El Rey de los Fantasmas:
Era temprano en la madrugada. El sol aún no había salido, y tardaría mucho en hacerlo. Una fría brisa soplaba por el Olimpo, una incómoda sensación de peligro recorría cada rincón del recinto divino.
—Ha llegado el turno del señor Hades y su campeón—informó la furia Alecto.
Nico di Angelo terminó de ajustar las correas de su armadura negra, se colocó su yelmo con forma de calavera por sobre la cabeza y se echó una capa oscura a la espalda.
—Ya iba siendo hora...—murmuró—. Admito que estoy entusiasmado. Me pregunto... ¿quién será mi oponente?
Will Solace le tomó la mano y le dio un suave apretón, mirándole preocupado.
—Nico... ¿seguro de que quieres seguir con esto?—preguntó—. Después de ver a Jason allí... cualquiera podría regresar para combatir contigo, y si los muertos se quedan muertos después de la batalla...
—Entiendo lo que dices, Will, pero tú deberías saberlo mejor que nadie—una sonrisa se apoderó de su rostro—. A mí no me asustan los fantasmas.
Hades asintió lentamente, poniéndose en pie y hablando con voz autoritaria:
—Entonces ya no hay tiempo que perder, dirijámonos hacia allá.
—No—soltó Nico—. Hay una cosa más que debería hacer.
La niebla se espesó en el aire. La tierra tembló.
—Padre... quisiera pedirte que por favor convoques a un fantasma en particular a mi presencia...
Los estandartes estaban en el aire. La luna llena iluminaba el cielo con un rojo resplandor, convirtiendo la abrasadora oscuridad de aquella noche en una empalagosa presencia casi tangible.
—Luna de sangre...—murmuró Apolo—. Mal momento para enfrentar a no-muertos.
—Y un gran momento para ser amigo de los zombis—repuso Hermes, con una sonrisa pícara.
—LA PRIMERA MITAD DE LA PRIMERA RONDA HA LLEGADO A SU FIN. AHORA, DA COMIENZA EL TERCER BLOQUE DE ENFRENTAMIENTOS—comenzó Heimdall—. ¡NOVENO COMBATE DE LA PRIMERA RONDA! ¡¡QUE ENTRE EL REPRESENTANTE DE HADES!!
Las puertas del coliseo se abrieron despacio. El mundo se oscureció desde el túnel de entrada, como si la luz se estuviese escondiendo. Las sombras se doblaban en dirección a la lúgubre presencia que se acercaba al campo de batalla, intentando llamar su atención. La temperatura del ambiente se redujo tan drásticamente que comenzó a acumularse escarcha entre las gradas.
—HACE MUCHO TIEMPO DESDE QUE PERDIÓ A SU FAMILIA, SU MADRE, SU HERMANA, Y SESENTA AÑOS DE SU VIDA, TODOS ARREBATADOS EN UN PARPADEO. DESPUÉS DE MIRAR AL HORROR CÓSMICO A LOS OJOS, CUALQUIERA VERÍA SU CORDURA ARREBATADA... ¡¡PERO NO ÉL!!
La figura del príncipe del Erebo se hizo visible entre la oscuridad. El suelo se secaba y resquebrajaba a cada paso que daba. Nadie se atrevía a hablar, ni siquiera una palabra.
—¡ATRAVESÓ EL TÁRTARO, NO UNA, SINO DOS VECES! FUE MOLDEADO POR LA TRAGEDIA, PERO APRENDIO A VIVIR CON ELLA. ¡¡DEJÓ ATRÁS LA IRA Y RENCOR QUE TANTO CARACTERIZAN A LOS HIJOS DEL INFRAMUNDO Y SE CORONÓ A SÍ MISMO COMO... ¡¡EL REY DE LOS FANTASMAS!!
¡REPRESENTANTE DE HADES: NICCOLÒ (NICO) DI ANGELO!
El chico se detuvo en el centro de la arena y observó a su alrededor con una sonrisa en los labios. Su capa hondeaba al viento con fuerza, dandole el aspecto de un espíritu salido directamente desde el Infierno.
—Vaya... hay menos espectadores de los que esperaba—se lamentó.
El público comenzó a inquietarse.
—Así que ahora es Nico di Angelo...
