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¡Estás loco!

(Editado)

~ Taehyung ~

— Eh... ¿Por qué Kim Taehyung está en la puerta gritando su nombre? —habló el niño... ¿Soojin? desde la puerta de la habitación de Jung Hoseok.

Yo me encontraba tirado en la cama con una migraña insoportable, pero al escuchar la mención de mi nombre y de mi cuerpo, eso pasó a segundo plano y me levanté lo más rápido que pude, consiguiendo mareo y náuseas al instante.

— Seguro todavía está dormido. Dile que pase.

Me vestí con cualquier cosa que encontré, lavé la cara de este cuerpo y bajé tranquilamente hasta el primer piso.

— Kim Taehyung, ¿me puedes explicar qué diablos le hiciste a mi cuerpo? —preguntó muy cerca de mi cara tan pronto como pisé el último escalón.

Podía sentir su aliento sobre mi piel y algo se movió dentro de mí al ser consciente de su voz gruesa y profunda dirigiéndose a mí, sin importarme lo raro que era que mi propia voz me afectara de esa manera.

— Yo no le hice nada. Es torpe y se cayó solo, no me culpes —me defendí atropelladamente, ganándome un bufido enojado de su parte.

Aproveché su silencio para detallar mi cara debido a que la tenía muy cerca y supe entonces la razón por la cual muchos decían que era atemorizante hasta cuando no quería... Pero no, no, alto todo, ¿qué me estaba diciendo? ¿De qué estábamos hablando? ¿Cómo supo que me había caído anoche?

— Te duele —no preguntó, afirmó con mucha seguridad.

— No mucho, en realidad —mentí.

— Mientes.

— Sí, claro —contesté con sarcasmo.

— Es genial que lo admitas, ¿sabes por qué? ¡Porque así puedo decirte que a mí también me duele, bobo!

— Ni que fueras quién sabe qué. Sólo eres alguien cualquiera con apariencia promedio y sin tanta importancia —contesté, irritado sin ningún motivo.

— Lo mismo te digo. Pero adivina.

— ¿Qué cosa? —le seguí la corriente con cara de que no tenía ningún interés por saber la respuesta.

— En un rato te muestro —dijo tras un corto silencio y se separó de mí para ir a la cocina a saludar a su hermano y a su primo.

Caminé detrás de él sintiendo celos al ver la naturalidad con la que actuaba. Yo siempre había sido tímido y serio, de modo que cuando me mostraba alegre y positivo como Jung Hoseok sólo me sentía como un payaso, entonces ver que mi cara sí era capaz de reflejar mis emociones y que mi cuerpo no parecía tan torpe y rígido como se sentía era frustrante. En especial si era la caja de sonrisas que estaba dentro de él ahora quien hacía que luciera de esa manera en mi lugar.

— Hola, primo, ¿cómo estás? —saludó de manera excesivamente alegre a Min Yoongi, de quien me había estado escondiendo desde ayer porque me daba cosa estar cerca suyo después del oso que había pasado.

Min Yoongi lo miró raro, como era de esperarse, dado que en el colegio yo nunca me acercaba a él más de tres metros y lo más que le había dicho fue un balbuceo hacía dos años cuando le entregué una carpeta por orden del profesor de inglés.

— Hola... —pareció dudar un segundo— Kim Taejoon, ¿verdad? —auch. Mi crush ni siquiera sabía mi nombre y me miraba rayado. ¿Se podía tener peor suerte? Diría que no, pero la respuesta era que sí, sí se podía. Estar en el cuerpo de un estúpido imbécil y que éste estuviera en el tuyo no era buena suerte en absoluto.

— Eh... Sí —contestó como idiota el idiota que tenía en frente. Casi me di un palmface al escuchar semejante estupidez—. Digo, no. No. Taehyung. Kim Taehyung es mi nombre. Ah... Disculpa mi emoción, Hobi me ha hablado tanto ti que ya te siento como mi primo, también.

— Ah, ya veo. Bueno, yo me tengo que ir, pero fue bueno verte. Hobi —me miró—, vengo a las seis —dijo guardando el pocillo que estaba lavando cuando entramos a la cocina.

— Vale —respondió Hoseok. Yoongi lo miró raro.

— Está bien —dije yo al darme cuenta de que me hablaba a mí.

Una vez Yoongi se fue, Soojin llegó a donde estábamos Jung Hoseok y yo.

— ¿Qué hay de comer?

— Nada, báñate primero —soltó serio el chico que ahora estaba buscando cosas en la nevera.

— Eh... —el niño miró espantado a Hoseok.

— Ah, disculpa. Mmm... Hobi tiene dolor de garganta y me pidió que te dijera que primero te des un baño y luego bajes a desayunar.

— Está bien... —murmuró con duda y se fue el segundo piso.

— Tienes que aprender a ser normal —me dijo serio arrojando una bolsa con pan hacia mi cara.

— Lo mismo te digo.

— Lo siento, pero yo no suelo tardar más de cinco segundos en contestar cuando me hablan. Por lo visto tú sí —me regañó lanzando un paquete con pastillas color naranja de nuevo hacia mi cara y cogiendo la bolsa con pan.

— ¿El punto es...?

— Que los dos tenemos que dar de nuestra parte para que esto no sea peor. Ten —dijo dándome un vaso con agua—, tómate la pastilla, pero tienes que morderla si no quieres ahogarte.

Puse una mueca de asco, pero hice lo que dijo, después de todo éste era su cuerpo y él lo conocía mejor que yo. A demás, no parecía una persona que hablara por hablar.

— Tu cuerpo se siente pesado cuando tienes hambre, Kim Taehyung. A mí sólo me da sueño cuando no como —dijo para llenar el silencio haciendo no sé qué con pan y otras cosas que no veía. Dio media vuelta para mirarme extrañado por mi silencio—. Si no te la pasas, se te va a dormir la lengua y, literalmente, vas a tener un sabor amargo en la boca toda la mañana.

Como respuesta sólo asentí con lágrimas en los ojos ya que tenía esa cosa deshaciéndose sobre mi lengua porque no había tenido el valor suficiente para tragarla.

— Come. Aprende la receta porque la hago todos los días —dijo pasándome un plato con tres sándwiches y un pocillo con chocolate caliente... Ew, chocolate—. Más leche que agua y tres pastillas de chocolate, jamón de cordero, queso mozzarela o doble crema, lechuga, mantequilla, mostaza y miel. Si hay pollo del día anterior, lo usas. Si no hay jamón, sólo usa atún y nada más. Si no hay ninguno de los dos, huevo.

— ¿Haces todas las comidas?

— Yoon me ayuda con la comida y Soo me ayuda con el desayuno o el almuerzo los fines de semana.

Gracias al cielo no tenía que preguntarle muchas cosas porque, por lo visto, le interesaba darme información que sabía que no tenía y necesitaría en el futuro. Luego de lo último, no dijo más y se puso a desayunar. Sabía que el pan que había usado le sabría raro porque el único pan que yo comía era el que hacía mamá, aún así, él no se quejó. El niño Soojin llegó de su baño hablando por teléfono con un tal "Yeon" y, luego de decirme que no me molestara porque aquel chico sólo lo había llamado a preguntar si se había llevado una carpeta suya por equivocación, se sentó a comer. No entendí por qué me dijo que no me molestara hasta que puse mis ojos sobre el verdadero Hoseok y noté que estaba molesto asesinando a su pocillo con la mirada. Durante una fracción de segundo me pareció tierno, pero borré todo pensamiento parecido al instante. No soportaba a Jung Hoseok. No lo hacía y no lo haría en el futuro.

— Estaremos en el cuarto de tu hermano por si necesitas algo, ¿listo? —dijo el chico sonrisas al niño Soojin al tiempo que recogía lo que habíamos usado y lo ponía en el platero para luego irse. Yo me quedé donde estaba y fui por un poco más de chocolate. A este cuerpo le encantaba el chocolate, lo cual era extraño porque yo lo odiaba, pero ahora podía comprender cómo habían personas locas por el chocolate, en el cuerpo de Hoseok sabía a gloria.

— Me parece genial que ya no quieras asesinar al niño bonito. Apuesto a que muy pronto voy a verlo por aquí seguido porque no se pueden despegar —soltó el niño de repente haciendo que casi me ahogara. Por lo visto, el chico sonrisas tampoco se sentía muy cómodo conmigo al rededor.

— Todavía lo quiero asesinar. A demás, tú te sigues viendo mejor haciendo tareas que diciendo estupideces —contesté sorpresivamente serio con mi voz ronca debido a un dolor de garganta que no había notado antes.

— Sí, claro. ¿Piensas que te creo? —levantó una ceja, al parecer, como gesto inconsciente, ya que lo había visto hacer esa misma cara unas mil veces desde el día de ayer—. Se nota que le tienes unas ganas que ni tú mismo te crees. Mientras están ahí arriba yo voy a salir por ahí, no quiero traumatizarme por su culpa, todavía soy muy joven para eso. Voy a ir a la biblioteca —levantó las cejas y me hizo una mueca mientras se colgaba una maleta al hombro.

— Más respeto, joven. Sigo siendo tu hermano mayor y el que responde por ti en ausencia de mamá y papá —contesté automáticamente de nuevo, como si el cerebro de este cuerpo estuviera programado para eso y yo sólo fuera un espectador.

— Sí, papá —dijo sereno. Mi cuerpo se tensó y se llenó de ternura.

— ¿Cómo dices que dijiste? —pregunté con un nudo en la garganta y casi sin voz porque al parecer estaría disfónico próximamente.

— Nada. Ya me voy. Dale saludos de mi parte al niño bonito.

Unos segundos más tarde escuché el portazo de la puerta principal mientras subía al cuarto de Hoseok, recordando que estaba ahí.

— Que saludos te manda tu hermano —dije abriendo la puerta.

— Eres caliente, pero estos hematomas te quitan atractivo, ¿no te parece? —preguntó haciendo que lo mirara.

¿De qué estaba hablando y por qué se había quitado la ropa? ¿Se había vuelto loco? Me quedé estático y me obligué a cerrar la boca. Mi cuerpo, mi bonito cuerpo, estaba lleno de manchas moradas y negras.

— ¡¿Qué me hiciste?! —chillé, arrepintiéndome inmediatamente—. ¿Te caíste de la cama? ¿De las escaleras? ¿Te atropelló un carro anoche? —se me cortó la voz.

— Hablando normal se te entiende mejor que cuando gritas, cuida mi voz. Y, respondiendo a tu pregunta, te caíste en mi ducha anoche —dijo tranquilamente quitándome la camiseta que traía puesta y arrastrándome hasta el espejo de la puerta de su armario, obligándome así a ver nuestro reflejo. En efecto, nuestros hematomas estaban exactamente en los mismos lugares. El hombro, toda la espalda y una parte de las piernas, cosa que descubrí porque me obligó a quitarme el pantalón.

— Lo siento —me disculpé triste con la voz rasposa.

— No pasa nada. Ocurre con más frecuencia de lo que imaginas... Aunque no me deja hematomas así.

Asentí con la cabeza y nos quedamos en silencio unos minutos.

— Ponte tu ropa, tu cerebro me está diciendo que mi cuerpo es caliente —soltó de pronto causándome un fuerte sonrojo...

O no, sentí una especie de cosquillas en mi nuca y en mi reflejo vi unas tenues manchas color rosa claro en mis mejillas. Sexy pensé. De inmediato alejé ese pensamiento y me maldije mentalmente por ser más gay que Ricky Martin. No soportaba a este chico, y el hecho de que fuera tan jodidamente atractivo sólo hacía que me irritara más.

