Drabble: parte VII
JungKook bajó sigilosamente hasta la cocina, procurando no hacer ningún tipo de sonido que pudiera alertar a Seok Jin.
Preparó el desayuno preferido de su esposo, acomodando todo para dos en una bonita bandeja de madera donde incluyó un pequeño florero con dos rosas, sabía que le gustaba sentir ese olor por las mañanas mezclado con el suyo. Se sonrojó ante el recuerdo, aunque no tanto como el día en que Jin le confesó eso.
Abrió la puerta con sigilo, asomándose y viendo a Jin en la misma posición en la que había quedado desde que se fue. Se acercó y dejó la bandeja con comida en su lugar para sentarse sobre la cama y admirar por unos segundos a su alfa. Aguantó una risa divertida al ver el hilo de saliva del mayor, junto a su cabello revuelto parecía un niño. Un hermoso niño.
Sus labios tocaron la frente de Jin para luego dirigirse a su oído y murmurar suavemente.
-Despierta, hyung.-lo vio removerse por lo que decidió seguir-vamos, cariño, despierta.
Escuchó como gruñía y se removía más.
-Mmm...me gusta cuando me llamas así.-dijo con voz ronca.-deberías decirme así más seguido, conejito.
-Yo creo que deberías levantarte para desayunar.-sentándose correctamente fue por la bandeja.
-Mmm...huele a mi desayuno favorito.-con una pequeña sonrisa se sentó correctamente también.
Kook sonrió, acercándose al mayor para dejar la bandeja en medio de ambos y darle un suave besos en los labios.
-Feliz cumpleaños, hyung.-susurró cerca del mayor quien alzó una mano para acariciar una de sus mejillas.
-Gracias conejito-susurró para luego agregar-espero mi regalo esta noche.
-¡Hyung!-exclamó alejándose sonrojado.-eres un pervertido.
-¿Qué? Pero si yo lo decía porque esta noche cenaremos juntos cuando el resto se vaya ¿acaso ese no era mi regalo?
A pesar de la voz inocente que el alfa usó, Kook sabía perfectamente que estaba jugando con él. Sabía que el "regalo de la noche" tenía que ver con sexo y no con una cena. Así que resoplando, se cruzó de brazos viendo como Jin tomaba su taza con café.
-No te daré nada de eso, tendrás que conformarte con la chaqueta que te compré.-dijo fingiendo molestia, pero su esposo lo conocía así que simplemente sonrió divertido.
-Bueno, algo es algo.-tomando la mano del menor, la acercó a sus labio y la besó-sabes que no es necesario que me compres algo, Kookie, tu simple existencia es un regalo muy hermoso para mí.
El rojo intenso se apoderó del rostro del omega y Seok Jin lo supo porque fue el menor quien llevó su mano hasta su mejilla, permitiéndole sentir el calor de esa zona.
Era divertido y tierno como JungKook, aun a pesar de todo, se seguía sonrojando ante sus palabras.
Awww todo es tan tierno >w< hasta que uno recuerda que se mueren y tiene que ir por helado y pañuelos
nos vemos!!! besos💋💋💋
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