O14.
Lisa.
Ver a Minnie retorcerse en la cama no era algo común, sus celos no solían ser así de violentos.
—¿Estás seguro que ella no está drogada? —pregunté aturdida.
—Ya te lo dije —se quejó BamBam—, ella simplemente entró en celo de un momento a otro.
—Eso no es posible —negué—, aún no se cumple un mes desde su último celo.
—No tengo idea que sucedió, solo se adelantó su celo y ya —aclaró—, estoy tan desorientado como tu.
—¿Trajo a un alfa otra vez, verdad? —me quejé.
—Si, pero el alfa no estaba en casa cuando esto sucedió, sólo estaba JinYoung —mencionó—, también ChaeYoung, ella venía llegando cuando Minnie se descontroló.
Miré a Minnie con desconfianza.
—¿Ella ya estaba actuando extraño antes que ChaeYoung llegara? —pregunté curiosa.
—Ella comenzó a hiperventilar cuando ChaeYoung llegó. —aclaró.
—¡Jodida traidora hija de puta! —mencioné dejando un fuerte golpe en la cabeza de Minnie quien se quejó dolorida, no sé si por el golpe o por su horrible celo—, como te le acerques te hago recagar ¿Me oíste? —llamé su atención tomando su rostro con fuerza en una de mis manos, presionando muy fuerte sus mejillas.
—Ella no deja de lloriquear —mencionó BamBam—, está sufriendo, no seas tan dura con ella.
—¿Está sufriendo? —mencioné incrédula—, ¡Ella está mendigando por el pene de mi alfa! ¿Esperas que le aplauda?
—No, pero no es como que podamos elegir cuando entrar en celo. —admitió.
—Si estuviera necesitando ella del lacayo, ¿Estarías tan tranquilo?
—Estamos hablando de ChaeYoung —mencionó sonriendo malicioso—, ella está excitada deseando a tu alfa, a JinYoung no lo metas en esto.
—Bastardo traidor —me quejé molesta, lanzándole una almohada directamente al rostro—, que hijo de puta, ¡La estoy odiando tanto!
—Supongo que alguien tendrá que compartir. —comentó divertido.
—De ninguna manera —negué—, por mi que se joda, puede estar en agonía todo el tiempo que quiera —aclaré—, ChaeYoung no va a tocarla ni siquiera con una varilla.
—No puedes estar segura. —se encogió de hombros.
—Estoy completamente segura —admití—, ni bañada en chocolate y almendras le abriría el apetito a mi alfa. —comenté orgullosa.
—Si tu lo dices. —se encogió de hombros.
—No lo digas como si no lo creyeras. —me quejé molesta.
Fruncí el ceño al reconocer el aroma de ChaeYoung bastante cerca, sin decir nada más salí de la habitación bajando hasta el primer piso.
—¿Que mierda haces aquí? —me quejé viéndola molesta.
—La última vez que verifiqué esta era mi casa —mencionó aturdida—, también vivo aquí.
—Debes irte ahora, este no es un buen momento. —señalé.
—Por alguna razón no me he visto afectado por el celo de tu hermana. —se encogió de hombros.
—Es porque tu estúpido loba ya asumió que soy de tu propiedad —aclaré frustrada—, sólo porque cargo a sus cachorros.
—No tenemos un lazo aún.
—Pero si un cachorro —fruncí el ceño—. ¿Es un problema para ti no ser encelada por Minnie?
—Claro que no —balbuceó—, todo lo contrario.
—¿Te alegra no encelar? —pregunté incrédula.
—Me alegra que mi loba te reconozca de esa manera —admitió—, también que cargues a mi cachorro. —mencionó rodeando mi cintura entre sus brazos.
—¿Crees que hablándome bonito olvidaré que encelaste a mi hermana? —me quejé—, no voy a pasar esto por alto, alfa.
—Puedes cobrarte de esto en otra ocasión. —comentó despreocupada.
—O puedo enojarme contigo ahora y enviarte a dormir al sofá. —señalé.
—En ese caso, me buscarías a media noche —admitió divertida—, soy una excelente almohada y lo sabes.
—No quiero verte cerca de Minnie —comenté presionando sus mejillas con una de mis manos, dejándole con boca de pollito—, o vas a terminar durmiendo en casa de JinYoung hasta que nazca el cachorro si te atrapo, degenerada.
—No vas a atraparme, porque eso no va a pasar —aclaró bajando sus manos de manera descarada hasta tomar mis glúteos con firmeza—, estoy bien aquí, no necesito de un omega.
—Eso dices —la miré desconfiada—, pero no puedo estar segura.
—Puedes estarlo —admitió—, últimamente estoy siendo bastante popular, y no sólo entre omegas —le sentí estremecer al mencionar esto último—, pero nadie además de ti, tiene mi atención.
—¿A que te refieres con eso? —pregunté interesada.
—Hoy se me insinuó una alfa. —comentó bajando un poco su tono de voz.
—De ninguna manera —-comenté aturdida—, ¿Trabaja en la empresa? ¿Que hiciste con eso? ¿No la corriste de la empresa, verdad?
—Claro que no —negó—, ella admitió que tal vez su celo estaba cerca y por eso actuó así de extraña.
—Últimamente estas despertando muchas pasiones —comenté—, ¿Estabas tentado a probar con la alfa? —pregunté divertida, sabiendo que no había manera en el mundo en que ella se dejara con otra alfa.
—Claro que no —me miró molesta—, ¿De que mierda estás hablando?
—Si me lo estás diciendo es porque lo consideraste relevante. —batí mis cejas de manera sugerente.
—Deja de hablar estupideces —se quejó—, eso es simplemente inaceptable para mi.
—Vaya, vaya —la miré burlona—, ¿Donde quedó la señorita tolerante que busca proteger a los desvalidos?
—No tengo nada contra ese tipo de alfas —admitió—, pero no por eso voy a permitirles faltarme el respeto de esa manera.
—Suenas como una prejuiciosa. —admití.
—No lo soy —negó—, si lo fuera la habría corrido, no la admitiría en la empresa —aclaró—, estoy bien con lo que les guste, siempre que no lo intenten conmigo, no necesito de alguien más porque ya te tengo a ti.
—¿Es esta tu manera de decirme que quieres probar cosas nuevas? —pregunté burlona—, porque soy una sigma, no una omega —aclaré—, estoy completamente funcional en ese aspecto, y dispuesta a tomar nuevos retos.
—Estás siendo una pesada ahora mismo —comentó molesta, alejándose de mi—, sabía que ibas a burlarte, ni siquiera debí decírtelo.
—Eres una cagona —comenté riendo alto—, siempre estás burlándote de mi, pero si me meto contigo lloras y te quejas como una bebé.
—Eso no es cierto. —frunció el ceño.
—Lo es —admití—, y lo sabes.
—No me siento cómoda hablando sobre estas cosas —aclaró—, nunca me había pasado algo parecido.
—Puedo hacer que te acostumbres. —batí mis cejas en su dirección.
—Deja de ser una idiota. —se quejó, intentando abrazarme nuevamente.
—¿Cómo me llamaste? —pregunté aturdida, poniendo mi mano sobre su rostro intentando empujarla lejos.
—Tus manos son enormes. —balbuceó notando ese estúpido detalle al cubrir su rostro.
—¿Eso te excita? —pregunté burlona—, imagina las posibilidades.
—Eres una cerda. —se quejó.
—¿Estás insinuando que estoy gorda? —la miré molesta.
—Claro que no —balbuceó—, no me refería a eso.
—Quítame las manos de encima, idiota miserable —lo empujé—, no puedo creer que me trates así. —negué.
—Lili —balbuceó—, no me refería a eso, yo lo decía por tu comentario.
—¿Lili? —pregunté incrédula al oír el apodo—, y encima confianzuda la infeliz.
—¿Quién está siendo una llorona ahora? —se burló.
Sentí mi mentón temblar ligeramente al oírle reír, quería golpearla tan mal.
Un sollozo algo ahogado escapó de entre mis labios llamando su atención.
—Espera —me miró aturdido—, ¿Estás llorando?
Ella me observó preocupada intentando acercarse.
—No te atrevas —la empujé sin conseguir moverlo demasiado—, vete, no quiero verte.
—Lo siento —juntó ambas manos disculpándose reiteradas veces—, lo siento tanto.
—¡Que te vayas! —sollocé volteando en dirección contraria a donde estaba, intentando cubrir mi rostro y contener las lágrimas que parecían no querer detenerse.
—Lo lamento muchísimo —me abrazó por la espalda posando sus manos sobre mi vientre—, soy una estupida y lo sabes —admitió arrepentida, presionando sus labios en la parte posterior de mi cuello—, no volveré a bromear con eso, lo juro. —aclaró.
Esto era probablemente lo más humillante que me había sucedido alguna vez, las lágrimas no dejaban de fluir libremente por mi rostro y no podía hacer nada por detenerlas.
La jodida imbécil intentando consolarme no ayudaba tampoco.
Me voltee escondiendo mi rostro en su cuello y ella no tardó en recibirme entre sus brazos, acariciando mi espalda de manera pausada.
Dejé una fuerte mordida entre su hombro y su cuello, sintiéndome ligeramente complacida al oírle gemir algo dolorida
—Te odio tanto. —sollocé limpiando mis lágrimas y mi nariz con su saco.
—Lo sé —acarició mi cabello, mientras uno de sus fuertes brazos me mantenía aferrado a su cuerpo—, me dolió la mordida, ¿Eso te hace sentir mejor?
—Bastante. —admití sorbiendo la nariz.
—También llenaste de babas, lágrimas y mocos mi saco y camisa —admitió—, ¿Mejor?
—Muchísimo mejor. —admití.
—Una alfa se me insinuó, tu hermana se enceló conmigo y te hice llorar —aclaró—, mi vida es miserable ahora mismo.
—Creo que ya estamos a mano. —admití más calmada al oír sobre su miserable día.
—¿Podría ser esto peor? —preguntó tomando mi rostro entre sus manos antes de dejar un suave beso sobre mi nariz.
—Yo creo que si —admití—, podría tu madre hacernos una visita sorpresa, o podrías no haber controlado a JinYoung y haberle permitido tomar a Minnie —comenté—, ambas cosas serían una desgracia.
—Tienes razón —asintió—, podríamos ser aún más miserables.
—Tú eres miserable, no yo. —aclaré.
—Si me odias es porque obviamente no estás feliz conmigo.
—Yo odio muchas cosas —me encogí de hombros—, y hay cosas las cuales odio más que a ti, si eso te hace sentir mejor.
—¿Cómo cuales?
—Odio los días lunes —admití—, porque debo ir a tu empresa llena de engreídos.
—Yo odio levantarme tarde los domingos. —mencionó y la miré incrédula.
—Eres un monstruo. —negué en desaprobación.
—Podría hacer un esfuerzo por ti y quedarme un par de horas más en la cama. —admitió.
—Eres una ilusa si crees que voy a dejarte ir temprano —negué—, debería relevar a BamBam. —aclaré.
Ella nuevamente tomó mi rostro entre sus manos atrapando mis labios en un beso suave y pausado, me aferré a su camisa suspirando en medio del beso, antes de apropiarme de su labio inferior mordisqueando este ligeramente.
Podía sentir aún su respiración sobre mis labios, por lo que no tardé en buscar los suyos nuevamente.
Uno de sus brazos rodeó mi cintura, mientras su otra mano permanecía acariciando mi mejilla, consiguiendo relajarme de manera casi instantánea.
Pude sentir su lengua buscar la mía, y no tardé en concederle el acceso.
—Parecías apresurado por ver a Minnie. —comentó aún sobre mis labios.
—No es de vida o muerte. —aclaré buscando sus labios, aunque estos se deslizaron con facilidad por mi cuello dejando algunas suaves mordidas en mi piel expuesta, me producía cosquillas y se sentía muy bien, al menos hasta que sentí dos filosos dientes intentar clavarse en el lugar.
Nuevamente empujé su rostro poniendo mi mano de lleno sobre este.
—Tampoco te pases. —intenté alejarme, viéndole directamente, sus ojos lucían vidriosos pero no tenían aquella tonalidad rojiza que adquirían durante su celo, la besé nuevamente notando su extrema delicadeza al intentar no dañarme.
Ella parecía estar en total contacto con su loba, la podía sentir claramente presente en su entusiasmo al besarme pero no parecía estar bajo el completo control de este.
Esto me parecía plenamente beneficioso, tenía que admitir que era muy excitante cuando le cedía el control por completo, pero podía llegar a ser demasiado agobiante intentar razonar con ella.
Tentando un poco a mi suerte, llevé mi mano hasta su entrepierna, enganchando mi dedo pulgar en la cinturilla de su pulcro pantalón de vestir.
Le sentí empujar sus caderas contra mi mano, buscando algo más que un simple roce y no es que fuese a oponerme.
Tomando su pene en la palma de mi mano, ejercí la presión suficiente sobre este, aún cubierto por la prenda de vestir, recibiendo un gemido complacido de su parte.
Decir que estaba más que dura y dispuesta sería quedarme corta, aflojando de manera descuidada su cinturón, conseguí colar mi mano bajo su pantalón y ropa interior, sintiendo la cálida y ya bastante húmeda piel directamente sobre mi mano.
Podía sentir su hinchada erección prácticamente palpitar entre mis dedos, llevó una de sus manos hasta cubrir la mía por sobre su pantalón presionando esta, buscando indicarme lo que esperaba.
Con un poco de dificultad por su ajustada ropa interior, conseguí deslizar mi mano, estimulándola justo como esperaba.
Su mano, la cual permanecía quieta al estar rodeando mi cintura, se deslizó colándose con facilidad bajo mi pantalón apropiándose de uno de mis glúteos, masajeando este de manera torpe y brusca.
Re-lamí mis labios sintiéndome bastante húmeda, al percibir su mano ir al frente, colándose con facilidad entre mi entrepierna, rozando tentativamente mi dilatada entrada.
Llevé uno de mis dedos hasta sus labios, pidiéndole algo de silencio, antes de prestar atención a cualquier ruido sospechoso proveniente de la planta superior.
Estoy completamente convencida de que no es algo que BamBam quisiera ver, pero el probablemente terminó profundamente dormido mientras cuidaba de Minnie, o al menos eso creo por lo silenciosa que parecía estar la casa.
Aún muy atenta a cualquier ruido, deslicé mi dedo pulgar desde la base de su pene hasta alcanzar la punta de este, esparciendo el líquido pre seminal sobre aquel lugar, recibiendo un suspiro complacido sobre mis labios.
Presionando mis labios con fuerza, intenté no dejar escapar un ligero jadeo, a la vez que apoyaba mi frente sobre su hombro, al sentirla hundir uno de sus dedos en mi interior.
Al presionar mis piernas juntas le imposibilitaba el moverse con libertad en mi interior, pero no esperaba removerme como una desesperada mendigando por ser cogida.
Y sabía que eso era lo que pasaría si ella continuaba tentándome de esta manera.
Su mano libre se deslizó por mi cuello hasta alcanzar mi mejilla, dejando una suave caricia sobre esta antes de delinear mi labio inferior con su dedo pulgar.
Su mirada parecía no poder apartarse de la mía, desde un tiempo hasta acá he notado que le gusta demasiado sostener mi mirada.
Tal vez esto se debe a que en la empresa todos parecen rehuir de la suya, lo he notado en muchos alfas por no decir en todos, quienes se cruzan con ella por los pasillos.
Le sentí empujar su dedo pulgar entre mis labios, y no tardé en succionar este de manera tentativa, arremolinando mi lengua en torno a su dedo.
Ella parecía fascinada con esto, un gemido escapó de entre mis labios al sentir un segundo dedo empujar en mi interior y moverse con facilidad en el mismo lugar.
La sentí suspirar sobre mis labios al ejercer un poco más de presión sobre el firme agarre que tenía sobre su hinchada erección.
Pude oír con claridad las pisadas de BamBam en la planta superior, con un chasquido aparté su dedo de mi boca rápidamente, alejándome sólo lo suficiente como para tomar su mano entrelazando nuestros dedos, buscando guiarle hasta algún lugar seguro en donde pudiésemos terminar esto.
Alcé mi rostro sólo lo suficiente como para alcanzar a ver a BamBam durante algunos segundos, quien venía bajando las escaleras, ambos desviamos la mirada luciendo extremadamente avergonzados.
Yo por ser atrapada en esta situación, y él probablemente al haber percibido el intenso aroma de la alfa, su excitación era demasiado difícil de ocultar.
ChaeYoung parecía no ser capaz de ver a alguien más que a mi, ignorando por completo la presencia de mi hermano, se dejó guiar por el primer piso hasta una pequeña habitación de servicios que parecía no haber sido utilizada hace mucho.
Mi descaro estaba alcanzando niveles insospechados, o al menos eso creí al notar lo que haría con la alfa, estando solo a un pasillo de distancia de mi hermana, siendo ella plenamente consciente de esto.
Sus ojos habían adquirido una débil tonalidad rojiza, pero estaba siendo demasiado dócil para ser una alfa, ella sólo parece dejarse consentir.
Atrajo mi cuerpo sentándose en el borde de la cama, hundiendo su rostro ligeramente sobre mi vientre, sentía su respiración humedecer el lugar aún a pesar de llevar puesta una camiseta.
Lucía tan complacida sólo con poder mantener su rostro cerca de aquel lugar, que me hacía sentir como una mierda estar tan caliente, mientras ella parecía buscar cercanía con nuestro cachorro.
Acaricié su cabello peinando este hacia atrás, descubriendo su frente.
Sus brazos rodearon mi cintura de manera posesiva, buscando aferrarse a mi como si en cualquier momento esperara que huyera.
Jamás había visto a una alfa comportarse así de extraño, papá jamás hizo algo remotamente parecido a esto cuando mamá esperaba a Minnie, tampoco a BamBam.
La sentí suspirar al dejar algunas caricias reconfortantes sobre su espalda, sentándose recta un poco más al centro de la cama, tomó con firmeza mi cintura, ubicándome a horcajadas sobre su regazo.
Sus manos no tardaron en colarse bajo mi camiseta, recorriendo cada parte de mi torso que estuviese a su alcance, no luciendo muy conforme con la poca movilidad que tenía al interponerse mi camiseta.
Dudando que BamBam fuese a irrumpir en la habitación de manera repentina, descarté mi camiseta quedando con mi torso expuesto, y a su alcance.
Ella lucía muy complacido con esto, sus labios recorrieron parte de mis pechos, sin parecer compartir las mismas preocupaciones que estaba teniendo en ese momento.
Prácticamente arquee mi espalda, enredando mis dedos entre los alborotados rizos de su cabello, consiguiendo aferrarme a la parte posterior de su cabeza al sentirla tomar uno de mis pezones en su boca.
Parecía deshacerme bajo su toque, ella sabía bastante bien lo sensibles que eran, y parecía disfrutar provocarme de esta manera.
—No consigo acostumbrarme al silencio desde que te conocí. —le escuché comentar.
Un tanto aturdida, la observé curioso, aún podía reconocer la tonalidad rojiza en sus ojos.
Ella parecía no dejar de sorprenderme, pocas personas parecían buscar conversación o hablar con alguien cuando sus lobos parecían tener algún tipo de control sobre ellos mismos.
—No creí que quisieras hablar. —admití.
—¿Porqué? —preguntó interesada.
—No parecías buscar una conversación, eso es todo.
—Puedo buscar más de una cosa a la vez. —aclaró.
—Hasta ahora no has sido demasiado habladora en estas circunstancias. —me encogí de hombros.
—Cada vez que hablo te pones violenta. —comentó divertida.
Dejé un golpe al costado de su cuello al sentirla presionar más mi cuerpo contra el suyo.
—Si hablaras cosas inteligentes, en lugar de estupideces, no sería tan violenta. —aclaré haciéndole sonreír aún más amplio.
—Eso sería aburrido —admitió—, ¿Que propones? ¿Empezamos por el calentamiento global o por los cambios constitucionales en el país?
—Eres una imbécil —me quejé—, no es a eso a lo que me refiero.
—¿A que te refieres exactamente?
—Sólo cosas —mencioné despreocupado—, sobre la vida, tu trabajo, nuestro cachorro.
—¿Cómo se supone que confíe en ti para hablar sobre ello, si te burlas? —preguntó luciendo divertida—, estuviste demasiado tiempo haciendo burlas sobre mi día por las insinuaciones de esa alfa.
—Si yo te dijera que un omega o algún otro sigma se me insinuó ¿No harías lo mismo? —pregunté altanera—, ¿Que dirías?
—Ummh —sentí sus labios deslizar desde una de mis clavículas hasta mi cuello—. ¿Sale trío? —mencionó divertida.
—Jodido imbécil —me quejé nuevamente golpeando su cuello—, tendrás que quedarte con las ganas por ser una cretina.
—Tengo ganas de ti —admitió—, y ya las estoy saciando.
—No quieras endulzar tus estupideces con palabras bonitas —fruncí el ceño—, no va a funcionar conmigo.
—Lo sé —admitió—,?la tensión por los malos momentos de hoy me está pasando factura. —agregó ladeando su cabeza, pude oír claramente crujir su cuello.
—Deberías descansar. —comenté masajeando de manera automática la parte posterior de su cuello.
—¿Estás preocupada? —preguntó interesada.
—Claro que no —negué rápidamente, apartándome—, pero no puedes ir por la vida haciéndome cachorros, para luego darme problemas por no estar saludable.
—En ese caso deberías cuidar de mi, y velar por mi salud. —aclaró.
—Deberías dejar de ser una idiota y dormir un poco —repliqué—, te ves cansada ¿No estás durmiendo bien?
—Duermo maravillosamente desde que estás conmigo —respondió—, no estamos haciendo nada ahora mismo, y una siesta suena a demasiada tentación ¿Tu que crees?
—Esta cama es algo pequeña para las dos.
—Podemos ir hasta la habitación. —replicó.
—No quiero subir las escaleras.
—Puedo cargarte —insistió—, no me supone un problema.
—Si vas a cargarme, no me opongo. —aclaré, moviéndome a un costado y rodando sobre mi estómago como un gatito esperando ser cargado.
—Vamos. —extendió su mano en mi dirección, la cual acepté complacida, antes de ser cargada como un koala sobre su espalda.
RyuJin.
Tenía bastante claro que no sería sencillo abordar a la omega de ChaeYoung, pero no me esperaba que aquella infeliz fuese a tenerla prácticamente resguardada en una caja de cristal.
Es imposible acercarme a ella estando bajo el radar de su alfa, pero no es que necesite hacerlo para conseguir llamar su atención.
—¿Me hiciste venir desde el otro lado de la ciudad sólo para sentarte en silencio frente a mi? —preguntó aquel tipo de apariencia engañosa.
—Gyeom —me aclaré la garganta—, según tengo entendido-...
—YuGyeom. —me corrigió, interrumpiendo mi discurso.
—YuGyeom —repetí—, te cité porque tengo una oferta de trabajo que podría interesarte.
—¿Que clase de oferta? —preguntó interesado.
—Necesito conseguir información sobre una omega —mencioné—, un cierto tipo de información que sólo ella, o su alfa podrían darme.
—¿Necesitas que seduzca a la alfa? —preguntó curioso.
—No exactamente —negué—, necesito que te acerques a la omega.
—Eso podría llevar algo de tiempo. —aclaró.
—Esa es la parte más lucrativa para ti —mencioné—, tengo buenas referencias sobre ti, por lo que estoy dispuesta a pagar lo necesario para tener información lo más pronto posible.
Él lucía genuinamente interesado al oír esto último.
—¿Que tipo de información se supone que debo buscar?
—Su alfa tenía una hermana, al cual dieron por muerta hace bastante tiempo —mencioné—, aunque la veracidad de esto no es completamente confiable, necesito saber si ella está en contacto con la alfa —aclaré—, para eso necesito que vayas directo hasta la fuente, y te ganes a su omega.
—¿Sólo debo tratar directamente con su omega? —preguntó.
—Por la poca información que tengo sobre ella, no será demasiado complejo —comenté—, al parecer es algo desconfiada, y está rodeado únicamente de omegas, además de su alfa.
—Ajá —asintió—, suena como algo que puedo hacer.
—Básicamente necesito que seas un omega. —comenté.
—Soy un omega. —admitió alzando la mirada.
—No, no lo eres —comenté viéndolo fijo, el destello de molestia y frustración en su mirada me hizo saber que él no esperaba que manejara aquella información—, no tienes idea de cuanto tuve que pagar solo para obtener algo de información sobre ti, y para poder encontrarte —señalé—, los tipos como tu son demasiado escurridizos y astutos, confío en que eres lo suficientemente listo para infiltrarte en un grupo de omegas ilusos, considerando que has estado pretendiendo ser uno el tiempo suficiente.
—Veo que estás muy bien informada —asintió relajado—, es un honor trabajar para una CEO tan importante.
—No he asumido el puesto de CEO. —balbucee aturdida al oírle manejar aquella información.
—No eres la única que se informó antes de venir a esta entrevista —un sonrisa traviesa tiró de sus labios—, sólo me encontraste porque te lo permití.
—Como dije antes —suspiré—. demasiado astuto.
—Alguien además de mi va a manejar esta información —aclaró—, ese es mi mejor seguro a la hora de prestar un servicio.
—¿Quién es? —pregunté aturdida.
—No sería mi seguro si te lo dijera —mencionó—, si algo me sucede a manos de uno de los tuyos, esa persona va a cantar como un canario.
—Entiendo —asentí—, no es algo demasiado riesgoso en realidad, como te dije, son sólo omegas.
—‹‹Sólo omegas›› —repitió frunciendo los labios—, eso no es nada, ¿Verdad? —la molestia implícita en sus palabras era muy difícil de ignorar.
—No es eso lo que quise decir —aclaré acomodando mi cabello—, me refiero a que los alfas somos más difíciles de abordar.
—Seguro que si. —su mirada desafiante me estaba haciendo sentir demasiado inquieta e incómoda.
Jamás fue mi primera opción llegar a un acuerdo con un tipo como el, los suyos son la peor espina que un alfa pudiese encontrar alguna vez.
Sin contar el riesgo que corría de ser traicionada, pero lo valía
Estoy segura que ni siquiera la majestuosa Park ChaeYoung podría superar la astucia de un tipo como este.
🤨
¡Gracias por leer!
—🌷
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