💌25: Final 💌
Los demás, al notar la situación, decidieron con una mirada que debían darles un poco de espacio para que hablaran, por lo que se fueron alejando con sigilo. El aire estaba cargado de una mezcla de nervios y emoción, mientras Hoseok y Yoongi se observaban a los ojos, cada uno sintiendo el peso de lo no dicho y de un amor que había resistido el paso del tiempo.
Hoseok se pasaba una mano por el cabello, un gesto nervioso que revelaba su agitación. “¿Ahora qué puedo decir cuando me mira de esa manera ?” pensó, su corazón latiendo con fuerza. Por su parte, Yoongi mordía su labio, luchando contra la avalancha de emociones que amenazaba con desbordarse. A pesar de la proximidad, parecía que había una barrera invisible entre ellos, una distancia que ambos deseaban superar pero que no sabían cómo romper.
Finalmente, la necesidad de romper el silencio fue más fuerte. Hoseok dio un paso al frente, sintiendo su corazón en la garganta.
—Ah... ¿Cómo... Cómo has estado, Yoonie? —preguntó, aunque sabía que la respuesta era evidente.
—Bueno, estoy seguro de que los demás te han dicho lo que he pasado; es lo que se espera de una prisión... —sus palabras vinieron acompañadas de una pequeña sonrisa triste, aunque solo trataba de disimular las malas memorias que tenía de ese infierno—. Pero, si soy sincero, he estado atrapado en mis esperanzas todos estos años, Seok. Cada día en ese lugar, sin poder estar cerca de los que amaba.... cerca de ti, era como un día en el que no podía respirar. Te he extrañado más de lo que mis cartas pueden describir, Hoseok, y tenerte hoy, frente a mí, se siente tan irreal que me aterra hacer o decir algo que pueda alejarte otra vez.
La expresión del contrario solo emanaba nervios y vergüenza, provocando que los envolviera un silencio cargado de sentimientos que no se atrevían a expresar por completo. Hoseok quería decirle cuánto lo había necesitado, cuánto lo seguía amado, pero el temor a que todo se desmoronara de nuevo lo mantenía en silencio.
—Sé perfectamente que es difícil para ti volver a mi, o siquiera perdonarme —continuó el pelirrojo, dando un paso hacia adelante en tanto pequeñas lágrimas escapaban de sus ojos—. Pero estoy tan feliz de verte, que no sé si pueda controlarme por más tiempo, Hoseok... Necesito tanto abrazarte...
Su voz se quebró completamente en la última frase, y las manos del castaño picaron, queriendo realmente que se acercara. Sus ojos recorrieron su rostro con nerviosismo, en tanto sus mejillas comenzaban a calentarse.
—Ah... yo... —empezó a balbucear, sin estar muy seguro de qué responder, pero sabiendo perfectamente lo que quería. Suspiró profundamente—. Siento no haberte respondido ninguna carta, hyung... pero no estaba preparado para perdonarte; aún tengo mis dudas. También.... también me dolía escuchar lo mucho que sufrías ahí dentro, y leer tus cartas me hacía llorar todas las noches porque no podía hacer nada al respecto... Todo es tan complicado entre nosotros que, me da rabia sentirme tan impotente...
—Lo sé, amor —se apresuró a responder el pelirrojo, acercándose un poco más—. Sé que aunque queramos, siempre habrá una barrera que nos separe.... Pero haré lo que sea por recuperate. Solo necesito que me confirmes que aún me amas, Seok.
Aquel brillo cristalizado que emanaban sus ojos, acompañado de la suavidad y fragilidad de su voz; comprimieron el corazón del castaño. Su boca quería decirlo, gritarlo si era necesario, pero aún había una duda en su interior que lo estaba martirizando.
—Yo... antes de decir eso... quiero que me digas si, aunque no soy el mismo de antes en muchos aspectos, seguirías pensando en mí como el chico del que te enamoraste —sus palabras, cargadas del temor que lo carcomía por dentro, rasparon su garganta en cada sílaba, provocando que centrara la mirada en el suelo con vergüenza y miedo.
Una leve risa fue desprendida de los labios de Yoongi, como un suave suspiro. Limpió sus propias lágrimas en un rápido movimiento y elevó el rostro del chico al alzar su mentón.
—Seok, mi amor, ¿de verdad crees que te dejaría de amar porque hayas cambiado? —preguntó, a lo que Hoseok simplemente desvío la mirada.
—No lo sé... han pasado tantos años y, hemos cambiado tanto, que temo que no sea lo mismo de antes.... No quiero bajar la guardia para después quedarme sin tí otra vez.
—Hoseok —lo llamó, acunando su rostro con suavidad para que se centrara solo en él—. Te amo, ¿lo oyes? Aunque no seamos los mismos, aunque hayamos pasado tanto tiempo separados, mi corazón sigue siendo solo tuyo, amor —su confesión provocó asombro y felicidad en él, calentando de inmediato sus mejillas y haciendo que pequeñas lágrimas recorrieran las mismas.
—Sé que estás inseguro, lo entiendo perfectamente. Pero mi amor por ti no ha disminuido, al contrario, aumentó hasta el punto de consumir cada fragmento de mis pensamientos —sus dedos comenzaron a moverse, acariciando la suavidad de su piel—. Cada carta que te escribía se llevaba una gota de mi esperanza, de mi profundo amor, y te juro que todo en ellas era verdad. Nuestros recuerdos juntos son lo más hermoso que conservo, y quiero crear muchos más junto a ti, Seok; quiero demostrarte que a pesar de todo puedo hacerte feliz.
Una pequeña sonrisa se dibujó inconscientemente en los labios del castaño, demostrando su alivio e ilusión, su felicidad. Sus palabras desvanecían lentamente sus miedos y preocupaciones respecto a sus sentimientos. Por lo que se permitió acercarse para abrazarlo con fuerza, dejando que sus lágrimas de genuina alegría mojaran la tela que cubría su hombro. Sorprendiendo a Yoongi.
—Tenía... tenía tanto miedo, Yoonie —admitió, entre sollozos, mientras se aferraba a su espalda al apretar su camisa, cerrando los ojos con fuerza al dejar de contener sus emociones—. Pensé que cuando me vieras todo sería diferente... Que ya no me querrías...
Su voz se quebró de inmediato, llena de una mezcla de dolor y felicidad. Yoongi, aunque aturdido, cerró los ojos de igual manera, devolviéndole el abrazo para asegurarse de que el calor de su cuerpo no era parte de su imaginación. Él realmente estaba ahí, y ahora, se estaba desahogando al llorar junto a él.
—Yo también tenía miedo, amor —confesó, acariciando sus cabellos—. Temía que no lograras perdonarme y que no me permitieras verte otra vez... Me dolía tanto pensar que jamás podría tenerte entre mis brazos, que no podía evitar que el llanto que comprimía mi pecho saliera en las noches al abrazarme a esa dura y fría almohada.... Te extrañaba tanto, Seok, pero la culpa no me dejaba hacer más que darte espacio para que me dejaras acercarme.
Ante sus palabras, Hoseok se alejó mínimamente, mirándolo con los ojos enrojecidos, sorbiendo su nariz.
—Yo... Yo empecé a aceptar que realmente no puedo vivir sin ti, Yoonie —musitó, mirándolo directamente, aunque la profundidad de su mirada lo hacía temblar, nervioso—... Realmente no sé por qué no logro olvidarte después de tantos años. Me duele que hayas entrado tan profundo en mi corazón, que ahora me estoy enfrentando a mi propia conciencia al estar aquí y decirte todo esto...
Yoongi deslizó sus manos por sus brazos, pasando su cuello hasta llegar a su rostro con suavidad, divisando las lágrimas que corrían por sus sonrojadas mejillas mientras las limpiaba con delicadeza.
—Eso... ¿Eso quiere decir que de verdad me sigues amando, Seok? ¿Que me perdonas? —preguntó con ilusión, sonriendo. El contrario cerró los ojos y asintió levemente, acercando su frente a la contraria para juntarlas; a pesar de la diferencia de altura.
—Después de todo, aunque no quiera decirlo en voz alta, no puedo verte como el causante de su muerte —confesó, dirigiendo sus ojos hacia los suyos—. No puedo odiarte, Yoonie, te amo tanto que me duele hasta admitirlo.
Su voz se volvió un susurro suave que emocionó el corazón del pelirrojo, provocando que sonriera con felicidad y alivio.
—Gracias... te agradezco tanto que aún me ames, Seok... —sus dedos volvieron a acariciar sus mejillas, y el brillo en sus ojos lo animaba a continuar, a acercarse—. Gracias por volver a confiar en mi, mi amor. Te prometo hacer todo lo que me pidas para compensar mis errores...
En tanto hablaba, acortaba aún más la distancia entre ellos, queriendo acercarse hasta el punto en que sus respiraciones se fundían, manteniendo el toque en sus mejillas al dirigir su mirada llena de amor hacia sus labios.
—Solo quiero pedirte algo ahora que finalmente nos vemos, Seok —el mencionado lo miró con curiosidad, esperando con interés lo que diría—. ¿Me dejarías besarte, amor...? —susurró, observando con una sonrisa el sonrojo que lo atacó junto a la sorpresa en sus ojos. El castaño, con el corazón acelerado, asintió lentamente, autorizandolo.
Yoongi, al ver cómo el contrario cerraba los ojos para esperar el contacto, sonrió con ternura antes de acercarse y, como tanto tiempo había esperado, besarlo.
El beso comenzó con suavidad, como si ambos estuvieran temerosos de romper aquel delicado roce. Los labios de Yoongi se encontraron con los de Hoseok con una ternura que hacía tiempo no experimentaban. Era un toque ligero, pero suficiente para encender una chispa que se había mantenido en lo profundo de sus corazones. Hoseok sentía que solo existían ellos dos, atrapados en ese momento que había sido anhelado por ambos durante tanto tiempo.
A medida que sus labios se movían en perfecta sincronía, la tensión acumulada entre ellos se disipó. Era un beso lleno de promesas; cada toque de sus labios decía lo que sus palabras no podían. Yoongi, sintiendo la calidez del cuerpo de Hoseok contra el suyo, se dejó llevar por sus emociones desbordantes de amor, de arrepentimiento, de añoranza y, sobre todo, de esperanza.
Hoseok también se dejó llevar por los de sentimientos que lo envolvían, intentando aferrarse a cada sensación, a cada latido. Era como si el beso fuera un bálsamo que curaba las heridas abiertas de su corazón. Se sintió amado, querido, y por primera vez en mucho tiempo, sintió que todo iba a estar bien.
—No vuelvas a dejarme, Yoonie... Por favor no me abandones —susurró Hoseok sobre sus labios, su voz resonando con suavidad en los oídos contrarios.
El pelirrojo asintió con una sonrisa, volviendo a atrapar sus labios. Ahora sus manos, que habían estado acariciando su rostro, se deslizaron hacia su cintura, atrayéndolo hacia él, como si su amor anhelara fusionarse en uno solo. El castaño, sintiendo la fuerza de su abrazo, se rindió por completo a la experiencia, dejando que su corazón hablara en lugar de su mente.
—Prometido —susurró en respuesta Yoongi entre pequeños besos, su voz reflejando cierta agitación—. Te prometo que nunca más te dejaré ir, amor.
Hoseok, sintiéndose cada vez más envuelto en la calidez de sus palabras, sonrió contra sus labios.
—De verdad es todo lo que necesito —respondió, su voz apenas un murmullo. Era como si el tiempo se hubiera detenido, dándoles el espacio necesario para sanar y reconstruir lo que había estado roto.
Se separaron un poco, sus frentes aún unidas, respirando entrecortadamente mientras sus ojos se encontraban, reflejando el amor y la vulnerabilidad que compartían.
—Ah... Yoon, tengo algo más que decirte —dijo con suavidad, escondiendo el temor que sentía en su interior por la reacción que tendría al escucharlo.
—Puedes decirme cualquier cosa, amor. Sabes que adoro escucharte —recordó, sonriéndole, acto que le dio el valor para continuar luego de suspirar.
—Mi madre quiere que te lleve a verla, Yoonie... —soltó finalmente, sorprendiendo al pelirrojo, quien no supo cómo responder exactamente.
Yeonjoo se encontraba terminando de limpiar y cambiar las flores de la lápida blanca que cubría a los restos de su marido. Cada mes se tomaba el tiempo de ir para hablar con él, organizando aquel espacio en el que descansaba en el proceso.
—Listo, ya está como nuevo —dijo, orgullosa de haber terminado y del brillante resultado, aunque su mirada emanaba cierta tristeza al centrarse en el nombre grabado frente a ella—. A decir verdad, vine a pedirte algún consejo, cariño.
Su voz se transformó en un susurro suave cuando se acomodó a su lado, acariciando el frío mármol con delicadeza, casi perdida en su textura.
—Hoy nuestro bebé se encontrará con ese chico, ¿sabes? Y no estoy segura de cómo irán las cosas cuando se vean —desprendió un suspiro cargado de preocupación en tanto sus ojos se cristalizaban—. Le dije que vinieran a verme si lograban entenderse.... ¿Qué le diré? Bueno, posiblemente le haga preguntas respecto a mis temores, o tal vez lo interrogue por sus sentimientos hacia nuestro hijo... La verdad no lo sé...
Las lágrimas que contuvo, se deslizaron suavemente por sus mejillas hasta chocar con el mármol, desbordando sus inseguridades y miedos, su profunda preocupación y culpa.
—De lo único que estoy segura es que... no quiero verlo sufrir, Tae —admitió, entre sollozos—. Juntos prometimos que lo cuidaríamos y protegeríamos de todo, porque era nuestro único hijo... Que haríamos lo posible para que estuviera rodeado de personas buenas y pudiera ser feliz... Pero hemos pasado por tantas cosas.... hemos perdido tanto que... no sé si pueda continuar por mi cuenta... Es demasiado para mí.
Llevó ambas manos a su rostro, ahogando su intenso llanto, dejando que todo saliera en ese momento. Se sentía tan frustrada y dolida, que se encontraba perdida entre sus pensamientos y sentimientos; todo estaba revuelto en su interior. Cada versión de los hechos que conocía tenía como única opción sanar y, posteriormente, aceptar la realidad. Ella estaba intentando con todas sus fuerzas comprender a los demás, por difícil que le pareciera.
Segundos después, limpió sus lágrimas y sorbió su nariz, intentando calmarse.
—No sabes cuánto te necesito, cariño... Tú siempre supiste cómo tratar con los problemas de la familia; tú eras él único que me hacía entrar en razón y comprendía a profundidad la mente de Hoseok... —su voz se quebraba en cada sílaba pronunciada, comprimiendo con fuerza su pecho en tanto volvían a aparecer esas desgarradoras lágrimas—. ¿Crees que hice lo correcto...? ¿Realmente debí confiar en ese chico después de lo que hizo...? Moriría por escuchar una respuesta de tus labios, Tae... Al menos me gustaría oír tu voz diciéndome que estoy haciéndolo bien...
Su llanto y palabras fueron interrumpidas por la vibración de su teléfono en señal de una llamada. Secándose las lágrimas, alcanzó su bolso para tomar el aparato y contestar.
—Dime, cariño —empezó, intentando que su voz no se viera afectada por su reciente llanto, queriendo calmarse y que su hijo no lo notara.
—Ma... ¿aún no has vuelto? —preguntó Hoseok, con timidez.
—Aún estoy fuera, Seok —respondió, lo más serena posible—. ¿Qué sucede?
—Bueno, solo quería avisarte que estoy de camino a casa... con Yoongi —su tono, temeroso, le devolvió la seriedad al rostro de la mujer, otorgándole un ligero nerviosismo a su cuerpo.
—Está bien, cariño. Iré enseguida, ustedes esperenme ahí, ¿de acuerdo?
—Está bien, ma.... Nos vemos luego —dijo con suavidad, para luego colgar.
Yeonjoo dejó su teléfono a un lado y volvió a acariciar la lápida, deslizando los dedos por el nombre de su esposo.
—Creo que es hora de irme, Tae —dijo con pesar, sonriendo débilmente—. Vendré otro día a verte, amor. Y aunque aún temo por nuestro bebé, prometo hacer lo que pueda para que sea feliz.
Dirigió dos de sus dedos a sus labios, para luego acercarlos a su posición anterior, como si realmente ese pequeño "beso" pudiera ser recibido por el dueño de su corazón.
—Te amo... —susurró, levantándose para tomar sus cosas y, encaminarse hasta su auto.
En el transcurso de su camino, su mente no paró de darle vueltas a la situación que enfrentaría una vez estuviera en su hogar. Su reacción y lo que diría aún no estaban del todo claras, pero dejaría que sus miedos hablaran una vez más para darle respuesta a sus dudas.
Comenzaba a atardecer y el auto de la mujer se detuvo frente a su hogar. Salió del vehículo nerviosa e impaciente, para luego acercarse a la puerta principal y, después de un largo suspiro, la abrió.
La sala estaba inmersa en un denso silencio que la intrigó, provocando que se preguntara dónde podrían estar esos dos. Dejó su bolso donde siempre junto a sus llaves y zapatos, para escanear el lugar detenidamente con la mirada. En un momento, se adentró al comedor, el cual estaba conectado estrechamente con la cocina, y la imagen frente a ella la desconcertó: Yoongi se encontraba cocinando, con delantal incluído, mientras Hoseok ponía la mesa con dedicación.
Estaban tan centrados en cubrir cada detalle de su labor, que no se dieron cuenta de quién los estaba observando. Al ambos notar finalmente su presencia y expresión de sorpresa, dejaron de lado lo que hacían para acercarse lentamente hasta su posición.
—Bienvenida... mamá —empezó Hoseok.
La mujer lo miró con asombro para después posar su mirada en Yoongi, quien se inclinó levemente ante ella.
—Buenas noches, señora Kim, permítame presentarme formalmente —dijo el pelirrojo, también nervioso y avergonzado, sin poder mirarla a los ojos—. Soy Min Yoongi, hijo único de la familia Min y... vine a... buscar su aprobación...
—¿Ustedes hicieron todo esto? —lo interrumpió, señalando a la mesa llena de sus platillos favoritos y los de Hoseok.
—Ah... sí... —respondió el chico, temblando ante la autoridad que emanaba su voz.
—Como empezaba a anochecer, quisimos preparar la cena, ma —intervino Hoseok, con aparente tranquilidad—. Además, sabíamos que nuestra conversación iba a ser larga, por eso nos apresuramos para terminar antes de que llegaras.
—No debieron hacer tanto —dijo ella, suspirando, esbozando una leve sonrisa al mirar la mesa tan concurrida—. Me imagino que estuvieron muy ocupados desde que llegaron.
—No es nada, señora —se apresuró a responder Yoongi—. No nos molesta hacerlo...
Ella lo miró en silencio por unos segundos, luego de sentarse en una de las sillas de la mesa. Recordaba vagamente cómo lucía la primera vez que lo vió en el juicio, pero su aspecto y comportamiento eran diferentes ahora. En ese momento, solo podía sentir odio y rabia hacia él, siéndole imposible verlo como el hombre que su hijo amaba. Pero ahora, al verlo tan demacrado y nervioso, solo podía sentir pena y, tristeza.
Movió sutilmente la cabeza para volver a aquel momento en la mesa.
—¿Pueden sentarse un momento? —les habló a ambos, observando cómo estos se miraron cortamente y asintieron.
Yoongi se apresuró a sacar lo que tenía en el fuego para sentarse junto a Hoseok, frente a Yeonjoo. La tensión en sus cuerpos los hacía temblar por la situación, mucho más al pelirrojo. Este solo podía pensar en lo que la mujer diría, sintiéndose intimidado por la intensidad y neutralidad de su mirada. Sin embargo, se relajó mínimamente al sentir cómo el castaño entrelazaba sus manos por debajo de la mesa, intentando darle algo de seguridad.
—Deben tener claro lo que pienso de su relación, ¿no? —empezó ella, viéndolos asentir nuevamente—. Sinceramente, no confío en tí, Yoongi. A pesar de que entiendo tu papel en la muerte de mi esposo y lo mucho que mi hijo te ama, sigue sin gustarme la idea de que estén juntos.
—Mamá...
—Pero estoy haciendo un esfuerzo inmenso para darte un voto de confianza —lo interrumpió, su voz entrecortandose levemente—. Lo hago por Hoseok. No quiero verlo sufrir por tí y mucho menos quiero ser yo la que se interponga en su felicidad... Créeme que es muy difícil aceptarlo.... pero no puedo cambiar sus sentimientos ni borrar su memoria. Así que debes demostrarme que no lastimarás a mi hijo, Yoongi.
—¡No lo haré! —respondió con rapidez, sobresaltandolos a ambos—. Nunca lastimaría a Hoseok. Lo... lo que sucedió es algo que me ha torturado todos estos años, haciéndome sentir como la peor persona en este mundo, pero no puedo hacer más que disculparme y arrepentirme cada día ante a ustedes... Sé que eso no lo compensa, nada de lo que haga podrá quitarme la culpabilidad. Pero realmente amo a Hoseok... y lo he esperado todo este tiempo con la esperanza de que volviera aceptarme, de que me perdonara... —dijo, sintiendo como sus ojos se cristalizaban con cada palabra y su garganta se apretaba—. Estoy consciente de lo que usted piensa de mí.... y la entiendo. Sé que no debo ser egoísta al pedirle que me deje estar con Hoseok, pero me gustaría que me dejara intentarlo.... Solo quiero hacerlo feliz.
Afianzó más el agarre entre sus manos al mirarlo en la última frase, mientras sus lágrimas recorrían sus mejillas.
—He cometido muchos errores, y lo acepto —continuó, volviendo a centrarse en ella—. No le pido que me perdone porque es algo imposible. Pero me gustaría que me diera la oportunidad de demostrarle que no soy una mala persona... que no pretendo lastimar a nadie más en su familia... por favor...
Sus palabras la dejaron pensativa y, la mirada cristalizada de su hijo, le comprimió de tal manera el pecho que juraría que iba a llorar en cualquier momento.
—De acuerdo... —musitó, cerrando los ojos con fuerza—. Dejaré que lo hagas feliz, Yoongi.... Por favor proteje a mi bebé...
Sus propias palabras la hicieron estallar en llanto, y por la felicidad de su aprobación, Hoseok se acercó rápidamente a abrazarla, llorando junto a ella.
—Muchas gracias, mamá... —dijo entre sollozos, acariciando su cabello mientras esta se deshacía en lágrimas—. Muchas gracias por confiar en nosotros.... de verdad...
Horas después, Hoseok se encontraba saliendo del baño luego de darse una larga ducha, mientras que Yoongi se encontraba durmiendo en su cama, vistiendo un pijama rosa que le pertenecía al castaño.
Presenciar esa escena de él, descansando plácidamente entre sus sábanas, con una expresión relajada y el cabello desordenado, le dio un ataque de ternura mientras se acercaba a su lado con una gran sonrisa en su rostro. Al estar al borde de la cama, se agachó a su altura para mirarlo con detenimiento, acercando sus dedos a su rostro para separar algunos de los mechones de su cabello y delinear su rostro.
—Te sientes tan irreal, Yoonie... —musitó, dejando un pequeño beso en su frente—... No eres el único al que le gusta admirar al otro, ¿sabes?
Rió levemente al recordar las tantas veces que el pelirrojo lo observaba a detalle, siempre con una sonrisa en sus labios. Poco a poco, este empezó a removerse en su lugar, abriendo los ojos de apoco.
—¿Amor..? —murmuró, adormilado—. ¿Qué haces ahí, eh? —estiró sus brazos en su dirección, invitándolo a acercarse—. Ven, vamos a dormir.
Este, ampliando su sonrisa, asintió con rapidez para acercarse y acurrucarse en su pecho, aspirando el olor de su cuello mientras Yoongi acariciaba sus cabellos con los ojos cerrados.
—Me sorprendió mucho que tu madre dejara que me quedara, ¿sabes? —comentó, bostezando poco después—. Pero me alegra que poco a poco confíe en mí; extrañaba tanto tenerte entre mis brazos que me siento en un sueño ahora mismo.
Sus palabras enrojecieron sus mejillas, dándole un leve cosquilleo a su estómago.
—Yo también estoy sorprendido —respondió Hoseok, aferrándose más a su cuerpo—. Comprendo lo difícil que debe ser para ella aceptar mi decisión, pero admiro la fuerza que tiene para abrirse lentamente. En realidad nunca quise lastimarla, Yoonie, solo quería una oportunidad.
—Lo sé, amor. Todos en algún momento buscamos el perdón o la aprobación de alguien para darnos seguridad y confianza. Es normal sentir miedo a lo que nuestras decisiones puedan provocar, pero mientras estemos con las personas que amamos, todo saldrá bien.
Dejó un pequeño beso en la coronilla de su cabeza.
—Recuerda que, pase lo que pase, siempre estaré aquí para tí, mi amor. Aunque nadie crea en lo que siento, solo necesito que tú corazón sienta la sinceridad de mi amor —apartó suavemente su cuerpo, buscando el mentón del castaño—. Te amo con todo mi ser, Hoseok.
En respuesta, este sonrió.
—Yo también te amo, Yoonie —con ese susurro, se acercó para unir sus labios con los del pelirrojo, reforzando una promesa de un futuro juntos, poniéndole un sello a ese amor incondicional.
Dejando en claro que nada ni nadie podrían acabar con lo que sentían, con la unión de sus almas fundidas en la profundidad de sus vidas.
🤧¡¡Llegamos al final people!! 🤧
Finalmente logré darle un final a esta historia que me ha tenido en una montaña rusa llena de llanto, sufrimiento y amor.
Ha sido mi historia más larga hasta ahora, pero la he adorado. Sé que han pasado por muchas cosas en la misma que son difíciles de aceptar, pero siempre busco que mis protagonistas tengan un final feliz.
Por eso, si no te gustó cómo acabó, estás en todo tu derecho (Aunque les pido de favor que se guarden esa opinión y no comenten nada malo de ella). Porque, como es mi creación, va ha tener este final y el Yoonseok va vivir por muuuucho tiempo juntos. 😌
Así que, para los que la disfrutaron tanto como yo, tengo pensado hacer un epílogo más adelante. Por lo que les pido que si tienen curiosidad, estén pendientes.
¡¡Muchas gracias por leerme people!!
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