Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33


Emilia y yo nos abrazamos, ya han pasado días desde la ultima vez que nos vimos y ahora nuevamente nos encontramos, lastima que no sea en mejores circunstancias. Tras de ella se forman hileras de hombres que se hacen llamar mediadores y todo están dispuestos a ayudarnos.

—Estoy feliz de verte a salvo —las lágrimas recorren sus mejillas —. Hace muy poco me enteré de lo que estaba pasando aquí, no creí que serias parte de esta guerra.

Emilia viste de un traje negro y en su mano sostiene un palo con clavos afilados que sobresalen. Cuando la conocí la consideré una persona tierna, amable y angelical pero ahora parece una completamente diferente, se ve enojada, fuerte y decidida.

—Por suerte estoy bien, pero como puedes ver este lugar es un desastre, por cierto... ¿Cómo llegaste hasta aquí?

—Anderson volvió de la ciudad hacia el centro de cabañas, él convenció a la líder de que viniésemos a ayudar y todos los mediadores han venido —responde.

Cuando regrese, le agradeceré a Anderson por todo lo que ha hecho por nosotras, por ahora debo concentrarme en salvar a los otros. Ellos son la razón por la que estoy aquí y no me iré sin ellos.

Corrí hacia Mark dejando a Emilia a un lado y lo vi en el suelo mientras se retorcía del dolor, su rostro se encuentra repleto de moretones, sangre brota de su nariz y desde la comisura de su labio. Me acuclillo a su lado y tomo su cabeza tratando de tranquilizarlo, él deja de moverse bruscamente y abre sus ojos observándome con temor y furia.

—Estas bien, Mark, yo estoy contigo no te preocupes —trato de contener mis lagrimas y acaricio su mejilla, su ojo derecho tiene un horrible moretón.

—¿Qué sucedió? —pregunta confundido y lentamente endereza su espalda listo para levantarse, pero lo detengo.

—No te levantes, estas en muy malas condiciones —rodeo su cuello con mis brazos y lo acerco hacia mí mientras lo abrazo —. Un guardia te ha golpeado, pero ya se fue y yo estoy aquí para ayudarte.

—Maldición, no puedo recordar nada, me duele la cabeza —se queja y me abraza con más fuerza.

—Tania, nos encargaremos de los guardias de esta plantación, tu busca a tus amigos —me dice Emilia, a su lado se encuentra la líder de los mediadores, que no es muy agradable por cierto.

—Así es, acabaremos con este lugar de una maldita vez —la líder aprieta su mandíbula con enojo, tiene su cabello negro recogido en coleta y viste del mismo traje militar de siempre —. Y golpearé a William por haberme traicionado y por haber dejado los mediadores.

Ella dio una señal a sus hombres y se alejaron del lugar en búsqueda de esos guardias miserables, todos esos hombres están dispuestos a pelear y eso se nota por sus gritos y por las armas que traen consigo.

—Cuídate chica —Emilia se despide y corre siguiendo a la líder y al resto de hombres.

—Los mediadores del centro de cabañas han venido a ayudarnos, Mark. ¡Tenemos refuerzos! —le informo entusiasmada, desde un principio creí que perderíamos esta guerra pero ahora nuestro bando a incrementado.

El sonríe desganado y lentamente lo ayudo a ponerse de pie, tambalea un poco sobre sus talones pero luego toma el control total de sus piernas.

—Ya nos queda poco para llegar a las fabricas —me dice. Agarro su brazos y ambos empezamos a caminar por la pradera, avanzando por el sector uno en esta enorme plantación.

El desbordamiento que provocó Lisu hace unos minutos ya ha cesado y ahora solo quedan escombros de cabañas y arboles caídos en todo el lugar, la mayor parte de las llamas que consumían todo a su paso se han desvanecido gracias a el agua y ahora todo se ve desolado realmente. Caballos y otros animales de ganadería corren por todo el lugar, huyen despavoridos en búsqueda de una salida.

—No te emociones, esto aún no acaba —la voz de Mark me saca por completo de mis pensamientos y nuevamente miro al frente, en donde visualizo las fabricas, son dos, una frente a la otra y son separadas por una carretera rocosa. Los escombros y la sangre se desparraman por todo el lugar y veo como cuatro o cinco guardias intentan meter a los esclavos restantes a un camión desgastado pero que aún funciona.

