Dia 6 Universo Alternativo/Mascotas
SOMBREROS Y CONEJOS.
Sobre los hombros de Damian Wayne Al Ghul recaía el peso de dos grandes familia que lo esperaban recelosamente para continuar con sus legados. Los Al Ghul eran una familia entregada a la mafia del medio oriente, él mismo creció bajo ese techo hasta que un incidente en su adolescencia lo hizo llegar a la tutela de su padre; Bruce Wayne, el heredero de una de las más grandes familias de Gotham, un magnate de negocios.
Ambas familias esperaban de Damian cumplir con el legado que cada una conllevaba: Ser la nueva cabeza en el imperio de la mafia o serlo en el imperio industrial. Sin embargo, Damian a sus veinticinco años no sabía cual de esos caminos tomar.
El legado Al Ghul y el Wayne le pertenecían por derecho, pero conforme pasaban los años él se daba cuenta de que ninguno parecía ser adecuado para él. Damian se encontraba confundido, ¿Quién debía ser en el futuro?...¿Al Ghul o Wayne?. ¿Cuál lo haría más feliz?, ¿Era una opción ignorar ambos y buscar su propio camino?.
Claramente pasaba por un periodo de vida difícil: una crisis existencial, un acontecimiento trascendental el en transcurso de su vida donde él mismo buscaba su propia identidad. Pero su crisis existencial solo era la punta de su problema.
Damian se movía por la vida tal cual se lo pedían, su madre lo dejó a cargo de su padre cuando él apenas cumplía los trece años. Fue la primera vez que conoció aquel hombre, un hombre que jamas dudó en borrar todas las enseñanzas de vida que una organización de criminales podría inculcar en un niño.
La transición de estilo de vida fue difícil pero no por nada la adaptación era una característica del ser humano y Damian aprendió a vivir bajo las reglas de su padre.
Fue durante la universidad cuando su padre vió en él el futuro de las Industrias Wayne y con la esperanza de que algún día fuera el presidente de ellas Bruce pensó que sería una gran idea hacer que Damian Wayne comenzará a trabajar en lo cual sería su legado.
Inició en Industrias Wayne desde sus diecinueve años desde abajo para que fuera capaz de aprender cada detalle del legado de la familia Wayne. Fue así como a través de los años paso de portero a telefonista, de telefonista a recepcionista, de recepcionista a ejecutivo de ventas y así, sucesivamente llegaría a la cima.
Desafortunadamente nada lo preparó para el ultimo escalón que debía subir antes de llegar a su meta; Asistente del vicepresidente de Industrias Wayne.
No solo debía encargarse de resolver sus conflictos de identidad si no que también sufría de un contratiempo del cual nunca en su vida se hubiera esperado; Sentimientos.
Él era el asistente personal de Raven Roth, una amiga de la familia que tenía ojos tan ricos como un vino violáceo y un cabello oscuro que parecía atrapar el aroma de un campo de lavandas. Trabajar con ella ha sido uno de sus retos más difíciles, pues terminó de reconocer en poco tiempo que esa calidez extendiéndose por su cuerpo causada con solo verla caminar era nada más y nada menos que una atracción.
Estar enamorado de su jefa era un percance que necesitaba superar de inmediato. Su principal preocupación debía enfocarse en encontrar una respuesta para su crisis existencial y no en las florecientes sensaciones que una hermosa, divertida e inteligente mujer provocaba en él.
Era hora de agarrar con fuerza las riendas de su vida para tomar la decisión más conveniente para su futuro antes de que hiciera un tonto de sí mismo.
Damian Wayne no necesitaba de la banalidad de las emociones humanas.
"¿Cómo te va hermano?. Espero que esas libretas de contabilidad estén llenas de números y no de oraciones que digan : Damian Wayne y Raven Roth para siempre."
Timothy Drake, hermano adoptivo y el hombre que vivía para hacerlo sufrir cada segundo de su existencia. Obviamente era lo suficientemente inteligente como para ser el CEO de la compañía y también descubrir en tiempo récord uno de sus secretos más oscuros.
"¿No deberías estar trabajando Drake?." Damian ni siquiera alzó su mirada del escritorio para saludar al jefe de la compañía, quien al parecer siempre tenía tiempo libre para venir a visitarlo y torturarlo por lo menos tres veces al día.
"Sabía que todos esos años de rebelde matón en tu adolescencia fueron puras bazofias, a decir verdad eres algo cobarde."
"Se como desaparecer un cuerpo sin dejar rastro, así que mejor sugiero que digas lo que tengas por decir antes de que me levante de esta silla."
"¿Cuando vas a invitar a Raven a salir?."
Damian frunció el ceño ante la directa pregunta del otro hombre. Abrió la boca en una discreta sorpresa, dejó salir un suspiró para recuperar el hilo de sus pensamientos y así poder contestar.
"Las relaciones entre compañeros de trabajo están prohibidas. Que poco profesional eres."
Ni siquiera fue capaz de desmentir lo que Timothy suponía.
"La manera en la cual la miras fijamente tampoco es profesional y aun así lo haces todos los días."
Damian dejó de teclear para con un gruñido finalmente mirar al hombre de ojos azules, Tim definitivamente se divertía con él por la mueca tonta que llevaba en el rostro. Nunca había cortesía entre sus reuniones, pero a pesar de que siempre tenían roces como hermanos, Tim Drake era una de las personas que más fácilmente podían leerlo...Como lo odiaba.
"¿Requieres algo de mi Drake o deseas que te reporte con padre por tu poca ética laboral?."
"Calma, vine por los reportes del mes pasado."
"Te los envío." Él regresó a la computadora y en tres rápidos tecleos terminó su labor. "Listo, se han enviado. Ahora lárgate de mi vista."
Pero antes de que Tim Drake pudiera decir algo más las puertas del elevador se abrieron para darle el paso a las oficinas ejecutivas a dos mujeres y a un niño.
Inocentes y oscuros amatistas se conectaron con los ojos de Damian, el dueño de aquellos recelosos ojos pertenecía a un niño quien enchuecó los labios como una ofensa para Damian mientras se aferrarse más a la mano de su madre.
Giovanni Roth-Zatara.
Sí, la mujer por la cual suspiraba día y noche era una madre soltera.
Damian y el hijo de cuatros años de Raven nunca se han llevado del todo bien, por alguna razón el menor lo odiaba con cada poro de su pequeño cuerpo. Por otro lado Damian nunca podría odiar a ese ser tan amado por Raven, incluso sí el padre era un cretino que él detestaba.
Raven siendo amiga cercana de la familia Wayne, Damian presenció inevitablemente de su romance con Zachary Zatara, un amor juvenil que terminó con un inesperado embarazo y un cobarde que huyó de su responsabilidad como padre. Era una suerte que aquel bastardo no se apareciera por aquí ó su estatus de vida hubiera cambiado desde hace mucho tiempo.
"Tengo que trabajar Donna." Raven ignoró la presencia de los dos hombres conforme se adentraba en su oficina. La mujer de cabello negro que la acompañaba hizo una mueca mientras dejaba una jaula sobre el escritorio de Damian. "No puedo llevarlo conmigo."
"La sesión de fotos salió de imprevisto." La famosa fotógrafa Donna Troy añadió. "Puedo cuidarlo hasta las once, pero solo eso. ¿Porque no le hablas a Rose para que lo cuidé?."
"Tia Rose me perdió."
"Y por eso nunca más la inútil de Rose volverá a cuidar a mi hijo." Raven rodó sus ojos a la inocente risilla del menor.
Mientras las chicas aún conversaban Damian observó al conejo gris encerrado en la jaula que Donna había puesto sobre el escritorio. Su curiosidad e interés por los animales lo hicieron alcanzar la jaula para poder ver de más cerca al conejo, sin embargo aquello no fue posible pues Giovanni al notarlo alejó la jaula del alcance de Damian. Al parecer el mocoso no quería compartir su mascota con él, y eso quedó más que claro cuando el niño sacó la lengua hacia Damian en modo de ofensa. Esta vez el mayor no retuvo sus ganas de lanzarle una mirada fría como respuesta a su infantil conducta... No lo odiaba, pero tampoco podía dejarse humillar por un menor de edad, ¿O si?.
"Es demasiado dinero como para dejar pasar la oportunidad, Rae. ¿No hay alguien más que pueda cuidarlo?."
La voz de Donna regresó a Damian al conflicto que transcurría en la oficina.
"¿Problemas con el pequeño Vanny, Rae?" Timothy se hizo presente llamando la atención de las dos mujeres.
"Timothy, no te había visto." Raven finalmente le dió un vistazo al hombre de ojos azules y después al caballero de ojos esmeraldas. "Damian."
Al tener su atención sobre él, Damian se alzó de una salto, casi tumbando la silla en el proceso en el cual le pasaba a la mujer los documentos que necesitaba para su día. Raven los aceptó con una ceja arqueada, curiosa a su abrupta conducta... eso fue lo único que Damian necesitó para que una chispa tronará dentro de su corazón.
Ninguno de los dos soltaban los documentos en sus manos, como si aquellos fueran un puente que creaba un especie de contacto entre ellos. Raven observó sus manos sosteniendo los papeles para después regresar a ver los ojos del moreno....una diminuta, casi inexistente sonrisa coqueta comenzaba a emerger en sus labios.
"Giovanni puede quedarse en el edificio, no importa." Tim atrajo a Raven de nuevo a él mientras que revoloteaba el cabello negro del niño.
"Oh..." Raven parpadeó, como sí regresará de un trance y recordará el presente. Tomó los papeles de Damian sin darle otro vistazo. El encanto entre ellos se había roto. "No, no es posible, tengo agendado el día completo para salir a juntas por la ciudad."
"Ve a las juntas y Damian lo cuida aquí en la oficina. Es tu asistente personal, él hará lo que sea."
"No." Damian exclamó al instante.
"No Mami." El niño secundó la negación del mayor jalando el vestido de su madre. "No me dejes con el Sr. Demonio."
Damian ignoró el apodo con el cual el hijo de Raven lo había bautizado para maldecir mil veces a su supuesto "hermano". ¿Qué pretendía Drake?. La ultima vez que Damian cuidó a Giovanni fue hace un año, y eso resultó en un desastre muy incomodo para los dos. Aquellas fueron las cuatro horas más largas de su existencia.
De nuevo, no odiaba al niño, solo que...ellos no congeniaban.
"Damian no es mi niñera, él es un aprendiz de Industrias Wayne y tiene que estar presente en las reuniones de los clientes, es parte de su aprendizaje." Raven negó con la cabeza para la suerte del niño y el asistente.
"Tonterías, Damian no necesita hacer visitas." Tim dió unos amistosos pero fuertes golpes en la espalda del moreno. "Damian sabe que lo necesitó hoy aquí para unos casos personales de la compañía, él podrá cuidar a Vanny sin problemas. Créeme Rae, será un placer para él."
Bastardo mentiroso.
El pánico y la ira por la inoportuna ayuda de su hermano se mezclaban en su estomago. Obviamente aquella excusa fue una mentira y Damian ya comenzaba a preguntarse sobre como debería actuar en este tipo de escenario. ¿Huir o golpear a Tim Drake?.
"¿Estarías dispuesto a cuidarlo Damian?." Raven giró hacia él con unos ojos de esperanzas que le hacían difícil al moreno voltear hacia otro lugar del mundo. "Eso me ayudaría demasiado."
Él estaba dispuesto a pagar todo su salario del mes para escaparse de esta responsabilidad, pero a Raven, a ella le era imposible negarle su ayuda.
Ugh..odiaba las emociones.
"Bien." Damian dijo con un bufido, se cruzó de brazos para disimular el rubor que se pintaba en su rostro ante la sonrisa de agradecimiento de la mujer. "Yo cuidaré a tu mocoso."
"¡No soy mocoso!" Giovanni pataleó contra la alfombra de la oficina.
"Eres un salvavidas Wayne." Donna guiñó hacia el moreno, causando con su comentario una burlón chasquido de labios de Tim Drake.
Pero Damian ignoró a todos para enfocar en la ultima mirada que Raven le dedicó antes de caminar al interior de su oficina. Él apenas sintió el puño de Donna en su hombro al pasar a su lado, cerca de esta Giovanni le regaló una sucia mirada antes de desaparecer dentro de la oficina de su madre.
"¿Por que sigues aquí Drake?, ¿No haz causando ya las suficientes molestias?."
Damian regresó a su usual hostilidad con Tim una vez que el vestíbulo de la oficina quedó abandonado. Ciertamente el hombre mayor continuaba parado a lado de su escritorio sin ninguna intención de moverse.
"Borra ese ceño Señor Demonio." Tim dijo burlonamente, se divertía a sus expensas. "Te daré un consejo; Primero deberás ganarte al pequeño Giovanni antes de poder salir con su madre."
"Eres detestable. Nadie saldrá con nadie."
"¿Prefieres dejar pasar tu oportunidad con Raven por Giovanni?. ¿Qué tan difícil es cuidarlo?, él es un niño adorable."
"Ese mocoso me odia."
"Quizás deberías dejar de llamarlo así." Tim lo reprimió ligeramente. "Suerte tienes de que a Raven no le moleste."
A Raven no le molestaba porque sabía que él era tan infantil como su pequeño hijo de cuatro años. Ella más de una vez ha sido la intermediaria de sus discusiones...Además, Damian mataría por defender a ese niño, incluso si se llevaban como perros y gatos. Pero eso era algo que Tim Drake no necesitaba conocer.
"Es hora de que regreses a trabajar."
Con eso dicho Damian regresó a su silla, tecleando tan fuerte como para darle entender al otro hombre que la conversación entre ellos había terminado.
"Es evidente que Raven te atrae." Tim susurró en discreción al notar que el hijo de Raven había salido de la oficina de su madre en la búsqueda de la olvidada jaula de su conejo. "No te culpó, ella es una chica genial y una buena amiga."
Giovanni deambulaba por el despacho buscando y sin darse cuenta que su mascota se encontraba sobre el escritorio de Damian. Temiendo que él pudiera escucharlos Damian prefirió ignorar lo que se le estaba diciendo. Tampoco era como si le complaciera escuchar a otro hombre hablar tan amenamente del prospecto de sus afectos.
"No somos los mejores amigos, ni tampoco los hermanos más cercanos Damian, pero se que eres un buen hombre." Tim continuó. "Justamente lo que Raven merece en su vida."
"¿Qué?."
"Solo hazle una invitación a una cita. Y por favor, no seas un animal como Dick o Jason. Se un caballero, ella es una buena mujer."
No supo que responder, fue tan inesperado escuchar aquello que nunca se percató de cuando su medio hermano se marchó o cuando Giovanni brincó a su escritorio para tomar la jaula de su mascota y correr deprisa con esta a la oficina de su madre.
Un buen hombre. Nunca esperó escuchar esas palabras proviniendo de ninguno de sus hermanos. Mucho menos de Tim Drake.
Dentro de esa oficina Raven reía modestamente de algo que su amiga le platicaba mientras su hijo se encontraba en su regazo admirando a su mascota.
'¿Podría ser verdad?, ¿Él era un buen hombre?.' Damian pensó internamente conforme absorbía aquella escena.
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Un Al Ghul nunca aceptaba ordenes de los demás, y de algún modo Damian se encontraba en su hora del almuerzo en el parque frente a industrias Wayne con un muy indignado Giovanni Roth-Zatara a su lado conforme un puñado de infantes corrían sin control alrededor de ellos.
Giovanni heredó el profundo ceño de su madre y esa aura de superioridad de su padre, la cual usaba para observar sus alrededores como si fuera un pecado que su mera presencia estuviera pisando este lugar.
"¿Porque no vas a jugar Roth?." Damian preguntó, sus brazos se cruzaban en su pecho e inconscientemente el menor copió su posición; no quería estar aquí tanto como Damian.
Había llevado al menor a comer hace una hora y aún le quedaba tiempo de sobra como para perderlo. Por experiencia con sus sobrinos, Damian imaginó que el niño amaría pasar un tiempo en los juegos, pero la realidad fue distinta a su exceptiva.
"No me gusta ensuciarme."
"Entonces perdemos el tiempo en este lugar."
Pero tras decir eso el niño apretó más sus brazos contra su pecho haciendo un puchero con sus labios mientras plantaba más sus pies en la tierra. Al parecer no quería estar aquí ni tampoco deseaba irse. ¿Qué diablos deseaba entonces?.
"Me gusta la magia." El niño murmuró, tímidamente desvío sus ojos de él.
"Eso es patetico."
"¡No!, seré un mago famoso como mi Tía Zatanna y como mi Padre."
Ser como su padre, ¿Un hombre que huye de las responsabilidades?. Vaya modelo a seguir.
Sin embargo Damian vió algo en Giovanni que le hizo guardarse las palabras llenas de honestidad sobre dicho Padre. Las pequeñas lagrimas retenidas en sus ojos amatistas eran de orgullo y dolor, verlas en cierto modo le recordó a su propia infancia cuando su madre lo humillaba cada vez que él aparentaba tener un interés más allá de los negocios de la familia. El interés a los animales y a sus mascotas siempre fueron motivo de burla y de desprestigio en su tiempo en Nanda Parbat.
Sintiendo empatía por el menor Damian se agachó a su altura mientras este giraba más la cabeza lejos de él. A Damian le comenzaba a preocupar sí el menor apretaba más sus bracitos contra su panza esta fuera a explotar.
"No me interesa la magia niño, pero quizás es porque nunca he visto una demostración buena y creíble."
Eso finalmente captó el interés del menor. Las lagrimas se borraron al instante y emocionado Giovanni dió un saltó.
"¡Te haré magia!, en la oficina de Mamá tengo mis cosas."
Sin poder reaccionar el niño lo tomó de la mano para correr juntos con dirección a la torre de industrias Wayne.
En menos de cuatros minutos, gracias al aumento de energía de Giovanni, hombre y niños se encontraron en la oficina de Raven; Damian sentado en el sofá de espera y el menor usando una capa, un sombrero y una varita frente a él. Estaba más que preparado para dar el show de su vida.
"Luego con la palabra mágica: Ecerapa ojenoc." Giovanni sacudió la varita en el sombrero, le dió unos golpes y tras unos muy largos segundos el conejo gris que el niño tenía de mascota apareció desde el interior. "¡Tada!"
Damian ignoró como los golpes en el sombrero habían sido una distracción para que sigilosamente el niño moviera un comportamiento secreto en el sombrero donde el conejo había estado oculto todo este tiempo.
"Impresionante." Él no sonó convincente, pero el halago fue suficiente como para alzar el ego del menor.
"Seré famoso, ya lo veras. Seré el mejor mago del mundo."
'Pequeño bastardo presumido.' Damian pensó al negar con la cabeza, divertido con la altanera actitud del niño.
"¿A que hora regresa mami?."
Damian escuchó el aburrimiento en la voz de Giovanni y eso le preocupó un poco. Era de esperarse que después de haber pasado seis horas juntos el menor preguntara por la ausencia de su Madre.
"No tarda." Él mintió, pero poco fue convincente para el menor.
"¡Quiero que regresé ya!." Giovanni olvidó el sombrero en el sillón, aburrido de su magia comenzó acariciar suavemente a su mascota mientras un puchero se tatuaba en su rostro. "No me caes bien Wayne."
"Dime algo nuevo." Damian suspiró en sarcasmo. Se detuvo de volver a su escritorio para preguntarle al niño. "¿Wayne?."
Aunque ya era común que el menor le hablara despectivamente, era la primera vez que lo escuchaba llamarlo por su nombre.
"Así te llama mi papi...Wayne." Giovanni volvió a decir su nombre con repudio. "Él habla con nosotros todas las noches, me pidió que cuidará a mamá de ti."
Aún mas extraño, ¿Por que Zatara le pediría a su hijo que cuidará a Raven de él?. Para su suerte, o su mala suerte, el niño tenía la respuesta para él.
"Le dije a Papá que la tía Donna siempre decía que te querías a comer a Mamá con la mirada...¿Tienes dientes en tus ojos?...eres raro."
Oh. Ahora todo cobraba sentido. Después de todo Timothy no era la única persona que había percibidos sus 'Secretas' emociones por su jefa.
La humillación de su poca sutileza estaba comenzado a hacerlo sentir mucho calor interno, un calor que paró al instante en el cual escuchó un grito de terror y un chillido agudo. La vergüenza quedó olvidada para correr hasta Giovanni que lloraban en el suelo.
"¡Bunny!"
Un segundo de descuido fue lo que se necesitó para que una catástrofe ocurriera. Al parecer la mascota del menor se había soltado de su agarre para saltar y caer al suelo de una manera poco agraciada. Había ocurrido un accidente bajo su cuidado.
"No lo toques." Damian jaló gentilmente al niño del brazo para evitar que este moviera al conejo herido del suelo.
"Pero Bunny...no puede morir."
Comprendía el escándalo del niño, el pequeño conejo apenas y se movía, Damian necesitaba revisarlo de cerca para poder dar un veredicto. Con cuidado levantó al conejo de sus manos y con un ademán de su cabeza indicó a Giovanni que lo siguiera.
"Vamos a la enfermería."
"¡¿Qué le vas hacer?!."
"Agarra mi pantalón, sígueme el paso y no hagas preguntas."
Su último comentario fue demasiado directo, seco y hostil para un niño de cuatro años. Giovanni lo siguió en silencio con la mirada en el suelo, pero cuando entraron al elevador y las puertas se cerraron el menor no pudo contenerse más, se aferró del pantalón de Damian conforme sus lagrimas comenzaron a caer como cascadas de sus ojos.
Nunca antes en su vida Damian había suspirado tanto en un solo día.
Damian pasó al conejo a una mano para con su brazo libre levantar al menor de suelo, asombrosamente este no se negó al contacto e incluso se acurrucó contra él para ahogar sus lagrimas en su hombro.
"Vamos a salvar a Bunny, Giovanni."
"Pero...no...eres doctor." Giovanni balbuceó entre sus llantos. "En el trabajo de mami..no hay..doctores. No quiero perder a Bunny..."
"Lo voy a curar, te lo prometo."
La enfermería estaba posicionada dos pisos por encima de la oficina ejecutivas así que llegaron ahí en un parpadeó. Como siempre el doctor en turno se encontraba ausente, pero esta vez ignoró la irresponsabilidad de otro para poner al niño y al conejo sobre la camilla del lugar.
"Cuídalo Giovanni. Que Bunny no se mueva de aquí." Él le dió la orden al niño quien se secó las lagrimas para hacer tal cual le ordenaron mientras Damian se aventuraba en los gabinetes para buscar lo que necesitaba.
Desde muy temprana edad Damian tuvo un interés innato por los animales, cuando era pequeño él era totalmente responsable de sus mascotas ya que su madre veía su interés como innecesario. Alimentación, cuidados, prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, trastornos y las lesiones de sus mascotas corría a manos del inexperto y joven Damian Al Ghul. Así que, él tenía algo de experiencia en lo que era la medicina veterinaria, una experiencia que desafortunadamente adquirió bajo aprendizaje y error.
Los latidos del corazón era un poco acelerados, la respiración era agitada y el pequeño chillido que el conejo hizo cuando él toqueteó una de sus patas le dieron las pistas que ocupaba para dar un diagnostico: una leve lesión en la pata trasera derecha.
Fue admirable ver a Giovanni recuperar su compostura para ayudar a Damian en todo que pudiera mientras limpiaba y vendaba la pata del animal.
"Ya abre los ojos, curaste a Bunny." Giovanni dijo asombrado, pues tras inyección de medicamento el conejo volvió casi a la normalidad.
"Te lo dije que lo haría ¿O no?." Damian bajó a Giovanni de la camilla con cuidado. "Hiciste un buen trabajo en mantener la calma, eres un valiente ayudante."
El niño no le contestó más si le regaló una mueca que demostraba lo orgulloso que se encontraba de sí mismo. Damian le permitió que jugará un poco más con el vendaje sobrante mientras una llamada entraba a su teléfono.
"¿Qué pasa?." Damian respondió sin titubear sabiendo que se trataba de la persona quien lo tenía precisamente a cargo de un conejo y un niño.
"El cliente de Bélgica no se ha presentado."
"¿Cuanto tiempo?."
"Tres o cuatro horas, el bastardo viene en Jet desde New York." Raven siseó frustrada del otro lado del teléfono. Damian ya se la imaginaba con un ceño fruncido y golpeando sus uñas contra alguna superficie. "Provoca que alguien quiera darle un puñetazo."
"Cuidado, sí vas a la cárcel por agresión Rose Wilson tendrá que quedarse con la custodia del mini tú." Damian rió mentalmente al escuchar un tintineó, como sí ella estuviera golpeando con sus uñas cristal. La conocía demasiado como para saber cuando estaba totalmente frustrada.
"¿Es mami?, quiero hablar."
Con el conejo totalmente dormido sobre la camilla no existía distracción para Giovanni, quien ahora exigía con una mano que Damian le pasará el teléfono.
"Tu mocoso quiere hablar contigo." Damian murmuró contra el teléfono ganándose un manotazo del niño en su muslo. "Pondré la cámara antes de que me maté."
"Giovanni tiene cuatro años Damian." El rostro de Raven ahora era visible para él en la pantalla del celular, lucía tensa pero no molesta. "¿Porque no se llevan bien?, ustedes dos son iguales de cabezas dura, deberían entenderse un poco."
Quizás no se llevaba bien porque el progenitor de su bendición confabulaba en su contra. Sin hacer mención de aquello Damian de nuevo subió al niño en la camilla para pasar el teléfono a sus pequeñas manos.
"¡Mami!, quiero que vengas."
Las expresiones de Madre e hijo se iluminaron al verse mutuamente, la tensión se borró de los hombros de Raven mientras que él niño olvidó la tristeza del accidente que acaba de ocurrir para sonreírle brillantemente a su madre. Ciertamente a Damian nunca le podría desagradar un ser humano que brindaba tanta felicidad a Raven.
Sin embargo, la luz en el rostro de Raven prontamente cambió en confusión y preocupación al notar los alrededores donde su hijo se encontraba.
"¿Damian?, ¿Por que están en la enfermería?."
"Él esta bien." Damian le aseguró antes de que ella en plena mortificación traspasara la pantalla del celular.
"Bunny se lastimó la patita, el señor demonio lo curó Mami." Tiernamente el niño sonreía a su madre para después enseñarle al animal vendando y dormido sobre la camilla. "Mira, su patita ya esta bien."
"...creo que los tres tuvieron un interesante día."
"No tienes idea." Damian murmuró.
"¿Cuando regresas Mami?."
"Más tarde, pero ahora debo regresar a trabajar. ¿Puedes regresarle el teléfono al señor demonio hijo?. Te prometo que nos veremos pronto."
"...ok." Poco convencido Giovanni pasó al adulto el celular.
"¿En serio Raven?, ¿Señor demonio?." Damian gruñó pero en la pantalla ella estaba ya gozaba de su propia broma.
"Tu le dices mocoso a mi hijo, tengo derecho a decirte como quiera. Y regresando al asunto del tiempo, no creo que llegue a la hora que cierren el edificio. Llamaré a Donna para que lo recoja."
"A Troy le tomará horas llegar aquí, esta al otro lado de la ciudad."
"¿Qué mas puedo hacer Damian?, No tengo opción."
Ni Raven o Donna estarían aquí a tiempo para cuando llegara la hora de cerrar las oficinas administrativas y ejecutivas, y para eso quedaba solo una hora más. Una situación complicada, suerte que él tuviera la mejor solución para todos.
"Tras el trabajo lo llevaré conmigo a la mansión, así podrá comer algo y esperar hasta que termines. Cuando estés en tu departamento me llamas y yo lo llevaré a tu casa."
"Pero ese no es tu trabajo Damian."
"Lo sé." Sus esmeraldas se pegaron a esos ojos envinado que incluso a través del video parecían brillar para hacerle sentir nudos en el estómago. "Te estoy haciendo el favor como un amigo."
"Como un amigo." Raven repitió y Damian no supo como interpretar ese ligera levantamiento en su ceja izquierda. "Gracias Damian, supongo. Algún día te regresare el favor."
'¿Que tal en una cita?'
Damian tuvo que morderse los labios para evitar que aquello saliera de su boca. Una idea que apareció gracias a las tonterías de Timothy Drake. No podía arruinar más su relación con Raven, no cuando él sospechaba que ella era consciente de sus desvergonzadas miradas. ¿Que pensará de él?....Tal vez pensaba que él era un lujurioso pervertido. No la mejor imagen que deseaba vender a la mujer de sus sueños.
"Llámame cuando llegués a tu departamento, el mocoso estará bien conmigo."
"Lo haré. Cuida a Giovanni y, gracias de nuevo...amigo." Raven terminó la llamada sin ninguna expresión en su rostro.
"¿Va a venir mamá?." Giovanni cruzó sus brazos impaciente. "Quiero que venga."
Oh pequeño Giovanni, él le tenía muy malas noticias.
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Tres horas extras a las siete que ya habían pasado fueron nada a comparación de su ultima experiencia cuidando a Giovanni en el pasado. Estando en la mansión Wayne las manos le sobraron a Damian para ayudarlo a entretener al menor, claro, tuvo que soportar las burlas de sus hermanos al llamarlo "Padrastro", pero por lo menos Giovanni se distrajo.
Alfred se ganó la confianza de Giovanni al instante, ni hablar de como el pequeño se hizo amigo de su sobrina Mar'i y los dos pasaron pegados mientras correteaban a sus mascotas por los grandes jardines de la mansión.
Sencillo, cómodo y para nada agobiante, de hecho, Damian disfrutó de este tiempo, tanto que el llamado de Raven para que él llevará al niño a casa llegó de sorpresa para él.
Le costó despedir a Giovanni de la mansión pero al final logró subirlo al coche sin contratiempo al decirle que su madre ya lo esperaba en su casa.
El viaje fue silencio gracias a que el niño se había quedado dormido en el asiento trasero con una mano sobre la jaula de su conejo. Damian le echaba un vistazo desde el retrovisor de vez en cuando y cada vez notaba como sus relajadas facciones le recordaban a las de su madre...lucia lindo, él admitió.
Giovanni Roth-Zatara despertó en los brazos de Damian conforme ascendían en el elevador del complejo departamental donde el niño vivía. Giovanni reposó su cabeza cerca del cuello del hombre, luchaba contra el cansancio para permanecer despierto. Al parecer había reconocido el lugar donde se encontraba y estaba dispuesto a ver a su madre antes de regresar a dormir.
Cada vez se acercaban más al departamento, Damian ya le había avisado por mensaje a Raven que había llegado pero él seguía esperando una respuesta por parte de ella.
En el momento en cual llegaron al piso del departamento de la familia Roth, Giovanni pidió ser bajado y sin poder contener su emoción corrió por el pasillo hasta llegar a golpear la puerta de su casa con sus pequeños brazos.
"¡Mami ya llegué, abre la puerta, el señor demonio me trajo!."
Damian siendo el adulto civilizado, tocó el timbre dos veces y se alejó para darle espacio al insistente niño. Pero ni los insistentes pataleos del menor o el sonido del timbre lograron que alguien les abriera la puerta. Damian empezó a preocuparse con el pasar de los segundos sin que nadie los recibiera. Y así fue como él secundó a Giovanni en su desesperado llamar, pero en lugar de patear la puerta Damian tocó el timbre sin piedad alguna.
"Ustedes dos si que son impacientes." La puerta se abrió repentinamente a manos de una irritada Raven.
En Damian la sensación de preocupación se esfumó para ser remplazada por la de sus mejillas irse totalmente carmesí.
"¡Mami!" Giovanni corrió a saludar a su madre, abrazándola de las piernas haciendo ligeramente que la bata de baño que ella usaba mostrará un poquito más de piel de la cual debería.
Ahora sabía cual fue la razón tras la cual Raven tardó tanto en abrirles la puerta, su cabello oscuro aún estilando agua confirmaba que ella acababa de salir de tomar un baño. Raven parecía ignorar el desliz de su atuendo para agacharse y también saludar a su hijo con un abrazo. La acción provocó que esa peligrosa abertura de su bata se abriera más.
"Entregó con seguridad a Giovanni, nos vemos el lunes." Damian desvió su mirada al pasillo por respeto, asombrado consigo mismo de haber hablando sin torpeza a pesar de su vergüenza.
No esperó escuchar una contestación para retomar su camino de regreso al elevador.
"Damian espera." Raven lo llamó. "Bunny."
Él se detuvo para mirar a la puerta, por fortuna Raven se había acomoda la bata, a pesar de que el niño aún se aferraba a su pierna. Pero, ¿Acaso escuchaba bien?, ¿Realmente Raven lo estaba llamando Bunny?.
"¿Cómo me llamaste?."
"La jaula y la mascota de mi hijo Damian." Raven con cero malicia rodó sus ojos mientras sus labios ligeramente se elevaban con diversión.
Ella alzó la mano para señalar como él aun cargaba la jaula del conejo.
"TT, claramente." Damian tosió para disimular su pena.
"¿Tienes prisa por irte?." Ella dijo después de darle un vistazo al conejo que él le acaba de entregar. Por alguna razón Damian negó con la cabeza a su pregunta, haciendo que Raven abriera más la puerta de su casa. "¿Te importaría quedarte unos minutos?. No puedo esperar hasta el Lunes para escuchar como les fue hoy y confirmar sí los ataques asesinos de tu parte a Giovanni son verdaderos."
"¡Mami!"
"¿Qué?, eres dramático y algo mentiroso Giovanni."
"No es cierto."
Ignoró la inocente discusión entre madre e hijo para prestarle atención al desastre de pensamientos dentro de su mente. Obviamente sería inapropiado aceptar la invitación de quedarse, además, ¿Cómo podría enfrentarla después de que probablemente ella sabía sobre su profano interés?. Damian tenía que usar su fin de semana para procesar y recuperarse de esa vergüenza antes de si quiera pasar un tiempo a solas con Raven.
Pero a pesar de su discusión interna él termino, de algún modo, aceptando la invitación de quedarse. Ahora se encontraba en la comodidad del hogar de su jefa y amiga, sentado en un gran sofá con Giovanni entre ellos y el pequeño conejo entre sus piernas.
Damian había estado anteriormente en este lugar por cuestiones laborales más nunca se había quedado por más de unos cuantos minutos. Se sentía nervioso, en especial cuando Raven decidió servirles una copa de vino y aún usaba esa peligrosa bata de baño. Un simple vistazo a sus curvas lo hacían dar un trago bastante largo de vino.
"....Y me llevó al parque."
"Él odia el parque."
Damian parpadeó quizás como un tonto al percatarse de que Raven se estaba dirigiendo a él.
"Lo noté a los cinco segundos que estuvimos ahí." Damian procuró contestar con su usual tono de voz.
"Pero después regresamos a tu oficina para hacer mi magia. ¡Le gustó!."
"¿En serio?." Sorprendida por lo que su hijo acaba de decir Raven miró intrigada a Damian. "Pensé que tu odiabas la magia."
No le extrañaba que ella dudará, después de todo Damian ha sido muy expresivo con ella sobre su odio hacia cierta familia de magos.
"Giovanni tiene un talento natural."
Los ojos de Raven se ablandaron viendo como el niño sonreía ante el halago del hombre. Ella jugueteó con el cabello del pequeño. "No le digas eso, su ego ya es más grande que su cuerpo."
Esta vez a él le tocó reír ante el puchero en los labios de Giovanni, el menor aún no comprendía del todo lo que significaba la palabra ego, pero vaya que lo interpretaba a la perfección.
"Bunny saltó de mis brazos y se lastimó, mira su venda mami." Giovanni cambió el tema para continuar platicando a su madre sobre su día. "Damian lo curó. No me quizo decir, pero, ¿Él es un doctor?."
"Quizás sea uno."
"No fue nada especial, solo fue sentido común."
"Damian, ¿Quién con sentido común conoce como curar una herida a un animal?." Raven negó con la cabeza. "Raro, tu nunca eres modesto."
"Bunny dejó de llorar, Señor Demonio debe ser doctor." Giovanni saltó del sofá para llevarse al conejo.
"Bueno, entonces debo agradecer tu sentido común por salvar a Bunny y ahorrarme la cuenta del veterinario." Raven dijo una vez que desquitó los ojos de su hijo.
"No fue nada." Él encogió los hombros, desinteresadamente jugando con la copa en sus manos. "Siempre me gustó ayudar a los animales, no soporte mucho escuchar los lamentos del conejo...o los del mocoso."
"Y dices que odias a Giovanni, eso fue considerado de tu parte."
"¿Cómo podría odiar a tu más grande tesoro?, lo cuido como sí fuera mío." Damian habló sin procesar sus pensamientos y en segundos se dió cuenta del error que cometió, en especial al ver a la aturdida de Raven atragantarse con su vino. "Pero sí, los animales han sido mi interés desde que era niño. He estudiado sobre la medicina veterinaria por mi cuenta. Aunque debo admitir que mis habilidades y conocimientos están al nivel de un profesional."
Rogaba porque Raven cayera en su táctica para cambiar el tema y el otro comentario quedara olvidado para siempre. No necesitaba más vergüenzas.
"Y ahí esta esa arrogante actitud que es tan tuya." Raven tomó el anzuelo, para la suerte de Damian. "Ya sabía lo de tu amor por los animales, cuando lo descubrí fue algo que me dejo sorprendida."
"¿Por qué, me crees un desalmado?"
No era extraño que la gente lo tachara por una persona sin emociones, en especial una vez que conocían su trasfondo familiar relacionado a la mafia.
"Para nada, me sorprendió verte entusiasmado por primera vez con algo. Nos conocemos desde hace años y puedo ver que ser el siguiente director de Empresas Wayne no es lo que te apasiona."
"Ser el siguiente presidente es parte de mi futuro."
"Pero no es lo que quieres, ¿O sí?." Raven rellenó sus copas. "¿Por qué elegiste el camino de tu padre cuando lo que quieres es hacer otra cosa?."
¿Ella notó eso?, nadie más lo había hecho. ¿Era él tan trasparente para la gente?, No, si lo fuera su padre ya hubiera hablando con él o por lo menos el entrometido de Timothy Drake hubiera notado su inseguridad sobre su futuro. Así que no, estaba seguro que nadie sospechaba de su crisis existencial. Pero por alguna razón Raven lo sabía.
"¿Qué, cuidar animales?." Damian bufó, sus ojos nunca dejando los de ella. "Ese interés es un mero Hobby, mi padre espera grandes cosas de mi."
"¿Le has preguntado?"
"¿Qué cosa?." Él no comprendía del todo la pregunta.
"¿Le has comentado a tu padre que no están interesado en seguir sus pasos?."
Necesitó dejar la copa en la mesa, este era un tema de conversación que ha estado evitando por mucho tiempo consigo mismo. A decir verdad, nunca le había mencionado a su padre sobre su dudas sobre que camino elegir para su futuro, simplemente no quería decepcionarlo como él ya lo había hecho con los Al Ghul.
"Eres excelente en lo que haces ahora Damian, pero, ¿No serías mejor en algo que realmente te apasiona?."
"¿Tratas de deshacerte de mi Roth?." Damian usó un poco el humor para desviar la seriedad del asunto.
"Puedes ser algo irritable, pero deshacerte de ti no es mi intención. Eres un gran amigo, me interesa que seas feliz...-Oh..mira eso." Los labios de la mujer se ladearon al pararse del sofá para ir hacia donde su hijo había caído dormido sobre la alfombra.
"Venía dormido en el coche." Damian también se alzó, atrapó al fugitivo conejo con facilidad gracias a su pequeña lesión para meterlo de nuevo en su jaula. "¿Quieres que te ayudé a cargar a Giovanni?."
"No, tengo que aprovechar los últimos años que me quedan para cargarlo. En poco tiempo él será demasiado pesado para mi." Raven se acurrucó al niño sobre su pecho. "Lo agotaste, apenas son las ocho, usualmente duerme más tarde."
"Tsk. Roth, ¿Qué clase de madre deja a un niño dormir tan tarde?."
"No tienes hijos, no tienes derecho a dar opiniones." Ella lo reprimió con la mirada. "Lo llevaré a su cuarto, espérame aquí 'Señor Demonio doy demasiadas opiniones'."
Aquí esperaría.
Ella se adentró más en el departamento, alejándose con un hipnótico meneó de caderas. Esta vez para él fue imposible no observar fijamente su andar, siendo sinceros sus ojos se pegaron a sus caderas más tiempo de lo que puede ser considerado normal.
¿Las curvas ocultas en esa bata eran reales?, ¿Su piel sería tan suave como imaginaba sería bajo su tacto?. Su imaginación trabajó por si sola, despertando sus sueños más surreales y pasionales. Tomó un trago entero de vino, de un golpe dejó la copa en la mesa para rellenarla nuevamente. Se encontraba muy sediento...
El timbre de un teléfono lo desconectó de su sediento despertar, en la mesa aún lado de la casi vacía botella de vino el celular de Raven brillaba con la entrada de una nueva llamada.
"¿Podridas contestar Damian?." Raven gritó de alguna parte del departamento. "Esperó la llamada de un cliente."
Siendo su asistente era común que Damian tomará las llamadas de Raven, por lo cual él aceptó la llamada sin ni siquiera darle un vistazo al numero que llamaba.
"Rae, lo siento pero no estaré disponible mañana en la noche. Se que ya acordaste con Donna para que cuidé a Giovanni el fin de semana pero, pero..esto..."
Una voz masculina balbuceaba maldiciones en la linea, confundiendo a Damian con cada palabra que mencionaba. Extrañamente la voz le resultaba bastante familiar.
"—-¡Esta bien!, me arrepentí, no puedo hacerlo. Eres grandiosa y hermosa pero dormir contigo es una idea que me incómoda. Te conozco desde hace mucho, eres casi una hermana para Tim y...Bueno, se que acordamos que solo sería sexo casual y nada más pero...-"
"¿Grayson?." Damian se aventuró a cuestionar.
La voz era muy similar a la de su hermano mayor y por el tipo de conversación que balbuceaba Damian estaba casi seguro que se trataba de él....Ojalá se equivocara.
"Eh..¿Rae, eres tu?"
"No." Damian bufó enojado, su mano apretaba tanto el teléfono que casi lo partía en dos. "No soy 'Rae', pedazo de idiota."
"...¿Damian?, ¿Me equivoqué de telefono?."
Un completo imbécil era quien se encontraba del otro lado de la linea, pero Damian finalmente había confirmado que el desconocido llamante se trataba de nada más y nadie menos que Dick Grayson.
Su hermano mayor quien era un Casanova sin control llamaba a su jefa, quien también era su amor secreto desde hace tiempo, para hablarle sobre un encuentro casual de sexo.
....Lo iba a matar.
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AN: voy lenta pero segura completando esta damirae week xD
Solo ustedes podrán decidir si este AU se vuelve una historia completa.
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