💔16💔
En la mente de Yoongi, solo rondaba una simple y a la vez complicada pregunta:
¿Por qué Hoseok no regresó?
Esa incertidumbre lo torturaba y fue lo que lo mantuvo despierto toda noche. Cuando finalmente se armó de valor para preguntarle a Namjoon, este solo le respondió que Hoseok había ido a ver a su madre. Eso no le dio consuelo, así que decidió llamarlo, pero colgó a los segundos, recordando que podría ser un tema importante y que su llamada no sería bien recibida. Así que, como siempre, se quedó atrapado en la espera.
Aunque se estaba hartando de ser el que siempre esperaba, de ser ignorado por él debido a un problema que no les incumbía realmente, del que él no tuvo la culpa. Le dolía quedarse ahí, esperando y preguntándose por qué Hoseok había desaparecido. Pero no tenía más opción que aguardar.
Sin embargo, esa mañana, decidió enviarle un mensaje.
Yoongi:
Seok, ¿cómo estás, pequeño? ¿Sucedió algo grave y por eso no pudiste volver?
Si hay algo que pueda hacer, por favor llámame. En serio estoy preocupado por ti.
No hubo respuesta inmediata y tampoco lo había leído, así que decidió darse una ducha, tratando de dar tiempo a que respondiera. En el momento en que el agua empezó a recorrer su cuerpo, su mente solo se centró en Hoseok, otra vez. Seguía temiendo que lo que sucedía entre sus amigos afectara su relación, que recién había comenzado.
Él no quería eso. Y solo esperaba que su pequeño no se opusiera a que Jungkook tratara de arreglar las cosas; como ya estaba haciendo, porque sabía que se volvería un gran problema para todos.
No quería creer que podía llegar a perderlo...
Después de terminar de vestirse, volvió a tomar su teléfono con la esperanza de ver una respuesta. Pero no recibió nada. Intentó llamarlo muchas veces, pero de igual manera no respondió, y eso ya lo estaba preocupando.
Pero casi dos horas después, en medio de todo aquel caos mental al que se estaba sometiendo por la preocupación, una vibración en su celular lo alertó, y enseguida abrió el mensaje. Sin embargo, no era de quién esperaba, pero su reacción mostró que era sobre Hoseok.
Sr. Nam:
Yoongi, Hoseok acaba de decirme que viene en camino.
En ese momento exacto, sintió a su corazón se detenerse y a el aire acumulado en sus pulmones desvanecerse.
Por eso, sin pensarlo dos veces, y sin responderle a Namjoon, se dispuso a ir a buscarlo a su casa con la esperanza de verlo bien, de abrazarlo y no separarse de él por mucho tiempo. Pero en cuanto abrió la puerta, esta golpeó fuertemente la cara de alguien.
—¡Mierda! —gritó Jin, sosteniendo su nariz.
En segundos el pelirrojo se acercó a él.
—¿¡Pero qué hacías ahí!? —le preguntó, alzando su cabeza para evitar que la sangre saliera.
—Maldito infeliz. ¿¡Ni siquiera vas a disculparte!? —le gritó, provocando que la sangre corriera hasta su boca—. Dios, ahora a parte del resfriado tengo una hemorragia nasal, genial.
Soltó con ironía.
—¿Aún te sientes mal? —interrogó, mientras tomaba algunas servilletas para entregárselas, guiándolo al mismo tiempo hasta la silla de su escritorio.
—Bueno, después de que me dejaras caer a esa agua helada, no pensarás que me mejoraré en cuestión de segundos, ¿¡cierto!? —le dijo, a lo que Yoongi rodó los ojos con fastidio—. Lo único bueno de esto, fue que Nam se preocupó por mí y que pude comprobar por muy buena fuente que sí siente algo por mí.
El contrario soltó un suspiro, mientras negaba.
—En serio no sé por qué sigues con esa estúpida idea de cogerte a Kim Namjoon, Seokjin —le reprochó, sin poder creer en su insistencia; y como ya de por sí se encontraba algo estresado, lidiar con los caprichos de su amigo no estaba en sus planes—. ¿Sabes qué? No me quedaré aquí para escucharte.
Y sin más, salió de la habitación, dejando confundido al castaño que sostenía la servilleta en su nariz.
—¿Y a este qué le dio ahora? —murmuró, viendo aún la puerta.
Yoongi se apresuró a tomar las llaves del auto para ir en busca de Hoseok. Sentía un ligero miedo, acompañado de un mal presentimiento. No sabía por qué no contestaba a sus llamadas ni a sus mensajes, ni la razón por la que le avisó a su tío que vendría y a él no, pero conociéndolo, no sería nada bueno.