—Idiotas, quieren llevarse a los esclavos, ellos no se dignan a dejar escapar a alguno de ellos... De seguro planean mudarse —aprieto mis puños conteniendo mi enojo —. No podemos permitirlo.

—No hay más tiempo que perder, Tania —me responde y traga saliva —. Yo me enfrentaré a ellos y tu iras a por tus amigos, de seguro están en los calabozos de alguna de esas fabricas y debes ir a por ellos.

Negué con la cabeza, mi corazón se aceleró de inmediato ante sus palabras.

—¿Estas loco? No te dejaré luchar contra ellos solo, no te dejaré y además estas muy herido —mis manos comienzan a temblar y el suelta mi mano.

—Yo estaré bien, se como defenderme, tú solo debes ir a por ellos y escaparemos de este lugar.

Nuevamente negué con la cabeza, no logro asimilar las palabras de Mark, no quiero separarme de él y temo por que algo malo le pase.

—Ya te lo he dicho... Estaré bien —el asiente con la cabeza y sonríe a pesar de lo mal herido que está —. Escóndete tras ese árbol, cuando te de la señal ve hacia las fábricas y encuentra a los otros, recuerda que ellos son la razón por la que estas aquí.

—Bien, confío en que estarás bien —contuve mis lagrimas. Un nudo se ha formado en mi garganta y el miedo comienza a incrementar como es de costumbre, lo cierto es que he vivido con miedo por mucho tiempo, y justo ahora es así.

El me brinda un beso en la mejilla y procede a dirigirse hacia aquellos guardias que intentan llevarse a esos esclavos. Rápidamente me escondo tras de un árbol esperando la señal de mi amado y simplemente permanezco allí observando como Mark se acerca a pasos firmes. Mientras que ninguno de los guardias se da cuenta de su presencia.

—¡Seres repugnantes! —brama Mark.

Los guardias se sorprenden de inmediato y uno de ellos comienza a lanzar bolas de fuego a Mark, quien las esquiva sin dificultad.

—Maldición... —murmuro y apoyo mi brazo en el tronco del árbol en el que justo ahora me encuentro escondida.

Mark levanta sus brazos hacia arriba invocando la lluvia que en tan solo cuestión de segundos comienza a caer incrementando y empapando todo a su alrededor, otro de los guardias intenta escupir fuego pero lo único que consigue es que la llama al interior de su garganta se apague. Los guardias ya no pueden utilizar sus poderes gracias a las increíbles habilidades de Mark como piscis.

—¡Tania, ahora! —grita Mark.

Esa es la señal...

Tomo aire llenando mis pulmones y me preparo para correr, pero siento como el miedo me paraliza y me mantengo inmóvil conteniendo mis lagrimas. Gotas de agua caen sobre mí empapándome por completo.

—¡Tania! —grita mi nombre y me mira de reojo —. ¡No podré detenerlos por mucho! ¡Corre a las fabricas!

El rostro de mi hermana invade mi mente, solo pienso en su tierno rostro y como de seguro, debe estar esperando mi llegada, no puedo decepcionarla. Sin más, reacciono, tomo fuerzas y me preparo recordando todas las enseñanzas de Anderson para tener control absoluto de mis habilidades.

La misma luz reluciente, gris y con tonos azules rodea mi cuerpo gracias a mi control mental.

—Tú puedes, ve a a por los demás —me motivé a mi misma y comencé a correr casi a la misma velocidad que la luz, corría tan rápido que pasaba por miles de enemigos y por la velocidad en la que iba, los hacia perder el equilibrio haciéndolos caer al suelo. Me alejé de Mark y seguí corriendo dirigiéndome hacia la fabrica principal, con el único objetivo de encontrarlos y salvarlos.

Me detuve al encontrarme frente a frente a la enorme puerta de metal que evita que los esclavos del interior escapen, las cadenas están en el suelo por lo que ahora, es accesible.

La fabrica consiste en una estructura construida de ladrillos y desde la cima, humo negro brota desde la chimenea contaminando el aire y provocando que la luz solar no sea tan visible en esta zona. El sector uno siempre fue considerado el peor, muchos esclavos morían por falta de luz natural y por los químicos que respiraban, por suerte, eso acabará muy pronto.

Empujo la puerta y me adentro en el interior, encontrándome simplemente en un lugar silencioso y con poca iluminación, hay restos de carbón por todas partes y varias chimeneas siguen encendidas, el calor que hace aquí es insoportable que incluso ya me siento sofocada.

Escuché a varios toser y al observar hacia un rincón me encuentro con unos cuantos esclavos que están escondidos allí, todos me miran asustados y tiemblan del miedo.

—Tranquilos, no les haré daño —les dije y di un paso hacia ellos pero se asustaron así que me detuve.

Sus rostros están sucios y con manchas de lo que supongo es carbón, la mayoría parecen desnutridos y no logro evitar que varias lágrimas se desprendieran de mis ojos.

—¿Qui- quien eres tú? —me pregunta un hombre anciano.

—Yo era una esclava en este lugar, pero pude escapar y ahora he vuelto para liberarlos, no vengo sola, encontré a un grupo de Homoelementals que decidieron ayudarme.

Todos se sorprendieron antes mis palabras.

—¿Tú eres la chica del sector cuatro que logró escapar? —una mujer, también adulta me señala. Su cabello canoso está recogido en una moña y no para de apreciarme con asombro.

—Así es —respondí.

—Todo el mundo ha hablado sobre ti y como lograste escapar... —añade la mujer.

—Es cierto —afirmó un joven.

Cada uno se alejó de aquel rincón mugriento y caminaron hacia mí con lentitud.

—¿Podremos escapar, verdad? —preguntó una chica joven que luce de mi misma edad.

—Ya no soporto este lugar —dijo el mismo hombre anciano y tosió.

Ellos me invadieron con sus preguntas, pero aunque quisiera ayudarlos tengo algo muy importante que hacer.

—Afuera luchan por nuestra libertad, no se preocupen —les respondí sin tantos detalles —. Ustedes... ¿Saben donde están los calabozos?

Compartieron miradas y asintieron con la cabeza a la misma vez, todos señalaron hacia una puerta de madera sellada con cadenas y candados.

—Gracias —les agradecí y ellos se aparataron dejándome el paso libre hacia la puerta.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza, estoy a solo pasos de reencontrarme con mis más preciados amigos. Estoy ansiosa de verlos nuevamente, ver sus rostros, sus sonrisas, quiero escuchar sus voces. Yo... quiero rodearlos con mis brazos y abrazarlos con fuerza y cariño.

Agarré la cadena mientras sollozaba y comencé a jalar en un intento de que esta se desprendiera y me dejara cruzar por esa puerta, pero como era de esperarse, no funcionó.

Me siento abrumada y ahora no puedo controlar mis sentimientos.

—Joder, ábrete de una maldita vez —dije furiosa y jalé con mas fuerza pero esta aún no se abría.

Comencé a desesperarme y pateé la puerta con todas mis fuerzas, la madera de esta crujía por mis golpes pero aún así no me detuve.

—Tenemos que ayudarla —indicó el hombre anciano y se acercó a mí tomando mi hombro.

—No te preocupes, nos encargaremos de eso, tu solo retrocede —me ordenó con amabilidad y retrocedí con lagrimas en los ojos.

El anciano y el joven chico derritieron las cadenas con sus manos, ambos son pertenecientes al signo sagitario, por lo que aquello no les costó nada.

—Muchas gracias —les sonreí.

Atravesé la puerta y comencé a bajar las escaleras frente a mí, las paredes de este lugar están repletas de suciedad y hay gotas de sangre en el suelo, no escucho nada en este lugar pero siento que comienza a faltarme el aire por el calor que hace aquí.

Un horrible hedor penetra en mis fosas nasales y solo contengo mis ganas de vomitar...

—¿Hay alguien aquí? —pregunto pero solo logro escuchar mi eco y con miedo, bajo las escalas directo al calabozo.

¡Esto se está poniendo emocionante! ¿Creen que Tania los encontrará?

Lo sabrán en el próximo capítulo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro