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Baby on board.

"Tal vez debimos usar otra paleta de colores."

"El cuarto quedó bien." Damian murmuró le dió un sorbo a su té mientras la mujer recargada en la pared de la cocina le fruncía el ceño."Los bebes no distinguen los colores los primeros meses de vida, las paredes en tonalidades grises fue una buena opción. "

"Tal vez compré otra pintura." Raven ignoró a hombre para darle otro bocado al frasco del helado que tenía en manos, se encontraba en profundo pensamiento. "La estimulación sensorial es importante en los primeros meses, tener colores es importante."

"Para eso le compramos juguetes didácticos Raven. Tendrá toda la estimulación necesaria."

"Me hubiera gustado un poco más de color, la cuna que compraste es negra con blanco. Deprimente."

"Lo que me recuerda." Damian dió un vistazo al reloj en la cocina antes de abrir las puertas de refrigerador. "La pintura debe estar ya seca y la habitación ventilada...armaré la cuna."

"Bien, te ayudaré."

"No."

"¿Otra vez con eso?." Raven le dió otro gran bocado a su golosina y con la boca llena continuó. "Pudimos terminar rápido de pintar si me hubieras dejado ayudar.."

Por más de tres horas observó desde una mecedora a Damian pintar por si solo las paredes de lo que alguna vez fue su oficina para transformarla en lo que próximamente sería la habitación del hijo que ambos estaban casi a nada de recibir en sus vidas.

Sus seis meses de embarazo aún le permitían realizar muchas actividades, quería involucrarse también en los preparativos que le hacían a su hogar, pero últimamente Damian la trataba como si fuera una inútil incapaz de levantar un martillo o una brocha.

"¿Cómo dices que no ayudaste?, tu presencia me motivo trabajar rápido."

La galanura reflejada en esa sonrisa que le regaló ayudaba en absolutamente en nada a mejorar el orgullo de Raven.

"Aunque me encante presionarte a trabajar con la mirada puedo ser de más ayuda. Digo, ¿Qué tal difícil es ensamblar una cuna?, solo es atornillar unas piezas juntas y listo."

"Esto no es sobre la dificultad de la tarea Raven." Damian suspiró al cerrar el refrigerador, no era la primera vez que discutían sobre esto.

Sí, esta quizás era la cuarta vez en la semana que hablaban del tema y es que ha sido constante debido al incidente que ocurrió hace dos semanas. Su embarazo ha sido...no tan placentero como los libros de maternidad o sus novelas lo describen. Realmente era una pesadilla de sudor, vomito, hinchazón y dolores de espalda y la cereza en el pastel de su experiencia fue visitar la sala de urgencia por un agudo dolor lumbar y un inesperado sangrado manchado su ropa interior.

En el hospital fue diagnosticada con contracciones de Braxton-Hicks; falsas contracciones que una forma son la practica que tiene el cuerpo para un parto real. Un susto y un alivio al mismo tiempo, pero en consecuencia hizo a Damian obsesionarse con el temor de un parto prematuro.

Él no le dejaba hacer nada gracias a eso.

"Estoy embarazada con un bebe Damian, no me trastes como sí estuviera gestando una bomba nuclear."

"Ni siquiera puedes inclinar el cuerpo, tu estomago esta enorme."

Raven se dió un vistazo al estomago, era lo bastante grande como para que ella no pudiera verse ya los pies....Quizás ceder desenfrenadamente a sus antojos no era una muy buena idea.

"El amor de mi vida siempre sabe como alegrarme el día con las palabras más románticas." Raven murmuro con sarcasmo.

"Es imposible ignorar mi lado romántico cuando me enamoras cada vez más con ese nuevo andar de pato que tienes." Damian se le acercó para limpiar con un pulgar la comisura de sus labios antes de inclinarse a plantar un beso en ellos.

A pesar de estar enojada, Raven no se negó en regresar el gesto...incluso se atrevió a sonreiré al verlo poco después lamerse el dulce que él seguramente le robó de los labios.

¿Qué podía decir?, lo amaba lo suficiente como para dejarle pasar ese comentario sobre su nueva forma de caminar. Además, tenía suerte de que ella lo leyera con su empatía y supiera que sus comentarios eran inofensivos, de otra forma él pagaría muy caro.

La idea de castigar la insolencia de su novio volvió a ella cuando él en la distracción de su beso le quitó de las manos el bote de helado para remplazarlo con una vara de apio.

Con que eso fue lo que saco del refrigerador...

"¿Apio?"

"Necesitas comer más nutrientes."

"Le quitas lo divertido a todo.¿Sabías eso?." Ella meneó el vegetal, analizando sus ideas y pensando si era buena idea golpear al hombre con el.

"No fui criado para ser divertido Beloved."

"Pero que gran mentira, estoy muy segura de que te divertiste demasiado haciendo esto." Raven señaló con el apio a su abultado abdomen, lo cual dibujo una mueca engreída en el rostro del hombre.

"Ah, sí que me conoces bien-...Raven." El tono juguetón de Damian se volvió sombrío cuando ella robó de regreso el bote de helado. Sus esmeraldas desaprobaron como ella daba otro bocado del dulce para provocarlo. "Te di el apio para que lo comieras, no para que lo uses como una escuchara.

"A mis papilas gustativas de embarazada no les gusta el sabor del apio."

"Tampoco deberían gustarle tu preciado algodón de azúcar. Esa es la peor cosa que he comido en mi vida."

"¿Cómo te atreves a decir eso?." Raven jadeó ofendida, de nuevo meneo el apio en la cara del hombre en advertencia. "Retira lo dicho Wayne. El algodón de azúcar es genial."

El exceso de azúcar era su único premio de consolación en este maratón embarazo-paternidad. No la culpen por pensar así, crear a un ser humano en su vientre siendo una mitad demonio con empatía era una tarea muy difícil.

"¿Realmente te molesta que hable mal de tu golosina favorita?, TT..Madura Roth..."

"Disculpa si no todos podemos ser unos señores de 80 años como tu que piensan que las uvas y las pasas son postres."

"¡Son saludables!"

"Lo que digas abuelo."

"Baja por un segundo el helado y prueba el apio." Damian la tomó de las manos, con suavidad quería razonar con ella. "...Por nuestro bebé."

"Odio cuando usas esa carta...."

Triunfante, Damian tomó el helado para finalmente guardarlo en el congelador, esta vez Raven únicamente pudo observar mientras hacia una cara al masticar el vegetal.

"Dices odiar muchas cosas de mí, pero creo que así me amas." Damian le sonrío al poner una mano por debajo de su cintura para guiarla fuera de la cocina.

"Creer es considerar algo como verdadero sin tener pruebas de su certeza."

"Soy detective, estoy muy certero de tus sentimiento por mi."

Raven rodó los ojos, a veces no había manera de ganarle. Ella prefirió mordisquear el apio antes de contestarle, pues no podía negar la verdad. Lo sintió orgulloso a su lado, su mano afectuosamente sobando la parte baja de su espalda conforme se acercaban a la ex-oficina que poco a poco se convertiría en el santuario del resultado de su amor.

Contuvo el aliento una vez que entró a la habitación y darse cuenta de lo poco que les quedaba para ser padre. El lugar estaba casi listo, pintado entre blanco y diferentes tonos de grises, los regalos del baby shower a cortesía de Barbara, Kory, Donna y Stephanie Brown se esparcían por la suave alfombra, así mismo cajas y cajas se amontonaban de accesorios que Damian había comprado para el futuro integrante de esta nueva y pequeña familia.

"¿Necesitamos tantas cosas?" Ella no pudo evitar preguntar a la pila de cajas olvidadas en la esquina.

"TT...Por supuesto."

"Entiendo la cuna y la mesa de cambio, pero, ¿Una silla para comer y una Bacinilla?, eso pudo esperar un poco más de tiempo." Poco convencida Raven señaló a las cajas de dichas cosas.

"La preparación es primordial para cada batalla." Damian levantó la caja de la silla para comer de modo que pudiera enseñarle a Raven la imagen que venía impresa. "Es didáctica y tiene patitos dibujados por todos lados. Me recordaron a ti, ¿Cómo no comprarla?."

Ella negó con la cabeza pero por nada de este mundo le gustaría robar la emoción que él proyectaba a su propia manera por el bebé. Además, entre más rápido se encargarán de prepararse en estos momentos, más tiempo libre tendría en el futuro para ocuparse del manojo de llantos que llegaría a sus vidas en menos de tres meses.

