Capítulo 22
Desde la larga distancia en la que estamos puedo apreciar las diferentes cabañas del lugar, ninguna de ella se compara a las cabañas de la plantación, ni si quiera a la de Anderson, estas son diferentes y aún más asombrosas de lo que creí. Muchas de ellas tienen formas diferentes, unas cuantas son de colores pastel o simplemente de color blanco con ventanas enormes y de vidrio que permiten observar el interior. También, vi unas pocas cabañas ubicadas en lo alto de los arboles que claramente son preciosas y asombrosas.
Todo el lugar está adornado con flores de colores alegres y ni hablar de la maravillosa vista que tienen desde aquí, vista que muestra un lindo paisaje de naturaleza. Varias personas pasan por nuestro lado mientras avanzamos, muchos de ellos se ven bien y visten de prendas limpias, al vernos pude escuchar todo tipo de comentarios, algunos nos señalan como intrusos y otros observan a Anderson asombrados.
—Miren chicas... ¿Acaso ese no es el humano? —murmura una mujer que va acompañada de su grupo de amigas, ellas lo observaron con temor y se alejaron rápidamente de nosotros.
—No te preocupes, Tania, son unas inmaduras, todo el mundo aquí rumorea sobre mí —me dice un tanto molesto ante la reacción de las mujeres.
De seguro es difícil ser el único humano entre esta nueva especie.
Anelly no prestaba atención a las palabras de Anderson, ella se encuentra justo a mi lado mientras sostiene mi mano, y está igual de sorprendida que yo por el lugar en el que estamos, que es muy lindo por cierto.
—Hermanita. ¿Y qué tal si volvemos a este lugar con Richard, Adam y Nancy? —Anelly da saltos de alegría, realmente desprende alegría y eso me enorgullece.
—Claro, aunque también podríamos hacer nuestra propia casa frente a el mar. ¿No te gustaría nadar con los peces y explorar las profundidades? —me reí mientras que al mismo tiempo, acaricio su cabeza.
La alegría de mi hermana aumentó aún más y me abrazó justo en la cadera por su baja altura.
—¡Y también quiero nadar con los tiburones!
Anderson y yo nos reímos ante sus ocurrencias, los animales acuáticos no lastimarían a Anelly lo que es probable que pueda nadar incluso con ballenas. Si realmente llega el día en el que rescatemos a nuestros amigos, los abrasaré tan fuerte y me aseguraré de que tengan un mejor futuro.
—Miren eso, es una piscina —Anderson señala hacia una casa, al lado de esta hay una piscina y varios niños están en el fondo jugando mientras se ríen —. Seguramente son de cáncer, por eso están bajo el agua sin salir para tomar aire. Mira Anelly, ellos también son como tú.
Anderson sonrió y observó a Anelly que nuevamente tiene la boca abierta del asombro, sus ojitos irradian curiosidad.
—Me gustaría ir a nadar con ellos... —dijo ella —. Pero primero debemos salvar a nuestra familia, ¿cierto, Tania?
¿Familia? Es la primera vez que Anelly se dirige así a ellos, me alegro un montón que incluso siento como mi corazón va a estallar de alegría.
—Te prometo que haré que seas feliz y que conozcas nuevos amigos —las dos nos abrazamos, y en compañía de Anderson seguimos caminando, tomamos el camino derecho en donde están ubicadas cabañas aún más grandes y muchas de ellas de dos pisos.
De una de las casas, una mujer sale con una cubeta vacía y al vernos se asombra de inmediato. Me puse nerviosa, no sé la razón de su asombro y eso empieza a asustarme, pero luego me di cuenta de que ella se dirige a Anderson y no a nosotras. Aquella comenzó a correr en nuestra dirección y en ese momento Anderson abrió los brazos para recibirla con un abrazo, pero antes de que esto sucediera la mujer lo golpea detrás de la cabeza.
—¡Pedazo de idiota! ¡Te fuiste y no me contactaste ni me visitaste! ¿Acaso eso hace un mejor amigo? —su expresión seria la hacia a propósito.
Anderson comenzó a reírse a carcajadas y finalmente los dos se abrazaron, es... ¿La mejor amiga de Anderson?
La mujer es un tanto robusta, su pelo rojizo está atado a una moña negra igual a la que tiene mi hermana, solo que la de ella tiene adornos con estrellitas de colores. Sus ojos negros y profundos se toparon con los míos.
—¿Y esta chica tan linda de donde salió? —cruzó sus brazos sobre su pecho y sonrío con amabilidad.
Creo que me sonrojé, sentí el calor subir por mis mejillas. Coloqué un mechón de mi cabello tras mi oreja y le devolví la sonrisa.
—Mi nombre es Tania... Eh, eh... Soy amiga de Anderson.
La mujer parecía asombrada.
—¿Amiga de Anderson? —se rió a carcajadas —. ¿Este señor malhumorado tiene amigas y tan jóvenes?
Su risa es contagiosa y también me reí. Ella observó a mi pequeña hermana que estaba despistada observando a las personas que nos miran desde la ventana, tal vez no era a nosotros, si no a Anderson por el simple hecho de ser humano.
La mujer se acuclilló en el suelo quedando a la altura de Anelly, y acarició su mejilla.
—Que niña más hermosa —Anelly sonrió nerviosa —. ¿Cómo te llamas, pequeña?
—Anelly.
—¡Pero qué lindo nombre! —chilló la mujer y acarició el cabello de Anelly, nuevamente se colocó de pie y se dirigió hacia Anderson —. Y bueno... ¿A que se debe esta visita?
La ropa de ella le queda muy bien, tiene unos pantalones rosas que se ajustan bien a sus piernas y tiene un abrigo azul claro que la hacer ver muy colorida, tal vez tiene la misma edad que Anderson y deduzco que es una persona alegre ya que su sonrisa aún no desaparece.
—Emilia, te lo explicaré luego. La verdad es que no vinimos a visitarte —confesó él un poco apenado —. Pero prometo que volveré a pasar el tiempo contigo... Como de pequeños.
La mujer, que ahora se que se llama Emilia se ve confundida. —No hay problema, pero te ves preocupado. ¿Pasa algo?
El nos observa con nerviosismo. Desde que le dije sobre la plantación se ha visto muy preocupado.
—Te lo diré absolutamente todo, lo prometo. Pero primero debo ayudarlas —Emilia nos observa con preocupación y antes de decir algo, Anderson la interrumpe —. ¿Sabes donde están los mediadores?
La sonrisa de Emilia desaparece y asiente con la cabeza.
—¿Pasa algo grave? Si realmente sucede algo malo con estas dos chicas preciosas debes decírmelo para que pueda ayudarlas —dice Emilia dirigiéndome una sonrisa —. Confío en ustedes en que me dirán lo que sea que esté ocurriendo. Y respecto a los mediadores, ellos están en su zona de reuniones, acaban de llegar de la expedición por lo que justo ahora están comiendo su almuerzo.
—Gracias, te veo luego —se despidió y antes de darse la vuelta le brindó un abrazo.
Nos despedimos de Emilia y seguimos nuestro camino, debemos encontrarnos con los mediadores y espero que realmente puedan ayudarnos. Volteo y me doy cuenta de que Emilia entra a su casa nuevamente.
—¿Quién era esa buena mujer? —pregunta Anelly soltando mi mano y corre hacia Anderson para quedar a su lado y tomar su mano —. Es una buena mujer, ¿quien es?
—Es mi mejor amiga desde que éramos niños, ella siempre me aceptó por lo que soy, así que confío mucho en ella —le responde él.
—Yo también tuve amigos en la plantación. Una de ellas se llamaba Nancy, ella siempre me apoyaba en mis travesuras, y Adam... Adam era el mejor.
Anderson sonríe ante la respuesta de Anelly. Me desconcentro un momento al ver que una pareja se encuentra volando sobre nosotros, también son géminis, como yo. Parecen estar riéndose desde lo más alto y se dan un beso mientras están en esa altura, luego desaparecen volando escondiéndose entre las nubes. Concuerdo con Anelly, también me encantaría tener amigos, conocer a otros Homoelementals de mi mismo signo seria genial.
Cuando al fin nos detuvimos, pude visualizar a un enorme grupo de personas comiendo en una mesa larga y con varias sillas suficientes para todos, sobre esta hay todo tipo de platillos apetitosos.
La zona de reuniones de ellos es en una mesa al aire libre.
—Allí están —dice Anderson y suspira —. Ellos son los mediadores.
Muchos de ellos charlan y ríen, la mayoría son hombres robustos y muy poco son delgados, pero aún así son hombres jóvenes, incluso creo que tienen menos de cuarenta años. Visten de trajes de diferentes estilos, algunos tienen túnicas y otros pantalón y camisa pero todas sus prendas son cafés, seguramente para identificarlos como mediadores, o ese es el color de sus uniformes.
—Son extraños —comenta Anelly y vuelve a mi lado tomando mi brazo. Ella se ve asustada.
—Extraños pero confiables, aunque a algunos de ellos les gusta mucho la pelea —Anderson señala hacia una parte especifica de la mesa. En donde dos hombres, uno robusto y con barba y otro más delgado y con el cabello café hasta las orejas han empezado una discusión.
Los dos se levantan de las sillas y comienzan con leves empujones mientras se insultan.
—¡¿Qué dijiste?! Puedes insultarme a mi pero a mi madre. ¡Jamás! —el robusto empuja al otro mediador y este reacciona de manera inesperada, abre su boca más de los normal y justo en el interior de su boca empieza verse una luz roja. Es un Aries, creo que, creo que está a punto de escupir fuego. Comencé a temblar del miedo y me posicioné frente Anelly como modo de defensa, Anderson se acercó más a nosotras observando la escena.
El hombre robusto extiende sus brazos y estos de inmediato se ven envueltos en fuego que incluso logro ver desde aquí que queman los bellos de su brazos.
—¿Así que quieres pelear, eh? —le dice el mediador de signo leo.
Los leo lanzan bolas de fuego, y los Aries escupen fuego, si realmente van a pelear se desatará una terrible pelea. Por suerte, un hombre intervino, este tiene una camisilla blanca que deja a la vista su tonificado pecho y sus brazos musculosos, viste también de un pantalón café, el cabello de este es negro y se encuentra desordenado. Finalmente, ese extraño hombre que salió de la nada se posiciona en el medio de los dos hombres mientras cruza sus brazos sobre su pecho y niega con la cabeza.
—¿Acaso son niños o qué? Pelear por esa razón tan inútil hace que me den vergüenza —la voz de ese hombre es gruesa y firme —. ¿Olvidaron que somos los mediadores? ¡Debemos dar ejemplo!
El mediador de Aries hace que la llama en su interior se apague y cierra su mandíbula nuevamente, por otro lado, el hombre robusto perteneciente a leo apaga el fuego en sus brazos. Estos dos se dirigen nuevamente a la mesa en silencio y solo se limitan a mirarse con odio.
—Él es William —nos informa Anderson a nuestro lado —. Es el sublíder de los mediadores y hermano menor de mi antigua novia, yo le agrado y sé que nos ayudará.
De pronto, aquel William nos observa un tanto confundido y a pasos lentos se acerca a nosotros lo que hace que me sienta intimidada. Su mirada fría y calculadora solo me provoca desconfianza.
—¿Anderson? ¿Y tú que haces aquí? —pregunta William y se posiciona frente a nosotros, primero observa a mi hermana, luego me analiza de pies a cabeza y por ultimo se centra únicamente en Anderson, quien está a mi lado —. ¿Quiénes son tus acompañantes?
El tono de voz de William no demuestra interés alguno, solo se ve confundido.
—Debo informarte acerca de algo, necesito que las ayudes —le responde.
William bufó.
—¿Informarme acerca de qué? ¿Es importante? Justo ahora estoy en mi almuerzo, no he comido nada durante horas, y ayudarlas... —él se centra en mí —. Ni siquiera las conozco, sé perfectamente que no son del centro de cabañas y sabes que solo ayudo a habitantes de esta zona. ¿De qué trata todo esto?
Confío en Anderson, se que él lo convencerá de que nos ayude.
—William, por favor, debes ayudarlas. Te lo explicaré, pero aquí no, vayamos a un lugar más privado.
William se queda inmóvil mientras duda por un momento, se le ve enojado ya que interrumpimos su almuerzo pero al final cede a escucharnos.
—Síganme, iremos a mi casa —nos indica.
Contengo una sonrisa, y nuevamente comenzamos a caminar siguiendo los pasos de William.
Anelly y yo nos observamos como lo hacíamos siempre, estoy segura de que las dos estamos igual de nerviosas como la primera vez que nos encontramos con Anderson, es el mismo sentimiento, pero la única diferencia es que William no es tan amable, y no se ve como el tipo de persona en el que se deba confiar.
—Por cierto, escuché que fueron de expedición y... —dijo Anderson buscando entablar una conversación con William —. ¿Les fue bien?
—No lo sé, no fui con ellos. Solo fueron a explorar el bosque a ver si algo andaba mal. Has estado muy ausente, Anderson. Estar solo no le hace bien a nadie —responde William mientras sigue avanzando. Nos estamos alejando de los demás mediadores y ahora solo caminamos por la pradera —. Has estado mucho tiempo en la cabaña y te has perdido de los planes de la líder. Ella planea agrandar más el territorio del centro de cabañas, quieren que la comunidad crezca más que la comunidad de los rebeldes.
¿Rebeldes? ¿De qué estarán hablando? Anelly y yo permanecimos calladas mientras seguimos sus pasos y escuchamos aquella conversación.
—No entiendo, pero si los rebeldes no son un peligro, solo no quisieron seguir las reglas de la líder —cuestionó Anderson —. Solo digo que la líder ha estado actuando muy manipuladora, y el hecho de querer agrandar este lugar más de lo que ya es... Diría que es excesivo.
—Opino igual, ella solo quiere extender este lugar para ser superior a los rebeldes, yo debí de ser el líder, esa mujer no sirve para el mandato.
Nos estamos acercando a una cabaña, alrededor de aquella se forma un rio que recorre casi toda la pradera y no hay cabañas vecinas. Seguramente esa es la cabaña de William.
—¿Cómo ha estado Sara? —pregunta Anderson un tanto triste. Creo que Sara es su novia, bueno, ex novia.
Ellos dos comparten miradas incomodas, William aclara su garganta.
—Está dando caminatas con los niños, ella ahora es educadora de los niños en este luga. Pero aún así, deberías superarla, ya ha pasado un año desde que terminaron.
Nos detuvimos justo al lado del rio, William se posicionó frente a nosotros y cruzó sus brazos sobre su pecho, alza una de sus cejas posando su mirada en cada uno de nosotros. Anderson comprendió que ya era momento de informarle acerca de la razón por la que estamos aquí.
—¿Qué me quieren decir?
Anderson tomó aire y se rascó la nuca, está igual de nervioso que yo y Anelly solo me agarró con más fuerza.
—Es difícil de explicar —masculló Anderson, William giró los ojos irritado —. Hay una plantación de esclavos y ellas... Ellas escaparon de ese lugar, las encontré en el bosque, estaban perdidas y me dijeron acerca de todo, t-tienes que ayudarlas, ustedes los mediadores deben ayudarlas.
La expresión de aquel hombre frente a nosotros cambió radicalmente, ahora parecía asustado, confundido, no sabia si creer o no.
—¿Qué carajos quieres decir con plantación de esclavos? ¡¿Estas de broma?! Esto no es gracioso.
—E-es cierto, intenté escapar con mis a-amigos pero ellos fueron capturados en medio de nuestro escape, y mi hermana y yo logramos escapar —las lagrimas comenzaron a desprenderse de mi ojos, William está atónito —. Ustedes los mediadores deben ayudarnos a rescatar a mis amigos, por favor.
Nadie pronunció ninguna palabra en esa fracción de tiempo, solo se escuchaba el cantar de las aves y el tranquilizante sonido de la corriente de agua que pasa por el rio.
—No puede ser cierto... ¡¿Qué clase de Homoelemental haría algo así?! —gritó enfurecido —. Más les vale que me estén diciendo la verdad. Informaré a la líder y haré lo posible para que envíe a un grupo de mediadores a intervenir en esa supuesta plantación de la que hablan. Pero, ¿están seguros que es una plantación de esclavos?
—¡Si! —exclama Anelly con lagrimas en los ojos —. Los guardias de ese lugar nos maltrataban y nos obligaban a trabajar para ellos.
William se quedó pensativo por un momento y luego maldijo en voz baja.
—Ahora que lo pienso, últimamente han estado ocurriendo desapariciones de Homoelementals en esta zona... Debo informarlo inmediatamente a la líder.
—Eso es horrible —comentó Anderson con pesar —. Hay que detenerlos antes de que sigan capturando a Homoelementals para convertirlos en esclavos.
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