Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

O28.

ChaeYoung.

Me removí inquieta en la cama, faltando cada vez menos para el nacimiento de mis cachorros, me era muy difícil conciliar el sueño.

El aroma de Lisa había cambiado radicalmente, ella últimamente parecía haber sido absorbida por el aroma de nuestros cachorros en su totalidad.

Aquel tornándose ahora dulce y embriagante, similar al de los cachorros al ser lactantes, siendo su esencia la leche materna parecía abarcar cada rincón de la habitación.

Sólo un mes...

Estábamos prácticamente a un mes de tener a nuestros cachorros en nuestros brazos, y Lisa aún no me daba conocer el nombre que tenía para nuestra manchita número uno.

La sentí aferrarse a mi cuerpo, removiéndome incómoda al sentir lo frío y húmedo que parecía estar su pecho.

Encendí la luz de la mesita de noche, observándola detenidamente.

Ella estaba sudando demasiado, o al menos eso creí al mover el cobertor y notar mi camiseta, la cual ella usaba para dormir, completamente mojada en la parte más alta de su torso.

No estaba segura sobre si sudar así fuese normal, mi camiseta antes gris, se veía mucho más oscura de lo habitual y prácticamente podía estrujarla entre mis manos.

Nuevamente el aroma a cachorros de Lisa me golpeó como una bofetada, al acercar mi rostro hasta su camiseta.

Aún dormida y gracias a su pesado sueño conseguí quitarla, a pesar de llevar a nuestros cachorros, ella seguía siendo tan liviana como si estuviese rellena de plumas.

Acerqué la húmeda camiseta a mi rostro, sintiendo su aroma, el cual parecía haberse intensificado.

La familiaridad de este me llevó a inclinarme sobre su cuerpo, olfateando igualmente sus pechos.

El aroma estaba impregnado en su cuerpo, y parecía proveniente de todas partes.

Una idea un tanto extraña cruzó por mi mente, miré con desconfianza uno de sus senos, más específicamente los pezones, antes de subir mi mirada hasta su rostro, asegurándome que estuviese completamente dormida.

Con uno de mis dedos piqué uno de estos, viéndola retorcerse en su lugar

Sabía muy poco sobre el tema, pero ya en este punto estaba completamente segura de que eso no podía ser sudor.

Sentándome en posición de indio, me quedé a su lado, observando detenidamente sus pechos, esperando comprobar mi teoría.

Llevé una de mis manos hasta su abultado vientre, viendo a uno de mis bebés moverse allí

Aún me hacía sentir inquieta ver sus movimientos en lugar de sólo sentirlos, era un poco perturbador verles empujarse allí dentro.

Estuve bastante tiempo sólo viéndoles moverse, al menos hasta subir mi vista nuevamente hasta los pechos de Lisa, notando aquella pequeña, casi blanquecina, y un tanto transparente gota deslizar por un costado de aquel lugar.

Detuve su recorrido con uno de mis dedos, antes de llevar el mismo hasta mis labios

Podía sentir lo dulce de aquel sabor en mi lengua, aún seguía sin estar segura, por lo que esperé por la siguiente, tomando mi móvil entre mis manos mientras revisaba mis mensajes no leídos.

Al alzar mi rostro nuevamente, una nueva gota estaba a punto de caer sobre las sábanas, por lo que me apresuré a tomarla en mi dedo, llevando este hasta mi boca en un rápido movimiento sintiendo su dulce sabor con demasiado gusto.

Me tendí sobre la cama a su lado, esperando otra vez, y no tardé en recibir la siguiente.

Minutos más tarde, comenzaba a frustrarme, esta vez estaba tardando demasiado y la impaciencia se estaba apoderando de mi.

Aparté mi móvil poniendo este sobre la mesa de noche, acostándome de costado mientras recargaba mi cabeza sobre una de mis manos.

La respiración de Lisa continuaba siendo regular, por lo que tentando a mi suerte, acerqué una de mis manos hasta uno de sus pechos, presionando dos de mis dedos en torno a su pezón.

Una pequeña gota asomó de inmediato, e inevitablemente re-lamí mis labios.

Tristemente Lisa se removió incómoda, rascando su pecho, y pude ver con claridad mi pequeño logro ser desplazado con facilidad por una de sus manos.

Lisa me enviaría a dormir con el perro que no teníamos de por vida, si seguía intentando algo mientras ella estaba dormida.

Fruncí mis labios pensando en ello al verla voltear en dirección opuesta a mi, re-lamiendo mis labios al conseguir un buen vistazo de todo lo que era mío al deslizar las sábanas, terminando estas por caer a un costado de la cama, y dejar su cuerpo a la vista.

Apagué la luz, regresando a mi posición tras ella, y abrazando su cuerpo por la espalda.

Pude notar que parecía removerse incómoda al sentir mi entrepierna frotar contra sus glúteos, aún permaneciendo en la misma posición.

Tirando de la cinturilla de su pantalón de pijama, conseguí dejarla expuesta, tomando uno de sus glúteos en mi mano.

Ella no pareció inmutarse, pero estaba completamente segura que ella podía sentirme aún entre sueños.

Bajando la parte delantera de mi pantalón de pijama, conseguí acomodarme y empujar de una vez mi pene entre sus nalgas, queriendo pasar la abertura de sus labios vaginales, pero sin tener demasiado éxito.

Tirando de su cuerpo hacia atrás, conseguí mover sus caderas lo suficiente, haciéndome de un mejor lugar, pero aún así, no conseguía mi propósito.

Me aferré a su cuerpo, tomándola por las caderas, antes de empujar mi pelvis con insistencia, colándome un poco más entre sus glúteos, y, esta vez llegar a su abertura, sólo para obtener un ronquido a cambio y verla removerse incómoda.

Suspirando frustrada, me aparté, quedando acostada sobre mi espalda, sintiéndome miserable, y una fracasada muy excitada mientras cubría mis ojos con mi antebrazo.

Bajé mi mano hasta mi propia entrepierna, dispuesta a hacer algo triste y denigrante, que ningún alfa que ya tuviera un lazo y con quién compartir su cama debería considerar.

Tomé mi erección en una de mis manos, jalando esta por mi cuenta.

Esto era tan deprimente, era como si mi sigma de un momento a otro ya no sintiera nada, y hasta cierto punto, podía comprenderla, ella estaba tan agotada todo el tiempo cargando a nuestros cachorros, que ya en este punto maltrataban demasiado su espalda por el peso.

Cualquiera que viera el tamaño de su panza podría notarlo, sintiéndome aún más desgraciada por ser una cerda que no dejaba de pensar en tomarla, mientras ella se esforzaba por cuidar de nuestros pequeños.

Deslicé una de mis manos por mis pechos, mientras mantenía mis ojos cerrados, imaginando las manos de Lisa al tomar mi pene, bombeando sobre este en un firme agarre.

Aún podía percibir de manera clara el aroma de Lisa, esto no hacía más que recordarme que ella estaba esperando a mis cachorros, consiguiendo excitarme aún más.

Porque podía o no ser enfermizo, pero me excitaba demasiado saber que ella se dejaba conmigo y que podía hacerle cuantos cachorros quisiera.

Teníamos un lazo y ella era mía, ella estaba dispuesta a tomar lo que tuviera para ofrecer.

Y de pronto sentía que tal vez cuatro cachorros no eran suficientes, aunque obviamente, si se lo dijera probablemente ella me haría ver a mi abuela bailando samba en colores, al caerme a golpes por mencionar semejante estupidez.

Dejando de una vez aquellos absurdos pensamientos de lado, me dediqué únicamente a sentir:

Su aroma y mis propias manos en mi cuerpo no estaban tan mal, no era tan bueno como sentirme totalmente ajustada en su interior, pero tampoco estaba siendo tan terrible.

Tiré del edredón dejado mi cuerpo al descubierto, sintiendo la fría brisa golpear mi piel mientras empujaba mis caderas contra mi mano, la cual permanecía quieta y firmemente empuñada en torno a mi erección.

Re-lamí mis labios sintiendo mi respiración cada vez más irregular en cada empuje, un áspero gemido escapó de entre mis labios al presionar la base de mi pene, justo sobre mi nudo, haciéndome arquear la espalda.

Estaba tan ensimismada que al abrir ligeramente mis ojos, prácticamente dejé escapar un grito exageradamente agudo para provenir de un alfa, deteniendo por completo mis movimientos al ver a Lisa observarme interesada, sentada en posición de indio sobre la cama.

Sentía mis mejillas arder en vergüenza por haber sido atrapada, incluso si se trataba de mi sigma, la situación en sí era sumamente agobiante.

—Interesante —mencionó ladeando su cabeza, sin apartar su mirada de mi rostro—, tu sigue, que no me estoy quejando. —aclaró, mordiendo su labio inferior.

De ninguna manera, ¿Estaba burlándose de mi?

Sentí una de sus manos tomar mi pene de manera firme, antes de sentir uno de sus dedos burlar la punta de este, frotando aquel lugar con facilidad producto del líquido pre seminal que brotaba desde allí, consiguiendo que alzara mis caderas, empujando mi pene contra su mano.

—¿Estás necesitando algo de atención? —preguntó delineando mi labio inferior con una de sus manos.

Si que lo hacía, pero no tenía derecho a mendigar por su atención.

Ella no debía despertar en primer lugar, sólo debía descansar correctamente.

Sus labios sobre los míos me hicieron disipar cualquier duda que tuviese respecto a mantenerse despierta.

La sentí tomar mi labio inferior entre los suyos, dejando una suave mordida en aquel lugar.

Buscando su comodidad y la de nuestros pequeños, me senté en la cama, extendiendo su cuerpo antes de tomar nuevamente sus labios en un beso, intentando mostrarme calmada para no parecer exigente.

Una de mis manos se detuvo sobre su abultado vientre, acariciando el lugar antes de subir esta por su pecho, trazando mis labios por su mandíbula conseguí llegar hasta aquel lugar, en donde podía distinguirse con claridad mi marca.

La expresión placentera en su rostro, al igual que la humedad en la parte baja de su pijama, me hizo saber que le había gustado bastante el espectáculo que había montado de manera inconsciente antes de notar su presencia.

Sentía mi corazón latir acelerado en mi pecho al acercar mi rostro hasta el suyo, en donde el aroma antes mencionado se coló por mis fosas nasales, haciéndome prácticamente gemir complacida.

Rodeando uno de sus pezones entre mis labios, conseguí succionar este, sintiendo nuevamente en mi lengua aquella dulce y tibia esencia que había tenido el gusto de probar antes de hacer el ridículo por mi cuenta.

Recibiendo rápidamente una fuerte cachetada de lleno, la cual impactó entre mi mejilla y parte de mi oreja.

Ella me empujó de inmediato, buscando apartarse y resguardando sus pechos entre sus brazos.

La mirada culpable en su rostro me hizo saber que no esperaba golpearme así de fuerte, más bien había sido un acto reflejo por proteger de alguna manera su intimidad.

—¿Estás bien? —preguntó preocupada—, lo siento.

El rubor extendiéndose desde sus mejillas hasta su cuello y orejas, me hizo saber que ella era muy consciente de lo que estaba sucediendo, y ni siquiera se había molestado en comentarme aquello.

—Estoy bien —admití—. ¿Porqué no me lo dijiste? —fue lo único que conseguí preguntar luego de algunos minutos.

—No es relevante —respondió aún avergonzada—, no tenías porque saberlo.

—Me hubiese gustado saberlo —mencioné segura—. ¿Desde hace cuanto me he estado perdiendo todo esto?

—No demasiado tiempo —negó—, el doctor Lee dijo que era completamente normal que sucediera un tiempo antes de dar a luz.

Una de mis manos se deslizó por sus pechos, siendo apartada de inmediato por ella.

—¿Porqué no quieres que te toque? —pregunté confundida.

—No me siento cómoda con esto —apartó la mirada—, no es agradable que suceda cuando estamos intentando algo.

—No es un problema para mi. —aclaré.

—Dices eso para no hacerme sentir mal —insistió—, es de lo más mata pasiones que nos ha pasado, y si consideramos que suelo abofetearte y jalar tu cabello mientras lo hacemos, eso es decir demasiado.

—En verdad estás equivocada —mencioné segura—, me gusta que sea así, eso me recuerda que ya estamos cada vez más cerca de conocer a nuestras manchitas.

—Aún falta algo de tiempo. —comentó acariciando su vientre.

—¿Contracciones? —pregunté igualmente llevando mi mano hasta su vientre, y notando la rigidez allí.

—Si, pero no siento algún tipo de dolor o malestar. —señaló.

El costado izquierdo de su pecho lucía algo rojizo, y por un momento temí haberla lastimado siendo demasiado ruda.

—Está bien —aclaró probablemente sintiendo mi malestar—, no eres ruda, si un poco bruta, pero eso parte de tu encanto.

—No creí que me consideraras encantadora. —mencioné divertida.

—Si no lo fueras aunque sea un poco, no tendrías oportunidad —aclaró—, si estoy llevando a tus cachorros es gracias a ese mínimo encanto.

—¿Ahora es mínimo? —pregunté sonriendo burlona—. ¿Sólo con eso bastó?

—El tamaño compensa bastante lo demás que te falta. —mencionó divertida, tirando de mi brazo hasta dejarme acostada, acomodándose de medio lado muy aferrada a mi.

Sentía su vientre presionar uno de mis costados, pasando uno de sus brazos por sobre mi cuerpo mientras recargaba su cabeza sobre mi pecho.

—Estás fría —comenté sintiendo la piel de su espalda al rodearle con uno de mis brazos—, si quieres puedo darte otra camiseta.

—Estoy bien así —mencionó cubriéndonos con el edredón—, quitaste mi camiseta. —me acusó.

—Estaba mojada, podías pescar un resfrío si te dejaba así.

—La idea era dormir hacia el lado contrario a ti para que no lo notaras. —se quejó.

—Me gusta este nuevo aroma. —aclaré, dejando un beso sobre su coronilla.

Finalmente conseguí deslizar una de mis manos por sobre su pecho sin que ella me apartara, un suspiro escapó de entre sus labios al sentir uno de mis dedos rozar tentativamente uno de sus sensibles senos, su respiración tornándose un tanto irregular mientras escondía su rostro en mi pecho.

Sentí toda mi sangre viajar hasta mi entrepierna al sentir su respiración errática humedecer mi piel, a la vez que un profundo gemido escapaba de entre sus labios, siendo este amortiguado al deslizar sus labios igualmente por mi pecho.

Pude sentir su lengua trazar un camino hasta mi cuello, ella parecía estar necesitando demasiada atención.

Le sentí morder parte de mi cuello, antes de que sus labios se apropiaran del lugar.

El aroma de su excitación probablemente estaba impregnando cada rincón de la casa, ella estaba siendo demasiado intensa y sus hormonas estaban fuera de control.

Al menos durante algunos minutos, le ví apartarse repentinamente, sacudiendo su cabeza un tanto desorientada.

—¿Estás bien? —pregunté.

—Si —respondió—, me siento un poco mareada., tal vez me moví demasiado rápido.

—¿Estás segura? —pregunté preocupada.

—Muy segura —aclaró frotando sus ojos—, creo que necesito usar el baño. —la ví tragar saliva en repetidas ocasiones.

Le ayudé a levantarse, acompañándola al baño aún sin que me lo pidiese.

Sólo bastó con que entrara para que prácticamente se aferrara al retrete, devolviendo todo lo que tenía en su estómago.

Tomando la primera camiseta que encontré, cubrí su espalda antes de arrodillarme a su lado, frotando esta por sobre la delgada tela.

Estaba haciendo bastante frío, pero ella parecía inmune a este.

Al alzar su rostro luego de eso, pude notar su expresión cansada y demasiado agitada.

Sus mejillas estaban más ruborizadas que antes, y sus labios, al igual que su rostro, lucían ligeramente hinchados.

Sus ojos vidriosos, producto de las lágrimas retenidas, no ayudaban a calmar mi preocupación.

La ví llevar una de sus manos hasta su sien, agachando su cabeza.

—Siento mis oídos tapados —se quejó—, como si estuviera bajo el agua.

—¿Es eso normal? —la miré desorientada—. ¿Debería llamar a Lee? —pregunté.

—Si. 

Tragué saliva sintiéndome repentinamente inquieta.

Ella siempre creía que yo estaba exagerando, y que no era necesario llamar a Lee por nada, pero esta vez ella parecía estar preocupada, y eso hacía que quisiera arrancar mi propio cabello con mis manos.

Me apresuré a salir de la habitación, prácticamente corriendo antes de buscar a Minnie, no podía dejar a Lisa a solas mientras arreglaba todo para salir rumbo a la clínica.

Minnie lucía tan desorientada como yo al explicarle la situación, pero un destello de comprensión en su mirada me hizo saber que la única que no entendía una mierda entre las dos era yo.

—Llama a Lee y luego a una ambulancia. —comentó luciendo calmada.

Sentí mi alma prácticamente abandonar mi cuerpo al oírle decir esto último de camino a la habitación.

—¿Una ambulancia para que? —balbucee preocupads.

—Según lo que me has dicho, parece tener un alza de presión —comentó—, cuando eso sucede durante el embarazo debes llamar a una ambulancia. —aclaró.

—¿Es riesgoso?

Ella me observó detenidamente, supongo que intentando evaluar mi estado de histeria.

—Si, puede ser riesgoso —aclaró—, las alzas de presión durante los últimos meses de gestación son un riesgo pero también algo bastante común, Lisa no es la primera ni la última en sufrir una, sólo has esa llamada —insistió—, estamos a tiempo si hacemos esto de buena manera, sólo actúa con normalidad, como una alfa sensata —agregó—, no necesitamos que Lisa esté histérica, eso sólo empeoraría las cosas —negó—, tu sólo llama al Doctor Lee, yo me encargo de la ambulancia y lo demás.

Me apresuré a llamar a Lee, sintiendo mi corazón latir desbocado.

El estaría esperándonos allí, por lo que sólo restaba ir por Lisa.

—¿Puedo ayudar en algo más? —balbucee viendo a Minnie afuera de su habitación, acompañado de JiSoo, quien vestía un pijama con estampado de conejos.

—¿Llamaste al Doctor Lee? —preguntó.

—Lo hice. —mencioné sudando en exceso.

—Ve por el bolso de Lisa  —comentó, y la observé aturdida—, Lisa  tiene preparado su bolso en caso de emergencias ¿Verdad?

Oh, si, ella lo tiene —asentí rápidamente recordando el bolso con sus artículos que debía llevar al llegar la fecha—, iré por el.

Rápidamente me dirigí rumbo a la habitación por el jodido bolso, esperando que todo esté bien, y no sea más que una falsa alarma el tema de su presión.

Minnie.

JiSoo continuaba viéndome incrédula desde que ChaeYoung había desaparecido en el interior de su habitación.

—No le pediste el bolso de los cachorros. —señaló.

—Si lo hacía ella probablemente terminaría por enloquecer —suspiré cansada—, debería llamar a JinYoung, ella necesitará algo de contención si la presión de Lisa no consigue estabilizarse y tienen que realizar esa cesárea de emergencia.

—Te ahorro el trabajo de llamarlo, ahora mismo lo hago yo. —mencionó dejando algunos golpes en la puerta de mi habitación.

Un fuerte golpe se escuchó en el interior de mi habitación, haciéndome saber que probablemente la alfa había roto algo allí.

—No sé a quien pretendes engañar. —comentó divertida.

—Podría decir lo mismo de ti, pero tengo tantas opciones que no sé por donde empezar. —respondí.

—No te equivoques, quien está ahí es Jennie —aclaró—, y eso se debe únicamente a que su compañera de piso llevó a un chico hasta su apartamento y no tenía donde dormir —mencionó—, estamos viendo ‹‹el guardaespaldas››, si me levanté fue porque iba a preparar más palomitas de maíz en el microondas.

—Deberías traerla contigo a la clínica, mientras más ayuda mejor —admití—, teniendo dos alfas para tolerar lo pesado que se pondrá ChaeYoung, la convierte en un problema menor —agregué, escuchando las sirenas de la ambulancia—, avísale a Shin, JinYoung y yo nos iremos por nuestra cuenta, ChaeYoung probablemente irá con Lisa  en la ambulancia.

—¿Es normal que ChaeYoung sude tanto cuando quien va a parir es Lisa? —le escuché preguntar.

—No sería ChaeYoung si no estuviera hiperventilando. —me encogí de hombros.

Lisa podría con esto, ella podía hacerlo, estaba completamente convencida.

Eso siempre que las abrumadoras sensaciones y crisis de pánico de su alfa no la hicieran actuar estúpidamente.

¡Gracias por leer!

🌷

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro