Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¿Bipolar?

~ Hoseok ~

— Ya casi, sólo aguanta un poquito más.

— P-Pero...

— Ya vamos a terminar, sólo aguanta un poco más, tú puedes.

En respuesta, me miró como si quisiera que me cayera un rayo encima en ese momento, y, la verdad, no pude evitar enamorarme de mi cara, porque yo era hermoso... O, tal vez, no tanto, porque Kim Taehyung era un topo con aspecto de humano y yo era el desgraciado que usaba sus ojos para ver.

— Idiota.

— No sé si es porque soy yo o si es porque soy tú, pero verdaderamente me encanta lo que estoy viendo ahora —solté de repente con una suave risa que dejaba traslucir mi diversión por la frustración de Kim Taehyung, quien, en respuesta, resopló exhausto.

— No entendí ni una palabra de lo que acabas de decir, pero sí, yo también te veo guapo —contestó serio como él solo. No me había dado cuenta, hasta ese momento, de lo serio que era todo el tiempo—. Oh, esta cosa sonó —anunció cuando la máquina junto a su cabeza comenzó a emitir pitidos seguramente horribles para Kim Taehyung, quien aún no se acostumbraba a mi hiperacusia, según la irritante y molesta sensación en mi pecho.

— Lo tenías bien guardado, ¿no? —comentó una tercera voz de repente. Era la doctora, que nos había abandonado unos minutos atrás mientras atendía a una niña que había llegado hacía poco—.  La verdad sí está guapo. De ser tú, yo lo escondería igual de bien también —dijo en tono cómplice guiñándome un ojo antes de girarse hacia mi cuerpo para quitar de mi pierna los electrodos y limpiar el gel—. Bueno, jovencito, creo que ya hemos terminado por hoy. ¿Cómo te sientes hoy?

— ¿En serio? —contestó Kim Taehyung lleno de alivio—. Me siento como gelatina triturada —lloriqueó infantilmente.

«Estúpido. ¿Quieres gritar tu alivio al mundo entero? No es como si fuera la primera vez que vengo, ¿sabes? A demás, no fue tan duro como otras veces»

— Es que no eres tú el que está cansado —contestó también por telepatía.

«Por supuesto que no. Yo soy el que está quedando en ridículo por tu culpa»

— Hoy llegaste flojo —se rió la doctora—... ¿Te parece bien si nos vemos de nuevo en... Dos semanas? El lunes y el jueves dentro de dos semanas, a las tres y las cuatro respectivamente.

— Eh... —vaciló Kim Taehyung un segundo, seguramente viendo las consecuencias de no querer ver mis memorias. Le di un codazo suave y asentí levemente con la cabeza—. Sí, está perfecto así.

— Excelente. Entonces puedes vestirte y ya quedan libres por hoy. Tengan un buen día —sonrió la doctora y caminó hacia ka camilla de en frente para seguir atendiendo a la niña que estaba allí.

— Ya la oíste. Pinte ese pantalón y esa camiseta —ordené impaciente.

— ¿Se puede saber por qué estás tan de mal humor de repente?

«Cállate y haz lo que te digo»

—¿ Desayunaste alacranes o no te dieron anoche? —se burló el muy idiota, también por telepatía.

— Amor mío —me corregí, recordando que éramos pareja y estábamos rodeados de personas—, date prisa, por favor.



~ Taehyung ~

Si bien era cierto que Jung Hoseok era malhumorado como él solo, también era cierto que yo todavía no me acostumbraba del todo a su temperamento de amansar leones, como decía su papá. Era tan irritante. Especialmente porque nunca sabía porque se molestaba.

— Listo —avisé desde detrás de su persona  en cuanto hube terminado de atar los cordones de mis zapatos.

— Entonces vamos —tiró de mi brazo con firmeza comenzando a caminar hacia afuera, sin embargo, pocos segundos después se arrepintió y me soltó para que pudiera caminar bien mientras nos despedíamos.

Al salir de aquel consultorio no pude evitar asombrarme de nuevo por la inmensidad del edificio. Es decir, estaba acostumbrado a ir al médico par de veces al año, en un edificio de tres pisos con pasillos estrechos y salas de espera pequeñas, pero este lugar era... Inesperadamente grande. Y limpio. Y nuevo. Y ordenado. Y elegante. Y limpio. Y ordenado. De hecho, en ese momento, estando allí en el cuerpo de otra persona, me alcanzaba a sentir como si estuviera dentro de una película norteamericana, una de esas donde todos los actores son increíblemente guapos y que se desarrolla en espacios cuidados —y para nada realistas—  personajes que se comportan de manera cuidada —y para nada realista—. No tenía la menor idea de que existían lugares y personas así en la vida real. Aunque, bueno... Debí haberlo imaginado al conocer a Hoseok, la familia de Hoseok y la casa en la que vivía Hoseok.

