O33.
ChaeYoung.
Pocas veces había visto a mamá tan molesta, pero merecía cada golpe que la vida estuviese dispuesta a darle.
Ella simplemente se marchó molesta, como una niña haciendo berrinches.
Shin suspiró derrotada, ella probablemente estaba conforme con la reacción, pero aquellas palabras mencionadas no podían significar algo más que una inmensa angustia y amargura.
—No estaba enterado sobre lo tuyo con JiSoo. —comenté.
—No hay nada entre Unnie y yo —aclaró— es sólo, que ya era tiempo de que ella se enterara de ciertas cosas.
—No lo tomó demasiado bien. —mencioné.
—Ella no necesita saber que arruinó mi vida por completo, aunque haya sido de esa manera —comentó—, créeme que es mejor de esta manera, ella sigue siendo una cobarde, y ahora al menos sabe que JiSoo no está sola.
—Aunque las cosas entre ustedes no hayan funcionado, ella no está sola —mencioné—. ¿Realmente lo conseguiste con MiYeon y JooHyun?
—Fue idea de JooHyun —respondió—, ella creyó que cediéndome su porcentaje, podría acceder al menos a buscar ayuda legal —mencionó—, lo de MiYeon, en realidad, iba un poco más allá, está cerca el nacimiento de su cachorro y necesita apartar a su omega de todo este lío.
—¿Ella se irá?
—Aún no lo sé, sólo mencionó que este no le parece un lugar para su familia.
—No lo es —admití—, las cosas irán realmente mal para mamá si lo que mencionaste llega a oídos de aquel alfa.
—Sólo resta saber donde está la lealtad de HaeIn —respondió—, probablemente aquel tipo, el padre de su cachorro, haya sido uno de sus hombres en ese entonces.
—No podemos saberlo, HaeIn es un hombre demasiado impredecible —mencioné—, no podríamos saber que hará al respecto.
El móvil de Shin nos alertó al recibir un mensaje entrante
—Debo irme, HeeSeung me espera. —comentó.
—¿Quien?
—Él bebé —aclaró—. BeomGyu debe ir por algunas cosas a la casa de sus padres, y voy a cuidar de la bebé en su ausencia.
—¿BeomGyu? —balbuceé—. ¿Sigues en contacto con él luego de dejar la clínica? —pregunté interesada.
—Soy demasiado sociable para mi propio bien. —mencionó.
—Seguro que sí. —una inevitable sonrisa tiró de mis labios.
—No me veas así —se quejó—, ese pequeño me adora, me alegra poder pasar algo de tiempo con él.
—¿Aún hablamos de él bebé? —pregunté divertida.
—Eres odiosa. —se quejó.
—Mujer, eres una alfa joven y soltera, nadie va a juzgarte por evaluar lo que hay disponible. —dejé una palmada en su espalda.
—No se trata sobre eso —comentó— sólo estoy ayudando en lo que pueda, ellos están solos y por su cuenta, alguien debería estar pendiente de ello.
—¿Es sólo eso? —pregunté—. ¿No existe alguna posibilidad de que consigas algo muy bueno en esa pequeña familia?
—Su vida no ha sido sencilla, no creo que esté dispuesto a considerarlo una opción. —suspiró.
—Has tenido tu dosis de malos momentos —aclaré—, y aquí estás, anteponiendo sus necesidades a las tuyas —mencioné—, estoy segura que él es consciente de algún tipo de interés de tu parte.
—No deberías animarme. —se quejó.
—Ni tu desanimarte —mencioné segura—. Lisa no me daba ni los buenos días, y ahora tenemos una familia.
—¿Cómo muestra un botón? —preguntó divertida, mencionando aquella frase característica de su padre.
—Un botón de pánico tal vez, pero sí. —respondí divertida.
—Supongo que, no pierdo demasiado intentando. —comentó.
—Esa es la actitud que esperaba —dejé una palmada en su espalda— ¿Qué hay de JiSoo? —pregunté—. ¿Todo bien con ella?
—está todo bien —suspiró—, o al menos eso espero, ella irá a Francia.
—Creí que irías con ella —balbucee incrédula— mencionaste hace un tiempo que tenían programado ese viaje.
—Ella irá por su cuenta —aclaró—, aún no sé si viajará sola o en compañía de alguien más.
—¿Es eso seguro? —pregunté preocupada.
