Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La eterna cobardía (18 de abril)

Oficialmente vuelvo a ser un fumador. Lo mejor es que antes me fumaba ocho cigarrillos al día, ahora me fumo veinte. Así me gusta, retomando el vicio por todo lo alto.

Conforme pasan las semanas, más claro me queda que Laura no quiere que siga en su vida. Me molesta tener que aceptar esta decisión, aunque no me quede más remedio. Habría preferido que cortara conmigo porque no le gusto o porque quiere estar con otro. Pero dejarme porque ahora el trabajo es su prioridad me parece una excusa absurda. Quizá yo sólo era ese pasatiempo del que hablaba Fermín. Por alguna razón que no alcanzo a comprender, él siempre me advirtió acerca de esto, como si no pudiera aspirar a una mujer así. No lo ha dicho con esas palabras, pero yo lo interpreté de esa forma. Que tu mejor amigo te diga que alguien no te conviene, ha de ser porque su veneno se aprecia incluso a distancia, cosa que tú no percibes porque ya estás infectado de muerte.

Aun así, me gusta ese veneno y quiero seguir intoxicándome, lo cual viene a dar la razón a quienes alguna vez me han tachado de ingenuo —o sea todo el mundo—. ¿Por qué sufro esta patología? ¿Por qué preciso cargar con este peso innecesario?

De niño solía cargar con castigos inmerecidos por culpa de mis hermanos. Si a alguno de ellos se le antojaba cometer una travesura, de inmediato yo entraba en la ecuación, como si mi silencio se debiera a una especie de contrato inviolable que firmé en una vida pasada. En cuanto mis abuelos descubrían que en realidad yo no había tenido nada que ver, me preguntaban por qué no me había explicado al respecto. Yo me encogía de hombros, quizá sabiendo que, aunque no fuera el artífice de una chiquillería incómoda, mi inocencia no cambiaría los hechos. «Exceso de responsabilidad» dijo Emilio. El psicólogo que me recomendó Gutiérrez es un buen tío, un poco fantasioso para mi gusto, pero con intención de ayudar. Estuvimos hace un par de semanas hablando de mi nivel de dependencia. Según él, me aferro a la figura de Laura porque temo descubrirme a mí mismo en soledad. Y el hecho de no haber roto con Rita antes refuerza su punto de vista. ¿Será que tal como considera Emilio tengo miedo de reconocerme como el imbécil que en el fondo sé que soy? ¿Acaso me disfrazo de personaje elocuente con la necesidad de mantener a mi yo impetuoso —y a veces hasta agresivo— bajo control?

Ahora que lo pienso, no he protagonizado grandes disputas con nadie. Casi siempre gritan otros, yo suelo ser quien acaba aceptando las circunstancias para evitar lo que tanto odio: el enfrentamiento.

Soy un cobarde de mierda. Emilio dijo que no se trata de asumir un rol u otro, que en realidad tiene que ver con la aceptación de ser un individuo imperfecto, pero no dejo de pensar que me he pasado toda la vida reprimiendo al verdadero Jorge. Tal vez se deba también al hecho de haber sido reprendido cada vez que, en plena expresión infantil, dejaba al aire mis emociones. Mis padres creían que si no me corregían a tiempo en el futuro sería un blando, un pusilánime sin capacidad de defenderse.

Curiosamente les salió mal la jugada. Y no sólo tienen a un hijo introvertido incapaz de expresarse debidamente en público, sino que lo han empujado a convertirse en el tipo de persona que nunca quiso ser.

Y por eso digo que soy un cobarde de mierda. Es decir, ¿de verdad no tengo las agallas suficientes para plantarme delante de los demás y mostrarles lo que pienso ante una situación molesta?

No conforme con esto y en lugar de buscar soluciones a mi problema, me limito a justificar semejante apocamiento con excusas que me ayudan a evitar la confrontación.

«Gutiérrez, no puedo hacer sesenta cosas a la vez, aunque lo parezca. Hay más gente en esta puta comisaría. No soy tu esclavo.»

«Mamá, detesto cómo me tratas. No me siento parte de esta familia. Y no, no sabes cuánto daño me hizo Rita.»

«Fermín, me joden mucho tus carcajadas a mi costa. No estás siendo buen amigo.»

«Gómez, voy a partirte la cara.»

«Laura, sé que no me amas, pero te necesito.»

Una corta lista de las cosas que debería haber dicho en su momento. ¿Y qué hago en lugar de enfrentarme a mis fantasmas? Fumar y beber. En eso soy todo un profesional.


*Imagen de StockSnap (Pixabay)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro