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O15.

ChaeYoung.

Desperté al sentir a Lisa removerse incómoda, ella estaba acaparando más de la mitad de la cama para sí misma, y aún parecía no obtener espacio suficiente.

Me levanté sintiéndome sedienta y desorientada, notando por primera vez que el reloj que tenía en la sala, estaba adornando una de las paredes de la habitación.

Sin darle demasiada atención a esto, me dirigí hasta la cocina vistiendo únicamente un pantalón deportivo, ya tendría tiempo más tarde de buscar alguna otra cosa, no esperaba hacer demasiado ruido.

Despertar a Lisa podía ser considerado algo demasiado peligroso.

Al entrar a la cocina, ni siquiera noté que ya habían personas allí, por ir revisando algunos mensajes en mi móvil.

—¿Deberíamos sentirnos ofendidos? —preguntó JiSoo.

Con toda la dignidad que conseguí reunir, me senté en un banquillo en lugar de echarme a correr como una niña avergonzada.

—No tengo nada que alguno de ustedes no haya visto alguna vez —aclaré, intentando cubrir mis pechos, cruzándome de brazos tras la isla de la cocina—. ¿Hiciste pollo además del estofado? —pregunté aturdida a BamBam, quien parecía demasiado interesado en observar su comida en lugar de verme directamente.

—Tú amigo lo trajo. —balbuceó.

—¿Porqué nunca lo llamas por su nombre? —pregunté interesada, poniendo un poco de pollo en uno de los platos—, ¿Es una especie de clave entre ustedes?

—Deja de ser una entrometida —intervino JiSoo—, no es tu problema.

—Supongo que no somos lo suficientemente cercanos. —respondió igualmente BamBam.

—No creo que al le suponga un problema que lo hagas. —comenté despreocupada.

—Estoy seguro que no. —admitió.

—¿Te incómoda de alguna manera que el esté rondando por aquí tan seguido? —-pregunté intentando entender que estaba pasando entre los dos.

—Es tu casa, el puede estar aquí todo el tiempo que gustes si así lo quieres. —comentó con una sonrisa amable tirando de sus labios.

—No es eso lo que pregunté.

—No me incomoda —aseguró—, ¿Debería?

—Claro que no —negué—, el realmente está interesado. —intenté interceder en su lugar.

—Lo sé. —admitió tomando su tazón con ambas manos antes de llevarlo hasta su boca, soplando ligeramente el contenido de este antes de beberlo.

—¿Tiene alguna oportunidad?

—Prefiero no hablar sobre eso —comentó calmado—, no por ahora.

—¿Al menos estás interesado? —esta vez fue JiSoo quien preguntó.

Por lo visto el no ser una entrometida aplicaba únicamente para mi.

—No —respondió, llamando tanto la atención de JiSoo como la mía—, no estoy interesado ahora mismo.

—Pero le estás permitiendo avanzar contigo. —aclaré con obviedad.

—El puede hacer lo que quiera —se encogió de hombros—, es muy consciente sobre esto, pero aún así lo hace.

—¿Le dijiste esto? —pregunté aturdida.

—Lo hice —asintió—, pero por lo visto no está dispuesto a darse por vencido respecto a esto.

—Tal vez el no entendió tu negativa —mencioné—, puede llegar a ser muy intenso cuando algo llama su atención.

—No le dije que no lo intentara —aclaró—, simplemente le dije que ya tengo un alfa y no sería correcto ver a otros.

Estuve a segundos de escupir mi café al escucharlo mencionar esto último.

—¿Tienes un alfa? —conseguí balbucear.

—Lo tengo —admitió—, tu amigo es un tipo muy dulce, es el alfa que probablemente cualquiera quisiera tener, pero las cosas no funcionan de esta manera. —se encogió de hombros.

—¿Tu alfa sabe que estás aquí? —pregunté aturdida—, en casa de una alfa, a eso me refiero.

—No —respondió—, pero siendo sincero, el ni siquiera sabe donde vivo.

