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Day 7: Wedding/Soulmates

Stephanie Brown;  Organizadora de bodas designada...por si misma.

Stephanie estaba convencida de que su papel en la familia Wayne iba más a allá de ser parte del manto del murciélago.

La vida de vigilantes se les daba muy bien, pero en lo que se refería a relaciones interpersonales la familia encabezada por Bruce Wayne era un tremendo desastre. Era como sí cada miembro de la familia huyeran de la felicidad que la vida estaba dispuesta a entregarles. Damian Wayne no fue la excepción de ese mal familiar, desde la primera vez que Stephanie lo conoció supo que el chico sería un caso perdido, como culparlo, el pobre bastardo llevaba en la sangre los genes de Bruce (Y Talia Al Ghul). Aún recordaba con horror la poca habilidad de ese niño a sus ocho años para divertirse sobre una cama elástica...¡Eso era el paraíso infantil!.

Suerte para los Wayne que ella entró a sus vidas para encargarse de guiarlos por el camino correcto de la felicidad. Por eso, así como logró que finalmente Damian actuará como un niño cualquiera hace tantos años, ella ahora se encargaría de hacer hasta lo imposible para ayudarlo en su nueva etapa de vida.

El menor de los Wayne se casaba y Stephanie Brown no aceptaría la idea de una 'simple boda' para ese par de aves. Tantos años de amistad, de un romance secreto y de años compartiendo una vida juntos era imposible que se celebrarse en una diminuta ceremonia en los jardines de la mansión.

¡Inaceptable!.

Damian y Raven necesitaban desesperadamente de su ayuda. El reloj contaba los días, faltaban dos meses y nadie se encargaba de los preparativos para la boda del año. Stephanie necesitaba meter sus narices en el asunto, después de todo una boda de ensueño no se planeaba sola. Tenía mucho trabajo por hacer, pero no haría todo por su cuenta, ella involucraría a la pareja en la toma de decisiones para su boda. Obviamente ellos no se perdería de la experiencia de los preparativos para su unión matrimonial.

No mientras ella este a cargo.

Inesperadamente Damian cedió ante su idea sin mucha oposición, por otro lado Raven fue un verdadero reto, la mitad demonio se negaba rotundamente a una gran ceremonia. Desafortunadamente para ella una vez que Stephanie Brown se proponía una idea para el bienestar de sus seres queridos no existía fuerza alguna que la detuviera de lograr su cometido. Ella les daría a ese par de aves la mejor boda del siglo.

Cielos, ¿Que harían los Wayne sin ella?.

"Una vez más, ¿Porque debemos hacer esto?."

Aquella rasposa e irritada voz la hizo cambiar su atención de la agenda en sus manos a Raven esperando de ella una respuesta lo suficientemente buena como para hacerle tolerar este proceso al cual se sometería.

"Es tu boda." Stephanie explicó de la manera más corta y precisa.

"No pareciera, nosotros queremos una pequeña boda y tu ignoras todas nuestras opiniones."

"No, no ignoró todas sus opiniones. Para eso están aquí, la planeación de una boda y las decisiones que se toman en el camino es un momento de conexión entre los novios. Necesitan vivir esta experiencia."

"Por favor, no me hagas vomitar. ¿De donde sacaste esa basura?."

"De 'Guerras de Novias'." Stephanie admitió sin pena de haber robado los diálogos de una comedía romántica.

"Tenemos una conexión mental. Dudo mucho que podamos aspirar a más." Damian añadió.

La pareja de futuros esposos se encontraban sentados lado a lado alrededor de una elegante mesa circular, ambos con el mismo ceño sobre sus frentes. Este par iba a ser difícil de manejar.

"Estamos a dos meses del gran día, un parpadeó para organizar una boda y aún tenemos mucho que solucionar." Stephanie los señaló mientras platos con diversos pasteles en ellos se iban sirviendo frente a la pareja. "Yo les ayudare pero necesitó que pongan algo de su parte."

"La única razón por la cual acepté venir a este excursión de boberías es para que pudiera degustar y escoger el sabor de mi pastel, elegir las demás necedades no me interesan."

