Las armas de una nueva guerra:
—¡¡SUS ACCIONES QUEDARÁN GRABADAS EN LA HISTORIA!!—gritó Heimdall—. ¡¡EX-MUERTO CONTRA EINHERJI!!
AMBOS OPONENTES REPRESENTAN EL SACRIFICIO EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN
¡¿CUÁL DE LOS DOS DEJARÁ LA HUELLA MÁS PODEROSA?!
—¡¡AHORA Y EN ESTE LUGAR SE VA A DECIDIR UN PUNTO CRUCIAL DEL CAMPO BATALLA!!
¿QUÉ ES AQUELLO QUE OTORGA LA VICTORIA EN LA GUERRA?
EL CORAJE, SACRIFICIO Y DETERMINACIÓN DE UN SOLDADO
O
EL AVANCE, PODER Y TECNOLOGÍA DE LAS ARMAS
—¡¡MUESTREN SU INTENCIÓN ASESINA Y MÁTENSE EL UNO AL OTRO!!
Leo saludó con la mano a su adversario.
—Tj, ¿no es cierto?—sonrió—. A decir verdad, no tenía idea de quién podría ser mi oponente, así que me estuve preparando para muchos posibles escenarios. Obviamente no puedo competir contra ti ni en cuerpo a cuerpo ni en combate a distancia. Dudo que mis poderes me ayuden demasiado teniendo una bala en el craneo.
La sonrisa en su rostro se ensanchó.
—No obstante... incluso si no soy un guerrero... voy a mostrarte porque me convertí en el fuego que destruyó al mundo, ¡al estilo Valdez!
Tj rió entre dientes.
—Tus palabras... espero que no te las termines tragando, chico—extendió el brazo y se lo ofreció, dándose mutuamente un apretón de manos—. He visto muchas cosas en el campo de batalla, y si algo he aprendido es a no subestimar un oponente. Así que me lo tomaré como un reto personal.
Señaló el par de lentes que reposaban sobre su gorra de la unión.
—Estas de aquí son gafas de francotirador—explicó—. Es lo que usábamos antes de que se inventaran las miras telescópicas. Con ellas, voy a mostrarte como se hacen las cosas a vieja escuela.
Leo alzó una ceja.
—¿Gafas de francotirador?—repitió—. No te ofendas, pero creo que el arma que voy a usar... ¡¡Es muchísimo más genial!!
Un pilar de fuego salió disparado desde Leo hasta el infinito al tiempo que el chico jalaba las correas de la mochila que llevaba a la espalda.
Una serie de cegadores destellos obligaron a los espectadores a apartar la mirada mientras el inconfundible sonido de placas de bronce celestial ensamblándose resonaba por todo el cielo.
—¡¿QU...QUÉ?!—balbuceó Heimdall—. ¡¡LEO VALDEZ ES RODEADO POR UNA MISTERIOSA ENERGÍA!! Y ESE SONIDO... ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AHÍ ADENTRO?!
El fuego remitió, dejando a todos en el estadio sin habla.
Leo se carcajeó mientras se cernía sobre su oponente, ataviado en una enorme armadura mecánica en cuyo pecho reposaba una Esfera de Arquímides como centro de control.
—¡Presentando el Argo III!—sonrió—. ¡No es un barco! ¡Tampoco un avión! ¡Sino algo mucho mejor! Estuve trabajando en este cacharro desde la inauguración del torneo, espero les guste.
—ESTO... LEO VALDEZ MUESTRA SU GRAN ARMA DE BATALLA... PERO... ¡¿NO ES UN AUTÓMATA?!
Atenea se inclinó sobre sí misma en las gradas.
—Está utilizando múltiples Esferas de Arquímides en ese diseño...—murmuró impresionada.
Hefesto sonrió orgulloso.
—La tecnología de Arquímides es tan avanzada que dejaría como obsoletos incluso a los mejores inventos de Dédalo—señaló—. Mezclando sus avances con el propio genio de Leo, ha creado el arma semidivina definitiva. Una combinación de ideas y creaciones todo en uno.
Tj silbó impresionado.
—Nada mal...—murmuró—. Un nombre poético, incluso.
Se puso sus gafas de montura color ámbar, se descolgó el rifle y sacó un pequeño paquete de papel cilíndrico—un cartucho de pólvora—de su petate.
—Este rifle también tiene un nombre poético—añadió—. Es un Springfield mil ochocientos sesenta y uno. Fabricado en Massachusetts, como yo—abrió el cartucho con los dientes y acto seguido vertió el contenido en la boca del rifle. Sacó la baqueta y presionó la pólvora y la bala—. Antes podía disparar tres balas por minuto con esta preciosidad, pero he estado practicando varios cientos de años. Veamos si hoy puedo disparar siete balas por minuto.
Extrajo un pequeño pistón metálico de su morral y lo colocó debajo del percutor.
—¿Comenzamos?
—¡¡YA LO HAN OÍDO!!—gritó Heimdall—. ¡¡QUE EL SEXTO COMBATE DE LA PRIMERA RONDA COMIENCE!!
Leo se colocó en posición de carrera.
—Tú peleas con rifle y bayoneta, yo tengo un jodido traje de bronce celestial y tecnología griega punta... no me parece muy justo.
El einherji apuntó su arma.
—Tengo que recordarte una cosa—señaló—. La época en la que viví fue una de extrema dificultad para la gente de color como yo. La guerra se convirtió en el centro de la vida, los recursos, el dinero, las personas, todo fluía hacia la guerra. Saber que no fueron otros que los griegos y los romanos quienes iniciaron el conflicto...
—Bueno, personalmente no estaba vivo en ese entonces—dijo Leo—. Además, los griegos apoyaron principalmente a la unión en esa guerra. Pero comprendo lo que quieres decir... este gran torneo es el lugar perfecto para ti, incluso, podríamos decir, tu entorno natural.
El soldado le sonrió en asentimiento, a lo que Leo respondió desplegando un par de propulsores desde la espalda de su traje.
—Lamento informártelo, chico de la unión—con un estallido, salió disparado a toda velocidad—. ¡¡Pero no eres el único aquí que ha luchado en una guerra!!
Tj abrió los ojos de par en par mientras retrocedía.
—¡¡Qué rápido...!!—señaló el público.
Hefesto exhaló satisfecho.
—Esta velocidad va más allá de todo lo visto hasta ahora—su barba echó fuego—. Esto es por lo que existe la mecánica. ¡Para lograr lo que las formas de vida orgánica no pueden!
Leo lanzó un poderoso puñetazo con el brazo izquierdo. Y al mismo tiempo, una cierra circular se desplegó en su traje.
—¡Cómete ésta, amigo!
Su golpe chocó contra el suelo, abriendo un enorme cráter a su alrededor.
No obstante, con una increíble agilidad, el hijo de Tyr se deslizó entre las piernas de su enemigo, esquivando el golpe.
—¿Eh...?—balbuceó Leo.
Tj le apuntó con su rifle.
—Es obvio que careces de verdadera experiencia en combate—señaló—. Estás lleno de aberturas.
Jaló el gatillo y el ensordecedor sonido del disparo hizo eco por el coliseo. Una cortina de humo ocultó a los combatientes.
Entonces, el pie metálico de Leo se estrelló contra el pecho del einherji, mandándolo a volar de espaldas.
—Qué patada tan potente—dijo Atenea—. ¿Fue un impacto directo?
El humo se despejó, mostrando a Leo con el brazo derecho alzado. Un casi imperceptible rasguño adornaba ahora la placa metálica de su armadura.
—¡¿Bloqueó el disparo con su mano?!—se sorprendió el público.
Ares hizo una mueca y se dejó caer sobre su trono.
—Da igual, tampoco es que haya dañado mucho al chico nórdico.
Tj sonrió adolorido y levantó la mirada, con el rostro perlado de sudor.
—Eso fue... muy bueno...—reconoció.
Leo se mostró orgulloso.
—Aún no has visto nada—aseguró—. Cierras y blindaje, sería aburrido si nada más hubiese preparado eso. Como prueba de ello, quizá debería decirte que estás parado sobre una granada.
El hijo de Tyr abrió los ojos de par en par cuando el suelo bajo sus pies estalló en mil pedazos.
El aire se llenó de fuego, el suelo de la arena se resquebrajó y escombros se desperdigaron en todas direcciones.
El aire olía a chispas de pedernal y metal a medio derretir. Dónde había estallado la bomba no quedaba más que un montón de arena humeante.
Tj cayó de rodillas, gimiendo, con la mano sobre el rostro ensangrentado. Le zumbaban los oídos.
—¿Pero qué... demonios...?
Se encorvó y vomitó sangre, mientras Leo le sonreía socarrón.
—Un consejo gratuito—rió el hijo de Hefesto—. Si no te gusta el calor, aléjate de la cocina.
¡¡PESE A TENER MENOS EXPERIENCIA, ESTÁ EN LA DELANTERA!!
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