Capítulo 3
-¿Por qué te demoraste tanto? –Gaara mantenía su vista entre el reloj de su auto y la cantidad de transito que le mostraba su GPS. Si hacía acrobacias en la carretera, tal vez podrían llegar antes de que tocara la campana.
-Naruko que no deja de impedir mi vida estudiantil –gruñó ajustándose el cinturón de seguridad.
-¿Qué fue esta vez?
-Algo de que Deidara volverá.
-¿Tu hermano mayor?
-El mismo.
El auto arrancó 20 km más de lo aceptado, literalmente volaron hasta la escuela. En el camino Gaara le lanzaba uno que otro improperio a Naruto por su tardanza y lo amenazaba con abandonarlo la próxima vez que hiciera algo parecido.
Lo difícil de llegar tarde no era que te cerraran la puerta, sino saber en dónde aparcar. Suertudamente la campana sonó cuando ambos ya estaban adentro, pero el lugar en donde Gaara había dejado el auto se encontraba casi a la salida, por lo que tuvieron que hacer una carrera para llegar al gran edificio.
-Te juro que para la próxima si te abandono. Temari me va a matar.
Temari, hermana mayor de Gaara, era una mujer de carácter fuerte y muy apegada a las reglas. Gaara pagó las consecuencias de desobedecerla con la extracción total de sus cejas, castigo por tatuarse en la frente.
-Pero te queda bien ese nuevo look –le dijo Naruto cuando lo volvió a ver días después de su trauma.
Desde entonces Gaara le tenía cierto temor y respeto a Temari en todo, que Kanguro sea reemplazado. El verdadero miedo se encontraba en su hermana.
-No creo que sea muy tarde, si se lo explicamos al maestro tal vez nos deje entrar.
-Si como no –ironizó-. Hay que decirle que tu amada hermana te hace las mañanas imposibles y por eso siempre llegas tarde.
-Sonaba mejor en mi mente –rebuznó con deje-. ¿Entonces qué? ¿Dejarás que te castiguen por algo que no hiciste?
-Oh, claro que no –rió maquiavélicamente-. Te echaré toda la culpa como el buen amigo que eres, y por ser realmente tu culpa, lo aceptaras.
-Gaara –bufó-. Yo no pensaba que eras así.
-Yo no pensaba que venir contigo al colegio me haría llegar tarde y mira ahora.
-Tú sabes que no fue mi culpa.
-Pero Naruko es tu hermana, no la mía.
-Ah sí, en ese caso te reto a pasar una semana con ella a ver si terminas llegando algún día.
-Eso es obvio, hay algo llamado reloj corporal.
Ambos empezaron a dar sus quejas y argumentos en contra de otro a puertas del aula. Cada vez con el tono mucho más elevado e insultándose en el camino. Al parecer el profesor no lo pudo soportar más ya que con un portazo les abrió la puerta.
-¡¿Qué ocurre aquí?! –gritó Iruka.
Los jóvenes callaron y se arreglaron el uniforme desacomodado por los jalones, cada uno con la cabeza baja. Iruka mantenía su gélida mirada en ellos furioso.
-¿Y bien?
Una negra cabellera se asomó por entre la puerta y los observó intrigado. Vio como el rubio levantaba una mano para explicarle las cosas y de cómo el pelirrojo a su costado negaba otras. Al final terminaron castigándolos a ambos y mandándoles a detención por un día.
-Es un dobe –exclamó cuando ellos entraban al aula.
Misteriosamente solo Naruto escuchó la frase, remedando de camino:-Y tú un teme.
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-¡¿Qué tú hiciste que?! –Leo la empujó contra la pared del salón a tal magnitud que se hiso una grieta en ella.
Libra agradeció ser inmortal, de lo contrario aquel golpe de gracia la hubiera mandado al otro lado en cuestión de segundo. Pero tampoco era tan débil, sostuvo las muñecas de su opresor y lo empujó lejos de su cuerpo.
Inmediatamente se le acercó Cancer y la cacheteó.
-Es mi Santo –exclamó girando la mejilla, un fino hilo de sangre escurría por la comisura de su labio y algunas de las piedritas que se le habían clavado cuando los gemelos Géminis la empujaron solo se incrustaron más-, yo haría todo lo que sea por él.
Aries y Piscis sostuvieron a Cancer antes de que la vuelva a herir, mientras tanto Capricornio impedía a Sagitario atacarla.
-No seas tonto –le susurraba-, ella no merece tus golpes.
Sagitario dejó de insistir en ir hasta ella, pero eso no impidió que otra fuera.
-¿Tan lejos has llegado como para enviar a nuestros Santos por el tuyo? –Escorpio se movía en línea recta, meneando su cabello negro azabache en el camino para darle cierto toque peligroso. Cuando solo estuvo a unos metros de ella le escupió-. ¿En realidad eres tan estúpida?
Libra no bajó la cabeza, es más, la levantó con orgullo. Ella estaba al 100% segura que ninguno, por más que lo intentara, podría matarla. Pero si herirla y castigarla. Desterrarla de su título y vivir para siempre en las sombras.
-Tal vez solo fui yo quien en realidad formó un lazo con su Santo –jaleó sosteniéndose con dificultad de la pared. Limpió con repulsión la saliva de Escorpio y arregló su desordenado cabello-. Tal vez ustedes solo lo veían como un juguete que tarde o temprano se rompería y podrían reemplazarlo.
De improvisto saltó Acuario disparándole un buen puñetazo, mandándola algunos metros para el fondo del gran salón. Luego corrió y le dio otra más, y luego otro. Libra escupió una gran cantidad de sangre y cubría su cuerpo con sus manos, puede que se regenerara a gran velocidad, pero los hematomas que Acuario le ocasionaba iban a un nivel superior. Estuvo siendo atacada por un buen tiempo, casi rompiéndole la columna en el acto.
-No hables de nosotros como si nos conocieras –susurró cuando se alejó de ella.
Ninguno hiso algo por ayudarla, simplemente eran espectadores de su sufrimiento y lamentándose de no tener mayor cuidado con sus esclavos.
Libra logró pararse al minuto, las heridas ocasionadas por Cancer y Acuario ya casi desaparecían, pero el sentimiento era peor que una apuñalada.
-Todos retírense –gruñó Leo al final-, yo me haré cargo de ella.
Entre los signos, la jerarquía no existía. Cada uno tenía su virtud y su defecto, pero ellos sabían cuáles eran las habilidades del otro y entendían muy bien que llevarle la contraria a Leo era simplemente inaudito. Aparte de Libra, nadie estaba tan demente como para hacerlo.
La primera en salir fue Aries, le acompañó Piscis junto con Capricornio y Sagitario. Después poco a poco salía el resto, Escorpio lanzándole una mirada de muerte, los gemelos Géminis maldiciéndole con los ojos, Acuario quien sobaba sus nudillos, Cancer que solo apretaba los puños y Tauro. El único que no la atacó fue Tauro, pero eso no significaba que no estuviera molesto.
Cuando todos llegaron a retirarse, Leo cerró la puerta y colocó una barrera.
-¿Qué me vas a hacer como para haber sacado a todos?
Sus piernas temblaban por el dolor que aún experimentaban. Su habilidad era el ataque y recuperación médica, pero se le complicaba mucho moverse después de una larga sección como la que experimentaba.
-Primero algunas preguntas –la jaló del brazo sorprendiéndola. Usó mayor fuerza de lo acostumbrado porque Libra se asustó al ver que no se podía liberar.
Con su otra mano intentó huir, pero el agarre de Leo era sorprendentemente fuerte.
-¿Y después? –murmuró nerviosa.
Leo la agarró de la cabeza apegando sus caras a tan solo una corta distancia.
-Veré cual es el castigo que se acomode mejor a ti.
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