—Es seguro —admitió—, estoy completamente segura de que alguien espera por ella allí.
Fruncí el ceño intentando entender de que hablaba, sin demasiado éxito.
Creo que nunca terminaré de comprender que sucedió exactamente entre ellas o como llegaron a aquel nivel de complicidad.
Pero tenía muy claro que Shin jamás permitiría que JiSoo corriera algún riesgo, y si ella creía que nuestra hermana estaría segura en aquel lugar, confiaba ciegamente en que así sería.
—No luces angustiada por tu cachorros —comentó repentinamente, llamando mi atención—, ya sabes, ellos han pasado de brazos en brazos todo el día, y eso no parece ser un problema para ti.
—Ellos están constantemente rotando, y agradezco todo tipo de ayuda —admití despreocupada—, ser madre de dos no es un juego, últimamente me siento como una mujer hecha de legos, temo que mis brazos se caigan en cualquier momento.
—Imagino que para Lisa no es mucho más alentador. —señaló.
—Ella y yo estamos durmiendo en camas separadas —admití frente a su mirada incrédula—, supongo que te haces una idea de como lo está llevando.
—¿Es algo tan malo? —preguntó preocupada—, no pretenden apartarse ¿Verdad?
—por supuesto que no —la miré espantada—, estamos llevando pésimo el no poder estar juntas luego de su parto, llevo al menos un par de semanas dándome de cabezazos contra un muro por no poder tocarla.
—Puedes tocarla, no está hecho de cristal. —aclaró.
—No de la manera en que quiero. —me encogí de hombros.
—Jesus —me miró con un claro gesto de desaprobación—. Autocontrol, ella acaba de concebir.
—¿Porqué todos creen que soy una bestia hambrienta? —me quejé— es ella quien me busca, intento controlarme, pero no estoy hecha de acero.
—Tus cachorros aún no cumplen un mes —mencionó espantada—, dime que al menos pretenden usar algún tipo de método anticonceptivo.
—Ella no debería utilizar supresores durante el período de lactancia —aclaré—, además, odia los supresores.
—No me cuesta creerte —alzó ambas cejas—, su aroma últimamente está siendo demasiado para todos.
—¿Le has prestado demasiada atención? —mi loba prácticamente gruñó en desaprobación.
—Obviamente no tengo esa clase de interés en Lisa —aclaró—, y no, no lo estoy juzgando por haber traído tus crías al mundo hace poco, simplemente no es mi tipo.
—¿Y quién sí? —pregunté—, te estás pasando, en serio deberías hacer algo respecto a ese chico si estás interesada.
—Lo haré —admitió—, y tu deberías hacer algo respecto a tu situación, o vas a llegar a los treinta y cinco años con una enorme camada, y luciendo como de sesenta. —señaló.
Era muy consciente de lo riesgoso que sería volver a tomar a Lisa tan pronto, pero mi loba parecía no conseguir darme una tregua.
Parecía salivar y perder totalmente el control al sentir su aroma, a pesar de que nuestro lazo era relativamente reciente, estaba necesitando reafirmarlo, y rondar a nuestros cachorros, el nido de Lisa e intentar tomarla nuevamente se habían convertido en nuestros nuevos pasatiempos.
Esa era la razón principal por la cual me había auto exiliado de mi propia habitación.
Y por supuesto, también estaba la sigma en sí.
Quien comenzaba a liberar sus feromonas cada vez que rondaba cerca suyo, llevaba días completamente desesperada y fuera de mí, sólo oyendo los lloriqueos de su loba, mendigando ser reclamada y anudada nuevamente.
No debía ser tan malo, siendo una joven pareja, con un lazo reciente y exageradamente activas en el ámbito sexual.
Jamás llegué a imaginar lo mortificante, doloroso y desesperante que sería no conseguir hacerme con lo que es mío legítimamente.
Ni siquiera era capaz de ver a mi sigma amamantando a nuestros cachorros, sin querer lanzarme como una desesperada sobre ella.
—No puedo prometer nada —admití frente a su mirada incrédula—, la necesito.
—Es completamente normal y muy sano que quieras estar con ella —aclaró—, pero no le harías un favor encargando más cachorros tan rápido, quien debe cargarlos es ella, también quien debe concebirlos y de una manera bastante dolorosa —negó—, sé razonable, estoy segura que puedes intentar contenerla
—No puedo —me quejé—, esto es demasiado para mi, es un martirio.
—¿No puedes o no quieres? —preguntó llamando mi atención—, hasta hace un tiempo creíste que lo único que podía mantener a Lisa a tu lado, eran sus pequeños cachorros —comentó—, eso es tiempo pasado, un lazo las une ahora mismo, ella no va a ir a ningún lugar, tienes todo el tiempo del mundo para formar una familia —agregó—, sólo debes permitirle recuperarse y disfrutar de tus pequeños.
—Ella quiere que lo haga —admití—, sus feromonas me hacen perder la cordura, ella me necesita.
—Mujer, con el tiempo me he encariñado bastante con ella, pero eso no impide que pueda reconocerla como lo que es —mencionó—, ella es una sádica —admitió frente a mi mirada incrédula—, sabe lo desesperada que estás y está jugando con tu mente, de lo contrario, estaría sufriendo aún más que tu y podrías notarlo.
Eso de alguna manera podría ser cierto, fuera de sentir los lloriqueos de su loba y sus feromonas, no le había visto siquiera la mitad de desesperada de lo que yo estaba.
¿Ella se estaba metiendo conmigo a propósito?
—¿Porqué ella haría eso? —balbucee.
—Es una sigma. —comentó como si fuese lo más obvio del mundo.
—Pero no he hecho nada para merecer esto. —balbucee.
—¿Estás segura? —preguntó.
—Lo estoy. —respondí en un susurro, pensando en ello.
—No has hecho nada que pudiese lastimarla, hacerle sufrir horribles dolores o yo que sé —chasqueó la lengua—. ¿Dejarla hospitalizada durante varios días?
Una tremenda revelación me cayó como una trompada directo a la quijada.
—¿Es porque la embaracé? —pregunté—, esa discusión la tuvimos hace meses, creí que ya lo había superado.
Pensando detenidamente en ello, ella podría tener razón.
De pronto todo tenía sentido, al recordar el día en que ambas nos enteramos que seríamos madres.
Incluso había sido advertida de esto, por la mismísima Lisa.
—Lo estás tomando demasiado bien —comenté desconfiado—, más de lo que creía.
—Es porque me siento demasiado débil —mencionó calmada—, solo espera a que me recupere.
Allí estaba la letra pequeña de nuestro contrato, ella de una manera u otra me haría pagar por esto.
Lisa.
BamBam no parecía estar al borde de una crisis de pánico, aún sabiendo que estaba a un día del juicio de su alfa.
Él lucía todo lo sereno que podría estar en esa situación.
Eso era admirable, yo probablemente estaría como una loca pateando el culo de quien fuese necesario para que dejaran en libertad a la mía.
—No pareces afligido. —dejé salir después de varios minutos en silencio.
—No lo estoy. —aclaró.
—No veo como es eso posible.
—JinYoung dijo que todo estaría bien —comentó seguro—, él jamás me diría algo así si no fuera cierto.
Me parecía aún más peligroso que él creyera ciegamente en un alfa, que cuando él les temía al punto de no ser capaz de sentir a uno rondando nuestro apartamento sin entrar en pánico.
Estaba deseando que JinYoung quedara en libertad, pero era muy consiente de que él no podía asegurarle tal cosa a BamBam.
Las probabilidades de que él terminara tras las rejas eran aún más altas, por lo que me parecía tremendamente irresponsable que él le asegurara al ingenuo que tenía por hermano que todo estaría bien.
—¿Sabes? Eso no necesariamente puede ser cierto. —una tercera voz mencionó en voz alta justamente lo que estaba pensando.
El vientre de Minnie parecía a punto de estallar, y eso parecía estarle dando bastantes problemas.
Aún así ella estaba en casa, los tres podríamos no llevarnos bien la mayoría del tiempo, pero la infeliz jamás dejaría a nuestro menor a su suerte.
—Espero no haber venido apenas hasta aquí para oírte hablar sobre la fuente de oro al final del arcoiris —mencionó—. no es lo que la vida nos ha enseñado, y si es lo que crees, entonces no sé en que mundo de mierda de fantasías has estado viviendo durante todos estos años.
Minnie siendo así de dura y directa con BamBam no era algo nuevo, sabía muy bien que ella sólo buscaba prepararle para el futuro.
Que ese futuro hubiera ya llegado era lo que más me preocupaba, BamBam no estaba preparado para esto y ambos lo sabíamos
—Puede o no ser cierto —respondió—, pero es lo único a lo que puedo aferrarme ahora mismo.
—Eso dices —chasqueó la lengua Minnie, bajando su mirada hasta el vientre de BamBam sin disimulo alguno—, pero sabes que no es cierto.
Su aroma había cambiado notoriamente, cualquier persona podría asimilar esto al estrés en el que se había visto envuelto producto de su reciente lazo, o la horrible situación en la que estaba su alfa.
Nuevamente.
¿Es que acaso el tipo de alfas perfectos para BamBam eran los presidiarios?
Minnie no era buena guardando sus opiniones, tampoco yo en realidad, pero BamBam si que lo era, jamás esperé algún tipo de réplica de su parte.
Pero bueno, últimamente BamBam parecía hacer todo lo contrario a lo que se esperaba de él.
—¿Es eso un problema para ti? —comentó a Minnie, ví la mandíbula de la antes mencionada tensarse demasiado al oírlo hablando en Tailandés—. Obtuve un lazo ¿Y qué? ¿Cuál es el jodido problema con eso? —mencionó molesto—, estoy con un buen hombre quien se vió enredado sin culpa en mis malas decisiones, eso es más de lo que puedo decir de cualquiera de ustedes
—Estamos hablando del riesgo que corres ahora mismo, no intentes irte por la ramas, infeliz. —se quejó molesta Minnie.
—Si mal no recuerdo, ni siquiera conocías el nombre de Cho MiYeon al dejarte marcar y tomar por ella —continuó, ignorando por completo a Minnie—, podría decir incluso lo mismo de ti —me señaló—, te dejaste anudar por una alfa, sin tener un lazo y teniendo un contrato de por medio —aclaró—, dejen toda esa mierda moralista de lado, están muy lejos de dar consejos a los demás sobre vidas perfectas.
—Se supone que eres mejor que eso —comentó molesta Minnie—, si ves que estamos haciendo las cosas mal, entonces debes buscar otro camino, no caer en mismo.
—No necesito de otro camino —insistió—. JinYoung es mi alfa, mi lobo lo reconoció como tal —comentó seguro—, él es quien ha velado por nosotros, no puedo pensar en alguien más para ser él padre de mi cachorro.
Y ahí estaba.
Minnie suspiró frustrada, volteando en otra dirección al oírle confirmar sus sospechas
—¿Qué se supone que harás esperando al cachorro de un tipo que está en prisión? —intentó cambiar el rumbo de sus comentarios Minnie, al ver que ser confrontacional no lo estaba llevando a ningún lugar.
—¿Eres idiota o sólo son tus hormonas hablando por ti? —el ceño de Minnie se frunció de inmediato al oír la ofensa en sus palabras—, ¡Él está allí por mi culpa! —comentó molesto— ¡Dios mío! ¿es tan difícil para ti entenderlo? —preguntó—. Estamos hablando del mismo alfa que nos visitaba llevando tartas y galletas, es él alfa que escondía a tus ligues de la mirada acusadora de ChaeYoung — la expresión molesta de Minnie disminuyó notablemente al oír esto—, es JinYoung, no es un jodido criminal.
—Lo sabemos. —admití frente al silencio de Minnie.
—Pudo ser ChaeYoung —comentó repentinamente BamBam—. También MiYeon e incluso RyuJin —aclaró—, cualquier alfa que se respete a si mismo como tal y valore la presencia de un omega en su vida, lo hubiese hecho.
—Ambas lo sabemos —insistí—. Minnie simplemente está fuera de sí producto de una crisis de mamá gallina.
—¿Gallina? —frunció el ceño—, hasta donde sé, la única aquí con polluelos eres tú. —me acusó.
—¿Dónde están? —balbuceó BamBam notado la ausencia de mis pequeños.
—Dormidos —aclaré—, también yo debería estar dormida, ¿Sabes lo difícil que es dormir a ambos a la vez? —sentí mi sangre hervir en molestia—, duermo media hora cada noche, ¡Chae se durmió de pie en la fila del Banco!, debemos aprovechar cada segundo, ¡Pero no! —gemí—, aquí estoy escuchándoles discutir, ¡Enormes pedazos de mierda!
Mi respiración agitada luego de dejar fluir mi molestia, era lo único que podía oírse en la habitación.
—¿Te pedimos nosotros que prestaras el coño? —escuché decir a Minnie.
—¡Jodida hija de puta mal nacida! —grité con todas mis fuerzas—, espero de todo corazón que el hospital esté cerrado cuando debas parir.
—Si está tan cerrado como tus piernas probablemente me atenderían igual. —comentó burlona.
—Son tan inmaduras —se quejó BamBam—, ambas son unas imbéciles, ¿Podrían irse de una vez?
—Infeliz mal agradecido, estamos aquí por ti. —se quejó Minnie.
—No les pedí venir —comentó—, es más, creo que si lo hubiera hecho no estarían aquí.
—Claro que estaría aquí. —mencioné ofendida.
—Tu sí, pero porque es tu casa —negó—, no por gusto.
—Si fuera por gusto tampoco estarías aquí. —aclaró Minnie.
—Siento que algo falta. —fruncí el ceño pensando en ello.
—¿Dónde está JiSoo? —preguntó interesada Minnie.
—Oh, era ella. —asentí.
—No lo sé. —se encogió de hombros BamBam.
—¿Deberíamos dar aviso a alguien? —preguntó Minnie—. Es peligroso que el desaparezca.
—No creo que esté corriendo peligro —comenté despreocupada—, su guardiana está en servicio.
—¡Oh esa infeliz! Prefiere enrollarse con su guardiana en lugar de estar aquí consolándome. —se quejó BamBam.
—Creí que no querías ser consolado. —mencionó incrédulo Minnie.
—No quiero, pero mostrar algo de interés no va a matarla. —admitió.
—Mañana es el juicio, deberías estar descansando. —comentó Minnie.
—Cuando haya muerto tendré toda una eternidad para descansar. —señaló.
—Es lo que me digo a diario, cuando debo cambiar pañales de madrugada —admití—, mientras aquella desgraciada ronca como un oso.
—¿ChaeYoung? —preguntó Minnie—, dijiste que ella dormía tan poco como tu.
—Si yo no duermo, entonces ella tampoco —aclaré—, estoy haciéndole perder la cordura con mis feromonas.
—Eso es un arma de doble filo —señaló BamBam—, si ella te toma otra vez podrían haber más cachorros.
—No lo hará —comenté segura—, para eso tendría que acercarse a nuestra habitación, no dormir y limpiar culos cagados de madrugada, créeme, ella no lo hará.
—No es como que la falta de una cama la hubiese detenido alguna vez —mencionó Minnie—, no puedo esperar a ver tu reacción cuando estés preñada otra vez y con bebés cagados de madrugada.
—La estás haciendo sufrir de manera innecesaria. —opinó BamBam.
—Es necesaria, yo se lo advertí —aclaré—, ella pagaría tarde o temprano por haberme embarazado.
—¿Ella siquiera recuerda esa advertencia? —comentó incrédula Minnie.
—Considerando que inscribió a nuestro pequeño como Pasidh y ahora lo llama Phasid —chasquee la lengua—, lo dudo.
—Ella no tiene la culpa de ser despistada. —le defendió BamBam.
—Yo diría que la culpa es tuya por pedirle que recuerde algo cuando está constantemente olvidando todo —me acusó Minnie—, espero que recuerdes ponerles una insignia con identificación a tus pequeños cuando ella deba llevarlos a control o a cualquier lugar.
—Ella debe aprender en algún momento. —me quejé.
—No lo hará, simplemente es mala recordando cosas. —mencionó seguro BamBam.
—En su beneficio. —aclaré.
—Es mala recordando todo. —mencionó Minnie.
—Mañana es su cumpleaños. —dejó salir BamBam.
—Claro que no. —fruncí el ceño.
—Es cierto —admitió—. JinYoung mencionó que esperaba al menos que el juicio fuese antes del cumpleaños de ChaeYoung para no arruinar su día, y se sintió demasiado mortificado al saber que ambos serían en la misma fecha.
—¿Es en serio? —balbucee.
—Eso sólo prueba que ella ni siquiera es capaz de recordar la fecha en que nació —chasqueó la lengua Minnie—, estás pidiendo demasiado.
—¡Mierda! —me quejé—. ¿Alguien sabe cómo hornear un pastel?
Necesitaba un jodido milagro para que JinYoung quedase en libertad o esto terminaría por arruinar definitivamente no sólo el cumpleaños de mi alfa, sino también la familia de BamBam.
¿Qué mierda se supone que deba hacer?
¡Gracias por leer!
—🌷
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