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Capítulo 11

Once años tuve cuando empecé a comprender la situación de la plantación de esclavos, nada era lo que parecía en ese momento, creía que ese era mi hogar, por que claro nací allí y no conocía nada del mundo exterior. Cuando no desarrollabas tus habilidades o simplemente se veían inútiles, eras removido al sector cuatro, por suerte estuve acompañada de mis padres en el mismo sector, pero no todos los pequeños niños inocentes tenían aquella suerte, eran alejados de sus padres y obligados a hacer trabajos que le costarían incluso a un adulto.

Los demás sectores, consideraban a mi sector como "suertudos", ya que nuestra vigilancia era poca. Solo un guardia merodeaba en la media noche y luego se iba a dormir o a vagar con sus demás compañeros, excepto el guardia del portón, aún recuerdo sus ojos que demostraban ese enojo, mis padres siempre me advirtieron de él, decían que era un hombre comprometido con su labor y se la tomaba muy enserio, habían personas en mi sector que decían que aquel guardia se entraba a algunas cabañas y los golpeaba o le hacia otras cosas a las mujeres, pero... era muy pequeña para entenderlo. En nuestro sector, podríamos obtener la comida que quisiéramos ya que nadie nos vigilaba, lográbamos llegar a las rejas que separaban los sectores y observábamos a los demás, incluso, nos arriesgábamos a pasar comidas por las rejas, Richard también hizo aquello, recuerdo que cada mañana despertaba con una canasta repleta de manzanas y se las pasaba una por una a un amigo que estaba al otro lado de la reja, en el sector dos, hasta que un día dejó de hacerlo. Los guardias lo descubrieron y lo castigaron, pero hasta el día de hoy Richard no nos ha dicho como fue su castigo y siempre se ha negado a hablar de eso.

No fue hasta el día en que murieron mis padres, que por fin comprendí que el lugar en el que estaba no era para nada bueno, era terrible.

Estoy feliz de haber escapado, pero nuevamente una pregunta sigue merodeando por mi cabeza... ¿Y si somos encontrados?


Seguimos caminando hasta que el sol empezó a ocultarse, me siento sorprendida al saber que hemos pasado horas y horas sin detenernos, y ninguno se había quejado de lo cansado que estaba o de la larga caminata, ni siquiera mi hermana, aunque bueno... Richard la llevó cargada la mitad del camino, luego ella caminó un poco y ahora, yo soy la que la sostengo en mis brazos mientras ella se sostiene de mi cuello y mira el bosque curiosa.

Richard va más adelante guiando nuestro camino, y desde aquí puedo sentir su respiración agitada.

—Padre, ya está oscureciendo. ¿Qué haremos? —Adam camina con esfuerzo mientras sostiene varios troncos de madera.

—Hijo, simplemente síganme, aún nos queda un poco de luz antes de que anochezca por completo, y debemos aprovecharlo.

—Pero tengo frio, y estoy cansada —replicó Nancy.

Dirigí mi mirada hacia atrás, Nancy se detuvo por un momento y se arrodilló en el suelo, quise ayudarla pero Anelly me lo impidió con su irritante movimiento entre mis brazos.

—¿Qué te ocurre? —le pregunté tratando de ocultar mi enojo.

—¡Tengo miedo! —ella dejó de moverse y se cubrió el rostro con ambas manos.

Seguimos caminando por lo que parecía ser una colina no muy empinada, esta vez no pude llevar a mi hermana en brazos para poder mantener mi equilibrio.

Ahora nuestro camino se tornó un poco más empinado, sostuve la mano de mi hermana y a la vez me sostuve de varios troncos para no caer resbalada, hasta que por fin nos detuvimos, la colina nos ha traído a una zona plana y sin tantos árboles alrededor, al parecer estamos en una montaña no tan grande, si no más bien pequeña, pero si te posabas en la esquina y mirabas hacia el frente podrías observar la silueta de los cientos de árboles, e incluso de montañas más grandes aún.

—Aquí podemos pasar la noche —indicó Richard finalmente y la mayoría suspiramos del alivio y del cansancio.

—Está bien —Adam caminó por el lugar, tratando de conocerlo a pesar de que ya está oscuro —Hace frio, así que haremos una fogata. Tania ven ayúdame a traer esos troncos —me ordenó Richard.

Él señaló hacia dos enormes troncos que están en el suelo, y que pertenecían a árboles caídos solo que estos ya no tienen sus ramas, simplemente están allí. Caminamos hacia ellos y él lo tomó de un extremo y yo del otro, luego con nuestra fuerza lo levantamos del suelo y lo llevamos hasta el centro de la zona plana y despejada. Lo mismo hicimos con el tronco restante, solo que esta vez lo dejamos frente a frente con el otro, dejando un espacio en el medio.

Adam le extendió los troncos a Nancy y esta los recibió dudosa, él se acercó y extendió sus dos brazos con delicadeza hacia los lados, rocas pequeñas comenzaron a levantarse del suelo.

—¿Qué haces? —le pregunté pero no obtuve respuesta.

Llevó las rocas hacia el centro de los dos troncos, que ya mantienen su distancia, y las posicionó formando un circulo.

Ahora empiezo a comprender lo que está haciendo...

Nancy se acercó con los troncos restantes y los dejó en el circulo que las rocas formaban, luego se sentó en uno de ellos con los brazos cruzados sobre su pecho mientras tiembla del frio.

—Richard ¿Qué es eso? —preguntó Anelly acercándose a Richard.

—Haremos una fogata, pequeña —le respondió y le acarició el cabello —. ¿Por qué no te sientas junto a Nancy mientras la hacemos?

Anelly asintió y se sentó junto a Nancy, las dos se abrazaron esperando con ansias el calor.

—Bueno... Alex —comenzó diciendo Adam.

Alex se encuentra frente a nosotros, pero durante el recorrido no se atrevió a decir ni una sola palabra.

—Eres sagitario, ¿no? ¿Por qué no nos das una mano con esto? Necesitamos de tú ayuda.

—No voy a permitir que me utilicen como si yo fuese un objeto, además... ¿Por qué debería ayudarles después de todo? —Alex soltó un bufido, dejando en claro su enojo.

El se sentó en el tronco que está frente a Nancy y Anelly.

—Pero está haciendo demasiado frio, deja tú orgullo a un lado y por favor ayúdanos aunque sea por ultima vez —Richard trató de convencerlo, pero Alex se mantuvo en silencio.

No creo que una persona tan arrogante como él se atreva a ayudarnos, ya es demasiado con su orgullo y su mala personalidad, pero así es Alex. ¿Qué más se puede hacer?

Me senté junto a mi hermana, y las tres esperamos allí. El frio empezó a invadirme de repente por mi falta de movimiento corporal, y de un momento a otro comencé a temblar.

Richard y su hijo también se sentaron a nuestro lado dejando solo a Alex en el tronco restante. Y de verdad me satisface ver como este ha comenzado a temblar también.

—¡Joder! ¡Lo haré! ¡Lo haré! —exclamó furioso.

Hasta que finalmente cedió. Con el enojo que invadía su ser se acercó a los troncos de madera y con tan solo un roce con sus manos hizo que el fuego cubriera los troncos en un instante.

Una horda de calor nos invadió a todos, y nos acercamos aún más para poder calentar nuestros cuerpos.

Extendí las palmas de mis manos hacia el frente, y sonreí al sentir el calor.

Anelly comenzó a reír de felicidad, y siendo cuidadosa se acercó a mí y repitió mi acción, también extendió sus brazos y abrió las palmas de sus manos para calentarlas.

—Me gusta estar aquí, hermana. Antes no por que tenia miedo. ¡Pero me alegro de que nos hayamos ido de ese lugar tan malvado!

Reprimí una pequeña risa, ahora todos comenzamos a sentirnos de buen humor nuevamente.

—Sean cuidadosos, no se vayan a quemar como cuando Adam se quemó con una vela en la cabaña —Richard se burló.

—¡Padre! ¡No me avergüences!

Nancy se echó a reír, y solo sonreí. Al observar a Alex noté que está mirando a Adam, pero... Su mirada me transmite inseguridad, tiene el ceño fruncido y percibo que algo malo planea hacer, o tal vez solo estoy imaginando de más.

Nos mantuvimos allí cerca de la fogata por un rato hasta que nuestra temperatura corporal subiera, luego nos ubicamos en los troncos.

—¿Y ustedes que quieren hacer cuando logremos alejarnos de la plantación? —preguntó Nancy reprimiendo una risa.

Adam levantó la mano sonriente y con entusiasmo dijo: —Pues mi padre y yo queremos conocer el mar, no sé, tal vez haremos una cabaña frente al mar y viviremos allí.

—¡Yo también quiero conocer el mar! Richard dice que es hermoso —exclamó mi hermana emocionada.

Nos reímos de ella, su expresión de emoción más bien parece una mueca bastante graciosa.

—Yo, cuando estemos lo suficientemente lejos, volveré a buscar a mi abuela, aunque no sé si... No sé si siga viva, cuando fui raptada por los guardias de la plantación mi abuela ya era lo suficientemente vieja como para morir —esta vez fue Nancy la que habló con cierto tono de nostalgia.

En ese instante las risas se desvanecieron, ahora el ambiente se tornó triste y un tanto nostálgico. Recordar como fueron raptados o como fue la vida en la plantación no es un tema para sonreír ni charlar, es algo serio, algo que posiblemente arruinó gran parte de nuestras vidas.

Richard se acercó hacia ella y tocó su hombro como consuelo, varias lágrimas empezaron a desprenderse de los ojos de ella.

—Te entiendo, pequeña. También me raptaron cuando era joven, mis padres ya estaban demasiado mayores, ahora están muertos, supongo... Ese lugar arruinó nuestras vidas, pero ahora debemos empezar a reconstruirlas, por que de verdad escaparemos de ese lugar.

Asentimos a la misma vez confiando plenamente en sus palabras.

—Claro que lo haremos, nosotros escaparemos cueste lo que cueste, así que Nancy. No te preocupes, encontraras a tu abuela y si ya no está, nos quedaremos a tú lado —le dije.

Nancy sonrió y se acercó a mí para abrazarme, por primera vez su abrazo me pareció sincero y reconfortante.

—Padre, nunca me dijiste como fuiste raptado, y como conociste a mamá.

Richard miró a su hijo sorprendido, y luego me miró a mí. Al parecer no quería hablar de todo aquello, no ahora.

Abrí mi boca a punto de responder y cambiar de tema pero para mi mala suerte mi hermana volvió a ser la niña curiosa otra vez.

—¿Tienes madre, Adam? ¿Qué pasó con ella? —Anelly se movió en el tronco emocionada por saber, pero ella no sabe, es demasiado pequeña como para comprender la muerte.

—Tenia una madre igual que tú Anelly, y los demás —Adam sonrió posiblemente al recordar a su madre. De pequeña se supone que la vi, pero ahora no recuerdo como era su rostro —. Pero, murió al haber sido descubierta robando cultivos y frutas del almacén.

Abrí mis ojos sorprendida negando disimuladamente con la cabeza, la madre de Adam no murió así. Observé a Richard quien me mira posiblemente ya sabiendo mis pensamientos, él se mordió el labio y trató de contener las lágrimas pero su hijo no se dio cuenta.

¿Cómo es que Adam no sabe aún como es que murió su madre en realidad? Ella murió junto a mis padres. ¿Richard engañó a su hijo? ¿Pero por qué?

Recordé que yo aún no le he dicho a mi hermana como murieron mis padres, posiblemente no tenga el derecho de pensar así de Richard, tal vez hubo alguna razón justificable.

—Voy a caminar un rato, quédense aquí, ahora vuelvo —nos dijo Richard y se introdujo entre los árboles caminando hacia un rumbo desconocido, quizás para pensar.

—¿A donde creen que va? —preguntó Nancy.

Me levanto del tronco en el que estaba y todos me observaron.

—Iré con él, quédense aquí hablando, volveremos enseguida.

Y así lo hice, empecé a seguir a Richard introduciéndome entre los pocos árboles.

Nuevas revelaciones se vienen en el próximo capítulo y... quien sabe, tal vez una tragedia se aproxima.

¡Gracias por leer! ¡Nos vemos en próxima actualización!

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