5
Los gemidos de placer se escuchaban en esa habitación, Jimin apretaba la espalda de Yoongi cada vez que lo embestía, Yoongi le apretaba los muslos o su cadera cada vez que se movía. Sus bocas se buscaban a cada oportunidad que tenían, Jimin no paraba de gemir ante todo lo que estaba recibiendo y Yoongi no se quedaba atrás, cuando llegaron Jimin lo hizo con un gemido donde decía el nombre del pálido y esté solo sentía una sensación, pero no hubo más, Yoongi salió con cuidado del interior de Jimin y miraba cada pequeña gota de sudor en su frente, en su pecho como sus pequeñas pestañas atrapaban pequeñas capas de polvo que volaba en la habitación.
—Hay que dormir. —hablo Jimin agotado.
—Antes debes limpiarte. —mencionó Yoongi.
—Lo haré mañana temprano. —murmuró.
Yoongi lo medito y se levantó y cargó a Jimin para llevarlo al baño y que esté se lavara, Jimin abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba en la tina, la cual estaba siendo llenada con agua tibia para mayor relajación. El pálido lavaba con cuidado a Jimin para no lastimarlo, él se sentía feliz de sentir el agua en sus manos, pues Jimin le había dicho que lo había creado a prueba de agua, por lo cual podía mojarse.
—¿Qué haces? —le pregunto cansado Jimin.
—Lavo tu cuerpo. —le dijo. —cada vez que tengas sexo debes de bañarte para enviar cualquier infección.
—No creo que me infecte si lo hago contigo. —se rio.
El robot negó y siguió con lo suyo cuando terminó de lavar a Jimin, él se limpió con el equipo de limpieza especial que Jimin le había traído y luego limpio la habitación todo siendo visto por Jimin el cual sonrió al ver como Yoongi se adapta rápido a su nuevo hogar. Cuando ya todo estaba listo, Yoongi palmeó la cama y Jimin se acostó en esta para dormir con él, Yoongi abrazó un poco al humano, el cual se había dormido en su pecho; él poco a poco iba cerrando los ojos para poder descansar un rato.
[…]
Cuando abrió los ojos se dio cuenta, era de día, se levantó al escuchar un ruido, cuando se dirigió a la cocina vio a Jimin el cual cocinaba tranquilo, pero al sentir su vista se giró y le sonrió.
—Que bueno que despertaste cariño. —se acercó y le dio un corto beso en los labios. —¿Puedes ir a despertar a Woozi? Se le va a hacer tarde para ir al colegio.
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