Luego de esa bizarra situación, me dio mi maleta con mis tareas y sacó sus cosas de un librero para comenzar a hacer lo suyo tirado en su cama, mientras yo estaba sentado junto a un escritorio. Nos quedamos en un cómodo silencio hasta que puso música suave que parecía rock americano. Cuatro horas después ya había terminado todo y estaba dormitando tranquilamente mientras él peleaba con unos ejercicios de cálculo.

— Usa mi cerebro. Adoro el cálculo, así que sólo déjate guiar —dije suavemente, algo feliz porque mi garganta ya no dolía tanto como unas horas antes.

— ¿Cómo te puede gustar el cálculo?

— A ti te gusta la química —señalé extrañado cuando al pensar en clases vi un recuerdo suyo de una clase de química que se sentía cálido—. ¿Qué no entiendes? —pregunté sentándome bien.

— Nada. Digo, todo —se corrigió de inmediato, sentándose en posición de indio—. Es decir, entiendo todo, pero me confunde tener a tu cerebro diciendo "lánzate sobre el chico caliente" y luego "pero no, porque a ti te gusta el gatito y el chico caliente es irritante" ¡mientras yo sólo quiero terminar el ejercicio! —terminó de hablar con una tierna mueca en su cara que no sabía que yo podía poner.

Me reí suavemente. Situaciones como esa eran algo que me pasaba constantemente, especialmente cuando cargaba con mucho estrés. Me levanté perezosamente de la cama y busqué entre mi maleta un paquete de chocolates. Le di tres y me senté sobre mis talones.

— ¿Qué haces? —preguntó asustado.

— Sólo relájate. Cómetelos uno por uno y déjame hacer la magia.

Me miró todavía asustado, pero intentó relajarse mientras me levantaba para acomodarme mejor con mis piernas a cada lado de las suyas. Comencé a darle caricias por toda la cara y luego bajé por los brazos y la espalda hasta llegar a la cintura. A ratos le hacía cosquillas y otras veces le sacaba suspiros al destensar sus músculos.

— ¿Ya estás mejor?

— Sí, mucho. Gracias.

— Está bien —contesté con simpleza tirándome sobre la cama a su lado al tiempo que él abría su cuaderno y seguía con el ejercicio de antes.

— ¿Qué voy a hacer cuando no estés y tu cerebro se ponga travieso de nuevo? —preguntó luego de un rato después de, al parecer, haber terminado con todo por fin.

— Usar tus manos —contesté con simpleza, adormecido.

— ¡Qué asco! ¡Claro que no lo voy a hacer, estás loco! —exclamó aparentemente ofendido lanzándome un peluche a la cara. Al parecer, yo tenía la mano pesada porque me dolió.

— No te dije que las uses de esa forma... Aunque si lo quieres hacer no me pongo bravo, sólo intenta no hacer mucho ruido.

Su respuesta fue otro peluchazo en mi cara seguido de un "¡realmente estás loco, Kim Taehyung!" a lo que yo contesté en broma que sí estaba loquito, pero por él, y me gané un tercer peluchazo más fuerte que los anteriores.

— Eres adorable cuando te molestas, pero esa molestia que tienes se debe al hambre y no a lo que dije. Me encanta la pizza, pide una grande que yo pago —dije, y me gané un cuarto peluchazo sólo "por feo", según él. En lugar de molestarme, me dio risa.

El almuerzo llegó veinte minutos después. Eran dos pizzas de doce porciones, tres porciones de piña, tres de pollo, tres de carnes y tres con maíz.

— ¿Por qué pedí eso? Tu cerebro es raro, Kim Taehyung.

— No te quejes, disfruta.

Hola~

Esta parte no es tan corta xd.

¿Hasta ahora hay palabras/expresiones que no se entiendan? (Si sí, déjenlas aquí :D)

... Algo que no es necesario decir, pero que diré...

¿Qué se hace cuando quieres llorar todo el día y no dices ni una palabra a menos que sea importante? Tengo ganas de gritar hasta quedarme sin voz y correr hasta morirme, pero también de tirarme en el suelo y morir un ratico :(

Gracias por leer, votar, comentar y agregar a listas de lectura, no saben lo feliz que me hacen 🧡

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