Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Miércoles.

(Editado)

~ Hoseok ~

— Explícate —demandó el rubio, furioso y confundido.

— ¿Eh? —dijimos como bobos el chico a mi lado y yo.

— No te hagas el bobo, Kim Taehyung.

— Yo no tengo nada que explicar —soltó en respuesta el verdadero Kim Taehyung, ganándose un golpe disimulado por idiota.

— Ajá, sí —levantó una ceja el rubio, haciendo una mueca—. Eso ni tú te lo crees. A mí no me engañas, tú y yo tenemos una conversación pendiente —lo señaló amenazadoramente—. Y tú, Kim Taehyung, tienes mucho que explicarme. Vámonos.

— Amh, este... Chico, yo creo que ellos dos tienen cosas por hablar, así que creo que aquí sobramos —intervino Yoongi con un suave color rosa adornando sus mejillas.

— ¡Tú! —le gritó de repente enojado el rubio a mi primo, quien saltó en su lugar por el susto que se llevó—. ¡Tú, grandísimo bobo, también tengo muchas cosas por decirte!

— ¿Es... Es... E-en serio?

— ¿Crees que estoy jugando? ¡Por tu culpa...

— Park Jimin —interrumpió Taehyung. Por primera vez me di cuenta de lo linda que era mi voz—, deja a Yoongi en paz, él no tiene nada que ver aquí. Yoongi, tú puedes irte, más tarde te explico.

— Okey... Entonces tienes un serio problema estomacal. Mejórate pronto -—respondió sonriendo cómplice con lo último y regalándole un guiño en señal de que inventaría una gran mentira para cubrirlo. Las mariposas en el estómago de Taehyung por culpa de mi primo estaban comenzando a molestarme.

— ¿Quién de ustedes va a hablar primero? —espetó furioso el otro visitante luego de que la puerta se cerrara tras el pálido que acababa de irse.

— Me estaba ayudando a sacarme una pestaña del ojo —respondí como si nada encogiéndome de hombros.

— ¿Igual que hace rato cuando los encontré encerrados en el cubículo?

— Eso es diferente.

— Claro que no. Estás fraternizando con el enemigo, Taehyung.

— Claro que no, Jimin —respondió de inmediato el mencionado con cara de que necesitaba paciencia.

— No vengas aquí a hacerte el inocente, chico. Precisamente eres tú quien...

— Ya, James, no lo molestes —interrumpí.

— ¡Deja de decirme así! ¡Y, a demás, por su culpa te castigaron injustamente!

— ¡Por su culpa también me castigaron! —gritó Taehyung antes de que yo pudiera pensar en una respuesta poco tonta.

— ¡Pues eso tú te lo buscaste, idiota! ¡Te pusiste a llorar como si no hubiera un mañana por unos estúpidos papeles que podías replicar!

— ¡Esos papeles eran importantes! ¡A demás, si él no está peleando conmigo, ¿por qué tú sí?!

— ¡Porque sé que no va a hablar contigo sino que te va a romper la cara a la primera oportunidad que le des!

— Te invito a que lo veas sin ropa, Jinmin —solté abruptamente casi sin pensar, recordando la singularmente dolorosa caída de mi cuerpo en la ducha hacía unos días. Taehyung se sorprendió tanto por lo que había dicho que hasta se le saltó un latido el corazón y luego casi muere de vergüenza; Jinmin, por su parte, sólo quedó quieto boqueando como un pez sin poder encontrar algo que decir.

— No, gracias. No es mi tipo —logró decir unos segundos después, dándole una mirada un tanto despectiva a mi cuerpo. Yo no era feo, ¿o sí?—. Estás vomitando —me señaló, dándose la vuelta sobre el umbral de la puerta, dispuesto a irse—, deberías ir a la enfermería. Y aprenderte mi nombre de nuevo, también.

— Lo tendré en cuenta.

Me dejé caer al piso, suspirando cansado. Tuve ganas de acostarme en el suelo, pero al recordar dónde estaba se me quitaron.

— Entonces... ¿Durante el castigo del viernes logramos arreglarnos? —preguntó Taehyung.

— No... Tu amigo estaba con nosotros y sabe que no fue así...

— Mmm... Sí, pero no todo el tiempo. Nos arreglamos camino a casa... Lo cual no es exactamente una mentira, ¿no?

— Supongo que es lo más creíble —me encogí de hombros.

Nos quedamos en silencio un largo rato, él y yo sentados uno junto al otro sintiendo muchas cosas que interferían con los sentimientos del contrario.

— Gracias —dije de pronto.

— ¿Por qué?

— Eres un buen actor y me defendiste aun si no tenías que hacerlo.

— No fue nada. Lo que pasó fue sólo un malentendido, pero eso lo sé ahora gracias a lo que hemos vivido los últimos días. Para Jimin y Jungkook sigues siendo el malo del paseo.

— Igual no tenías que hacerlo. De todas formas, gracias.

— Está bien.

Nos quedamos así sentados en silencio hasta que sonó la campana que anunciaba el inicio de la tercera hora de clase. Taehyung estuvo triste, algo molesto y nervioso durante la siguiente media hora y al final eso me irritó tanto que terminé pidiendo permiso para ir a desocupar la papelera, lo cual fue realmente doloroso porque el lugar donde debía ir quedaba lejos de donde estaba, pero valió la pena ya que luego sólo sentí su molestia y tal vez incluso algo de resentimiento. Media hora después, él estaba tan calmado que incluso casi llegué a olvidar que no estaba en mi cuerpo.

— ¿Desde cuándo te gusta el chocolate? —preguntó sorprendido el pelinegro, Jungkook, en cuanto me vio con una barra de chocolate en mi mano.

— ¿Eh?

— La última vez que probaste uno, fue como si fuera el fin del mundo para ti.

— La verdad es que desde entonces he estado esperando a que Suho te regale más de esos chocolates porque cada mordisco de uno de esos te lleva al paraíso —dijo el rubio, Jinmin, saliendo de quién sabe dónde.

— Oh, sí, esas cosas son la gloria —siguió Jungkook—. Lástima que le dijiste que no lo querías.

— Pero ni siquiera lo conocía. A demás...

— Te gusta Yoongi, ya sabemos —interrumpieron a coro volteando los ojos. Al parecer Taehyung estaba más que loquito mi primo, qué mal que ese idiota estuviera más que idiota por el rubio que caminaba a mi lado.

— Con Yoongi no hay oportunidad, no voy a seguir perdiendo mi tiempo con él.

Jungkook se ahogó con su saliva. Jimin se cayó. Yoongi (que por algún motivo estaba pasando junto a nosotros) se cayó por culpa de Jimin. Taehyung abrió mucho sus ojos y quiso desparecer en medio de su sorpresa, y Seokjin... Sólo se quedó allí parado con cara de no entender nada.

— Uh... Lo lamento, no quería... —comenzó a decir el rubio bajito, quien fue el primero en reaccionar después del extraño acontecimiento—. ¡Tú! —gritó en cuanto vio a Yoongi en el suelo cerca suyo—. Maldita sea, debí haberme caído junto a las escaleras para que cayeras por ellas. Taehyung, ¿no pudiste haber guardado tus palabras cinco pasos más?

— ¿Por qué ese odio irracional para con él? No te ha hecho nada —contesté.

— ¡Pero te...

— Ya pasó, Jinmin, levántate —le tendí mis manos para ayudarlo a ponerse de pie, siendo ignorado por completo. Decidí más bien socorrer a Jungkook con palmadas en la espalda para librarlo de su tos—. A demás él no sabe nada, no tiene la culpa.

— ¡¿Cómo... —comenzaron a reclamar los dos amigos de Taehyung.

— El único malo aquí eres tú, Park, alégrate de que Kim Taehyung todavía te quiera —interrumpió Taehyung con algo de brusquedad. Estaba incómodo y dolido, pero también estaba divertido. Confundido por los sentimientos de aquel chico, dejé de verlo a él y miré hacia mis dos amigos, encontrándome a Seokjin con una sonrisa tonta por no sé qué, y a Yoongi con ganas de que la tierra lo tragase porque Jimin no hacía más que mirarlo feo e ignorar sus manos extendidas hacia él en gesto de querer ayudarlo a levantarse.

Se hizo un incómodo silencio. Jimin no paraba de lanzarle miradas hostiles a Yoongi, quien tenía un color rosa intenso cubriendo sus pómulos y una cara de tonto que nunca esperé verle en toda mi vida; Seokjin estaba rascando su nuca en un gesto nervioso con cara de no estar entendiendo nada, y Jungkook seguía tosiendo como si no hubiera un mañana. Taehyung y yo nos miramos sin saber qué hacer, él sintiendo algo parecido a la decepción, y yo sintiéndome mal por su situación.

— Entonces... ¿Les gusta el pan? —rompió el silencio el chico alto con cara de muñeca en un intento de terminar con la tensión del ambiente, ganándose miradas confundidas por parte de Jimin, Yoongi y Taehyung. Jungkook y yo, por el contrario, rompimos a reír como tontos.

Luego de la extraña situación, terminamos todos sentados en la cafetería en la única mesa desocupada que estaba lejos de la basura. Jin y Jungkook se sumergieron en un arduo debate acerca de comerciales de maquillaje, Jimin estuvo todo el rato como un gato arisco tratando de dejarle en claro a Yoongi que no quería saber de su existencia y Taehyung y yo estábamos felices de que el plan b —hacer como si fuéramos amigos de la noche a la mañana— saliera perfecto.

~ Taehyung ~

El mundo se había vuelto loco o realmente se había apiadado de nosotros. No podía creer que nos hubiera salido tan bien el plan improvisado que habíamos armado anoche más dormidos que despiertos. Las siguientes horas las pasé como en una nebulosa de brillos rosa por ninguna razón en especial, a lo mejor porque este miércoles había sido mejor de lo que imaginé, o tal vez era que sólo me sentía algo así como liberado al haber soltado a Yoongi de mis pensamientos, decidido completamente a ser inmune a él... Y para eso Hoseok me iba a ayudar, lo supiera o no, y le gustara o no.

— Nos vemos más tarde —se despidió Yoongi al salir del colegio.

— Nos vemos —respondí esperando a que Hoseok y su hermano vinieran a donde estaba yo.

— Wao... Sí tenías razón, Soo, es realmente guapo —dijo suavecito un niño cerca de mí.

— No seas bobo, ese es mi hermano y lo has visto durante los últimos cinco años —replicó otro niño igual de suave que el primero. El cerebro de Hoseok lo identificó como Soobin.

— Como sea, igual tu hermano es lindo, no me voy a cansar de decirlo. Y el uniforme le queda de maravilla, tienes que admitirlo.

— Ajá, sí. Te reto a que vivas con él un solo día y que al final me sigas diciendo que te parece lindo.

— Soy cojo, no sordo. Los estoy escuchando —informé secamente al par de niños parados a escasos cuatro pasos de donde estaba, intentando sonar como el verdadero Jung Hoseok, quien, a juzgar por los sentimientos en mi pecho, estaba desternillándose de risa por ahí como si no hubiera un mañana.

— Mil disculpas, sunbaenim —dijo apenado el niño que estaba con Soobin, inclinándose respetuosamente.

— No te preocupes, chico. No hiciste nada malo... —respondí tranquilamente, para luego ceder ante los deseos del cerebro de Hoseok—. ¿O sí? —pregunté con un tono sólo un poco amenazador sólo para divertirme viendo cómo el chico palidecía ante la sencilla pregunta.

— Ya, hyung, no molestes a Yeonjunnie.

— Y tú tampoco molestes a tu hermano, Soobin —dijo Hoseok en cuanto llegó a mi lado.

— ¡Taehyung hyung! Yo pensé que era más cool —se quejó el niño con un puchero.

— Y es más cool, sólo tiene hambre —dije sonriendo, ganándome un golpe en las costillas por parte de Hoseok.

— Bobo —susurró suavecito peleando con sus sentimientos de vergüenza y alegría, sin embargo, se recuperó rápido de aquella sensación extraña que lo invadió y se abrazó a mi brazo izquierdo en un gesto demasiado cariñoso—. ¿Ya nos vamooos~? —preguntó alargando la última vocal y acercando su cara a la mía en un gesto que me podría parecer tierno de no ser porque estaba ocupado riendo internamente de que Hoseok era más bajo que yo. Ocho centímetros más bajo que yo. Ocho centímetros que estaban comenzando a cambiar la forma como veía las cosas.

Asentí confundido por su ataque espontáneo de rareza con una sonrisa falsa y le seguí la corriente hasta que Soobin y su amigo comenzaron a caminar por delante de nosotros. Mientras caminábamos pensé que tal vez había actuado de esa forma tan extraña porque había visto (obviamente en mis recuerdos) que así solía ser yo con mis amigos... Bueno, menos gay y menos meloso, pero ante los ojos de cualquiera me comportaba igual. Me encogí de hombros y le agradecí internamente por ser un buen chico dentro de todo lo insoportable que podía llegar a ser, porque sí, la primera vez que lo vi quedé casi prendado de él porque ¡Dios!, se veía tan guapo, tan radiante que por un momento hasta pensé que había dejado de querer a Yoongi, pero, como había insinuado antes Soobin a su amigo, después de convivir todo un día con él se le quitaba lo bonito. Cuando llegamos a donde debíamos esperar el bus para llegar a su casa me soltó porque su teléfono comenzó a sonar en mi bolsillo trasero... En el cual metió su mano para lograr agarrar dicho aparato. Adiós a lo de buen chico, era molesto, mucho, porque al parecer le agradaba tratar el cuerpo que tenía como si fuera suyo (que, en realidad, así era), sin tener en cuenta que yo también sentía.

— ¿No te has puesto a pensar en que tu cuerpo también es sensible, Jung Hoseok? —pregunté entre dientes cuando se puso a buscar en los bolsillos de mi pantalón quién sabe qué cosa, porque ya había pescado su teléfono del bolsillo, pero había leído algo que lo hizo fruncir el ceño y comenzó a explorar mis (¿o eran sus?) bolsillos como si nada.

— ¿Eh? No, claro que no. Con seguridad te puedo decir que tu cuerpo es como tres veces más sensible que el mío. Ahora cállate y deja de moverte, necesito encontrar ese papel.

— Sí sabes que lo puedo buscar yo, ¿no?

— Claro que no, lo confundirías con basura... Mira, ya lo encontré, ahora deja de estar tenso —murmuró fastidiado por mi tensión mostrándome un papel que, en efecto, yo habría calificado como basura.

— Claro, porque es fácil estar relajado cuando tienes una situación por culpa de un bobo que no pudo tener sus manos quietas.

— Pues vas a tener que solucionar tu problema antes de que lleguemos a casa. No quieres conocer a mi papá con mi amigo despierto —dijo como si nada mientras leía el papel y comprobaba algo en su teléfono.

— ¡¿Que qué cosa?!

— ¡Soobin, Yeonjun! —llamó ignorándome—. Ya llegó el bus, vamos.

— Jung Hoseok, explícame cómo diablos esperas que esconda esto —... Porque sí, esa era otra, el amigo de Hoseok era grande y su pantalón era ajustado. Hoy ya no era un miércoles lindo, hoy era un miércoles de miércoles.

— Invéntate algo. A mí nunca me ha pasado, entonces no te puedo ayudar con eso —respondió con una sonrisa encogiéndose de hombros antes de caminar frente a mí dejándome con una sensación de decepción y nervios que nunca había experimentado.

El viaje hasta su casa se me hizo eterno. Tuve que comerme unas cinco mentas, cerrar mis ojos y escuchar a Linkin Park con el volumen más alto posible para relajarme. Al final funcionó tan bien que terminé quedándome dormido tan profundo que Hoseok tuvo que despertarme pisándome el pie derecho. Me miró enojado porque también le había dolido y yo lo miré de vuelta. Respiramos profundo al mismo tiempo y caminamos en dirección a su casa, él flotando en una nube de felicidad y yo... Yo sólo no sabía cómo era que no me había caído ya porque mis piernas parecían gelatina. Soobin llamó a la puerta con cuatro toques no muy fuertes ni muy suaves y momentos después se abrió la puerta.

Hora de actuar.

Hola :D

¿Cómo están?

Mmm... No sé qué más decir, así que voy al grano.


¿Hay dudas, preguntas, inquietudes, sugerencias? Cualquier cosa que necesiten, pueden comentarla, siempre estoy atenta a los comentarios :D (sí, atenta, con A, porque soy chica).

¡Besos y saludes! Cuídense mucho y tomen agua. 

🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro