EXTRA 1
Desde que tengo memoria, he sido una persona atemorizada y dudosa en cada aspecto de mi vida. Siempre me ha costado trabajo decidir en las cosas mas sencillas, las cosas importantes han sido una pesadilla para mi, pero ahora, nunca, en mi maldita vida, me he setido tan seguro de algo.
En la secundaria, una maestra nos dijo, que el amor no se busca, no se fuerza, no se obliga; que cuando llega, llega, y lo sabes. No necesitas una señal divina, ni que vuelen palomas y canten los cielos, tan solo lo sabes, basta una mirada, una sonrisa, un leve roce, y tu mundo cambia por completo, tu mundo adquiere un nuevo eje, y ese eje ella. El objeto de todos mis anhelos, la persona por la que mataría y por la que moriría, el maldito aire que necesito pra respirar.
Es ella, lo fue siempre, lo sera siempre, en esta y en mil vidas más.
Hoy, sabado 23 de agosto, a las 9 de la mañana, no tengo dudas, por primera vez en mi vida estoy convencido de algo y no tengo miedo. No hay lugar en mi mente ni en mi corazón para la incertidumbre.
Doy vueltas en circulos por la habitacion en la que me encuentro, no tengo dudas, pero si tengo nervios, nevios que crecen conforme pasa el tiempo y que me hacen temblar todo el cuerpo.
En menos de una hora, estare allí, frente a todas las personas que representan algo importante en mi vida, a punto de entregarme en cuerpo y alma a la mujer que logró poner todo mi mundo de cabeza, a la mujer que siempre estuvo allí y que yo nunca note, a la mujer que, a pesar de su impaciente personalidad, ha sabido entenderme y apoyarme en cada paso de mi vida. Ella ha sido mi motor, incluso cuando no estaba junto a mi, ha sido quien me ha impulsado a ser una mejor versión de mí mismo, y ahora, a mis 36 años, estoy a punto de entregarle mi vida a ella, para que la cuide como lo ha hecho durante todos estos años.
El reloj marca las nueve y diez, y las manos me tiemblan cuando empiezo a escuchar el murmullo de la gente que empieza a llegar. Mis mejores amigos entran a la habitación con unas extrañas sonrisas en sus rostros. Han sido años y años de valiosa amistad, y ahora estan aquí para acompañarme en el paso mas importante en mi vida.
- ¿Estás listo? - preguntan y asiento con nerviosismo
- Parece que te va a dar un infarto, relájate - ríen y siento que enserio me va a dar un paro.
Hiperventilo mientras pasan los minutos y Julieta aparece en la puerta anunciando que ya es hora.
Al fin.
Mis manos me tiemblan y mi corazón se acelera cuando llego al altar preparado para nosotros.
Ella quería una boda en la playa, así que logramos encontrar una gran casa de eventos con un muelle grande y espacioso que permite ver los colores del cielo en las horas de la mañana. Sillas blancas están repartidas frente a mi y el lugar está decorado con unos ramos sencillos de margaritas y claveles blancos. Hay unos cuantos listones dorados en los arreglos florales que realzan el color de las flores. El altar sigue con la misma estructura, con un arco de claveles blancos y margaritas amarillas. El viento sopla un poco, pero agradezco estar en verano, porque de lo contrario, esto habría sido imposible.
El juez llega e intenta entablar una conversación conmigo mientras se prepara, pero mi mente está totalmente desconectada. No veo, no oigo y no siento nada más que la adrenalina correr por mi cuerpo cuando los músicos empiezan a tocar la marcha nupcial. El corazón de me acelera aún más, si eso es posible, y mi padrino se coloca en su sitio.
Las suaves notas musicales son acompañadas por el sonido de las olas y las gaviotas y se respira calma, se respira paz, se respira amor.
Todos se ponen de pie y en ese momento juro que me muero.
Sus damas entran caminando y después entran los niños con los anillos.
Y luego, es como si todo desapareciera. Nunca supe porqué la gente decía que cuando ves a quien amas es como si fueran solo los dos en el mundo, me parecía muy cursi y bastante irreal, pero ahora lo entiendo. Antes no lo hacía, pero conocí y amé a una mujer extraordinaria, y todo cobró un nuevo sentido. Ella es el epicentro de todo, es el centro de mi vida y ahora sé que ella es y siempre será mi razón de ser.
Y la veo.
De pie al inicio del camino.
Sonriendo radiantemente.
Con su vestido blanco, su cabello trenzado y una tiara en su cabeza.
Empieza a caminar hacia mi, de la mano de su padre, y reprimo las ganas de correr hacia ella. Llega a mi lado, y la tomo con mis manos temblorosas sin poder apartar los ojos de su rostro. Ambos quedamos de frente al juez y los invitados se sientan. No le presto mucha atención ya que me ocupo de repasar muy bien mis votos, hasta que llega el momento, y encarándola, sin apartar mi mirada de la suya, digo lo que me sale del alma, y no estoy seguro si es lo que escribí y repasé, pero sé que cada palabra es real:
- Yo, Iván Daniel Scott, te acepto a ti, Miranda Anahí Bach, como mi esposa y compañera de vida. Te elijo a ti como mi pareja, por siempre. Te quiero a ti, despertándome por las mañanas y quiero que seas lo último que mis ojos vean cada noche. Te delego a ti como la dueña y protectora de mis sueños, y como el más importante pilar en mi vida. Si me preguntan cómo me imagino nuestra vida juntos, es simple: me imagino a ti, despertando a mi lado, besándome y acariciándome, nos imagino haciendo el desayuno los fines de semana y saliendo corriendo de casa de lunes a viernes porque siempre se te hace tarde. Nos veo riendo juntos y llorando juntos. Te imagino a ti volviéndome loco con tu impaciencia y terquedad. Nos veo amándonos y odiándonos, susurrándonos al oído y gritándonos. Admito que creía que mi vida sin ti sería más sencilla, y lo fue, fue sencilla, pero no fue buena, no siempre lo sencillo es la mejor opción y sé que el camino será muy difícil, pero hoy, frente a todos a quienes amamos, te prometo que nuestra vida será todo menos sencilla, será intensa, frustrante y apasionadamente devastadora. Te prometo hacer de nuestra vida la más emocionante y de nuestro hogar, nuestro lugar seguro.
Una vez que termino, los ojos cristalizados de la mujer frente a mí me tranquilizan. Su emoción significa que hice algo bien, significa que me cree y que sabe que hablé con el corazón.
Sus ojos siempre han sido trasparentes con sus emociones. Nunca oculta nada con su mirada. No oculta su amor.
Sonríe y el juez le pide que inicie con sus votos. Toma una fuerte respiración y seca una lágrima que cayó en su mejilla.
- Yo, Miranda Anahí Bach, te tomo a ti, Iván Daniel Scott, como mi esposo, mi único amor y mi compañero hasta que el universo deje de respirar. Te tomo a ti, como el primero y el último. Te tomo a ti, como mi fortaleza y mi debilidad, como mi alegría y mi tristeza, como mi plenitud y mi dolor. Una vez me dijiste que yo le daba color a tu vida, así que te tomo a ti, en blanco y negro, y te prometo colorear cada día de nuestras vidas. Te tomo a ti, con lo bueno y lo malo, con el amor que me das y el dolor que me produces, con el éxtasis de tus caricias y con la rabia de tus arrebatos. Prometo amarte, consolarte y protegerte, ser tu hogar, refugio y fortaleza, sostener tu mano cada día de nuestras vidas. Prometo sacarte una sonrisa en los días tristes y también prometo hacerte enojar, pero sobretodo, prometo que, pase lo que pase, sin importar a dónde nos lleve la vida o qué tantos obstáculos tengamos que atravesar, te prometo que siempre volveré a ti, mi hogar, mi lugar seguro, mi amor.
El corazón se me acelera en cada una de sus palabras y siento que no puedo contener las ganas de besarla.
El juez continúa con la ceremonia, y uno de los niños trae las sortijas. Tomo su delgada mano y coloco el anillo, junto al diamante que reluce en su dedo desde el día en que nos comprometimos. El anillo dorado grabado contrasta con la transparencia de la otra joya y, aunque suene estúpido, ver esos anillos hace que mi corazón quiera salirse de mi cuerpo.
Coloca el anillo en mi mano y por fin, luego de lo que me pareció una eternidad, el juez termina la ceremonia.
- Ahora, por el poder que me confiere el estado de California, con gran alegría, los declaro, marido y mujer. Iván, puedes besar a tu esposa, sellando así su unión eterna.
No espero que termine, y tomo su rostro entre mis manos, uniendo nuestras bocas en un beso que me sabe a gloria. Los invitados aplauden y apreto su cintura mientras ella hace lo que me encanta, jugar con mi cabello.
Nos separamos y nuestras miradas irradian amor. Sonreímos como tontos mientras nos encaminamos hacia la casa que rentamos para la fiesta.
- Te amo - me dice cuando entramos a la habitación que prepararon para nosotros
- Te amo - respondo estrechándola contra mi - Señora Scott, ¿qué opina de la idea de fugarnos durante unas horas? - beso suavemente sus mejillas
- Me encantaría, señor Scott, pero entonces se arruinaría la sorpresa - se aleja un poco
- ¿Tienes una sorpresa para mí? - pregunto
- Tengo muchísimas sorpresas para ti - besa mis labios - ¿Y sabes cuál es la mejor parte? - niego mirándola a los ojos - Que tengo una vida entera para dártelas todas, así que, por este día, disfrutemos con los invitados, que no pienso compartirte con nadie a partir de mañana.
- Usted manda, mi amada esposa
Salgo de la habitación mientras ella cambia su vestido por algo más cómodo. Una vez que termina, me encuentra afuera, con un vestido blanco corto. La beso y bajamos las escaleras para encontrarnos con los invitados. Nos reciben con aplausos y saludamos a todos, agradecemos los regalos y recibimos felicitaciones de todos los presentes.
Mi madre y hermana están hechas un mar de lágrimas cuando nos acercamos, al igual que la madre de Anahí y las gemelas. Conversamos y las tranquilizamos durante casi una hora. Su padre es un asunto complicado, ya que únicamente me amenaza y luego abraza a su hija. A pesar de que intenta hacerse el fuerte, puedo ver cómo limpia una lágrima de su rostro al disimulo.
El banquete da inicio a la celebración, y pierdo la noción del tiempo. Cuando me doy cuenta, la cena ya fue servida, al igual que el pastel y son casi las diez de la noche. Algunos invitados ya se fueron, otros están durmiendo en las habitaciones de la casa, pero la mayoría está bailando en el salón, al igual que mi esposa, quien ríe junto a sus amigos.
Me acerco a ella y le susurro al oído los planes para esta noche, así que se despide y el maestro de ceremonia que contratamos, anuncia la partida de los novios. Las maletas ya están en el auto, así que busco nuestros abrigos y salimos de la casa. La gente se reúne afuera para despedirnos y el llanto aparece nuevamente. Nuestros padres lloran de felicidad mientras nos ven subir al auto y alejarnos.
Toda la ceremonia y la fiesta, fue algo físico para compartir con la gente que amamos, pero realmente, Anahí y yo estamos unidos desde el día en que volví a verla y nuestros caminos al fin coincidieron. Siento que me casé con ella desde que la conocí, me casé con sus ojos vivos, con su sonrisa dulce y sus besos ardientes desde el primer día.
Mi alma lleva toda la vida casada con la suya.
Siempre hemos sido uno.
❤❤❤❤❤❤❤❤❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro