mantuvieron escondidos mientras que Richard y su hijo se enfrentan al peligro.
—¡Dejanos en paz! —gritó Richard con firmeza.
—¡Ni loco los dejaré escapar!
La moto provocó un rugido amenazador poniéndose en movimiento rumbo a ellos. Nuevamente el guardia hizo un nuevo intento por atropellarlos, en tan solo una fracción de segundos mi respiración se había acelerado y perdí casi el equilibrio.
El grito de Nancy llamó mi atención, llevó sus brazos un poco hacia atrás y luego los llevó hacia adelante con bastante brusquedad provocando una fuerte ráfaga de viento que impactó con el guardia encima de la moto. El salió disparado en el aire desapareciendo entre los arboles y la moto en movimiento chocó contra un árbol cerca de Richard y Adam quienes se estaban abrazando aterrados.
—Nancy, ¡eso fue increíble! —la miré con sorpresa apreciando sus habilidades como acuariana.
Ella no pronunció ninguna palabra, sujetó mi brazo y de repente perdió el equilibrio, logré tomarla en mis brazos antes de que cayera al suelo, y lentamente me agaché y dejé que su cuerpo reposara allí.
—¡¿Está muerta?! —preguntó Anelly, ella se acercó hacia mí.
Los ojos de Nancy están cerrados pero aún sigue respirando, no se lo que le pasa y me está empezando a preocupar.
—¡Richard! ¡Richard ven!
El me escuchó y de inmediato corrió hacia la roca, en donde nos encontrábamos los demás, se acuclilló al lado de Nancy y se tocó la frente con preocupación.
—¡¿Qué le ha pasado?!
—Es un desmayo... —dijo Alex observándonos a todos —. Seguramente se sintió presionada, asustada o yo que sé. pero no está muerta.
De pronto el grito de Adam se hizo presente, Richard abandonó el escondite dejando a Nancy y se fue corriendo para socorrer a su hijo.
Todo está sucediendo demasiado rápido.
—Esto no puede estar pasando —me quejé en voz baja y contuve mis lágrimas.
—¡Los encontramos malditos esclavos!
—No puede ser... Han vuelto, nos han encontrado hermanita —Anelly comenzó a sollozar, pero esta vez no me puedo quedar tras esta roca observando como Richard y su hijo pelean por mi libertad, por la libertad de todos nosotros. Me acerqué hacia ella y la tomé en mis brazos solo por unos segundos, luego la puse de nuevo en el suelo justo al lado de Alex.
—¿Qué haces? —Alex parecía molesto y miró con desagrado a mi hermana, agarré a Nancy de los brazos y la arrastré también hacia el chico nuevo.
—Te las encargo —el frunció el ceño confundido con mis palabras — . Cuida a mi pequeña hermana y a mi amiga, o si no. ¡Te golpearé!
Me fulminó con la mirada pero no dijo nada más, ¿Cómo un chico tan guapo como él puede tener una personalidad tan horrenda?
Les di la espalda a punto de salir del escondite para ayudar a Richard pero Anelly me agarró el pie antes de que empezara a correr.
—¡No me dejes! —las lágrimas se desprendían de sus ojos —. No, no, no. ¡No quiero que te mueras, no me dejes sola, no!
—Lo siento, Anelly. Volveré —Con dolor en el alma provoqué un movimiento brusco con mi pie librándome del agarre de mi hermana. Sujeté un tronco grueso que estaba en el suelo y salí detrás de la roca para defender a mis amigos. Pero allí estaban, no era un guardia... eran dos, y yo estoy dispuesta a pelear aunque no fuese con habilidades sobrenaturales.
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