Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❤️14💔

En realidad, sin sus niños revoltosos cerca, Namjoon no tenía ganas de nada. Pasaba el tiempo en el taller, y cada una hora exacta los llamaba para saber cómo se encontraban.

-Tío Nam, no tienes que llamarnos tan seguido, ¿sabes? Ya te dije que estamos bien y que pronto volveremos -le aseguró Hoseok, tratando de calmarlo; sabía que estaba nervioso y preocupado.

-Pero, ¿cuántos días son ese "pronto"? Hace mucho que no los veo y no me siento tranquilo con eso -hizo una breve pausa, replanteándose si mencionar al pelirrojo sería una buena idea-. Hasta Yoongi está preocupado por ustedes.

Ahora el otro lado de la línea se quedó en silencio.

-Él..... ¿cómo está? -preguntó en voz baja.

-Igual que yo. Ambos estamos esperando a que vuelvan sanos y salvos. Pero si te comunicaras más con él, sería bueno; se nota lo mucho que te extraña solo con ver su rostro.

-Entiendo cómo se siente, pero presiento que si lo llamo mientras estoy aquí, me pedirá que vuelva y..... No quiero tener una pelea con él por este asunto -Hoseok sabía que su manera de proteger a Jimin era.... un poco excesiva, pero desde que lo vio en el suelo del baño aquella vez, con una mancha de sangre que no paraba de crecer a su lado, pensaba que debía protegerlo de todo, sin darse cuenta de que él podría hacerlo solo.

-No vas a conseguir nada bueno si se siguen escondiendo, Seok. No puedes evadir este tema por siempre; debes dejar que Jimin lo resuelva, y tú solo puedes apoyarlo -le aconsejó, esperando que eso lo convenciera.

-Yo.... Trataré de ir pronto. Adiós, tío.

-No, espe... -ya había colgado-. Ay, Hoseok.

Llevó una manos a su cabello, llevándolo hacia atrás; en serio le estresaba esta situación. Pero para no seguir pensando en eso, decidió salir a correr un rato; ya había terminado su trabajo, así que quedarse en casa, solo, no era una opción.

Dio varias vueltas, una y otra vez, escuchando música a través de sus auriculares. Se relajó, por no decir que se cansó. Pero mientras regresaba, vio la camioneta de la tía de Yoongi; estaba estacionada frente al mercado, así que decidió acercarse.

-Aún nos queda mucho, Yoongi -empezó Jisoo, algo estresada-. Necesitamos trasladar todo hoy, pero solo contigo y con Bohyun no podremos hacerlo antes de que anochezca.

-Cariño -la llamó su esposo, Ahn Bohyun-, creo que sí podríamos hacerlo entre ambos. Sé que es el pedido más grande que hemos tenido, pero verás que lo lograremos.

-Amor, ¿no recuerdas lo que le sucedió a tu pierna? No puedes caminar correctamente por ese accidente -se acercó a él para acariciar su mejilla-. No quiero que te fuerces y termines lastimándote.

Y no sería bueno que algo así sucediera. Hace unos años, Bohyun tuvo un pequeño accidente con su motocicleta, y esta había caído sobre su pierna derecha, provocándole una fractura algo grave, la cual ahora no le permitía caminar con normalidad. Por ende, ella tenía razón; no podrían hacerlo solos.

-Ah, disculpen que interrumpa -intervino Nam en el silencio-. Yo podría ayudar si no les importa; de cualquier manera no tengo nada que hacer ahora.

-Oh, no, señor Kim -negó Jisoo con vergüenza-. No tiene que molestarse; nosotros encontraremos una forma de arreglárnoslas. Muchas gracias por ofrecerse.

-En serio, no tengo nada que hacer, y realmente no me molesta -insistió, acercándose un poco más-. Además, Yoongi es el novio de mi sobrino, así que somos como familia. Por favor, déjeme ayudarles.

-Ah.... en ese caso, se lo agradezco mucho, señor Kim -aceptó Jisoo su ayuda con una sonrisa, y él devolvió la expresión-. Será mejor que nos apuremos entonces.

-De acuerdo.

Todos subieron a la camioneta en dirección a la casa. Apenas llegaron, comenzaron a cargar las cajas que faltaban para la segunda entrega; aún quedaban tres más. Por eso, Jisoo le pidió a Nam que llamara a Yoongi para que los acompañara, mientras que él se quedaría acomodando y sacando las cajas del invernadero.

-Yoongi, tu tía... -cuando se le acercó, su mirada se dirigió inconscientemente hacia el chico en el sofá; su rostro estaba algo pálido, y su nariz y labios estaban ligeramente rosados. Se percató del pañuelo húmedo y de la sopa, así que dedujo-. ¿Jin? ¿Estás enfermo?

Se acercó a paso lento.

-Es por lo del puente, ¿cierto? -probó a decir y acertó. Cuando estuvo a una corta distancia de él, tomó su mentón con suavidad para revisar cada rincón de su rostro-. ¿Ya tomaste alguna medicina? ¿Jarabe? ¿Té? ¿Pastillas?

El castaño asintió lentamente, sorprendido porque ahora lo tenía ahí en frente, preocupado por él; ya estaba alcanzando su victoria. Aunque Yoongi estaba igual de sorprendido por su actitud, no pudo quedarse por mucho tiempo, ya que su tía lo seguía llamando, así que tuvo que irse con ellos.

-Estás.... preocupado por mí, ¿no es así? -dijo con una leve sonrisa, que fue sustituida por un estornudo que logró desprender en uno de los pañuelos desechables que estaban a su lado.

Namjoon reaccionó en ese momento.

-Ah... Solo quería decir que.... que te lo advertí -se sentó en el sillón a su lado, relajándose-. Si te hubieras cambiado como te dije, no estarías así de mal ahora.

-Entonces, ¿viniste hasta aquí, con la excusa de ayudar a la tía para sermonearme? -preguntó, con lentitud.

-¿Qué? No fue una excusa. Me los encontré por casualidad, así que pensé en ayudarlos. No sabía que estabas enfermo -escucharlo hizo que soltase un bufido, y poco después lo empujó mínimamente para sacarlo de su lado y así volver a cubrirse con la manta.

-¡Oye...!

-Eres un idiota -murmuró en voz baja-. Yo solo intento acercarme a ti y tú.... eres una maldita piedra.

No sabía por qué, pero escuchar su voz así, suave, casi inaudible por la colcha que cubría su boca, lo hizo reír; por no decir que le dio ternura. Namjoon se levantó y se colocó en cuclillas frente a su rostro.

-No soy de piedra, Jin, aunque no niego que a veces pueda ser un idiota -comentó entre una leve risa, pero solo recibió un ceño fruncido de su parte-. Ay, solo quiero que dejes de verme como un capricho o como algo que quieres conseguir a toda costa; no querrías involucrarte conmigo.

El castaño dejó ver su rostro completo por encima de la manta.

-¿Que quieres decir? ¿Eres un asesino? ¿Un psicópata? ¿Eres de esos que tiene fetiches raros o algo así? Porque si es lo último, no me importa, puedes enseñarme lo que te gusta -le interrogó, a lo que el contrario negó.

-Simplemente creo que deberías buscar a alguien que piense igual que tú y que busque lo mismo. Porque yo no tengo tiempo para pensar en juegos o en relaciones sin compromiso, aunque tampoco quiero algo así; solo quiero centrarme en mi trabajo -ahora Jin se encontraba serio, acomodándose en el sofá de manera que sus piernas hicieran una forma de mariposa y pudiera verlo a los ojos.

-¿En serio no sientes ni una pisca de atracción hacia mi?

Por alguna razón, Namjoon no podía o no sabía qué responder a eso, pero decidió optar por decir lo que creía que sentía.

-No. Solo te veo como uno de los amigos del novio de mi sobrino, y creo que así debería quedarse todo -le dejó claro, aunque sintió que se estaba mintiendo a sí mismo, pero trató de no demostrarlo.

Decir que esas palabras le hirieron el orgullo al irresistible Kim Seokjin, sería poco; él estaba sorprendido y molesto por no conseguir lo que quería. Pero Nam olvidaba algo: nada se acaba hasta que ese codicioso hombre lo diga.

Así que, dejando de lado lo mal que se sentía y sin importale lo que antes había escuchado de los labios contrarios, decidió lanzarse, aunque fuese la primera y última vez. Estiró sus manos para alcanzar su rostro y así atraerlo hacia él, atrapando sus labios en el acto. Antes de que pudiera retroceder, comenzó a moverlos, sin intromisiones, solo con sus labios.

Y aunque el mayor había determinado un punto final hacía menos de cinco minutos, un pequeño deseo de continuar el beso explotó en su interior. A pesar de que iba en contra de su conciencia y sus palabras, se estaba dejando envolver por ese chico de manos finas que ahora acariciaban su rostro. Provocando que él también se acercara y colocara sus manos en su cintura, atrayéndolo aún más; sin pensarlo, ya había caído.

Pero se sentía tan bien. Tan suave y cálido. Tan adictivo que no querían parar. Namjoon comenzó a crear una mayor profundidad en el beso, inclinando su cuerpo hacia él, deslizando con sutileza su mano desde su pecho hasta su cintura. Seokjin estaba encantado con su reacción, así que cruzó los brazos sobre su cuello y dejó que su lengua se envolviera con la del mayor, enganchándolo de una manera tan placentera que aumentaba la temperatura de sus cuerpos.

Sin embargo, no lo entregaría todo en ese momento, así que fue Jin quien se separó primero, mirándolo con satisfacción y con aires de victoria al ver su expresión, y cómo deseaba continuar el beso. Se acercó para susurrarle al oído:

-Tu cuerpo no sabe mentir, y yo no sé cómo dejar ir lo que me pertenece. Así que no digas que me ves como un chico del montón, porque Kim Namjoon solo puede ser de Kim Seokjin.

Antes de alejarse, dejó un breve beso en su cuello, un acto que hizo reaccionar al mayor, quién se levantó rápidamente.

-Tú.... De verdad te gusta jugar conmigo, ¿no? -sus nervios se descontrolaron un poco al darse cuenta de cómo se dejó llevar por sus deseos; los cuales ciertamente no sabía que tenía.

-Ya te di mi respuesta -dijo, cruzando los brazos a la altura de su pecho-. Pero, a diferencia de ti, cuando te resfríes, yo si te iré a cuidar.

Se ofreció, con un media sonrisa.

-En serio no tienes remedio -respondió, dirigiéndose a la puerta.

-No intentes huir de mi, Namu -ya había salido-. Nunca lo lograrás.

Sonrió para sí mismo mientras volvía a acostarse, rememorando ese beso en su mente una y otra vez. Namjoon estaba igual o peor, ya que no quería ser el juguete manipulable de ese chico, pero al parecer, en el fondo, muy en lo profundo, sí lo deseaba.

Su teléfono vibró en su bolsillo. Se apresuró a tomarlo y, al ver quien era, no dudó en atender.

-¿Seok? ¿Qué sucede?

-Tío, Jimin está en camino. Puede que llegue en la noche, así que te pido que, por favor, vayas a recogerlo -su voz sonaba algo agitada, y eso lo preocupó.

-Pero, ¿por qué viene solo Jimin? ¿Tú te quedarás ahí?

-No, mamá me pidió que la fuera a ver. Dijo que era urgente, así que no puedo negarme. Yo también iba a regresar, pero de repente me llamó. No te preocupes, pronto volveré. Cuida de Jimin.

-Espera, Hoseok, cuéntame... -volvió a colgarle-. ¿Qué habrá pasado?

En ese momento, la camioneta iba llegando a la casa, y justo tras ella, venía un auto azul oscuro, este se acercó.

-Ah, siento mucho esto, Yoongi, pero me tengo que ir en este instante -le avisó, confundiendo al chico.

-¿Sucedió algo malo? ¿Tiene que ver con Hoseok? -preguntó con preocupación y algo de miedo, lo que llamó la atención de los demás.

-¿Está todo bien? -empezó a preguntar Jisoo.

-En realidad no lo sé, Hoseok acaba de llamarme diciendo que Jimin llegará esta noche y que me esperará en la estación. Por eso debo ir a recogerlo -habló rápidamente por la presión.

-¿Jimin llegará pronto? -preguntó otra voz, la de Jungkook, quien acaba de salir del auto y escuchó vagamente lo que dijeron.

-Sí, y necesito buscarlo -respondió Namjoon, sintiendo la necesidad de ir.

-No se preocupe, señor Kim, nosotros iremos a buscarlo -le aseguró el pelinegro-. Vuelve adentro, Jihyun, ya sé dónde está Jimin.

-Está bien -ambos entraron al auto y volvieron a marcharse.

-Pero.... yo debía ir. Demonios -murmuró entre dientes, desordenándose su cabello.

-Hey, tranquilo -se le acercó la mujer-. Los chicos resolverán todo; tu descansa un poco, ¿vale?

Él asintió y fue llevado hacia el interior de la casa por la mujer. Afortunadamente, Jin ya estaba dormido. Jisoo le ofreció una taza de té para que se calmara y lograra esperar, mientras que Yoongi y Bohyun se quedaron subiendo las cajas. A pesar de que la mente del pelirrojo seguía en la llamada que había hecho Hoseok, y se preguntaba, si él también volvería.

Después de una hora y media, ambos chicos se encontraban en la estación, esperando con ansias y nervios la llegada del rubio.

-¿Estás seguro de que es aquí? -preguntó Jihyun, mirando a su alrededor.

-Debe ser. Yoongi me dijo que llegaría aproximadamente a las 8:30, así que no falta mucho.

-Pareces muy calmado. ¿Acaso no estás nervioso? -indagó el pelinegro.

-Aquí donde me ves, estoy apunto de desmayarme. He pasado muchos días tratando de acercarme a...

-Jimin -interrumpió suavemente.

-Sí, a Jimin. No tenías que interrumpirme, ¿sabes? Me sé perfectamente cada sílaba de su nombre.

-Que no, imbécil. Ahí está Jimin -dijo, señalando con un gesto.

En segundos, su cuerpo se alertó y a su vez se tensó al ver al chico que tanto anhelaba. Jimin estaba paralizado, sin despegar su mirada cristalizada de Jihyun.

-Her..... Hermano....

¡gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro