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— Les he dicho como mil veces que no salgan con otakus y ustedes nomas no entienden. — Jimin responde a su última donación ya bien ofendido

— ¿Alguien más? Aquí tengo la plancha en serio, no me pregunten como se usa porque no sé, la estoy dando por eso. — la plancha que estaba aún aún su caja aparece en cámara, cuando otra donación suena en la pantalla

" ¿cuando harás directo conmigo?"

— Ah Taehyung, tu eres el que me tiene abandonado. Falso, vete.

" una vez se enamoro de mi un cholo, pinto mi nombre y el suyo en el puente de mi pueblito "

— Si no escriben tu nombre en un puente, no te ama y punto. — Cuando la comida se le acaba, tira su plato a la basura para seguir leyendo las historias de su chat, a risas para burlarse de sus problemas amorosos sabiendo que él está más solo que una piedra en medio del desierto (yo)

" responde mi llamada "

Salió otra donación con el nombre de su amigo, Taehyung.

Y desde hace tiempo que ambos han estado separados por azares del destino que les brindo oportunidades diferentes a ambos, haciendo amigos separados, haciendo proyectos diferentes, creciendo en condiciones diferentes.

— El infiel vuelve a casa.

Pronto aparece el timbre donde Taehyung ya esta conectado al otro lado de la llamada

— Jimiiin, hagamos contenido juntos, como antes. Ya estoy libre otra vez-

— Cuando me eras fiel, traidor. Andate con la otra, shú. — con un ojo en el chat, se lío todo el tema de su bromance con Taehyung, a veces se le iba de las manos.

— Cállate cuál otra, no hay otra. Eres el único para mi

Al rodar los ojos, Jimin deja la pantalla minimizada de su rostro porque la sangre se le estaba subiendo al rostro

— Dios mío nos van a hacer tendencia en Twitter ya cállate. ¿Quieres participar en mi concurso?

— ¿El de la plancha a vapor?

Jimin responde con un "si" mientras Taehyung se acomoda en su silla para comenzar su épica historia, con todos los ánimos de hacer reír al chico detrás de la línea telefónica, de volver a pasar tiempo juntos obviando las treinta mil personas que los estaban viendo.

Ya no había nadie, eran ellos dos, como cuando eran adolescentes tontos llamándose en la tarde luego de hacer deberes y no los consumía la vida adulta.

Jimin era su lugar seguro

Seguramente por eso le decían casita.

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