Stephanie fue inteligente al elegir una prueba de pasteles como su primera parada en este día-maratón de preparativos nupciales. Raven era un monstruo devora dulces, obviamente no dejaría pasar la oportunidad de probar gratis decenas de pasteles de exóticos sabores.

"TT—-Trata de mostrar más emoción por casarte conmigo, Beloved," Damian susurró con sarcasmo pero algo ofendido hacía la chica que ya atacaba sin piedad los distintos sabores de pastel.

"Ambos sabemos que accedí a casarme contigo solo por el delicioso pastel de bodas."

Ninguna expresión se asomó en el rostro de la mujer al decir aquello, para Stephanie parecía que lo decía en serio, sin embargo no supo que pensar cuando Damian sonrió y agachó la cabeza para plantar un beso en la mejilla de su novia.

"No tienes idea lo mucho que te amo." Damian le susurró antes de abrazarla de lado haciendo que Raven sonriera también, más nunca soltando el tenedor de su mano.

"Ustedes dos son super extraños-" Stephanie desvió la mirada de la peculiar actuación de la pareja para seguir hojeando el libro de estilos de pasteles. "El sitio de la boda seguirá siendo los jardines de la mansión, Alfred ya esta trabajando en sus adorados jardines y creo que una temática rústica quedaría de MARAVILLA. ¿Qué les parece?."

"Cero extravagancias." Damian advirtió más no se negó a la idea. A su lado la mujer accedió con él.

"PFFF...¿Con el pequeño presupuesto que me dió Bruce?, con suerte habrá sillas para que se sienten los invitados." Stephanie rió nerviosamente mientras en su agenda tachaba algunas anotaciones.

Cero extravagancias. Anotado. Adiós drones bailadores y escultura de la pareja hecha con cristales Swarovski.

"Lo digo en serio Brown."

"No hay nada extravagante en un concepto rústico Damian, baja tus nervios ¿Quieres?. Confía en tu vieja amiga Steph."

"Umm...¿Confiar en ella?, creo que ya cometimos un error Damian."

"Tienes razón, la ultima vez que confíe en ella termine inconsciente en un callejón."

"¡Fue un accidente!, me distraje y no vi que los "amigos" de Black Mask estaban cerca."

"Te distrajiste con un perro Brown. Eres tan poco profesional"

"¡Escúchame tonto cabezón, ese eres un perrito muy lindo y tu también te distrajiste con el y...." Stephanie paró de hablar y rodó los ojos ante la maliciosa diversión en los rostros de los novios. La querían hacer exasperar. Mantén la calma steph, no los mates. "Olvídalo, les ayudaré a tener una bonita boda aunque tenga que obligarlos. Ahora, ¿Qué pastel van a querer para su boda?."

Con expectativa Stephanie esperó una respuesta. sin embargo Raven no le prestó atención y Damian estaba muy enfocado en observarla comiendo pasteles como para haber escuchado algo.

"Pensaba uno de cinco pisos, naked y con algunas flores. ¿Que tal?." Ella continuó pero sin recibir alguna respuesta del par. " ¿Uno en forma de dinosaurio?. Sería genial."

Pero ni siquiera su ultimo comentario pudo atraer la atención de las avecillas enamoradas. Nuevamente, Raven era un monstruo devorador de dulce y era más que obvio que a la chica le interesaba más el sabor del pastel que elegir el diseño o color, Damian lucía indiferente...así que la tarea de escoger el perfecto pastel de bodas caía en los hombros de Stephanie.

"Este esta delicioso." Con una casi inexistente sonrisa Raven volteó hacia su futuro esposo.

"¿De que sabor es?."

En lugar de responderle Raven llevó su tenedor a los labios del moreno y a pesar de no ser un entusiasta de los dulces Damian saboreó el bocado de pastel para cabecear en aprobación.

"Exquisito, ¿Verdad?." Raven dió otro bocado, sus ojos brillando ligeramente en gozo. "Me casaré con este pastel, este es el indicado."

"Por favor, no digas eso."

Stephanie no pudo evitar soltar una risilla ante el intercambio entre los novios. Eran una pareja muy peculiar, los más temidos de los titanes siendo melosos juntos, uno podría jurar que dos almas tan siniestras y oscuras no serían capaz de encajar...pero la relación de esos dos era de lo más natural de lo que ella ha visto en su vida.

Salieron de aquella pastelería una hora después. La elección del sabor del su pastel de boda no era un asunto que Raven se tomará a la ligera.

Raven se encontraba tan complacida de la prueba de pasteles que al salir de regreso a las calles ella se recargaba en Damian para poder caminar mientras el novio sostenía dos cajas de pasteles que la mitad demonio decidió llevar a casa consigo.

"He terminado, me voy a casa."

"Estas bromeando." Stephanie miró en blanco a la novia. "Rae, aún hay siete tiendas que visitar. ¡Apenas comenzamos!."

"Apruebo tu criterio para los demás Stephanie. Realmente no importa."

"Sí Raven quiere marcharse, nos marcharemos."

Raven le sonrió a su complice, claramente Damian se pondría a su favor. Él incluso ya se preparaba en sacar las llaves de su coche para marcharse.

Genial, el único momento en el cual Damian no era un cretino controlador debía ser a su contra. Ninguno iba a arruinar sus planes de hacerlos disfrutar de los preparativos de su propia boda.

Este era el momento para tácticas desesperadas.

"Les pediré ayuda a Jay y Dick, dejaré que ellos decidan todo lo de su boda, incluso lo que ambos usará...ó el sabor del pastel."

Tras su vacía amenaza el par de aves se detuvo a medio camino al coche para girar hacia ella con una fría y calculadora mirada.

"No te atreverías." Damian cautelosamente dijo.

"No me pongan a prueba, pajaritos."

Stephanie obtuvo lo que quizo, pues ni Raven o Damian quisieron arriesgase en tener una ceremonia con los gustos de los dos más grandes idiotas de la familia. A los novios nos le quedó más alternativa que seguir el itenerario que ella había planeado para ellos. Pues, la refinada pastelería solo fue la primera parada de muchas otras.

Ella arrastró a los novios tienda tras tienda donde decidieron la cristalería, las flores, las luces e incluso el mobiliario para la ceremonia.

Sin embargo durante las ultimas horas Stephanie se dió cuenta de como Raven aún no comprendía el por que de estas actividades, rara vez opinaba o mostraba interés en lo que hacían. Por otro lado, Damian sí que captaba la seriedad de seleccionar lo más perfecto para este evento que los uniría de por vida.

Habían seleccionado el mobiliario, hace poco pero quedaba elegir el color de la mantelería a juego para poder continuar a la siguiente actividad.

"Elegí estas opciones de servilletas para ustedes ¿Cual prefieren?." Stephanie alzó dos servilletas en sus manos para facilitarle la vista a la pareja."¿Blanco porcelana o Hueso?."

"Difícil decisión." Damian murmuró llevándose una mano a la barbilla en profundo pensamiento.

"¿Bromeas?, las dos son del mismo color." Raven gruñó al señalar las telas blancas en las manos de la rubia. La mitad demonio lucía como si la vida se le estuviera escapando del cuerpo.

"Beloved, a veces eres tan graciosa." Damian acarició el cabello de Raven mientras sigilosamente le pasaba una caja de los pasteles. "No te aburras con esta decisión. Ve y busca un lugar donde puedas comer un poco de tu pastel."

El tono de voz de Damian fue suave, pero era claro que él tenía la intención de distraer a Raven y alejarla de la "abrumadora" decisión de escoger servilletas. Por unos buenos segundos Raven miró a Damian como sí estuviera pensando en aceptar la sugerencia o en hacerle pagar por ella. Para la suerte de todos Raven tomó la caja del pastel, se sentó lejos de ellos y comezón a comer sin más.

¿Cómo ese cuerpo tan petite tenía tanto espacio para pastel?.

"Regresando al tema, Brown." Damian la llamó, ojos esmeraldas seriamente sobre los dos pedazos de tela que Stephanie sostenía. "¿Existe algún color entre esos dos, quizás un blanco perla?."

Stephanie sintió con orgullo haber desbloqueado un logro en su día; atrapó por completo a Damian en sus planes. Ahora solo faltaba una persona en caer y ella se daría como satisfecha en su tarea.

La mantelería fue seleccionada con la ayuda e interés de Damian, y con la nueva meta de la rubia por atrapar también a Raven es sus planes decidió moverlos a la siguiente actividad de elegir la mesa de regalos. Después de todo, ¿A quien no le gustaban los regalos?.

Obtuvo la respuesta a esa pregunta en cuanto llegaron a la tienda de obsequios nupciales. Stephanie Brown acaba de conocer a una persona que era indiferente a los obsequios: Raven Roth.

A decir verdad ninguno de los novios lucían convencido con la nueva actividad de escanear objetos para que los invitaron eligieran que obsequiarles en el día de su boda.

"¿Para que queremos regalos?." Raven dijo con la pistola de precios en mano.

"Se trata de elegir los muebles de su casa y de gozar de la experiencia con tu futuro esposo. ¡Sera divertido!."

"Hemos vivido juntos por años, tenemos lo que necesitamos en casa."

"Los regalos son una parte importante para una boda Raven. Es una tradición."

"¿La tradición de las compañías comerciales para convencer a las masas que se necesita consumir objetos sumamente subidos de precio para que un matrimonio sea feliz?"

Raven la dejó sin palabras y a punto de arrancarse los pelos de la cabeza.

"Ella tiene razón." Damian añadió, divertido por el comentario de su futura esposa.

"Es una tradición por que obsequiar es la forma en la cual los invitados se involucran y demuestran su aceptación a la unión entre marido y mujer." Stephanie se llevó una mano a la frente, todo tenía que ser explicado con peras y manzanas para estos dos. Era agotador. "Dejen de quejarse y por que Batman quiera solo escaneen regalos."

Viendo como Raven alzaba una ceja sobre sus afilados ojos Stephanie pudo deducir que su comentario fue tomado como un reto.

"Bien, voy a querer esto." Con algo de hostilidad Raven agarró el primer libro que tuvo al alcance, lo escaneó con la pistola y lo pasó a la rubia.

"La guía optimista para el divorció." Stephanie leyó el título.

"Eso ni siquiera es gracioso Raven." Damian arrebató el libro de Stephanie para cancelar el obsequió de la lista con su propio escáner.

"Ser graciosa estaba lejos de ser mi intensión." Raven volvió a escanear el libro antes de alejarse por los pasillos conforme escaneaba objeto tras objeto que se le ponía enfrente.

Alguien estaba de mal humor.

"Parece que tenemos un terrible caso de Bridezilla en la ciudad." Stephanie susurró discretamente en broma al hombre a su lado mientras veían a Raven desaparecer. "Comienzo a dudar de que Raven quiera casarse contigo."

"Esta nerviosa."

"¿Esa es su actitud de nerviosa?, nunca había visto a alguien tan irritado al elegir obsequios."

"Percibes su ansiedad y tristeza como hostilidad porque no sabes leerla como yo." Damian le dijo al tomar unos saleros y añadirlos a su lista. "Raven nunca pidió una gran ceremonia, pero aquí esta cediendo a tus caprichos."

"¿Porque no querría una boda espectacular?, esta no es solo una celebración de un matrimonio, también es la unión de dos familiar. Además, nosotros celebramos que por fin serás el problema de alguien más, solo por eso deberíamos invitar a todo Gotham a la boda." Ella dijo en modo burlón, sin embargo el semblante de Damian aún era serio.

"Esa es la cuestión. Aparte de los Titanes......Raven no tiene a nadie más."

"Pues ahora nos tendrá a nosotros como su familia."

"Ella sabe eso, pero no es lo mismo." Damian negó con la cabeza, la rubia no veía el factor del problema. "Compartimos la hermandad de los Titanes y de La liga de justicia...pero ella no tiene a nadie más; sin madre, padre o hermanos presentes para su boda. Una celebración tan grande solo dejara evidencia aquello."

"Pero Raven tiene a la Nightforce y...¿Qué hay de su tía Alice? le enviamos una invitación."

"Una invitación que fue rechazada."

"¿Por que?."

"La relación con su Tía Alice se volvió complicada, pero esa no es una historia que tenga derecho a contar."

"¿Hay algo que podamos hacer para ayudarla?."

"Raven aceptó la idea de la boda grande por que te estima, así que no la presiones tanto Fatgirl. Ella estará bien."

Ella no tenía idea de la situación de Raven, le parecía irreal estar escuchándola. Ahora comprendía un poco la actitud de Raven, a ella le abrumaba celebrar su boda.

Observó a Damian romper en una sonrisa en cuanto sus ojos vieron a Raven caminar hacia ellos cargando una enorme escultura de un gallina de cerámica.

"Damian, es una jarra de galletas en forma de gallina. Es horrible y lo quiero. Usa el escáner para ponerlo en la lista." Raven alzó el código de barras de la jarra de galletas, pero como sí fuera a propósito Damian falló y en su lugar escaneó el brazo de la mujer. "Ten cuidado con esa cosa Wayne."

Pero dicho hombre no lucía para nada apenado por su error.

"¿Cuidado?, pero sí la use correctamente." Damian le sonrió apuestamente. "Todo lo que quiero de regalo de boda eres tu."

"....Eres tan tonto a veces Damian."

Ellos intercambiaron una mirada de admiración antes de enredar sus brazos en un abrazo como sí nadie más existiera en la tienda.

Stephanie comenzaba a creer que quizás la presión que ejercía en esos dos empezaba a dar los frutos que quería. Por que no se trataba solo de las compras, los regalos o el pastel de bodas, si no de la experiencia en sí, momentos que reavivaran incluso más el amor que la pareja de aves ya se tenían.

Al parecer Stephanie estaba logrando su cometido.

¡Todo un éxito!.

—————————————————-

"Ha sido suficiente por hoy y quizás por siempre Stephanie."

"Es la ultima parada, lo juró Raven."

"No"

"¿Por favor?."

Damian le había pedido que dejará de presionar a Raven sobre el asunto de la boda, pero esta vez su insistencia era diferente, había llegado la hora de elegir el vestido de novia y la novia era requerida por obligación para elegir el vestido perfecto.

"¿En donde esta Damian?" Raven buscaba por la tienda al moreno.

"Cass lo llevó a ver los trajes a la tienda de a lado."

Claramente Damian no podía estar presente, así que ella le pidió a Cass el favor de distraerlo.

"Traidor... Muero por tener ese libro de divorcios en mis manos."

"Vamos Raven, es hora de que te pruebes algunos vestidos." Trato de sonar lo más optimista posible y pegarle algo de eso a la mujer. Lastimosamente su táctica no funcionó.

"No quiero un vestido Stephanie."

"¿Por que no?."

Nuevamente ella se negaba a disfrutar de esto, quizás era tiempo de abordar el tema que le estaba causando problemas. Claro, trataría de ser lo más sutil que pudiera.

"¿Todo esta bien contigo Raven?" Ella comenzó, paso a paso llegaría hasta el problema principal. "¿Todo bien con tu familia?.

"Damian te lo dijo."

Diablos...ella era buena.

"¿Decirme qué?" Stephanie actuó inocentemente sin darle el frente a la chica mientras revisaba algunos vestidos en los aparadores.

"Entonces sí te lo dijo." Raven bufó, paró a Stephanie de ver los vestidos para que le pusiera completa atención. "Lo único que debes saber es que estoy bien."

"Sabes que nos tienes a nosotros como tu familia, verdad?."

"Lo sé." Raven le sonrió.

"Y de que estamos felices de tenerte."

"También lo sé."

"Perdón si mi entusiasmo te abrumó."

"A decir verdad me halaga que insistas tanto en verme feliz en mi 'día especial'." Raven le regaló una sincera sonrisa que rápidamente se esfumó.

Raven no estaba lista para hablar sobre la cuestión que Damian le mencionó, aún así Stephanie Brown ya tenía una forma de como hacerla sentir mejor. Tal vez no podría mejorar la situación de su familiar pero sí podría tener control en otra cosa.

"Pero tienes razón, esta es tu boda. Así que...volverá a ser una pequeña e intima ceremonia como tu querías." Stephanie notó como Raven se relajaba ante la noticia. "Aún así te ayudaré a que sea inolvidable, ceremonia pequeña no significa que sea una de mal gusto."

"Realmente lo apreció Steph."

Raven usó su apodo con afecto, eso significaba que Stephanie había hecho un buen trabajo.

"¡Bien!, ahora debemos elegir un vestido para ti." Stephanie sonrió de par en par, emocionada tomó el primer vestido que tuvo al alcance. Y para su diversión fue uno que para nada se acercaba al estilo de la demonio. Un vestido realmente ridículo. "¿Qué te parece este?."

"Es horrible." Los labios de Raven se arrugaron en desagrado ante el vestido exageradamente esponjoso. Ni hablar de que era rosa. "Perdemos el tiempo aquí...ya compré un vestido."

"¿Ya compraste uno?, no te creo."

Pero el persistente color carmesí en las mejillas de la mujer le decía a Stephanie que no mentía.

"Hace meses fui a comprarlo con Donna y Kori."

Así que Raven sí estaba emocionada por su boda. Claro, pues no existía nada más importante para una novia que tener el vestido en sus manos. Tal vez Raven no estaba tan perdida como lo pensó.

"¿Por qué no me lo habías dicho?."

"Todo este asunto es abrumador para mi." Raven tímidamente tocó la tela del vestido, su rubor intensificándose sin razón. "Mi vida estaba marcada desde antes de mi nacimiento, ni siquiera creí pasar más allá de mis 16 año. Nunca pensé que llegaría a encontrar a alguien como Damian, mucho menos pensar en el matrimonio."

"Wow, en serio tienes bajos estándares al momento de elegir un prospecto de vida." Stephanie dijo en broma, mientras el pomposo y cursi vestido regresaba a los aparadores.

"Él ha sido el objeto de mi afecto desde siempre, he tenido suerte."

"Y nosotros tenemos suerte de que nos quitarás a Damian de las manos." Stephanie atrajo a la chica de los hombros para hacerla caminar a otra área de la tienda. "Pero sigamos con nuestro itinerario. Aunque muero por ver el vestido que elegiste debemos aprovechar que estamos aquí, y a ti te falta comprar una cosa más para tu boda."

"¿Qué cosa?" Raven cuestionó insegura, en especial cuando pasaron por un par de cortinas rojas.

"¡Lencería!"

Stephanie soltó a la mayor para con un exagerado ademán de brazos mostrar el esplendor de la nueva área a donde habían entrado. El lugar estaba repleto por maniquíes vestidos de las formas más provocadora posibles con escasas prendas de encaje bañados bajo una luz rosa para darle un toque extra de sensualidad.

"Oh Azar, no por favor."

"Es parte de la experiencia."

"Estas loca."

"¡Será divertido!"

"Siempre dices eso y nunca es divertido para mi."

"Vamos, no seas tan santa."

"¿No es incomodo que me estes ayudando a elegir algo tan privado?."

"Soy muy de mente abierta y somos chicas, podemos hablar de ropa sexy. Solo omite los demás detalles y estaremos bien.....¡Mira este Raven!." Stephanie alzó una bata azul transparente acompañado por una casi inexistente tanga, "Material para la luna de miel, ¿Eh?. Hey, este puede ser tu algo nuevo, azul y prestado."

"¿Prestado?, ¿Piensas robarlo?."

"Claro que no, pero puedo comprarlo y luego te lo presto. Entonces, ¿Quieres probártelo?."

"No."

Más que alentada o interesada Raven miraba casi con horror cada uno de los babydolls que Stephanie le mostraba. Por otro lado Stephanie se divertida de las caras de la chica.

"Es imposible que Damian este más interesado en los preparativos de la boda que tu." Stephanie inició una conversación mientras le daban vistazos al perchero de los atuendos nuevos de temporada.

"Damian es un romántico escondido bajo cien kilos de gruñidos y ceños fruncidos."

"¿Damian romántico?..Pfff. Tu piensas así por que lo ves con ojos de enamorada. Damian es un gremlin."

Conocía al hombre desde antes que Raven y Damian era todo menos alguien romántico.

"Te digo la verdad Stephanie." Raven no la veía, pero no dudaba de la credibilidad en su tono de voz. "Me abre la puerta, a veces peina mi cabello, me toma de la mano al caminar e incluso susurra bellas palabras a mi oído."

"Esto es increíble." Stephanie suprimió su risa al morderse los labios.

"Es un poeta natural, siempre me dice: 'Eres mi luna y mis estrellas'."

"Oh batidiablos, este es material del bueno Rae." Stephanie ya estaba sacando su teléfono para publicar dicha información en el grupo de chat que tenían los murciélagos. "Di más. Jason no lo dejará en paz tras saber esto."

Ella se estaba divirtiendo demasiado, nunca imaginó que Raven dejara al descubierto tanto secretos de su pareja.

"Sí, él es muy romántico incluso cuando tenemos sexo salvaje. Que es casi a diario."

El tecleó de su teléfono se detuvo abruptamente.

"Es fascinante como puede pasar de romántico a bestia salvaje en segundos. Amo cuando me besa y poco a poco me saca las panties."

Stephanie apretó el teléfono en su mano, increíble que la monótona voz de Raven pudiera decir tanta cosa.¿Que le estaba pasando a Raven?, ¿Accidentalmente había empujado el botón incorrecto en la mitad demonio?. ¿Hace rato ni siquiera hablaba y ahora le decía esto?

"Hey Rae, ¿Recuerdas cuando dije que todo estaría bien sin que nosotros habláramos sobre los "detalles?. Bueno, a esto me refería precisamente."

Solo esperara que ella parara antes de que su mente la hiciera imaginar dicha escena...oh no, eso sería horrible y asqueroso.

"Suele ser muy violento con mi cuerpo, se empuja muy fuerte contra mis caderas...aunque no me quejo...Sí sabes a lo que me refiero." Raven le regaló una mueca pilla y la sangre de Stephanie abandonó su rostro. "Damian es un fantástico amante."

Oh dios...su mente comenzaba a trabajar. Cada vez estaba más asqueada y Raven no tenía intención de parar. Realmente no necesitaba escuchar la vida sexual de alguien que casi vió en pañales.

"Raven, linda, basta de dar detalles."

"Déjame te dijo." Raven sonrió arrogante, sin ninguna gota de cinismo mostrándose en ella. "Damian tiene un duro trasero y ni hablar del enorme Pe..-"

"Raven Roth, eso es desagradable." Stephanie no contuvo más, lanzó la tanga que traía en manos al rostro Raven para que parara. "Ahora vomitare."

"Creí que no te molestaba hablar de esto conmigo. ¿Que no eras de mente abierta?."

"No cuando quieres hacerme imaginar a Damian de esa manera, ¡Él es como mi hermano menor!." Stephanie tomó su bolsa y su carpeta organizadora. "Creo que la tarea de comprar lencería te compete a ti sola."

"¿Ya te vas?"

"Sí, hazte la inocente." Stephanie la acusó con un dedo mientras abría las cortinas rojas para abrirse paso. "Sé que me hiciste sentir incomoda a propósito."

Pero Raven ni siquiera inmuto a su arrebato, ni un solo parpadeó.

Stephanie se marchó sin dar vuelta atrás, de igual manera la programación del día había terminado y podía dejar a Raven haciendo la ultima comprar para la boda. Pero ella sabia muy bien que la traviesa demonio había hecho eso apropósito para deshacerse de ella.

"Muy buena jugada, Raven Roth pronto a ser Wayne." Stephanie murmuró con gracia conforme dejaba la tienda atrás y se adentraba de nuevo a las calles de Gotham.

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Damian perdía solo el tiempo en la tienda de trajes con Cassandra Cain, él ya tenía uno listo desde hace varias semanas en casa pero accedió separarse de su futura esposa para poderle dar la privacidad que necesitaba para elegir un vestido para la boda.

Futura esposa.

El mero imaginar que pronto se unirían en un pacto de vida provocaba un cálido nudo de anticipación en el estomago del moreno. Que decía, tan solo estar a unas cuantos metros de Raven sabiendo que se estaba probando un vestido de novia le hacia temblar, seguramente ella se vería hermosa con cualquier cosa que eligiera.

El tintineó de la campana de la tienda de novios hicieron a Damian mirar la entrada, extrañado observó a Raven ingresar por su cuenta al lugar cargando una pequeña bolsa de compras rosa.

Damian dudaba que un vestido de novia cupiera en ese diminuto bolso.

"¿Steph?" Cass preguntó a Raven al no ver rastros de su pareja por ningún lado.

"Tuvo que marcharte, tenía cosas que hacer."

"Hiciste que se fuera." Damian conocía demasiado a su novia como para decir aquello con toda seguridad.

Era de esperarse que Raven tarde o temprano iba hacer algo para detener a la entusiasta Brown.

"La aprecio, pero a veces su personalidad es demasiado para mi." Raven suspiró.

Cass cabeceó, de acuerdo con lo que la mitad demonio había dicho. No teniendo más que hacer con ellos la hija de Lady Shiva se despidió para marcharse también.

"Tu familia es un dolor de cabeza Damian." Raven fue lo primero que salió de sus labios una vez que la hermana Wayne los dejara solos.

"Siempre podemos huir juntos a otra dimensión y olvidarnos de esta absurda boda."

"Pero si estabas tan emocionado escogiendo el color de las servilletas hace rato." Raven lo molestó en mofa, aceptando la mano que el hombre le ofrecía para guiarla a la salida. "¿Ya te arrepentís de haberme pedido matrimonio?."

"Para nada, pero lo que me interesa es que firmes ese papel que diga que serás mi esposa. Lo demás es irrelevante."

"Stephanie regresó a la idea de una celebración pequeña en la mansión, afortunadamente." Raven le sonrió, apretó sus manos como sí le confirmara que todo estaba bien. "A pesar de que Stephanie es algo exigente esta experiencia no fue tan mala como me la imaginé."

"¿Sigues prefiriendo casarte conmigo o con ese pastel?."

"Es un difícil decisión, tendrá que pensarlo unos días."

"¿Realmente lo vas a pensar?."

"¿Donde esta tu smoking?." Raven desvió el tema para señalar a las vacías manos del hombre.

"¿En donde esta tu vestido?, en esa bolsa rosa que traes no cabe un vestido." Damian en su lugar regresó, le parecía enternecedor verla ruborizarse en pena. "¿Lo van a enviar a la mansión?."

"Ah, no...Esto es otra cosa. Ya tengo un vestido, lo compré hace tiempo."

"Yo compré mi smoking incluso antes de proponerte matrimonio." Él presumió.

"¿Desde hace tanto tiempo?. Damian Wayne, ¿Eres un secreto fanático de las bodas?."

"Solo porque me casó contigo."

"Buena respuesta. Eres listo, creo que esa es la razón por la cual me casó contigo."

"Y por que me amas ciegamente." Damian besó la mano de la mujer mientras ambos se adentraban al barullo de las calles de Gotham.

"No, eso no." Raven arrugó nariz. "Siendo honesta, me caso contigo por tu dinero."

"Ambos sabemos que eso no es cierto." Damian rodó sus ojos pero no pudo evitar imitar la mueca de travesura que se pintaba en los labios de la mujer.

"Bien, me atrapaste. Me caso contigo por que eres un gran amante."

"¡Solo confiesa que me amas de una vez bruja!."

El par de novios prontos a convertirse marido y mujer continuaron bromeando entre ellos ignorando como a los lejos dos mujeres los observaban con mucha atención.

"Mira Cass lo que entremeterme en la vida de otros ha hecho. Mi trabajo ha dado sus frutos en esos dos."

"Raven te despidió."

"No, yo renuncie, esas son dos cosas diferentes y—-¡Y ese no es el punto! ¡Míralos Cass!." Stephanie señaló a la pareja al otro lado de la acera peleando inocentemente mientras Damian trataba de robar vistazos a la bolsa rosa que Raven cargaba. "Lucen tan felices y emocionados. Serán una buena pareja."

"Una buena pareja."

"Preparar una boda es abrumador, pero ellos supieron manejarlo. Los veo más enamorados que ayer." Stephanie infló su pecho en orgullo cuando Cass golpeó su hombro como si la felicitara por su buen trabajo. "Mi trabajo aquí ha terminado."

"¿Waffles?" Cass le sugirió al restaurante al otro lado de la calle.

Los ojos de Stephanie se iluminaron, claramente se merecía una recompensa después de haber reforzado el romance de dos endemoniadas aves.

"Tu siempre sabes que decir Cass."

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