«A veces soy idiota. Y, a veces, soy más idiota. Y, en otras ocasiones, puedo llegar a ser tan idiota que me sorprendo por ser tan idiota»

— Oye —Hoseok apretó mi mano, que no sabía cuándo había comenzado a sostener—, ¿pasa algo?  Sí sabes que sólo yo puedo insultarte, y sólo si hay una buena razón, ¿no?

— ¿Eh...?

— Vamos — me sonrió. Lindo, dijo su cerebro... Y, por primera vez, le di toda la razón. Dejé de pensar cosas sin sentido en cuanto las puertas del ascensor —donde no había advertido que habíamos entrado— se cerraron después de un sonido—. Hoy... Hace tiempo no vamos a tu casa, ¿verdad? Podemos hablar con mi papá y decirle que vamos a pasar unos días allá. Igual, mi mamá no va a estar, y mi hermano... Mi hermano es mi hermano. En fin, ¿qué dices?

— Que mamá está comenzando a cansarse de esto —suspiré, intentando guardarme aquella sensación amarga sólo para mí.

—  No pensemos en eso ahora. Ven —tiró de mi brazo para sacarme del ascensor—. Umh, sigue lloviendo. ¿Tienes hambre...? Dios santo, ¿qué cosas pregunto? Obvio que tienes hambre, puedo sentirlo. Conozco un buen lugar por aquí cerca. Vamos.

— ¿Cuántas veces has dicho ya la misma palabra en estos días minutos? — cuestioné divertido.

— Calla —dijo molesto, pero no lo estaba en absoluto.

Tras menos de diez minutos de caminata por las calles del centro de la ciudad llegamos una cafetería casi invisible que yo habría pasado por alto de no ser porque Hoseok tiró de mi mano para que entráramos allí. A decir verdad, era realmente bonita.

— ¿Qué haces? Come —me sacó de mis pensamientos la voz de... Mi voz. ¿Qué pasaba conmigo el día de hoy? Ni siquiera me había dado cuenta de que incluso había ordenado por mí.

— Cierto —desalojé mi distracción de mi cabeza—. Mm... ¿Tu desayuno favorito? —pregunté al ver lo que había frente a mí.

— Afirmativo.

— ¿Por qué no pediste el mío? —¿por qué preguntaba eso?

— Por supuesto que lo hice —señaló a su lado de la mesa.

— Entonces dámelo.

— Nah. Le estoy dando a tu cuerpo lo que me pide. Imaginé que debía hacer lo mismo con el tuyo y actué con base en ello al notar que estabas de paseo por la Luna. De nada —me guiñó un ojo como un experto rompecorazones.

— No estaba de paseo por la Luna, mi vida —contesté hostil, no queriendo que fuera muy obvio que, en efecto, así había sido—. Sólo me preguntaba... ¿Cómo logras mantener ese aspecto de bastardo insensible cuando, en realidad, eres como un niño de seis años?

— ¿Disculpa?

—Eso que acabo de sentir... ¿Debo suponer que di en el clavo? —mierda. Kim Taehyung, ¿qué dices? Cállate, por el amor de Dios.

— Debes suponer que no tienes porqué meterte por ahí —fue su escueta respuesta. ¿Era de piedra o infinitamente despreocupado?

— Lo siento.

— Cállate y come —cortó—. No sé si ya te has dado cuenta, pero no me agrada en absoluto mantener conversaciones como —dijo en un suspiro tras largos segundos en silencio.

— Lo siento —me disculpé de nuevo.

"Deja de hablar y ocúpate de lo tuyo", fue el mensaje de la corta mirada que me lanzó, y no necesité dee nada más para hacer, por fin, lo que quería que hiciera. Pasaron alrededor de cuarenta minutos durante los cuales ninguno habló, simplemente estábamos frente a frente, cada uno concentrado en su desayuno. Aunque, bueno, mi atención tenía tendencia a ser algo dispersa en ocasiones, de manera que no pude evitar dejarla revolotear por ahí hasta darme cuenta de que se había pasado en la estridente música que brotaba del equipo de sonido del lugar.

— Siendo tú se escucha diferente. ¿Te gusta esta canción? —hablé sin darme cuenta.

—¿Mmh? Creo que sí —contestó  distraído sacudiendo algunas migas de su ropa.

— ¿No estás seguro?

— ¿Eso importa? —espetó—. Veo que ya terminaste. Levanta el culo y muévete.

— ¿Qué pasa contigo? 

— Eso pregúntatelo a ti.

— ¿Vas a irte sin pagar? — pregunté al darme cuenta de que estaba a punto de salir por la puerta de la cafetería.

— ¿Tú qué crees? —contestó con una mirada asesina.

La verdad, dudaba mucho que fuera a hacerlo, pero no sería sorprendente que estuviera equivocado. Al preguntarle rápidamente a la señora que nos había atendido sobre el estado de la cuenta, me sentí tranquilo por su respuesta rápida y directa y salí casi corriendo tras Hoseok con el peso de sus emociones casi volviéndome loco.

—¡Ya detente!

Hoseok dejó de caminar un segundo después de escuchar mi grito. No podía ver bien porque el cielo se estaba cayendo y porque él estaba lejos, pero me pareció ver que había soltado un suspiro profundo.

— ¿Qué quieres? —cuestionó con voz helada y una mirada tan escalofriante como aquella que me había dejado ver aquella vez que perdió el control antes de romper a llorar en la casa de los familiares de su padre.

— ¡¿Qué demonios te pasa?! — prácticamente chillé. Por fortuna para ambos, no había casi gente alrededor por causa de la lluvia, gracias a lo cual no debíaos preocuparnos tanto por estar haciendo una escena—. ¿Eres bipolar y yo no lo sabía?

— ¿Y qué si lo fuera? —soltó con tanta seriedad que, por un momento, me pregunté si no me habría pasado de la raya.

— ¿"Y qué"? Pues absolutamente nada. Si lo fueras, podría comprender el porqué de tus drásticos cambios. Sin embargo, por fortuna y por desgracia no lo eres, entonces, contéstame —hice una micropausa para tomar aire al tiempo que Hoseok se giraba para acercarse a mí —. ¡¿Qué carajo sucede contigo?! Un segundo estás bien y al siguiente no. ¡¿No te das cuenta de lo que causas siendo como eres?!

— Dilo —dijo simplemente, y me dio la impresión de que estaba hablando de algo completamente diferente a lo mío.

— Eres... —me  detuve un segundo porque no encontraba las palabras adecuadas. Igual, al final, no las encontré—. ¡Eres un completo imbécil, Jung Hoseok! ¡Y no me mires así! ¡No tengas el descaro de verme como si no entendieran de qué te hablo!

— Si quieres que te sea completamente honesto, no tengo ni la más mínima idea de lo que quieres decir.

— ¡Eres una mierda de persona! — grité, exasperado, y le lancé una bofetada de revés qué me hizo querer golpearme por idiota, porque conociendo mi suerte, de seguro me había dolido más a mí que a él—. ¡Estoy completamente harto de ti, de tus gestos, de tus acciones, de tus palabras, de lo que sientes y de t...

No terminé de hablar por culpa de los labios que ahora cubrían los mios. ¿Jung Hoseok me estaba besando? ¿Por qué Jung Hoseok me estaba besando? Una de sus manos sostenía mi nuca mientras la otra rodeaba mi cintura, acercándome a su cuerpo.

—Sigue gritándome —pidió tras morder mi labio.

— ¿Qué... ¿Por qué? —pregunté estúpidamente sin entender lo que acababa de pedirme.

Apretó más su agarre sobre mi cintura, pero se quedó en silencio un rato mirando al suelo, como buscando las palabras correctas para decir.

—Porque sé que te gusta —dijo por fin.

Quedé estático tras escuchar aquellas cinco palabras. Un momento atrás sólo podía oír el descontrolado latir de la sangre en mis oídos, ahora, en cambio, el rugido de la lluvia a nuestro alrededor era tan intenso que me impedía escuchar hasta mis pensamientos. Comencé a balbucear quién sabe qué cosas hasta que una pared de agua sucia impactó contra nosotros y me hizo entrar en razón de nuevo.

— Lo lamento —me disculpé.

— Deja de disculparte.

— Lo siento —contesté estúpidamente. La mirada que me lanzó fue suficiente para que entendiera que debía dejar de decir eso—. Creo que mejor deberíamos irnos. No me puedo enfermar, especialmente ni si de verdad vamos a ir a mi casa.

— ¿Puedo preguntar?

— No.




Hola, hola. ¿Hay alguien por aquí?

No me maten, lo lamento. En parte fue bloqueo, en parte fue pereza y en parte, depresión. 

Pero ya no importa. He vuelto después de... ¿Cuánto tiempo? ¿Cinco meses? Me di garra, mil disculpas. Pero. Ya tengo el siguiente, así que no debe tarder demasiado.

Sé que se habrán dado cuenta de que no hay separadores ni letras en cursiva y que los signos aparecen con relleno y todo está alineado a la izquierda. Siendo sincera, se siente del asco publicar esto así, pero también sé que si no lo hago voy a tener ansiedad porque desde hace mucho quería publicar este nuevo capítulo. La razón es sencilla: el celular desde el que estoy escribiendo ya es muy viejo y no me permite hacer casi nada (ni descargar la aplicación, estoy desde el navegador quedándome ciega con la letra de 1,5 mm). ¿Que qué pasó con el otro? Me lo robaron :(.

Pero bueno, nada de eso importa. En cuanto use mi computador, voy a arreglar la estética de esta parte. 

¡Gracias por leer! 

Y ¡gracias por los 1K de visitas! ♥♥♥



Por cierto, mil disculpas por los errores que puedan haber. Por favor comenténlos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro