O12.
ChaeYoung.
Creo que ofrecer un ascenso a JinYoung sería quedarme corta, después de lo mucho que ha conseguido hacer por mi.
—Entonces —me aclaré la garganta—, ¿Estás diciendo que mamá aceptó aplazar la reunión, para esperar una semana más a que RyuJin asuma su cargo como CEO?
—Es lo que dije —asintió—, por lo visto la señora Park no esperaba que Shin asumiera tan rápido el puesto, por lo que utilizará la oportunidad de presentar a tu omega en el mismo evento en que Shin será presentada como la nueva CEO de la empresa externa del área de Mercadotecnia.
—Es la mejor noticia que podrías darme —suspiré más calmada—, ya se me hacía extraño que llevara más de dos semanas sin presionarme con respecto a conocer a Lisa.
—Entonces... —se aclaró la garganta—. ¿La sigma está viviendo contigo?
—No de manera permanente —aclaré—, a partir de hoy ella y sus hermanos se quedarán allí, por cierto deberías saber que cada vez que la llames
‹‹sigma›› ella lo verá como algo despectivo —agregué—, solo debes llamarla Lisa.
—Claro —balbuceó—, lo siento, no buscaba ofender, es solo que estoy acostumbrándome a la idea de que estés con una.
—También yo —admití—, solo estará de manera temporal junto a sus hermanos en casa —aclaré—, hubo un inconveniente a unos apartamentos del suyo, y no me parecía seguro que ellos estuvieran así de expuestos a los líos de pandillas y a la presencia policial.
—¿Está todo bien con ella? Ella no parece ser lo suficientemente accesible como para acordar vivir en un hogar desconocido.
—Ella no dijo nada —suspiré—, en realidad, solo hablé con BamBam —mencioné—, Lisa lleva varios días evitándome.
—Eso tiene sentido —asintió—, cuando estás enferma no es agradable recibir visitas.
—Ella no está enferma. —lo miré aturdida.
—Creí que ya lo sabías —balbuceó aturdido—, ella lleva varios días en cama, incluso tuvo que acceder al seguro del contrato para hacerse algunas pruebas y exámenes.
—¿Cómo es que BamBam no mencionó nada cuando hablamos?
—Supongo que no quería preocuparte —respondió—, lo ví ayer, el lucía realmente cansado.
—¿Porqué a ti si te permite verlo? —pregunté aturdida.
—Solo estaba de paso —aclaró—, fui a ver a BamBam y el tenía que verificar su temperatura para ver si había bajado la fiebre.
—¿Ella tenía fiebre? —pregunté espantada.
—Cuando le verifique había bajado bastante.
—¿Te dejó verificar su temperatura? —comenté incrédula.
—Hombre —se quejó—, ella probablemente ni siquiera sabía quién era yo, estaba delirando.
Tomé mi bolso de inmediato junto a mi chaqueta buscando escapar del lugar para saber sobre Lisa.
—¿Puedes quedarte a cargo?
—Sí eso impide que sigas haciendo preguntas, entonces si.
—Necesito que ubiques a quien está llevando su caso —mencioné—, y que le pidas que se presente en casa más tarde.
—Lo haré. —asintió.
Salí rápidamente de la oficina, encontrándome de lleno con RyuJin.
—¡Hey! —me saludó—, venía a buscar los archivadores que dejó tu secretaria en su antigua oficina.
—¿Porqué no vino ella? —pregunté desorientada.
—Su hermana está enferma, así que está tomándose un día administrativo —aclaró—, creí que lo sabías, su hermana es tu omega ¿No?
¿Es que acaso todo el mundo sabía que mi sigma estaba enferma excepto yo?
—Claro que lo sabía —aclaré mi garganta—, es mi omega, obviamente estoy enterada de lo que sucede con ella —comenté—, incluso iba de camino a verla.
—Espero mejore. —respondió.
—Gracias.
Me apresuré a salir rápidamente del edificio antes que alguna otra persona sintiera la necesidad de hablarme o preguntarme por Lisa.
Al llegar a casa un exquisito aroma a carne asada me hizo prácticamente babear, realmente creo que tener a varios omegas en casa es una maravilla.
Mamá siempre dijo que muchos omegas destacaban en el aspecto culinario, debido a lo minuciosos y perfeccionistas que eran por dar la mejor atención a sus familias.
Creo que eso ha sido lo más acertado que me ha dicho durante todo el tiempo que duró mi crianza.
Al entrar un suave aroma a durazno me hizo prácticamente perder la cordura, no podía esperar a obtener siquiera una probada de aquel posible postre que el hermano de Lisa estaba preparando.
—Buen día. —mencioné llamando la atención de BamBam.
—ChaeYoung, creí que no regresarías hasta dentro de varias horas más. —comentó sonriendo amplio.
—El aroma de lo que sea que estés cocinando me atrajo desde la empresa. —intenté bromear.
—Es carne asada. —comentó.
Su voz sonando increíblemente suave y calmada, algo bastante característico en el.
—No puedo esperar a probar —comenté—, pero supongo que eso tendrá que esperar ¿Donde está Lisa?
—Ella está dormida —aclaró—, no se sentía muy bien, está usando tu habitación —comentó—, espero eso no sea una molestia.
—Para nada —negué rápidamente—, iré a verla, espero guardes algo de carne asada y ese increíble postre a base de duraznos que estás preparando.
—El postre es una tarta de fresas. —aclaró aturdida.
—Creí que tendría duraznos —mencioné—, por el aroma que desprende.
—Huele a fresas, en realidad no he usado duraznos —admitió avergonzado—, pero si quieres puedo hornear uno de duraznos.
—No es necesario —conseguí balbucear—, solo me confundí.
—Igualmente hornearé uno. —comentó sonriendo.
—Gracias —respondí—, iré a ver a Lisa ahora.
Salí de la habitación antes de recibir una respuesta.
Solo bastó con abrir la puerta de mi habitación para notar de donde provenía aquel embriagante aroma a duraznos, Lisa se encontraba arropada entre las mantas de mi cama dejando a la vista únicamente su melena rubia.
Me acerqué intentando ser cuidadosa, no quería interrumpir su sueño.
Quitando únicamente mi chaqueta, zapatos y aflojando los primeros botones de mi camisa antes de quitar la corbata, me colé bajo las mantas abrazándola por la espalda.
Aquel aroma a duraznos haciéndose presente más que nunca al hundir mi rostro entre su melena y parte de su cuello.
No quería parecer una desesperada pero su aroma había cambiado, y no podía evitar ilusionarme sintiendo mi corazón latir acelerado al pensar en las probabilidades.
Una de mis manos trazó un camino bajo su camiseta hasta posarse sobre su vientre.
Su piel se sentía extremadamente cálida y húmeda, casi febril en contraste con la mía.
Mi cuerpo no tardó en adaptarse a su calidez, la sentí remover inquieta repentinamente y con calma ellla volteó aún si apartarse de entre mis brazos.
JinYoung tenía mucha razón, ella lucía extremadamente cansada y pálida.
Sus ojos luciendo vidriosos y brillantes, acompañados del ligero toque rosa que tenía sobre su nariz le daban un aspecto aún más infantil.
Su piel parecía brillar y lucía perlada producto del sudor frío que parecía estar presente en todo su cuerpo.
—Alfa. —la oí quejarse antes de hundir su rostro en mi cuello permaneciendo quieta, mientras buscaba lo que parecía ser una fuente de calor.
La atraje aún más entre mis brazos enredando sus piernas con las mías, mientras la sentía suspirar conforme.
Ella debía sentirse realmente muy mal para dejarse consentir de esta manera, e incluso llamarme Alfa, en lugar de idiota o infeliz.
Dejé un suave beso sobre su frente, aprovechando la oportunidad para verificar su temperatura.
Ella parecía estar pasando por un cuadro febril bastante serio, a pesar de arder en fiebre continuaba buscando calidez, colando esta vez sus manos bajo mi camisa y aferrándose a mi espalda.
Esto no podía significar nada bueno.
Su respiración era regular, ella parecía haberse dormido nuevamente.
Acaricié su cabello recibiendo algunos sollozos y suspiros entrecortados entre sueños, por su parte.
No pude evitar sentirme como la peor mierda del mundo por no poder hacer nada por ella, sentía bastante dolor, eso estaba claro por como temblaba su cuerpo y se aferraba a mi como si su vida dependiera de ello, pero no había nada que pudiese hacer sin saber que era lo que le sucedía exactamente.
No fuí consciente de cuanto tiempo estuvimos en la misma posición hasta oír la voz de JiSoo, a quien no había visto a hasta ese entonces, resonar en la habitación.
—¿Solicitaste al médico venir? —le escuché preguntar en un susurro.
—¿Ya está aquí? —ella asintió en respuesta—, voy enseguida.
No quería dejarla, pero necesitaba saber que hacer respecto a su estado, por lo que JiSoo tomó mi lugar.
Lisa no parecía estar de acuerdo con esto, pero luego de unos minutos terminó por ceder, encontrando en mi hermana su nueva fuente de calor.
Me apresuré hasta el primer piso, encontrando al médico que para mi suerte ya conocía profesionalmente hablando, en compañia de BamBam.
—Buen día. —le saludé.
—ChaeYoung —mencionó haciendo una reverencia—, creí haberme equivocado en la dirección al llegar, no estaba enterado de las últimas noticias —aclaró—, felicidades por cierto.
—Gracias —respondí de manera educada—, ¿No sabía que estabas llevando este caso?
—No sabía que mi paciente y tu estaban relacionadas de alguna manera.
—Eso tiene sentido —asentí ubicándome en el sofá frente al suyo—, entonces ¿Tuenes ya alguna idea de que es lo que sucede con ella?
—Lo sé. —me dió la razón.
Ví a BamBam ofrecer una taza de café al médico antes de ofrecerme igualmente una.
—Era bastante claro el motivo de su estado, pero no quería dar margen a dudas —señaló—, desconozco su tiempo de gestación por la falta de información y cooperación por su parte, pero es un hecho que ella espera un bebé —aclaró—, los exámenes fueron bastante claros.
Todo el aire abandonó mis pulmones al oírle confirmar lo que ya sospechaba desde de un inicio, el gesto de BamBam lucía imperturbable.
El no parecía estar de acuerdo, pero tampoco en contra sobre lo que el médico acababa de mencionar.
—¿Es esa la razón de su estado?
—No. —aclaró.
De no haber estado sentada ya, seguro me hubiese tenido que tambalear hasta un sofá sintiéndome enferma y mareada en partes iguales, al pensar que algo malo podría estar sucediendo con ella por causa de mi egoísmo, al no proveerle supresores.
—La razón por la cual está así —aclaró—, es porque por lo visto su cuerpo ha rechazado por completo este hecho, no reconociéndolo, y acaba de entrar en celo —aclaró—, obviamente su estado no es el mejor para saciar ciertas necesidades por lo cual, solo resta esperar a que pueda sobre llevarlo de la mejor manera.
—¿No hay algo que puedas indicarle para al menos disminuir el dolor?
—No en su estado —negó—, hasta no realizar una ecografía no puedo conocer el tiempo aproximado de gestación que tiene, y sería contraproducente recetar algún tipo de medicamento que pudiese dañar a su bebé.
—¿Que se supone que debo hacer?
—Lo único que puedes hacer es disminuir la fiebre con compresas tibias —comentó—, y en especial haciéndole compañia el mayor tiempo que puedas, los sigma suelen ser demasiado receptivos y dependientes al entrar en celo —aclaró—, aunque tal vez ya debas saberlo.
—No lo sabía —negué—, este es en realidad su primer celo estando conmigo, incluso desconozco el tiempo de duración de los mismos.
—Clínicamente hablando he tratado pocos casos que involucren a un sigma —mencionó—, desconozco el tiempo de duración de sus celos.
—Cuatro días —comentó BamBam llamando nuestra atención—, la duración de sus celos es de cuatro días, de manera mensual como el promedio de los omegas.
—¿Ella va a estar sufriendo durante cuatro días? —pregunté espantada.
—Siendo este el caso, imagino que la intensidad de su celo aumentará los primeros días e irá en descenso hasta dar por terminado el mismo —mencionó el médico—, no necesariamente estará tan mal todo el tiempo.
—¿Que se supone que haga en ese entonces? —pregunté aturdida—, ella está sufriendo, no es como que pueda hacer algo.
—Eso es cierto. —tragó saliva un tanto incómodo viendo a BamBam, considerando sus palabras.
—Puedes decirlo, el no va a molestarse. —comenté.
—Es posible que ella no sea capaz de sobrellevar bien tu nudo —prácticamente balbuceó avergonzado, viendo en cualquier dirección que no fuera hacia donde estaba BamBam—, tendrás que buscar otra manera de ayudar sin llegar a eso.
Ahora quien no se sentía capaz de ver a BamBam era yo, sentía mis mejillas arder en vergüenza por lo que probablemente el hermano menor de Lisa podría estar imaginando al respecto.
—Si su estado empeora, no dudes en llamarme para ver como proseguir, deberías acompañarla a los próximos controles para verificar su estado —comentó levantándose del sofá—, por cierto, felicidades por tu bebé.
La calidez en mi pecho al ser felicitada por primera vez respecto a nuestro cachorro, se extendió como lava hirviendo a través de mi cuerpo.
Quería aferrarme a Lisa y no soltarla jamás solo por ofrecerme sin siquiera buscarla, lo que más había esperado durante demasiado tiempo.
BamBam acompañó al médico hasta la entrada mientras yo continuaba quieta como una estatua, aún buscaba la manera de reaccionar y no sabía como hacerlo o por donde empezar.
—Felicidades. —escuché decir a BamBam, viéndome con sus brazos cruzados desde el marco de la entrada.
—Gracias... —conseguí balbucear sintiéndome repentinamente juzgada por el—. Con respecto a esto-... —mencioné pero fuí interrumpida rápidamente.
—No estoy juzgándote —aclaró y suspiré más tranquila—, pero ten por seguro que lo haré en algún momento, de ser necesario —agregó—. Lisa es una adulta, y tiene derecho a tomar sus propias decisiones, pero creo que ninguno de ustedes le está tomando el peso a esta situación.
—Soy consciente.
—¿Lo o eres? —preguntó rápidamente—, ¿Que es exactamente lo que sabes sobre un sigma?
—Lo poco que he investigado. —balbucee.
—Entonces no sabes nada —comentó—, probablemente solo manejas información respecto a sus celos ¿Obme equivoco?
Miré avergonzada en otra dirección, eso era cierto.
Me avergonzaba admitirlo, pero en realidad fue lo primero que busqué entender.
—Eso no sirve de nada por cierto —aclaró—, cualquier información que hayan podido darte con respecto a eso no es útil, he conocido a sigmas que no están siquiera cerca de tener un carácter como el de Lisa —mencionó—, eso no va a cambiar con un lazo, incluso probablemente empeoraría con un lazo de por medio.
—¿A que te refieres con eso?
—Sé que ella puede parecer la mujer más arisca viva en el mundo —comentó—, pero soy la única persona con quien puede hablar sobre su vida —aclaró—, sé todo lo que pasó entre ustedes.
Esto era horriblemente mortificante, ¿Porqué Lisa hablaría con alguien sobre lo que hacemos en nuestros momentos a solas?
—¿Qué es lo que sabes exactamente? —pregunté insegura de querer oír la respuesta.
—Quieres un lazo con ella, ella y no contigo —comentó—, sé que intentaste marcarla durante tu celo y ella consiguió persuadirte.
—No estaba siendo racional —aclaré—, mi loba estaba completamente decidida.
—¿No quieres un lazo con ella?
—Si lo quiero, pero en ese momento no estaba pensando con claridad.
—De haber conseguido marcarla, en estos momentos estarías compartiendo su dolor como tu propio dolor —comentó—,?también su ansiedad y sus miedos serían los tuyos.
—Desearía poder tomar su lugar ahora mismo. —mencioné sin dudarlo.
El parecía estar pensando detenidamente en ello.
—Estoy completamente seguro de que estás siendo sincera, ahora mismo —asintió—, sólo espero que eso siga siendo así —aclaró—,?porque aún debes decirle la razón por la cual está en esta situación.
Ella probablemente va a matarme, eso es seguro.
Va a incendiarme y a dejarme arder a lo hondo al enterarse que está esperando a mi cachorro.
Lo hará si se apiada de mi, en caso que no lo hiciera esto podría ser aún más doloroso.
—Yo... —balbucee—. Debería volver con ella. —señalé las escaleras.
—Debes convencerla de comer algo —mencionó llamando mi atención—, ella no ha querido comer y en su estado puede convertirse en un problema muy serio.
Subí rápidamente intentando escapar del menor de los tres hermanos, y al llegar encontré a JiSoo saliendo de la habitación.
—¿Hablaste ya con el médico?
—Lo hice.
—¿Qué es lo que tiene?
—Le llené la cocina de humo. —conseguí balbucear, aturdida.
—¿Qué? —preguntó aturdida, sin comprender.
—Puse un bollo en su horno. —comenté.
—Deja de hacer el ridículo y habla de una vez. —se quejó.
—Ella está esperando a mi cachorro. —conseguí decir antes de recibir un fuerte palmetazo en la cabeza.
—Infeliz de mierda, ¿Te parece eso divertido? —preguntó esta vez jalando mi oreja con fuerza—, ¿Cómo es que sonríes tan amplio? ¿Te haces si quiera una idea de lo horrible que es embarazar a alguien sin un lazo de por medio?
—Lo siento —me quejé—, yo no estaba pensando con claridad en esos momentos, no medí mis acciones —balbucee—, sé que ella estará triste.
—¿Triste? —me miró incrédula—, claro que no, yo estaría triste, talvez BamBam lo estaría también —agregó—, incluso Minnie podría estar triste —tragué saliva—. Lisa no estará triste.
—¿No? —pregunté aturdida.
—Ella estará furiosa —mencionó—, querrá arrancar tu cabeza con sus propias manos.
—Eso me mataría.
—No es a eso a lo que me refiero. —el destello malicioso en su mirada me hizo replantear la opción de no decírselo jamás, y esperar a que ella lo note por si misma.
—¿Qué hice? —llevé mis manos hasta mi rostro—. ¡Dios!
—Lamentarlo no va a ayudarte —comentó—, es más, si intentas lucir miserable solo porque ella espera un hijo tuyo, entonces probablemente estará aún más furioso.
—Es que no sé que hacer —me quejé—, no puedo adivinar sus reacciones, se muy poco sobre eso.
—Eso pasa cuando haces las cosas sin pensar —mencionó—, ahora sólo te queda asumir las consecuencias.
—Eso es lo que pretendía hacer desde un principio —respondí—, tenemos una conexión especial, se que ella es la indicada para mi.
—Es bueno saber que al menos ese niño será recibido con tanto amor. —comentó.
—Al menos por mi parte. —mencioné deprimida.
—Y por parte de Lisa.
—Ella no estaba muy segura respecto a conservar a nuestro cachorro en caso de estar esperando uno.
—Probablemente solo estaba metiéndose contigo, o tal vez el solo buscaba tocar tus pelotas con eso —aclaró—, los sigma son por mucho más recelosos que nosotros los omega, e incluso más territoriales que ustedes los alfas, no hay manera en el mundo en que el pudiese entregar a su hijo.
—Pero ella lo dijo. —mencioné incrédula.
—Probablemente esperaba que mendigaras un poco más por ella. —se encogió de hombros.
—Tengo mucho que aprender. —comenté.
—Demasiado —asintió—, ahora ve con ella, antes que note que no estás.
Entré a la habitación la cual estaba completamente en oscuras y nuevamente me metí a la cama junto a ella.
No tardó en arrimarse a mi cuerpo nuevamente hundiendo su rostro en mi cuello, eso parecía hacerle sentir más cómoda.
O al menos eso creí por el suspiro de alivio que dejó escapar al rodear mi torso entre sus brazos.
¡Estoy tan jodida!
Lisa.
El dolor parecía disminuir por momentos, pero cuando creía estar mejor solo regresaba repentinamente arruinando todo y consiguiendo hacerme retorcer sobre la cama.
La alfa decidió venir temprano a casa, no esperaba tenerla rondando el lugar tan pronto, pero agradecía internamente que lo hiciera.
La casa se sentía horriblemente fría y nada conseguía ofrecerme siquiera la más mínima calidez, excepto por ella.
Me sentía realmente cómoda aferrado a ella, al menos durante el poco que tiempo que estuvo aquí.
Escuché a JiSoo mencionar a un médico, eso quiere decir que al menos ella está preocupada por mi salud.
Sólo resta esperar a que ella regrese, si es que lo hace ya que existe la probabilidad de que lo que tengo sea contagioso.
La sentí acostarse a mi lado, no tardó en regresar así que tal vez no sea demasiado grave.
—¿Estás despierta? —la escuché susurrar.
—Ajá —respondí aún aferrada a su torso—, ¿Hablaste con el médico?
—Creí que estabas dormida. —respondió.
—Escuché a JiSoo hablar sobre ello —respondí—, entonces ¿Qué es lo que tengo?
—Ummm —aclaró—, acabas de entrar en celo.
—Lo noté —admití avergonzada, sintiéndome bastante húmeda y un tanto incómoda—, pero es la primera vez que mi celo me da tantos problemas, no me siento bien.
—En realidad... —se aclaró la garganta—. Hay algo más.
—¿Algo más? —me aparté lo suficiente como para verla de frente—. ¿Qué es?
—Deberíamos esperar a que te sientas mejor para hablar sobre esto. —mencionó.
—¿Es tan malo?
—No es algo malo —negó—, pero si un tema bastante delicado.
—¿Estoy enferma? ¿Es eso?
—No estás enferma. —negó.
—No me gusta jugar a la alfa enigmática —comenté—, ¿Que es lo que sucede con mi celo?
—No sucede nada con tu celo. —admitió.
—Estás comenzando a molestarme de verdad —me quejé—. ¿Tendremos un bebé? —pregunté después de varios minutos en silencio.
—Ajá. —asintió.
—¿Es en serio? —balbucee aturdida—. ¿Realmente tendré un bebé?
—Me gustó más cuando mencionaste que tendríamos un bebé —admitió—, ambas, no solo tú.
—Bueno sí, en realidad será de ambas —mencioné incrédula—, pero yo voy a tenerlo.
—Claro, y no te estoy envidiando por ello. —admitió recibiendo un golpe en el pecho por mi parte.
—¡Mierda! Me van a abrir como a un pavo en navidad —mencioné molesta—. ¡Ohhhh infeliz! Te odio tanto. —me quejé.
—Lo estás tomando demasiado bien —comentó—, mejor de lo que creía, en realidad.
—Es porque me siento demasiado débil —aclaré—, solo espera a que me recupere.
—Debí quedarme callada.
—Igualmente iba a enterarme, idiota —me quejé—, hablamos de un bebé, no de una prenda de ropa o algún artículo en mi cartera.
—Pero pude esperar a que te dieras cuenta por ti misma.
—¿Esperarías solo hacerme creer que estoy gorda para abordarme cuando esté con baja autoestima por haber subido tanto de peso?
—Claro que no —respondió—, incluso si subes de peso, voy a seguir queriéndote.
—¿Me quieres? —pregunté interesada.
—Claro que lo hago.
—Eso es nuevo —mencioné—, ¿Porqué nunca me lo dices?
—De haber sabido que te gustaría lo habría hecho con más frecuencia.
—No es que me guste —respondí—, pero el que no lo hayas dicho hasta ahora, cuando acabas de enterarte que tendré a tu bebé, me hace dudar.
—Sabes que lo hago —comentó incrédula—, es imposible que no lo notaras.
—Contigo nunca se sabe —respondí—, además no va a matarte decirlo, eres una egoísta hasta para decir las cosas.
—¿Ahora estás enojada? —preguntó al verme voltear dándole la espalda.
—Estaría menos enojada si me ayudaras con algo. —comenté.
—Lo siento —mencionó—, sé de que hablas pero el médico, dijo que no se puede.
—El no tiene porque saberlo.
—El va a saberlo porque podrías terminar lastimada, y entonces tendré que llamarlo.
—Entonces eres una inútil —suspiré frustrada—, ¿Con que objetivo vienes aquí a tentarme, si sabes que no puedo?
—¿Te estoy tentando? —preguntó divertida, aferrándose a mi espalda.
—No a mi, a mis hormonas —aclaré—, son mis hormonas hablando por mi.
—Seguro que si —comentó dejando algunos suaves besos en la parte posterior de mi cuello—, no puedo hacer lo que quieres, pero si hay muchas maneras en las que puedo ayudar —aclaró deslizando su mano desde mi vientre hasta mi abultado pantalón—, ¿Estás durmiendo con un pantalón de felpa? —preguntó aturdida.
—Tenía frío —repliqué—, pero lo que importa no es el pantalón ¿O sí? —pregunté posando mi mano sobre la suya, pidiéndole implícitamente que continuara.
—¿Está bien así? —preguntó colando su mano bajo mi pantalón y rozando apenas mi intimidad entre sus dedos.
—Ajá. —le di la razón cerrando mis ojos, mientras ella se dedicaba a consentirme, uno de sus dedos se deslizó desde mi monte de venus, hasta mi bola de nervios, frotando esta con delicadeza.
Sus manos se sentían algo ásperas en contraste con mi piel, pero debía admitir que era muy placentero.
—¿Lalisa? —escuchamos preguntar a BamBam desde el otro lado de la puerta—. ChaeYoung debes aprender a controlar tus hormonas, quedamos en que ibas a convencerla de comer algo.
—Eres tu quien está en celo, ¿Porque me culpa a mi? —se quejó.
—Yo no puedo controlarlo, tu si —aclaré—, ahora deja de aprovecharte de mi y aliméntame.
—No estoy aprovechándome —frunció el ceño—, tu me lo pediste.
—Egoísta miserable —me quejé—, ni siquiera eres capaz de anteponer a nuestro cachorro en lugar de tus necesidades.
—Pero yo creí... —balbuceó.
—Creíste mal —mencioné rápidamente—, ve por algo de comer, alfa.
—Hay tarta de fresas. —comentó.
—Quiero una de damasco —repliqué—, no me gustan las de fresa.
—Tendría que hornear una. —comentó.
—O podrías comprar una y consentirme más rápido.
—Supongo que le pediré a JinYoung que compre una.
—Si mal no recuerdo, este cachorro no me lo hizo JinYoung —aclaré—, toma tus llaves y ve por la tarta.
—Bien. —comentó resignada, buscando sus zapatos.
—Y ruega por que al regresar no me sienta mejor —fruncí el ceño—, porque esto no se va a quedar así, alfa.
La ví salir resignada de la habitación buscando consentir de alguna manera mis caprichos, supongo que si le quitamos lo boba y dominada, no podría pensar en una mejor madre para mi cachorro.
¡Gracias por leer!
—🌷
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