—Con esto, los tres hijos griegos de los Tres Grandes ya han salido a pelear...
—Supongo que era inevitable...
El chico estudió la grada con detenimiento hasta fijar sus oscuros ojos sobre Zeus, quien le miraba sin demostrar emoción alguna.
—Muy bien, caratrueno. Veamos que tan bien te sabe un plato de tu propia medicina...
Sacó las manos de entre su capa y lanzó al suelo un extraño objeto redondo que rebotó un par de veces antes de comenzar a rodar.
—¡¿QUÉ ES ESTO?!—gritó Heimdall, haciéndose hacia atrás para no tocar aquella cosa.
—E... ¡¡Es una cabeza!!—chillaron los espectadores.
—¡¿Pero qué Hades?!
—¿Quién se supone que...?
Nico miró a Zeus directamente, y a vista de los cientos de espectadores, lo encaró de frente.
—Hace más de sesenta años, cuando la Segunda Guerra Mundial sacudía Europa, mataste a mi madre sin contemplación alguna en un intento por asesinarnos a mí y a mi hermana—anunció—. Ahora bien, como amablemente dijo el presentador, he decidido ya no guardar más rencores, así que te pagaré con tu misma moneda, tío.
La cabeza cercenada del Rey Minos de Creta se robó la atención de todo el público.
—Era tu hijo, ¿no es así?—preguntó Nico—. Pues sabes mejor que nadie sobre el despreciable ser humano que fue. Incluso como fantasma era vengativo, traicionero y abusaba de su poder. Quiso aliarse con Crono en la Segunda Titanomaquia, pero mantuvo su rol como Juez del Inframundo única y exclusivamente porque es hijo tuyo y, como tal, fuiste tú quien obligó a mi padre a tenerlo en su corte. Tú le diste el poder de abusar de otros, y yo se lo estoy quitando.
Aplastó el cráneo bajo su bota.
—Ahora, si tiene alguna queja, baje aquí y fulmine a este renacuajo con ese rayo suyo.
El dios padre del cosmos se irguió en su trono, con sus tormentosos ojos refulgiendo intermitentemente, como una tormenta eléctrica. Su expresión, impasible e inescrutable, resultaba un misterio para los espectadores.
—Sea—dijo finalmente—. Minos abusó de la posición que le otorgué y fue castigado por ello. No hay más asunto que discutir.
El chico asintió con la cabeza y volvió su atención hacia el otro lado del estadio, esperando pacientemente a quien sería su oponente.
—Nico... eso definitivamente fue algo—Percy sonrió ladino—. Después de esa muestra de descaro por tu parte, no puedo esperar a que la batalla empiece.
El hijo de Hades sintió hondear su capa al viento y trató de controlar los latidos de su corazón. A pesar de su aparente seguridad, había temido profundamente a la respuesta del rey de los dioses.
—Está muy oscuro...—murmuró al aire, mientras sentía las sombras a su alrededor, todas parte del mismo ser primigenio del que sólo había vislumbrado breves atisbos.
—Eso fue impresionante...—reconoció Heimdall en voz baja.
"Zeus no podía destruirte o defender su decisión de darle poder a Minos sin quedar mal ante tres panteones divinos"—pensó—. "No sé que será de ti cuando este torneo acabe, di Angelo, pero hasta entonces, te las arreglaste para hacer que Zeus respondiese por sus actos. Esto se está poniendo cada vez más interesante".
—Hey... ¿falta mucho para empezar?—preguntó el hijo de Hades.
"Muy bien, chico. Vamos a darte lo que quieres"
—¡¡SIGAMOS CON EL OESTE!! ¡¡QUE ENTRE LA REPRESENTANTE DE BELONA!!
Nuevas puertas se abrieron en el coliseo. Nico dejó caer los hombros, sintiendo como si le arrancasen el aire de los pulmones de un puñetazo.
—Oh... mierda.
—EL EJÉRCITO MÁS PODEROSO DEL MUNDO... ¿FUE ACASO LA ARMADA DE ALGUNA POLIS GRIEGA, IMPERIO DE SIRIA O MARINA CARTAGINESA?
NO
—¡NO ES ASÍ! EN ESTE MUNDO... ¡SÓLO HAY UN IMPERIO DIGNO DE NOMBRARSE A SÍ MISMO COMO EL MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA HUMANA! ¡DÍGANLO CONMIGO!