—¿Es eso siquiera posible? —pregunté aturdida—, no quiero ser grosera, pero ¿Qué clase de idiota permite que su omega se exponga de esa manera?

—No es algo de lo que debería hablar. —aclaró.

—No te preocupes, no es necesario que hables de ello si no te sientes preparado —admitió JiSoo—, yo no tengo un alfa, y creo que ya es tiempo de que evalúe mis opciones.

—¿No tienes un alfa? —fruncí el ceño—, yo soy tu alfa.

—Tú eres mi hermana. —suspiró frustrada.

—Dijiste que siempre sería la primera y única alfa en tu vida. —mencioné convencida.

—Lo dije cuando tenías cinco años —admitió incrédula—, ni siquiera te habías presentando aún en ese entonces, solo querías creer que serías una.

—Pero lo soy ahora —repliqué—, y no puedes retractarte.

—Tienes a Lalisa —se quejó—, sólo déjame en paz.

—Tengo demasiado amor para dar —admití—, no sería justo para el mundo que fuera tan egoísta y no lo comparta.

Antes de poder tomar un bocado de mi plato, sentí mi rostro estampar contra este.

La soya y los aliños producían un terrible ardor en mis ojos, pero probablemente me lo merecía por ser una descarada y hablar demás.

—Me estás obligando a tomar medidas drásticas, alfa. —comentó a mis espaldas Lisa.

—Solo estaba bromeando.

—Tus bromas me harán envejecer más rápido —se quejó—, soy una mujer precavida, y aunque haya sido una broma, toma esto como una advertencia —agregó—, no sabrás que te atacó la próxima vez.

—Copiado —respondí limpiando mi rostro con algunas servilletas de papel—, esto no se va a quedar así, sigma —repliqué—, sólo espera a que nazca nuestro cachorro y vas a ver.

—Seguro vas a estar tan embelesada con el cachorro que ni siquiera vas a recordarlo. —comentó sonriendo burlona.

—Sigue creyendo eso, mejor para mi. —me encogí de hombros

—Ni siquiera puedes recordar que comiste ayer —mencionó burlona—, probablemente mañana ya ni recordarás esto.

—Recuerdo claramente lo que comí ayer. —admití.

—¿Que fue? —me desafió.

—A ti. —respondí sonriendo victoriosa.

—Tampoco te entusiasmes tanto, mis hormonas no pueden estar así de alborotadas para siempre. —replicó.

—Me pregunto si en otras casas también hablan sobre estas cosas mientras comen —comentó JiSoo, removiendo su comida y sin muchos ánimos de continuar comiendo—, el rico siempre humillando al pobre.

—Hablas como si no supiera que te fuiste a lo oscuro con aquella tipa sexy que te ayudó a cargar los estantes hasta tu nueva oficina. —mencionó Lisa, justo antes que pudiese tomar un bocado de mi comida, me detuve abruptamente viendo a JiSoo con el ceño fruncido.

—Se quemaron los focos de la bodega —aclaró JiSoo—, tuvimos que entrar a ciegas para dejar las cajas con archivadores.

—¿Quién era la chica? —pregunté interesada.

—Nadie importante —respondió rápidamente—, una beta que trabaja de ayudante.

—Se veía como una alfa —comentó divertida Lisa—, también olía como una.

—Ni siquiera lo noté. —aclaró JiSoo tomando un bocado de su comida.

—Conoces prácticamente a todos allí -1mencioné—, ¿Me harás revisar las cámaras?

—¿Porqué harías algo así? —replicó molesta—, mi vida personal no es tu problema.

—¿Estás admitiendo que si hay algo personal con esa alfa? —mencioné incrédula.

—Claro que no —negó rápidamente—, sólo quería ayudar, nada más.

—Si es así, deberías darme un nombre para agradecerle personalmente. —comenté.

—¿Por quién me tomas? —comentó incrédula—, lo que tu quieres es espantarla.

—Claro que no —agregué despreocupada—, sólo intento ser una buena empleadora.

—¿Vas a despedirla? —frunció el ceño—, voy a molestarme muchísimo contigo si lo haces, ChaeYoung.

—¿Ya lo ha hecho? —preguntó interesada Lisa, comiendo lo que había ya en mi plato.

—Si, lo ha hecho más veces de las que me gustaría admitir —se quejó JiSoo—, podrías servir otro plato, por cierto, en lugar de comer eso.

—¿Que tiene de malo? —preguntó Lisa.

—El rostro de ChaeYoung estuvo hundido en ese plato —aclaró JiSoo, y Lisa se encogió de hombros—, tiene sus gérmenes y vas a comerlo.

—Le he comido cosas peores y aquí estoy, viva y saludable. —mencionó Lisa.

—Eso es asqueroso. —comentó disgustada JiSoo.

—¿Se llamaba JooHyun? —preguntó con una sonrisa maliciosa Lisa.

—¡Pero que hija de puta! —escuché quejarse por lo bajo JiSoo.

—¿Estás saliendo con JooHyun? —pregunté aturdida.

—Sólo me estaba ayudando a cargar los suministros hasta el segundo nivel. —balbuceó.

—Primero eran estantes hasta tu oficina, luego archivadores hasta a bodega y ahora ¿Suministros al segundo nivel?

—Ninguno de tus cochinos empleados quiso ayudarme, ella fue la única que se apiadó de mi —admitió—, te juro que si la corres te va a costar caro.

—De hecho —le di la razón—, si lo hago me va a costar carísimo, ella tiene muchos años de servicio y un despido injustificado es una demanda segura —comenté—, debo buscar una excusa rápido.

—Podría decir que me acosó. —comentó Lisa empujando un trozo de pollo con sus dedos en mi boca.

—Eso suena como una razón. —admití saboreando mi comida.

—No puedo creer lo inmadura que estás siendo, ChaeYoung.

—O podemos decir que fue la alfa que se te insinuó ayer. —comentó burlona Lisa.

—¿Una alfa se te insinuó? —preguntó interesad BamBam.

—¿Quién fue? —preguntó JiSoo.

—Gracias por nada, sigma —me quejé avergonzada—, al menos ahora ya sé que no puedo confiarte nada.

—Si quieres que te siga confiando lo mío, no tienes más opción. —me guiñó.

—¿Quién fue la alfa? —insistió JiSoo.

—Es irrelevante —me aclaré la garganta—, su celo estaba cerca, y se sentía confundida —balbucee—, tal vez fue porque Minnie estuvo en mi oficina o yo que sé, la tipa no se sentía bien.

—O tal vez le gustas —comentó BamBam después de algunos minutos de silencio—, cuando era niño tenía un mejor amigo, el siempre decía que luego de presentarnos yo sería su omega —aclaró—, el asunto es que el se presentó como un omega al igual que yo, pero nunca se interesó en algún alfa —se aclaró la garganta—, y bueno el es un omega que gusta de otros omegas.

—¿Tú amigo de casualidad está buscando empleo? —pregunté interesada.

—El acaba de contarte algo muy personal sobre su vida, ¿Y le estás preguntando si su amigo busca un empleo? —preguntó incrédula JiSoo.

—No veo algo malo en que un omega guste de otro omega. —me encogí de hombros.

—Pero si te incómoda que un alfa guste de otro ¿Verdad? —me acusó Lisa.

—No lo veo como algo malo, pero simplemente no me gusta. —aclaré.

—Eres una prejuiciosa —negó JiSoo—, insisto, de haber sabido que eras una malcriada y prejuiciosa ni me molestaba en regresar.

—Bien, tampoco es que me moleste tanto que un alfa guste de otro —me removí incómoda en mi lugar—, me parece lindo.

Intenté arreglarlo justo como hacía cuando hablaba con mamá, en base a mentiras.

—¿En serio? —preguntó asombrado BamBam.

—Muy en serio, es realmente muy lindo —admití—, el amor es amor ¿No?

—Creo exactamente lo mismo. —admitió JiSoo.

Me sentía demasiado incómoda teniendo esta conversación de omegas con ellos, sobre todo con la mirada escrutadora e incrédula de Lisa sobre mi.

—Si te parece tan adorable —mencionó Lisa—, supongo que no tendrías problema en invitar a esa alfa a cenar en casa ¿Verdad?

La sonrisa maliciosa que tiró de sus labios me hizo sentir escalofríos.

—No tendría problemas con ello —balbucee—, pero no creo que sea una buena idea traer a una alfa hasta una casa llena de omegas, esta es una casa decente.

—Estamos todos a salvo —admitió—, ella no gusta de omegas, así que no intentaría nada, al menos no con nosotros.

Ví a Lisa sonreír amplio mientras mordía su lengua.

—Aún así no creo que sea correcto. —aclaré mi garganta.

—Tu lacayo pasa más tiempo aquí, que en su casa y a el no le dices nada —insistió Lisa—, si no quieres está bien —agregó—, pero me dolería demasiado admitir que eres una prejuiciosa, no quiero pensar en que vas a enseñar este tipo de cosas a nuestro cachorro.

—Jamás educaría a nuestro cachorro en base a prejuicios —admití avergonzada—, supongo que no hay nada malo en que Cho MiYeon venga a cenar con nosotros.

JiSoo comenzó a toser ahogada, probablemente al estar atorado con un trozo de pollo, mientras BamBam dejaba pequeños golpes en su espalda.

—Ten. —le ofreció un vaso de agua Lisa, al ver que las lágrimas deslizaban por su rostro y una tonalidad rojiza se extendía por sus mejillas.

—Cho —balbuceó atorada—. ¿Cho MiYeon se te insinuó?

—¡Oh Dios! —me quejé—, ya déjalo, huelo todo el día a una mezcla interminable de omegas, obviamente a los alfas en la empresa les llama la atención —aclaré—, llevo el aroma de tres omegas y una sigma impregnado en mi. —me defendí.

—Supongo que eso explica porque últimamente los alfas se alejan de Minnie —admitió BamBam—, ella ya huele a ti, y probablemente lleva el aroma de JinYoung también.

—¿Minnie está viendo a un alfa? —pregunté aturdida.

—¿A uno? —preguntó incrédula Lisa—, a unos cuantos querrás decir.

—Es como la flor que crece en el pantano para muchos alfas en el lugar en donde viven. —comentó JiSoo y la miré incrédula.

¿Qué tan cercano se había vuelto con estos omegas en tan poco tiempo?

—Ella no ha traído a alguno a casa ¿Verdad? —pregunté.

—Nunca. —respondió rápidamente JiSoo.

—Jamás se atrevería. —apoyó en respuesta BamBam.

—Ella no sería capaz de hacer algo así. —negó Lisa.

—Sólo para prevenir algún tipo de incidente, deberíamos hablar con ella, ¿No creen? —sugerí.

—Lo haremos. —asintió BamBam.

—Es lo primero que le diremos en tanto se sienta mejor. —agregó JiSoo.

—Aunque seguro ya lo tiene clarísimo. —admitió Lisa.

—Es bueno saberlo —comenté poniendo más comida en mi plato, ya que Lisa se la había acabado casi toda—, aunque para mayor seguridad debería poner cámaras en los alrededores.

—De ninguna manera. —negó Lisa.

—No creo que esa sea una solución. —aclaró BamBam.

—Es una violación a nuestra privacidad. —agregó JiSoo.

—¿Es una violación a su privacidad que ponga cámaras fuera de la casa señalando al patio? —balbucee aturdida.

—Si crees que voy a permitirte espiar a mis hermanos o a la tuya por medio de cámaras, estás muy equivocada —comentó Lisa—, ¿Es que no te basta con verme sólo a mi? —preguntó luciendo herida—, ¿Ya no me ves lo suficientemente atractiva?

—No digas eso —negué rápidamente—, no es así, no quiero espiar a nadie —agregué rápidamente—, por supuesto que me basta con sólo verte a ti.

—Entonces ¿Porque quieres poner cámaras?

—Es por seguridad. —admití.

—No me siento más segura sabiendo que estás viendo omegas como una pervertida desde tus cámaras. —aclaró aún luciendo miserable.

—Podría entonces pedirle a JinYounh que se encargue de la seguridad —comenté—, ¿Eso estaría bien?

—Estaría perfecto. —asintió BamBam.

—Maravilloso —admitió JiSoo—, JinYoung es bueno con nosotros.

—Es un excelente guardián, estoy segura que Minnie estará de acuerdo. —comentó Lisa.

Sus respuestas tan sincronizadas me hacían pensar que tal vez estaba siendo víctima de una pequeña mafia de omegas, pero sus rostros y miradas inocentes me daban a entender que estaba siendo realmente demasiado paranoica.

Además, si ellos estaban cómodos y se sentían complacidos, recibía un buen trato y muchas atenciones de su parte.

Si ellos eran felices, también yo, pocos alfas podían presumir de mantener contentos y conformes a un grupo de omegas.

Esto definitivamente estaba alimentando muy bien a mi ego.

—Buen día. —saludo Minnie, uniéndose a nosotros.

—No debiste dejar la habitación tan pronto. —comentó BamBam.

—Ya me siento mejor —admitió—, no sé muy bien que pasó, creo que sólo fue una falsa alarma.

—Sigo sin comprender tu reacción. —negó BamBam.

—Tampoco lo comprendo, ese aroma parecía estar en todas partes —comentó sentándose entre BamBam y JiSoo—, sentía mi cuerpo arder en necesidad, y el dolor al desvanecerse fue espantoso.

—¿Al menos se fue el dolor? —acarició su cabello JiSoo.

—Sólo un poco —admitió—, me siento cansada, vacía y abandonada —lloriqueó—, creo que estoy deprimida.

Apoyó sus brazos cruzados sobre el mesón cargando su mentón sobre estos.

—¿Que te haría sentir mejor? —preguntó JiSoo.

—La alfa. —admitió.

Tanto JiSoo como BamBam voltearon en mi dirección viéndome como si fuera una Coca-Cola en medio del desierto.

—De ninguna manera —negó Lisa—, no voy a caer en tus mentiras, esa es la excusa más pobre y débil que te he escuchado decir para robarme.

—No te lo estoy robando —admitió—, sólo necesito un abrazo, eso me haría sentir protegida.

—Si quieres sentirte protegida puedes comprar un arma, o pedirle sus cámaras a esta degenerada —me señaló—, pero a ella no la tocas.

—Es sólo un abrazo, y además estarás presente para asegurarte que Minnie no está jugando sucio. —comentó BamBam.

—Eres la única aquí quien tiene una alfa, no seas egoísta. —la acusó JiSoo.

—¡Dije que no! —respondió exasperada—, es mía, ella puede conseguir la suya propia.

—Tal vez no la consiga nunca. —lloriqueó deprimida la pequeña omega.

—No es mi problema. —se cruzó de brazos Lisa.

—Infeliz egoísta —se quejó JiSoo—, tampoco es que sea la gran maravilla tu cochina alfa.

—¡Hey! Aún estoy aquí —me quejé—, deberías defenderme, eres mi hermana.

—Con mayor razón lo digo —replicó—, no eres una maravilla.

—Es sólo un abrazo —insistió BamBam—, Minnie lo haría por ti.

—Sabes que eso no es cierto —replicó Lisa—, ella podría ver mi cabello incendiarse, y puedo asegurarte que ni siquiera sería capaz de escupirme para apagarlo.

—Si dejas que lo haga, entonces ChaeYoung cumplirá uno de tus caprichos. —ofreció JiSoo.

—¿Se vale prometer por el resto? —me quejé.

—Puede ser lo que tu quieras. —me
ignoró JiSoo.

—Ella ya hace todo lo que yo quiero. —mencionó confiada.

—¿Podrían dejar de hablar como si yo no estuviera presente? —pregunté.

—Silencio —llamó mi atención Lisa—, estamos hablando sobre algo importante.

—¿Porque me callas? ¡Es mi casa y puedo hablar cuanto quiera! —me quejé.

—¿Es que acaso quieres abrazarla? —me preguntó—, ¿Es eso verdad? jodida traidora de mierda, ustedes son tal para cual. —se quejó molesta.

—¡Es sólo un abrazo, deja de decirlo como si estuviesen pidiéndote una orgía! —se quejó JiSoo.

Me levanté del asiento, llamando de inmediato la atención de Lisa.

—No te atrevas a hacerlo. —advirtió, señalándome de manera acusadora con uno de sus dedos.

—Ven aquí. —la atraje más cerca de mi cuerpo, rodeándole entre mis brazos.

Ni siquiera tuve que buscar sus labios, porque ella vino a los míos por su propia cuenta.

Sus feromonas estaban realmente fuera de control en medio del beso, su aroma parecía impregnar cada rincón de la casa.

Finalmente ella parecía conforme y más relajada, pero esto no impidió que al apartarse tomara mi rostro entre sus manos, viéndome fijamente antes de susurrar una última advertencia:

—Las manos donde las vea, alfa —comentó muy seria—, o este cachorro va a ser el primero y último que tendremos, porque soy más que capaz de arrancartela con mis propias manos si te veo intentar algo.

—No voy a intentar nada —respondí complacida, igualmente pude tomar la decisión de abrazar a la omega y ella cedió, era una victoria para mi—, aún me quedan tres cachorros por hacer, ni de broma voy a arriesgarme.

—¿Ya dejaste de mearla encima? —preguntó Minnie.

—¿Qué te dije sobre hablar como una callejera? —se quejó BamBam.

—Necesito ser consentida, no juzgado. —se defendió, levantándose del banquillo al verme rodear la isla de la cocina.

Ví una sonrisa tirar de sus labios al ver mi torso aún expuesto, antes de rodear mi cintura entre sus brazos.

—Deja de ser una provocadora. —llamó su atención BamBam, probablemente notando la burla implícita hacia Lisa escondida tras esa sonrisa.

Respondí el abrazo dejando algunas suaves y confortables caricias en su espalda, esto era demasiado incómodo.

La omega era por obviamente más pequeña, algo delgada y frágil que Lisa, podía incluso recargar mi mentón sobre su cabeza.

Le sentí inhalar, como si intentara reconocer mi aroma antes de apartarse.

—Lo arruinaste —acusó a Lisa, señalándola acusadora con uno de sus dedos—, esta tarde ella olía tan bien, su aroma era mentolado y delicioso, ahora sólo huele a ti.

—¿No te haces una idea de porque? —preguntó incrédula Lisa—, que ella huela a mi es todo lo que está bien en este mundo, porque es mía. —aclaró exasperada.

—Siempre arruinas todo. —se quejó Minnie.

—¿No pareces estar sufriendo tanto como decías? —la miró desconfiado Lisa.

—Sólo me estaba victimizando para que me la dejaras —me señaló—, pero ya no la quiero, así que puedes quedártela.

—Deja de hablar como si estuvieras dándome tus sobras —se quejó Lisa—, era mía desde un principio, infeliz.

—Entonces ¿Sólo estabas fingiendo? —preguntó JiSoo—, ¿Qué hay del dolor? Dijiste que sentiste muchísimo dolor al desvanecer su aroma.

—Eso es cierto —admitió—, aún siento que lo necesito, y duele horriblemente no tenerlo —agregó—, pero esta bastarda egoísta lo arruinó. —acusó nuevamente a Lisa.

Quejarme de sus estúpidas discusiones no ayudaría, eran cuatro contra una después de todo, mejor me quedaba observando en silencio el mundo arder, en lugar de arder en el.

¡Gracias por leer!

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