Capítulo 2
Aún no había anochecido por completo así que debía darme prisa, halar el carro por la pradera resultaba fácil gracias a sus útiles ruedas y yo solo debía poner un mínimo esfuerzo halándolo desde adelante.
Observo mi caminar, me resulta extraño tener estos cubridores de pies, pero gracias a ellos no me lastimaré cuando llegue al camino rocoso.
Tan solo unos minutos después, la bella y extensa pradera había terminado dando inicio a un ancho camino, que como había dicho Adam, se trata de una carretera rocosa. Di el primer paso sobre el camino para asegurarme de que los cubridores de pies me protegieran de las rocas, y por suerte así fue.
El camino se hizo más difícil para empujar el carro, y el sonido de las ruedas chocando contra las piedras me parecía verdaderamente estresante, además, el camino contenía algunos huecos que provocaba que las ruedas se atoraran, por esa razón debía empujar más fuerte.
Empecé a quejarme en voz baja mientras sentía gotas de sudor bajar por mi frente y un sofocante calor en todo mi cuerpo, sentía que mis brazos no podían más debido a la fuerza que debía invertir empujando el carro y mis pies temblaban extrañamente.
—Vaya pero que tenemos aquí... ¿Una esclava?
Me detuve al escuchar una voz masculina no tan gruesa frente a mí y mantuve mi mirada fija en el suelo. Llevaba demasiado tiempo caminando y no me había percatado de que ya había llegado al portón.
Levanté mi mirada del suelo, frente a mí observé al guardia al que Nancy le teme tanto, su cabello rubio está peinado hacia atrás y sus ojos cafés me analizan de pies a cabeza.
—¿Una esclava?... Claro que soy una esclava —le respondí enojada.
Sus ojos color cafés desaparecieron, ahora se tornaron de un color rojo, esta vez me estaba asustando. El dio un paso hacia mí mientras mantenía su ceño fruncido y una desagradable sonrisa que me dejaba ver dos de sus dientes colmilludos.
Él me extendió su mano, y esta se envolvió de repente en un fuego ardiente, retrocedí unos pasos alejándome de él sin apartar mi mirada del fuego que cada vez incrementaba.
—¿Ocurre algo? —su voz ha cambiado, es tan gruesa y produce un eco que de un momento a otro se siguió repitiendo en mi cabeza.
Su sonrisa desapareció, los nervios recorrieron todo mi interior haciéndome sentir como mi pecho se presionaba y mi corazón se aceleraba de la misma manera que hace diez años atrás, cuando vi a mis padres morir.
—De-deja de hacerme esto —tartamudeé y sentí como mi vista se nublaba por las lágrimas contenidas, no sabía que este guardia del portón fuese así de tenebroso, pensé que no le tendría miedo, pero ahora sé que estaba totalmente equivocada —. ¡Solo abre el portón y déjame ir!
Sus ojos aún seguían rojos, y brillaban horriblemente. El sonido del portón abriéndose me hizo reaccionar de inmediato, y en cuanto estuvo abierto escapé de aquel lugar empujando el carro con todas mis fuerzas restantes.
—¡Corre! ¡Corre esclava! ¡Pedazo de cobarde! —me gritó desde atrás, con el mismo tono de voz perturbador.
Todo había sucedido demasiado rápido, con tan solo ver sus ojos, sentía el miedo recorrer mi cuerpo, simplemente no pude controlarlo.
Su forma de intimidarme sin motivo alguno dejó dentro de mi una inseguridad de cruzar nuevamente ese portón, ahora imagino todos los maltratos que Richard ha tenido que soportar por parte de ese guardia.
Seguí el camino alejándome del portón lo más rápido que pude, noto que en la lejanía se forma otro camino que lleva directamente al sector que está al lado de nosotros, al sector dos que es donde se encargan de la agricultura y artesanía.
Ese camino se junta con el que yo transito, formándose un solo camino que lleva hacia el mismo destino, el almacén.
Cuando llegó el momento del cruce entre estos dos caminos escuché una voz familiar a mi lado, su tono suave despertó sentimientos en mí que no había sentido hace tiempo. Y su olor me hizo reconocerlo en un instante.
—¿Hola... Tania? —nuevamente me llamó.
Giré de inmediato un tanto nerviosa y me topé con alguien que no imaginaba volver a ver, el chico alto y guapo que antes trabajaba en mi sector se encontraba frente a mí. Cubría su pelo negro con la capucha de su suéter y sus ojos verdes solo se centraban en los míos.
—Clay, hace tanto que no te veo —reí nerviosamente.
El no sonrió, simplemente alzó sus cejas y se acercó más hacia mí empujando su carrito de madera sin esfuerzo, antes estaba bastante delgado pero veo que se ha puesto en forma.
—Si, ha pasado mucho tiempo. Para ser más exactos han pasado tres años, ¿mucho, no?
Asentí y tragué saliva, verlo nuevamente traía recuerdos que había olvidado por completo.
Cuando tenía diecinueve años, este chico trabajaba en mi sector y me había enamorado perdidamente de él, trataba de acercarme pero él siempre me evitaba, no sabia por qué, pero tiempo después me enteré de que su novio aún sigue en mi sector... Si, él es homosexual.
—Vamos juntos al almacén.
Los dos empezamos a caminar juntos pero a distancia, no quise observarlo de nuevo por que entonces correría el riesgo de enamorarme perdidamente de él.
—¿Cómo está Erick?... ¿Ha comido bien?
Al preguntarme por su novio, me siento decepcionada sin razón alguna, no tengo ningún tipo de amistad con él y por lo tanto no debe importarme.
Dudo por un momento.
—Siendo sincera, lo he visto por ahí pero no hablo con él... De todas formas, quien va a estar bien en este lugar.
—Pues los de tú sector sí —suspira.
—¿De qué hablas? No somos felices, ningún esclavo lo es —fruncí el ceño y lo miré confundida.
El carro se había vuelto más fácil de empujar, esta carretera había dejado de tener tantas piedras a solo ser tierra, observé el carro de Clay y noté que está más lleno que el mío.
—No digo que sean felices, solo sé que su calidad de vida es más soportable. Debido a que en el sector cuatro solo van Homoelementals que no saben manejar muy bien su habilidad o que simplemente no sirven en otro sector, todo aquello ha hecho que en su sector haya menos vigilancia, dándoles la ventaja de poder robarse la comida y al menos sobrevivir... —él se toma una pausa y prosigue —. En cambio, en los del sector uno, muere un esclavo cada semana y son reemplazados por nuevos esclavos, y hoy ha muerto un niño de mi sector debido al hambre.
Agaché mi mirada reflexionando todo sobre aquello, pertenezco al sector cuatro y nunca hemos tenido inconvenientes con la comida. El sector cuatro es donde los esclavos de menos utilidad son ubicados, yo soy uno de ellos, soy géminis, signo de aire, pero aún desconozco mis habilidades... Tengo veintiún años, y al parecer no he podido encontrarme.
Agilizamos nuestro paso, cuando al fin llegamos, Clay se separó de mi lado y se adentró en el almacén que era similar a un establo, este está construido con madera que ya se ve en mal estado y su puerta es de tamaño mediano, lo suficiente para que mi carrito entre. Lo empujé una ultima vez atravesando la puerta y encontrándome finalmente en el interior.
A los lados, en las paredes se encontraban varias estanterías y los esclavos presentes eran varios que dejaban lo que sus cabañas consiguieron en el día, todos eran diferentes, ancianos, jóvenes e incluso me sorprendió ver a una niña encargándose de dejar la comida.
Al final del lugar, observé al chico de signo agua que antes me gustaba, Clay... Pero ahora ya no debe importarme.
Las estanterías están marcadas por un pequeño letrero que señala el lugar en que debe ir cada cosa. Cogí la canasta con los peces que mi pequeña hermana cazó de la quebrada y los dejé en su lugar junto con canastas aún más llenas y con peces de varias especies, lo mismo hice con las prendas que había cocido Nancy, de igual forma con los cultivos y frutas de Richard y Adam.
De pronto, observé que desde la puerta trasera del almacén, que llevaba a los sectores uno y tres se acercaba un grupo de esclavos, cada uno con varias canastas. Me sorprendió ver a una chica joven, peinada con una hermosa trenza larga adornada con flores azules, que quedan perfectas con su cabello rubio y vestido azul, y al mismo instante la reconocí, se trata de Lindsay.
Su mirada se topó con la mía y se detuvo un momento para analizarme y asegurarse de que realmente era yo.
Mi mejor amiga, que antes consideraba como otra hermana está frente a mí.
Sus labios se curvaron hacia arriba formando una sonrisa y se acercó rápidamente hacia mí extendiendo sus largos brazos, ella me brindó un abrazo, que a diferencia de Nancy, este era reconfortante y bastante cariñoso.
—Tania, ¡qué gusto verte de nuevo! —me susurró al oído aún abrasándome, ella empezó a llorar silenciosamente en mi hombro, pero yo contenía mis lagrimas.
El almacén es silencioso, los guardias que vigilan el interior para verificar que no robáramos nos observan.
—Lindsay, yo también te extrañé demasiado, no sabes cuanto he estado esperando este momento para volver a verte y abrazarte —me reí en voz baja por la alegría y unas cuantas lágrimas se desprendieron de mis ojos.
Lindsay se alejó de mí y se secó las lagrimas, también se limpió la mucosidad que salía de sus orificios nasales y nuevamente sonrió.
—¿Cómo estas viviendo ahora en tu sector? —le pregunté.
Ella tomó su canasta y empezó a poner las cosas en su lugar, pensé que me había ignorado pero en realidad lo estaba haciendo para que los guardias no nos regañaran por estar conversando. Repetí su acción mientras nos comunicábamos a murmureos.
—Es difícil trabajar en las chozas de coser las prendas —habló sobre su sector, y me hizo sentir triste al recordar lo que Clay me había dicho —. Mucho, mucho trabajo Tania. No te imaginas cuanto, y ha pasado algo terrible en mi sector...
—¿Qué ha pasado? —levanté mis cejas sorprendida.
—Una chica de signo géminis intentó escapar volando —sus palabras me hicieron sorprender de inmediato —. Ella empezó a levitar en el aire y por poco traspasa el muro, pero un Homoelemental de aries le escupió fuego y esta se vio envuelta en llamas. ¡Fue horrible!
Sentí que sus palabras me congelaron, pertenezco al signo géminis así que posiblemente esa sea mi habilidad, y si intento escapar así, ¿moriría?
—Y no solo eso, hay un chico nuevo en mi sector y está en la jaula —me informa.
Aún sigo tomando las canastas y poniéndolas en su lugar mientras Lindsay se mantiene a mi lado murmurándome para que nadie más nos escuche.
Desvié mi mirada de ella y observo como los demás esclavos se apuran, este lugar es verdaderamente sofocante por el calor que producen las velas esparcidas por todo el lugar.
—¿Qué pasa con el chico? —le pregunto tratando de comprender por qué lo menciona.
—Pronto será llevado a tú sector, es de sagitario... Así que ten mucho cuidado.
De pronto un guardia del almacén toma a mi amiga del brazo, siento una presión en el pecho y los nervios aumentan temiendo a que sea castigada por estar hablando conmigo.
—Hora de volver al sector.
Lindsay asiente y me mira por ultima vez, sus ojos reflejan tristeza.
—Tania, cuídate amiga... Dile a Anelly que la amo y agradécele a Richard todo lo que hizo por mí.
Asentí con la cabeza conteniendo mis lagrimas.
El hombre se llevó a mi amiga quien ya había terminado de dejar las canastas, yo de igual manera había terminado, y debía volver a mi sector antes de que me obliguen a la fuerza.
***
Seguí por el camino esta vez solitario, Clay se había marchado del almacén mucho antes que yo, y ya todo había oscurecido, las estrellas brillaban hermosamente en el cielo pero esta vez no podía apreciarlas, los pensamientos que invadían mi cabeza no permiten mi tranquilidad.
Lo que dijo Lindsay sobre esa chica géminis me asustó bastante, pero me alegraba saber que si es mi habilidad, algún día podría volar en los altos cielos, y posiblemente, si no sucede una misma desgracia... Escaparía de aquí junto con mi hermana y los demás.
Cuando volví a la cabaña todos estaban sentados alrededor de la mesa comiendo manzanas y tomates, les informé sobre el chico nuevo. Somos cinco en esta cabaña y se supone que deberíamos ser seis, así que posiblemente se una a nosotros.
Cuando le dije a Anelly sobre Lindsay ella estalló en lagrimas. Lindsay la amaba y Anelly igualmente le tenía mucho cariño, incluso creo que la ama más que a mí.
Richard se puso realmente alegre por mi noticia. Pero no me atreví a decirles sobre lo otro que me había dicho Lindsay sobre los acontecimientos horribles en su sector, como aquel intento de escape que terminó realmente mal.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro