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O24.

ChaeYoung.

Desayunar en familia nunca había sido tan incómodo como hasta entonces.

La mirada de JiSoo bajaba cada algunos minutos hasta el vientre de Lisa, sin poder dismilularlo muy bien.

—Me gusta tu camiseta. —mencionó repentinamente.

—Gracias, es mi favorita. —respondió mi sigma.

Aquella camiseta le quedaba al menos dos tallas más pequeña de lo que ella esperaba, y sin poder, ni querer evitarlo, mis ojos brillaban al ver su abultado vientre.

Ya se notaba más que pronunciado, nuestras manchitas estaban creciendo rápidamente.

Eso era maravilloso, la parte incómoda recaía en que, por lo visto, algunas personas no sabían guardar sus opiniones respecto a la decisión de Lisa de no subir de talla respecto a su ropa.

—Al menos no es una camisa —mencionó Minnie—, podrías sacarle un ojo a alguien con un botón si reventara.

—Divertida —mencionó sin una pizca de gracia Lisa, tomando un bocado de su desayuno—. ¿Te molesta si busco algo en tu nido?

—Con mi nido no. —amenazó Minnie.

—Con mi peso tampoco —frunció el ceño Lisa—, estoy cargando a dos bebés, es natural que mi vientre esté así de pronunciado tan pronto.

—Confirmo —mencionó JinYoung—, las manchas deben alimentarse bien, además el parece no salir jamás de casa es normal que suba de peso, ya que no tiene actividad física.

—Eso es lo que quiero que creas —mencionó Lisa, con una sonrisa traviesa bebiendo de su leche chocolatada—, seguro tengo más actividad física que cualquiera de ustedes. —admitió de manera descarada.

—No deberías beber tanto chocolate. —comentó JiSoo.

—Yo bebo lo que quiero —se quejó—. ¿Verdad que si?

—Es muy cierto —le dí la razón—, los cachorros están a semanas de cumplir cuatro meses de gestación, por lo que podremos verlos otra vez.

—Y saber si son niños o niñas. —aclaró BamBam, dejándome completamente pasmada.

—¿Se puede teniendo sólo cuatro meses?

—Claro que sí —admitió—, sólo si ellos lo permiten, hay muchos casos en que no se puede distinguir con claridad.

—Necesito verlos —suspiré exasperada—; necesito saber que están bien.

—Estoy segura que están todo lo bien que se puede estar, estando cerca de Lisa por tanto tiempo. —mencionó Minnie.

—¿Es que acaso no tienes una casa? —se quejó mi sigma—, estás todo el día aquí, y en realidad no puedo culpar a Cho por querer mantenerte lejos de sí misma a diario, pero no tenemos la culpa de ello —señaló molesta—. ¿Porqué debemos cargar con el muerto?

—Que ella huela como uno, no quiere decir que lo esté. —aclaró BamBam.

—No huelo a muerto —frunció el ceño Minnie, olfateando su ropa—, o tal vez un poco, pero es porque llevo tres días usando la misma ropa.

—Nunca te había visto usando eso. —mencionó interesada JiSoo.

—Es ropa de mi alfa —aclaró—, usé lo demás en mi nido, así que sólo quedaba esto, y estaba en la cesta de ropa sucia.

—¿Dejaste tu nido a solas? —preguntó aturdido BamBam.

—Pero dejé con seguro, y traje las llaves conmigo, así que nadie puede acercarse. —comentó conforme.

—¿Qué hay de tu alfa? —preguntó JiSoo.

—Tomé sus llaves también. —se encogió de hombros.

—¿Cómo va a entrar a su casa? —pregunté aturdida.

—Tendrá que esperar a que regrese. —respondió.

JinYoung y yo la miramos aturdidos, sin saber cuanto de lo que decía era cierto, o si sólo bromeaba.

—Ella tiene que venir por mi igualmente, así que no es un problema —suspiró—, ustedes los alfas son tan lentos.

—Es difícil saber cuando estás bromeando.

—Ya que hoy no hay reuniones importantes, imagino que podemos quedarnos en la cama durante lo que resta de día —comentó Lisa, viéndome interesada—, no tengo ganas de nada.

—Yo diría que tienes ganas de todo. —aclaró Minnie.

—Tengo ganas de algo ácido. —mencionó Lisa, re-lamiendo sus labios.

—Puedes lamer tu brazo, y problema resuelto. —se encogió de hombros Minnie.

—Alfa. —volteó en mi dirección repentinamente.

—¿Qué tan ácido?

—Tarta de limón —mencionó—, o pepinillos —corrigió—, pueden ser ambas, necesito ambas —aclaró—. Y tienen que ser de la tienda que está a dos cuadras de mi apartamento, no confío en como las preparan en las demás tiendas.

Intenté no lucir asqueada, pero sentía mi estómago revuelto sólo con pensar en una tarta de pepinillos.

Ella por el contrario, tragaba saliva luciendo ansiosa, a la vez que continuaba re-lamiendo sus labios.

—¿Algo más? —pregunté.

—Limones de pica. —mencionó.

—¿Dónde se supone que consiga limones de pica? —balbucee aturdido.

—¿Porque ofreces cosas si no las puedes conseguir? —frunció el ceño, molesta.

Busqué mi móvil enviando un mensaje a un número bastante familiar, que últimamente me solucionaba la vida en sólo algunos minutos.

—¿Algo más? —pregunté.

—Cigarrillos. —aclaró.

—No puedes fumar en tu estado —negué—. ¿Desde cuando fumas?

—No los voy a fumar yo —mencionó—. Lo harás tu.

—Yo no fumo.

—Entonces alguien más.

—¿Eso cuenta siquiera como un antojo?

—No es un antojo, pero recuerdo que cuando mamá esperaba a Kunpimook, la casa siempre olía a tabaco.

—¿Es eso algo bueno?

—No, pero estoy nostálgica —frunció el ceño—, sólo trae los estúpidos cigarrillos.

—No voy a fumarlos. —me negué.

—Eso veremos. —me miró amenazante.

—Cada cigarrillo que me fume acortará mi vida —mencioné—. ¿Quieres que muera? ¿Quién cuidará de ti y de nuestras manchas entonces?

—Es un sacrificio que estoy dispuesta a aceptar —se encogió de hombros—, vivirás lo suficiente hasta verlos nacer, el tiempo luego de eso es ganacia para ti.

—JinYoung va a fumarlos. —señalé.

—De ninguna manera —negó—, no fumo.

—Entonces no habrá cigarrillos y ya, no los compraré. —me crucé de brazos, intentando lucir confiada.

—Peor para ti, tendrás que fumar orégano envuelto en hojas de una Biblia.

—Estoy completamente segura de que eso es considerado herejía.

—Es lo que digo, Dios va a castigarte —aclaró—, tal vez mueras incluso antes que por los cigarrillos.

—Bien, voy a fumar los estúpidos cigarrillos.

—Y duermes en el sofá sin beso de buenas noches —la miré aturdida—, no me gusta el sabor. —aclaró.

—Debo cepillar mis dientes antes de dormir. —mencioné.

—Deberías comprar un enjuague bucal extra fuerte entonces —mencionó—. ¿Lo estás anotando?

—Puedo recordarlo.

—Eso dices, pero luego vas a olvidar todo al llegar a la tienda.

—No es cierto. —mencioné segura, antes de salir de casa en busca de las cosas.

Estaba tan segura que podría recordarlo, al menos hasta llegar a la tienda.

El Guardia comenzó a verme con desconfianza después de la cuarta vuelta por los pasillos de la tienda.

Tomé un cartón de huevos poniendo estos en el carro, sólo para que deje de verme.

Podía recordar la tarta de pepinillos, pero nada más.

Puse un frasco de pepinillos en el carro, notando que no sólo habían de un tipo, Lisa no especificó nada sobre ello, pero alguien que se antojaba de una tarta de pepinillos no podía tener un paladar tan fino ¿O si?

Pude ver a la distancia el pasillo con artículos para bebé, y algunas cosas útiles para omegas.

Muy decidida, pasé de largo por aquel pasillo, sin prestar demasiada atención.

Nuestras manchitas aún no habían nacido, así que no necesitaba nada de allí.

Observé curiosa a un pequeño bebé que cargaba una pequeña pelota de goma, él se veía feliz.

Esa pelota lo hacía feliz.

—Disculpe —me aclaré la garganta, viendo a la mamá de aquel niño—, la pelota, ¿La compró aquí?

—Si —respondió la mujer de manera amable y con una dulce sonrisa—, están en el pasillo de artículos para bebé.

—Gracias. —respondí, haciendo una reverencia antes de empujar el carrito hasta aquel pasillo.

Habían pelotas de goma allí, de muchísimos colores, también bandanas, y pequeñas muñecas de tela.

Me acerqué hasta un guante de béisbol que estaba acompañado del equipamiento necesario para jugar un día domingo en el parque .

Me aclaré la garganta viendo un tanto paranoica a mi alrededor, antes de ponerlo igualmente en el carro, tomando de paso dos muñecas de tela, y dos pelotas de goma de distinto color.

Me disponía a salir del pasillo antes de comprar algo más, pero un promotor llamó mi atención, por lo que me acerqué escuchando disimuladamente lo que le estaba diciendo al grupo de personas que habían allí.

—¿Están en oferta? —pregunté, habiendo escuchado aquel pequeño detalle, los pañales seguían siendo costosos incluso en oferta, pero parecían ser los mejores, y mis manchas merecían sólo lo mejor.

—Lo están —admitió—. ¿Busca alguna talla en especial?

—Recién nacido. —mencioné avergonzada, creyendo que tal vez él podía juzgarme por estar comprando estas cosas tan pronto, aún sabiendo que era imposible que supiera que mis manchas no habían nacido aún.

—¿Va a llevar los dos? —preguntó haciendo alusión a la oferta.

—Mejor cuatro —comenté—, son dos bebés.

Antes de poder contenerme, ya estaba presumiendo a mis bebés con él promotor.

No se suponía que llevara demasiadas cosas, pero él creyó que sería una buena idea que comprara también talco, lociones, shampoo, crema emulsionada, algodón, paños de tela, aceite para masajes, tanto para los bebés como para consentir a Lisa, además de una caja de chocolates rellenos con crema de avellanas para que los bebés se muevan en la pancita de mi sigma y consiga sentirles.

—Soy nueva en esto, lamento las molestias. —me disculpé con él agradable y joven beta.

—Siempre es bueno algo de ayuda cuando se es primeriza —comentó con una sonrisa traviesa—, estoy completamente seguro que su omega quedará fascinado.

—De hecho, es una sigma. —aclaré.

Sus cejas se alzaron notablemente, antes que su boca formara una exagerada ‹‹o››.

—En toda mi vida sólo he conocido a una sigma —admitió— ellos son, podría decirse... —se aclaró la garganta —. Un tanto especiales.

—Lisa lo es —admití—, muy especial, es única.

—¿Lisa? —preguntó interesado—. ¿Se refiere a Lalisa Manoban?

—¿La conoce?

—Claro —asintió—, ella trabajó como promotora aquí —admitió—, es increíble lo pequeño que es el mundo.

—No lo sabía, ¿Fue hace mucho?

—Creo que va a cumplirse un año desde que la despidieron.

—¿La despidieron?

—Le arrojó algunos artículos a un cliente que la trato de incompetente —mencionó—. Igualmente, creo que ella tenía razón en hacerlo, el tipo era horriblemente molesto —suspiró—, Lisa es la única sigma que he conocido en mi vida, es maravilloso saber que ella acabó por formar una familia, podría darle mis saludos si no le supone una molestia, mi nombre es TaeHyung por cierto.

—No es molestia, por supuesto que lo haré, soy ChaeYoung —me presenté igualmente—, fue un gusto conocerte, y nuevamente gracias por tu ayuda

—No fue nada —comentó sonriendo de medio lado, antes de alejarse—, nos vemos, espero la próxima vez Lisa y los pequeños la acompañen.

Aseguré todo en la parte posterior del auto, antes de poner las tartas junto a las galletas favoritas de Minnie en el asiento delantero, al igual que los frascos de pepinillos en la guantera, para que no corrieran riesgos de romperse.

No podías ser lo suficientemente precavida cuando se tratara de embarazadas.

—¿ChaeYoung? —la voz de RyuJin llamó mi atención.

—Shin. —respondí en reconocimiento.

—Llevo varios días llamándote —aclaró—, le dejé algunos mensajes a Lisa para saber de ustedes, pero no me dice demasiado sobre ti.

—Si querías verme, podías simplemente ir a casa. —comenté despreocupada.

—Tampoco es tan urgente —admitió—, no he tenido mucho tiempo.

—¿Tiene eso algo que ver con Lisa?

—Claro que no —negó—. ¿Debería?

—Considerando que contrataste a un sigma para meterse en mis asuntos, y encontrar a EunBi, no sé que tanto pueda esperar de ti.

—Sé que suena muy mal —comentó—, pero realmente estaba desesperada por encontrarla.

—Lo hiciste —me encogí de hombros—, prácticamente la entregaste en bandeja de plata a mamá, ¿Ella te dió una medalla, o algún reconocimiento especial por entregar a nuestra hermana?

—Claro que no —frunció el ceño—, mamá sabía que estabas cubriendo a EunBi desde hace mucho, pero ella no pretende hacer nada al respecto.

La miré detenidamente, intentando evaluar la trampa implícita en sus palabras, pero ella parecía hablar sinceramente.

—Ella mencionó que no hará nada respecto a EunBi, y que no le suponía un problema que ella estuviese viviendo contigo —aclaró—, dijo que ahora teníamos un problema aún mayor.

—¿Cuál es ese problema? —pregunté interesada.

—Creo que ella está preocupada por tu seguridad —mencionó—, rodeó un amplio perímetro en torno a tu casa con sus centinelas.

—¿Cree que poner a sus matones cerca de mi sigma me hará sentir más segura? —le ví removerse incómoda al mencionar esto último, por lo visto, ella no estaba sobre llevando demasiado bien que Lisa sea una sigma.

—Chae, no es necesario ser tan dura con ellos —comentó—, si mal no recuerdo, igualmente tienes a uno de los suyos en tu compañía.

—Era necesario —admití—, nadie podría cuidar mejor de nuestra hermana en mi ausencia.

—¿Esa guardiana aún está resguardando a EunBi?

—Lo está. —admití.

—Sé que fue una estupidez investigarte así —suspiró—, pero sabes que si te hubiese preguntado directamente por ella, no me lo hubieses dicho.

—No puedes culparme, sólo bastó con que te enteraras para que mamá también lo supiera.

—Ella no hará nada con respecto a EunBi, y ahora lo sabes.

—Porque ahora está ocupada buscando la manera de meterse con mi familia. —me quejé.

—Eso no pasará —aclaró—, de ninguna manera permitiré que ella intente algo que te perjudique.

—No está en tus manos.

—Tampoco es relevante si esté o no a mi alcance, o al tuyo —negó—, ella no puede hacer nada contra EunBi o Lisa ahora mismo, sus manos están atadas.

—Eso la vuelve aún más peligrosa.

—Creo que debes comandar a los centinelas en tu favor —mencionó repentinamente, recibiendo una mirada incrédula de mi parte—, debes hacerles una oferta más lucrativa que la de mamá, y usarlos en tu beneficio para proteger a Lisa.

—Exceptuando a un par de ellos tal vez, los demás no son confiables.

—Lo son —admitió—, son tan confiables, que mamá no tiene la más mínima idea que contrataste a una de ellos para resguardar a EunBi.

—¿No se lo has dicho?

—Sólo estaba buscando encontrar a EunBi, en ningún momento pasó por mi mente hundir a tu familia, y deberías saberlo.

—Sube. —señalé el auto.

—Traje mi auto. —balbuceó.

—Puedes venir por el más tarde, ahora sube. —insistí.

Sin ánimos de discutir, ella hizo lo que le ordené.

—¿Para que son las tartas? —preguntó interesada.

—Para usarlas de bastones mientras jugamos Hockey sobre césped —mencioné sarcástica—. ¿Que otra utilidad le das a las tartas?

—Fue una pregunta estúpida —negó luciendo avergonzada—, entonces... —se aclaró la garganta—. Tengo tantos privilegios en la empresa como Cho MiYeon, y no creo que sea buena idea involucrarla en esto.

—¿Porqué? —pregunté desconfiada.

—Es su empleo lo que está en juego, y tengo entendido que su familia crecerá pronto, estaría arriesgando demasiado —aclaró—, lo mismo aplica a JinYoung, mamá no dudará en sacar de su camino a quien sea necesario.

—Entonces, ¿Haríamos esto sólo las dos? —pregunté interesada.

—Mamá está siguiendo tu rastro de cerca, como yo lo veo, la única manera en que puedas abrirte paso con los centinelas es si yo consigo hacerles ceder —argumentó—, mamá nunca sabrá que sus centinelas trabajan para ti, y por lo demás, Lisa estará completamente a salvo siendo protegida por ellos.

—¿Qué es lo que ganas tu con todo esto?

—No necesito ganar nada —suspiró—, sólo necesitaba a EunBi de regreso, y bueno, ella está contigo, a salvo de cualquier peligro —admitió—, tristemente no gracias a mi.

—¿Quieres hablar con ella? —pregunté interesada—, eres consciente de quien es ¿Verdad?

—Lo soy —asintió—, no te haces una idea lo frustrante que es saber que estuvo todo este tiempo rondando a mi alrededor.

—Era necesario —comenté segura—, ella ha estado a salvo todo este tiempo, y es lo importante.

—¿Crees que mamá sería capaz de hacerle daño a Lisa aún cargando a tus cachorros? —preguntó repentinamente—, sé que no debo preocuparme por EunBi, ya que está fuera de riesgos, pero Lisa es un tema delicado, ella espera a tus bebés.

—Estoy tan segura de ello como de que me van a meter los dos frascos de pepinillos que están en guantera por el culo por tardar tanto en la tienda —suspiré—, de aquí a que lleguemos a casa, Lisa ya tendrá algún otro antojo extraño, como nachos con mermelada, o pizza con piña.

—Me gusta la pizza con piña. —admitió.

—Y después te preguntas porque la gente no te toma en serio, y no quiere pasar tiempo contigo. —negué asqueada.

—Estás desviando el tema principal —mencionó acomodando el cuello de su chaqueta—. ¿Debo llegar a un acuerdo con el comandante?

—Llegar a un acuerdo con ese tipo es una misión difícil, por no decir imposible.

—Si consideras los malos tratos que han recibido por años trabajando para mamá, yo diría que podría estar muy interesado en escuchar tu propuesta —mencionó segura—, es la única opción que tienes, ellos pueden ir por Lisa, o pueden protegerla, es tu decisión.

—Bien —respondí luego de algunos minutos—, lo dejo en tus manos.

Considerando que el comandante de aquel grupo de centinelas es quien en algún momento resguardó la vida de mi hermana, sacándola del país en lugar de quitarle la vida, supongo que aún existe una mínima probabilidad de apelar a su buena voluntad, y evitar que cometa la estupidez de meterse con mi familia.

Lisa.

Se me irá la vida esperando que la alfa regrese con la tarta de limón y los pepinillos, tal vez algo le sucedió.

Pueden haber asaltado la tienda y tenerla como rehén.

O tal vez estuvo en un choque múltiple de autos al venir de regreso.

¿Y si unos delincuentes la asaltaron y forcejeando con ellos le dispararon en algún callejón?

Puede que esté muerta en alguna zanja, ¡Oh mierda hay demasiadas zanjas!

¡Jamás encontraremos su cuerpo!

—ChaeYoung acaba de enviarme un mensaje, viene con Shin. —mencionó JinYoung.

—Es un alivio, ya estaba cansada, y aún no revisaba ni siquiera la ubicación de la zanja más cercana —todos me miraron desconcertados—, creo que para cuando regrese, ya tendré dos cachorros más a punto de nacer. —mencioné a Minnie.

—¿Cómo es posible que esperes dos cachorros después de tener a los actuales si se supone que la alfa no ha estado presente? —preguntó pensando en ello.

—No hay más alfas en casa, así que eso sería imposible. —mencionó JiSoo.

—¿Estoy dibujado? —preguntó incrédulo JinYoung.

Oh, entonces el lacayo te hará los próximos dos. —asintió Minnie.

—Por supuesto que no. —frunció el ceño JinYoung.

—¿Cuál es tu problema? ¿Sabes cuántos alfas quisieran hacerme bebés ahora mismo? —mencioné incrédula.

—Probablemente ninguno —admitió—, el aroma de ChaeYoung es capaz de espantar a cualquier alfa, incluso si proviene de ti y no directamente de ella. —se encogió de hombros.

—Es difícil que su aroma no esté impregnado en ella, si está todo el día a su alrededor. —mencionó BamBam.

—Excepto cuando trabaja — comentó Minnie.

—También cuando trabaja, ya que Lisa decidió anidar. —respondió despreocupado BamBam.

Pude oír crujir el cuello de Minnie al voltear en mi dirección, al igual que JiSoo y JinYoung, quienes me miraron desconcertados.

—No es un nido. —aclaré.

—sólo es un lugar rodeado de prendas de vestir y artículos de tu alfa que decidiste poner en cierto punto de la casa en donde, por cierto, no nos permites entrar —mencionó—, incluso tu propio alfa tiene prohibido el acceso.

—No me gusta que toquen mis cosas.

—No son tus cosas, son de tu alfa. —me buscó pelea BamBam.

—Sus cosas son mis cosas —aclaré—, y mis cosas, son mis cosas.

—No veo quien podría negarse a semejante ofertón. —se encogió de hombros JiSoo.

—Ustedes me estresan. —me quejé llevando, mi mano hasta mi vientre antes de sentir un ligero movimiento en aquella zona, haciéndome sobresaltar.

—¿Pasa algo? —preguntó preocupado BamBam al notar mi abrupto movimiento

—Ellos están moviéndose todo el tiempo —comenté—, es sólo eso, pero aún no puedo sentirles moverse al tocar algún lugar. —mentí descaradamente.

—Hay cachorros que tardan más, no es algo por lo que deberías preocuparte. —opinó BamBam.

Me sentía horrible por mentirles, pero ellos nos podían sentir a nuestros cachorros moverse antes que mi alfa, ambas debíamos ser las primeras.

Nuevamente llevé mi mano hasta un costado de mi vientre, sintiendo a nuestras manchas removerse allí dentro.

Obviamente ya habían dejado de ser sólo manchas hace mucho, y estaba esperando ansiosa poder verles nuevamente en nuestra siguiente cita con el médico.

Según leí en los folletos de orientación que nos dieron, ellos ya estaban completamente formados de acuerdo a mi tiempo de gestación.

Ellos igualmente podían oír a ChaeYoung hablarles por las noches, tan claro como yo lo hacía mientras pretendía estar dormida.

Probablemente la alfa enloquecería al sentir a nuestros pequeños moverse por primera vez, aunque soy plenamente conciente de lo mucho que responden al oírle por las noches, jamás iba a admitir tal cosa frente a la alfa, porque eso me supondría decirle que he escuchado cada uno de sus monólogos nocturnos, y no lo considero correcto.

Se supone que eso es un momento algo íntimo entre ellos, y no está bien que irrumpa de esa manera.

Hasta hace poco consideraba inconcebible la idea de entregarme por completo a aquella necia, pero por más que lo intente, no puedo negar lo que ya es un hecho.

Ella me tiene totalmente, y no hay manera en el mundo en que eso pueda cambiar .

Supongo que así se siente estar enamorada.

¿Alguien me extrañó por aquí?

¡Gracias por leer!

🌷

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