Apenas llegó al vehículo, insertó las llaves para arrancarlo, sin embargo, este no lo hizo.
—No, no, no, ¡por favor arranca! ¡Por favor! ¡Maldita sea! —golpeó el timón con todas sus fuerzas al ver que no se movía hacia ningún lado, hundiendo la cabeza entre sus brazos poco después.
Se sentía completamente abrumado y preocupado, y en ese momento, miles de inseguridades comenzaron a atacarlo.
¿Y si la razón de todo es que ya no siente nada por él y quiere dejarlo...?
Si era así, ¿cómo continuaría?
¿Volvería a quedarse solo...?
Entre aquellos pensamientos, que dieron paso a que pequeñas lágrimas salieran, una nueva vibración de su celular en el bolsillo derecho lo hizo reaccionar. Yoongi, casi de inmediato, secó las minúsculas gotas en sus mejillas y tomó el aparato con desesperación, esperando ver su nombre en la pantalla. Pero no era él.
—¿Qué sucede ahora, papá? —preguntó con desilusión, masajeando el puente de su nariz.
—Que bueno que te dignas a contestarme. ¿Sabes cuántos días llevo tratando de hablar contigo? —le reprochó con seriedad.
—Perdón, hace poco tuve que cambiar de número porque mi celular murió. Pero, ¿qué sucede? —escuchó al hombre desprender un leve suspiro.
—Tenemos que hablar de algo, Yoongi, y es urgente.
—Por favor, solo dímelo. No tengo cabeza para pensar en otra cosa que no sea Ho.... —se obligó a callar antes de decidir el nombre completo, pero al parecer, su padre lo sabía, ya que se formó un breve silencio.
—Precisamente, quiero hablar de ese chico. Te esperaré en la entrada, no quiero que tu tía me vea y haga preguntas —sin más, colgó.
Ahora también tenía que lidiar con su padre, y solo esperaba que no viniera a darle esa charla que todos se empeñaban en recordarle. Sin tener más opción, salió del auto en busca de la furgoneta negra que lo esperaba a unos metros de la entrada de la casa, para luego entrar en ella, encontrándose con el hombre que en segundos le daría un gran sermón, otra vez.
—Si puedes resumir lo que dirás me vendría muy bien, papá —dijo recostando todo el peso de su cuerpo en el asiento, sin mirarlo.
—Jisoo me habló de que habías encontrado a un chico muy parecido a Hoseok. Y te confieso que no lo creí hasta que lo ví con mis propios ojos —empezó, exasperando a Yoongi, quien solo quería buscarlo y no tener que estar ahí con él—. Pero no vengo a hablarte de tu relación con él, ya interferí una vez en tu felicidad y no lo volveré a hacer.
El pelirrojo dirigió lentamente la mirada hasta su padre, sorprendido por lo que había dicho, pero a la vez, aliviado.
—Entonces, ¿cuál es el asunto urgente? —preguntó con cuidado, ya que al ver la expresión en su rostro, percibió que se trataba de algo realmente serio.
De una carpeta negra, el mayor sacó una fotografía, la cual le entregó. En esta se encontraba el rostro de un hombre castaño, de tez blanca y ojos negros, el cual no aparentaba más de cuarenta años. Él estaba confundido, ya que no sabía quién era ese hombre ni por qué su padre se lo mostraba.
—¿Quién es él? —preguntó, señalándolo.
—Ese hombre, es Kim Taehyung, él era uno de los mejores abogados de Seúl, y junto a su esposa dirigían un prestigioso bufete de abogados —le explicó con neutralidad—. Pero lo que nos importa, es que es la persona que arrollaste esa noche.
La respiración de Yoongi se cortó por segundos al escuchar esa información. Sus ojos se engrandecieron, mientras que sus párpados se descontrolaron por los nervios y su mirada se detuvo en el rostro que se mostraba en la fotografía. Esa noche, no se atrevió a ver el rostro de aquel hombre que lastimó; principalmente por miedo.
Pero verlo, saber que tenía esposa y una buena vida, lo hizo sentir aún peor. Y ahora tenía su rostro grabado para que nunca se le olvidara.
—Él.... Él...
—Sé que es duro, hijo, pero tenía que decírtelo —llevó la mano a su hombro, dando pequeños apretones en este para que lograra mirarlo—. Y hay otra cosa que tienes que saber.
Yoongi lo miraba como queriendo no escuchar nada más; ya tenía suficiente cargo de conciencia. Pero su padre no se iba a callar.
—Me tomé la libertad de investigarlo a él y a su familia después de que lo lleváramos lejos. Y por lo que descubrí, tuvo un gran problema con un cliente que en realidad era el culpable del caso y quería su defensa. Sin embargo, él era fiel a sus principios y creía firmemente en la justicia, así que buscó las pruebas y secretamente lo entregó. Debido a esto, apenas salió de la cárcel hace unos meses y averiguó quién lo había traicionado, empezó a buscarlo para vengarse. Y ese día del accidente, Taehyung se había escapado de dónde lo tenían encerrado; lo estaban torturando, por eso el impacto del auto fue lo que terminó por quitarle la vida.
Mientras más oía, más culpable se sentía. A pesar de todo lo que le contó, su mente solo quedó con el hecho de que él terminó con su vida.
—No quiero escuchar más —dejó la foto caer al suelo y se propuso salir de aquel auto donde el aire se hacía cada vez más denso. Pero al abrirse la puerta, una simple frase lo hizo detenerse.
—¡Hoseok es su hijo! —soltó, dejando su cuerpo estático, provocándole un fuerte dolor en el pecho que hizo que sus ojos se cristalizaran en instantes.
Yoongi volvió a verlo, fijamente.
—¿Qué? —musitó.
—Ese chico idéntico a Hoseok que encontraste, ese que se llama Kim Hoseok, es el hijo de Taehyung —le confesó con claridad, y pudo jurar que escuchó su corazón romperse en miles de trocitos.
—No.... No, me estás mintiendo, ¿no? —se negaba a creer—. Quieres que me aleje de él porque piensas que estoy confundido y por eso me mientes, ¿¡verdad!?
Sus lágrimas no paraban de brotar.
—Nunca mentiría con algo así. ¿Crees que no quiero verte feliz?
—¡Pero eso no puede ser cierto! —gritó, desgarrándose por dentro. Llevó ambas manos a su rostro, tratando de cubrirse de la realidad y de ahogar su llanto—. Si lo es entonces yo.... no puedo estar con él. Apenas se entere de que le quité a su padre va a odiarme con todas sus fuerzas, y no quiero eso.
El mayor al verlo así por segunda vez, intentó acercarse, pero se detuvo a sí mismo y continuó.
—Hijo, estoy seguro de que debes estar sufriendo mucho en este momento y no sabes que hacer. Pero si en verdad lo quieres, tendrás que decirle la verdad tarde o temprano, para después buscar su perdón —en su cabeza empezó a rondar nuevamente la idea de perderlo, de dejar atrás los planes que tenía para su relación, de alejarse de su nuevo amor por un maldito error que cometió.
—No.... No puedo perderlo —lo miró por segundos—. No puedo dejarlo ir así.
—Entonces, ¿piensas que engañarlo es la mejor opción? —eso tampoco lo quería, engañar a Hoseok, a su pequeño, es lo único que nunca le haría.
—Yo.... necesito salir —pronunció, antes de alejarse apresuradamente del auto, sin escuchar las palabras de su padre para que se quedara.
Su cabeza estaba explotando. Todas las palabras de su padre retumbaban en sus oídos una y otra vez.
Ese hombre, es Kim Taehyung...
Junto a su esposa dirigían un prestigioso bufete de abogados....
Es la persona que arrollaste esa noche....
Lo estaban torturando, por eso el impacto del auto fue lo que terminó por quitarle la vida...
Hoseok es su hijo...
No podía aceptar el hecho de romperle el corazón a Seok, pero tampoco quería continuar como si nada pasara, eso sería mucho más doloroso. Estaba mal, en todos los sentidos, así que aunque le doliera en el alma, debía decirle la verdad.
Su teléfono volvió a vibrar en su bolsillo, devolviéndolo al momento en que se sentó en el banco que se encontraba en el jardín. En segundos, sus manos comenzaron a temblarle cuando vió aquel nombre en la pantalla, ese que esperó durante días y ahora le aterraba el hecho de escuchar su voz y no poder responderle, pero a pesar de tener los sentimientos revueltos, contestó.
—¿Ho... Hoseok?
—Hyung.... ¿Puedes venir a verme? —le pidió entre sollozos—. Por favor, de verdad te necesito.
Esa frágil voz comprimió su pecho de tal manera, que en seguida supo que su mal presentimiento no era cosa de su imaginación; algo malo pasó, y solo habían dos opciones.
O tenía que ver con Jimin.
O ya se enteró de lo de su padre.
—Dime dónde estás...
Diosito, en serio creo que tendré que cambiarle el nombre. En vez de "Siénteme" tendré que ponerle "Perdóname"🥲
Mira que me gusta sufrir 😭
Pero bueno...
¡Muchas gracias por leer!
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