¡¡ROMA!!
—Y, DE ENTRE TODAS SUS GENERACIONES DE LÍDERES, DE ENTRE TODOS AQUELLOS QUE HEREDARON EL CARGO DE PRETOR, HUBO UNA PERSONA RECONOCIDA COMO LA MÁS GRANDE.
Un par de galgos metálicos salieron desde el túnel de entrada, plantándose a los lados del mismo como si de una escolta armada se tratase. Sus ojos rubíes parecían brillar como faros bajo la luna de sangre.
—¡SIN EMBARGO! ¡LA QUE PELEARÁ SOBRE EL ESCENARIO AQUÍ DISPUESTA NO LO HARÁ COMO OFICIAL DE ROMA!
Percy hizo una mueca de triste sorpresa al comprender que era lo que se le venía encima a su primo.
—Oh, Hades...
—YA HEMOS PRESENCIADO LA VICTORIA POR PARTE DE UNA DE LOS MIEMBROS DE LA UNIDAD DE CAZA MÁS LETAL DEL REINO DIVINO. ¡AQUELLA QUE DESCIENDE AL LUGAR DONDE SE DECIDIRÁ ESTA BATALLA ES UNA CAZADORA DE ARTEMISA! ¡LA ANTIGUA PRETOR DE LA DUODÉCIMA LEGIÓN FUMINATA!
La oscuridad pareció remitir muy levemente por un instante. La luna enfocó el campo de batalla como un gigantesco reflector, revelando la brillante silueta de una joven que observaba el estadio desde las alturas, parada en el techo por sobre el palco de los dioses.
¡REPRESENTANTE DE BELONA: REYNA ÁVILA RAMÍREZ-ARELLANO!
La cazadora dio un salto y giró en el aire antes de aterrizar grácilmente en el campo de batalla.
—¡¿Reyna?!—los romanos se sobresaltaron.
—No había oído de ella en casi siete años...
—Debí suponer que estaría aquí...
—¡¿En serio va a participar?!
La antigua pretor sonrió divertida, mirando con detenimiento a quién sería su oponente.
—Bien, entonces. Espero que no te hayas ablandado con los años, hijo de Hades.
—¿Eh?—Nico alzó una ceja—. Más respeto ante el rey. Serás mi hermana mayor, pero sigues siendo sesenta años menor que yo.
—¿Entonces mi oponente en un anciano senil?
—¡¿A quién llamas senil, jovencita?!
Ambos se echaron a reír con ganas.
—¿Sabes? Me alegro de que seas tú mi oponente, Nico—dijo finalmente la cazadora, con una mirada seria—. Odiaría que fuese otro quien acabase con tu vida.
Extendió la mano izquierda. Un resplandor iluminó brevemente el coliseo y pronto Reyna se vio blandiendo un arco plateado de cazadora.
Percy se inclinó levemente para poder observar mejor.
—Chica lista...—murmuró—. Nico y Reyna viajaron juntos desde Epiro hasta Long Island, ambos conocen los trucos del otro a la perfección. Pero desde entonces, Reyna se ha unido a la cacería. Usará un estilo de combate con el que su oponente está menos familiarizado.
El hijo de Hades observó fijamente a la antigua pretor, estudiándola.
—No me agrada como se ve eso.
Reyna le sonrió con picardía.
—¿Qué quieres que te diga, rey de los fantasmas?—tomó una flecha de su carcaj y tiró de la cuerda—. Qué mala suerte has tenido. De entre todos los posibles emparejamientos, soy quizá la única que no te teme en lo absoluto. Aunque seas mi hermanito, no me voy a contener en lo más mínimo.
—Oh, qué miedo—Nico le devolvió aquella sonrisa burlesca—. Mírame, estoy temblando.
"LA ANTIGUA PRETOR DE LA DUODÉCIMA LEGIÓN FULMINATA"
REYNA RAMÍREZ-ARELLANO
VS
"EL REY DE LOS FANTASMAS"
NICO DI ANGELO
—¡¡COMIENZA LA BATALLA!!
AMBOS MUESTRAN SUFICIENTE INTENCIÓN ASESINA
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