"Bien...-Hey..Damian..."

Raven tenía la intensión de ayudarle al hombre a mover la caja de la cuna al centro de la habitación, pero antes de que su mano pudiera tomar el cartón Damian la agarró del brazo para arrastrarla hacia su mecedora favorita.

"Tu siéntate y hazme compañía."

"Pero..."

"Nada de esfuerzos." Damian le volvió a advertir.

"Por lo menos dame algo para hacer."

Se arrepintió haber dicho aquello cuando Damian puso cinco libros infantiles en su regazo.

"Listo, libros lleno de los colores que tanto querías."

"Si, por que 'Giorgio el cocodrilo' y 'Rufina la jirafa' son grandes lecturas para alguien de mi edad." Ella hizo énfasis a los libros en su regazo.

Pero él ya no le respondió, ahora se enfocaba en abrir la caja de la cuna. Sacó cada pieza que conformaba el mueble y vaya que eran demasiadas. Prácticamente Damian tendría que ensamblar la cuna desde cero.

"Luce...sencillo." Raven falló miserablemente de no escucharse sarcástica.

"He construido cohetes espaciales, Beloved. Armaré esta cuna en segundos."

"Sí tu lo dices, pero, con mis poderes podría estar lista en milisegundos."

"Esta no es una competencia, y ya hablamos de eso; nada de poderes. Mejor cuéntame como fue la reunión con tu tía Alice esta mañana."

...ella trataba de olvidar ese incidente.

"Tan incomodo como lo espere. Por cierto, gracias por acompañarme." Raven dijo indiferente mientras hojeaba un libro de tela sobre unos cerdos y sus casas.

"Me pediste que no fuera contigo."

"De cualquier forma fue terrible. Ella casi se desmaya cuando me vió llegar a su casa y después me uso de ejemplo con sus hijos de lo que uno no debe hacer en la vida. Al parecer mi alma esta arruinada y me iré al infierno por tener un bebe fuera del matrimonio..."

"Definitivamente se desmayaría sí le dices que básicamente tu eres como la princesa del infierno."

Raven aprovechó que estuviera concentrado acomodando las herramientas que iba usar como para notar el olvidado instructivo de la cuna a unos pies de él. Una idea llegó a su mente...¿Él realmente sería capaz de armar algo tan 'sencillo' sin ayuda?.

Sigilosamente ella movió sus dedos para hacer desaparecer el instructivo en un pequeño portal tridimensional antes de que Damian se diera cuenta. Ya verían sí él era tan bueno como juraba ser sin leer las instrucciones.

"Nunca podría decirle la verdad, trataría de bautizarme y a nuestro hijo para salvar nuestras almas." Raven se meció en su mecedora, indiferente a la travesura que acaba de cometer. "¿Sangre de Trigon y Wayne-Al Ghul?, nuestro hijo necesitaría bañarse en agua bendita de por vida para entrar al cielo...pero no le digas a mi Tía Alice eso."

"Parece que te fue peor que cuando le contamos la noticia a Padre."

Ugh, contarle a Batman sobre como sería abuelo debido a un descuido de dos aves enamoradas no había sido una bonita experiencia. Después de querer hacerla desaparecer con la mirada, darles a ambos un largo sermón sobre la paternidad (que hipocresía) y el sexo seguro (demasiado tarde), Bruce les obligó a firma unos documentos de adopción en caso de un percance para que su aún sin nacer hijo quedará bajo su custodia.

¿Qué hizo Raven con esos papeles una vez que llego a casa con Damian?. Mandarlos a la dimensión más inalcanzable que pudo imaginar.

"Nadie superará a Batman." Un escalofrío paso por su espalda, recordar esa reunión con su suegro era peor que el fin del mundo, y ella había estado presenten en ese ultimo evento. "Aunque me hubiera gustado ahorrarme el innecesario sermón de mi Tia Alice."

El libro en sus manos se cerró para darle un vistazo al progreso del hombre con la cuna. Damian se encontraba extrañamente silencioso al trabajar con las piezas del mueble...él prometió ensamblar el mueble en cuestiones de segundos, segundos que habían pasado para convertirse en minutos, él tenía algunas piezas unidas con otras pero aún su trabajo estaba lejos de parecer una cuna.

El profundo ceño sobre los hipnóticos ojos de su novio y esa torcedura de labios eran claras evidencias de como él estaba a punto de perder la paciencia.

"¿Todo bien Damí?."

"Estoy un poco confundido, las piezas no parecen ensamblar." Damian sacudió la caja vacía como si esperará sacar algo más de ahí. Tan concentrado que ignoró el apodo con el cual fue llamado. "Puedo jurar que vi un instructivo cuando abrí la caja, ¿Lo haz visto?."

"Nop."

Mintió desvergonzadamente conforme la frustración del hombre crecía de manera considerable. Él murmuraba por debajo de su aliento un y mil maldiciones en otro idioma.

"Llamaré a la compañía. Esto es inaceptable."

Pero que dramático era.

"¿Para que quieres el instructivo?, tu construyes cohetes con los ojos vendados, ¿Recuerdas?. Una cuna es tan sencillo como abrir una botella con agua para ti."

Su pasividad hostil no agrado al orgulloso hombre, quien decidió ignorarla. Aún ignoraba su ayuda, y eso solo causó que Raven lo molestará un poco.

"Necesitamos la cuna para cuando nazca el bebe Damian. ¿Vas a tardar más en terminarla?."

La amarga expresión en el rostro de Damian era demasiado épica como para que ella pudiera seguir conteniendo las ganas de reírse. Esa insignificante acción agudizo los sentidos y la intuición del moreno, sus esmeraldas se reposaron sobre ella para analizarla, la sospecha fue inevitable.

"Raven, ¿Donde tienes el instructivo?."

La había descubierto.

"No se de que hablas."

"Dame el instructivo, bruja tramposa."

"El atrevimiento, ¿Así es como llamas a la madre de tu hijo?." Ella lo reprimió, pero esta vez no funcionó para intimidarlo, en cambio él puso sus manos en cada una de los brazos de la mecedora para no darle escapatoria, sus ojos puestos fijamente en ella. "Por favor no toque mis silla favorita...No, no te me acerques."

"Lo pediré amablemente otra vez." El aliento de Damian golpeó su cuello ligeramente antes de él dijera a su oído profundamente. "¿Donde esta el instructivo?."

La pilla sonrisa se dibujo en su cara sin evitarlo, era divertido y lindo verlo intentado intimidarla.

"Ya te dije. no sé—¡Oh!."

"¿Qué pasa?." Damian saltó lejos de ella preocupado ante el inesperado grito. "¿Esta pasando otra vez?, ¿Vamos al hospital?."

Raven arrugó la nariz y se llevó una mano a su vientre para sentir insistentes golpeteos en él. Alguien quería atención desesperadamente.

"Raven, ¿Estás bien?."

"Shh...esta pateando. Siéntelo." Raven atrapó la mano de Damian para ponerla sobre su panza. Pareciera que su pataleó se hizo más persistente con la acción."Violentamente pide por atención. Todavía no nace y ya es igual que tú."

"Tu eres quien me amenazó con una vara de apio hace rato, tu eres la violenta." Damian movió su mano por el vientre, disfrutando cada segundo del movimiento. "Tal vez esta enojado porque estás boicoteando la construcción de su cuna."

"Ó quizás esta molesto porque quiere involucrarse y ayudar pero su padre no se lo permite."

Para la suerte de Raven lo que había dicho se sincronizó con una fuerte y última patada en su vientre. El bebe había dado su comentario final.

Damian parecía escepticismo, pero al final terminó por sonreírle.. dió una ultima caricia a su estomago antes de ayudarla a ponerse de pie.

"Esta bien, puedes ayudarme a leer las instrucciones. TT, pero sí tan solo tuviéramos la guía de instructivos de la cuna."

"Conveniente de que lo tenga justo aquí." Con inocencia y una mueca lista Raven apareció aquel instructivo perdido entre sus dedos. "¿Manos a la obra?."

"Sabía que tu lo tenías, bruja tramposa."

Ella no se sentía culpable.

Estos eran los momentos que ambos debían abrazar al máximo, prepararse para recibir la llegada de su hijo y para lo que sería su vida en la paternidad.

Era una suerte que se tuvieran mutuamente para afrontar los retos del futuro, pero por ahora, se apoyarían para superar el reto de armar esta cuna...juntos.

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