CAPÍTULO 49: El final
Iván.
No salgo del departamento en la siguiente semana.
Literalmente he pasado despierto todo este tiempo pensando en todo lo que sucedió con Anahí y en el abrupto final que tuvimos.
Me desvelé arrepintiéndome y convenciéndome a mi mismo que era lo mejor.
Quise llamarla mil veces, buscarla en la residencia o contactarla, pero sabía que si lo hacía simplemente era cuestión de tiempo para repetir el ciclo.
Aunque hay algo que si tengo que aceptar: ella tenía razón. Yo y mis inseguridades y mi concepto materialista sobre lo que debe ser el amor nos trajeron a esto.
Y otra cosa que tengo que aceptar es que le hice daño. Le hice un daño que le costará meses o años o incluso toda la vida, intentar sanar. Derribé lo que construyó en ella.
Y tenía razón, la volví ceninzas.
Como cuando una ola del mar llega y arrastra con el enorme castillo en la arena que construiste.
Ahora tendrá que reconstruirse y espero que sea fácil para ella, porque lo que menos quiero es saber que sufre.
Aunque la verdad es que dudo mucho que vuelva a saber de ella en mi vida.
Ahora estoy de nuevo solo, sin la chica de la que me enamoré hasta el fondo de mi alma, sin la luz que me mantenía iluminado el camino, me quedé solo y gran parte de lo que me sucede ahora me lo gané.
Mi madre y Julieta han tratado de subirme los ánimos pero parezco un zombie, caminando por la casa sin sentido, desvelándome y llorando en los rincones cuando me quedo solo.
Quien dijo que no se puede moriri por un corazón roto evidentemente no sabía lo que se siente el pasar de los segundos cuando sabes que la persona que amas ya no está contigo, es algo realmente tortuoso que ruegas porque termine, pero no lo hace y simplemente tienes que aprender a vivir con ese vacío en el pecho, con esas sensación de nostalgia que te embarga cuando recuerdas que no volverás a despertar y ver esos ojos brillantes que te alegraban el día, o que no volverás a escucharla cantar en la ducha, o que no volverás a verla bailando libremente mientras cocina o arregla su habitación.
El sonido de la puerta me obliga a levantar la cabeza de la almohada y camino con lentitud hacia ella.
Por un segundo me imagino a Anni detrás de esa puerta, con sus manos escondidas detrás de su espalda como lo hace cada vez que le apena decir algo, sus mejillas rosadas y esa sonrisa tímida que me volvía loco cuando la observaba, pero todo queda en mi imaginación.
- Enserio te ves horrible - dice Meredith entrando al departamento
- Qué gusto verte - respondo con el sarcasmo que caracterizaba a Anni - ¿Qué haces aquí?
- Solo quise saber cómo estabas - responde mientras se dirige a la cocina - Traje sopa de fideos y algunas películas
- No estoy de humor - digo sin intentar ser amable
- Escucha - deja las cosas en la encimera y me observa - Sé que esta situación es horrible, sé que duele, pero no tienes que pasar por esto tú solo, nadie debería - dice esto último en un susurro - Necesitas alguien con quien hablar y yo estoy aquí, dispuesta a escuchar, como una amiga o una conocida o una ex loca que recapacitó sobre sus actitudes infantiles - sonríe un poco - ¿Qué dices?
- Okey - digo en un suspiro
- La sopa estará lista pronto, ve a sentarte - ordena y camino a la sala.
Me siento en el sofá y recuerdo inconscientemente las veces que Anni y yo dormimos abrazados aquí.
Los malditos recuerdos son una tortura, así que trato de ignorarlos y concentrarme en la película que Meredith escogió.
"Rápidos y Furiosos " mi favorita y es perfecta para la ocasión. Acción, autos, nada de romance, lo que evitará que me deprima y me ponga a llorar como adolescente en media película.
Me termino la sopa que Meredith preparó.
No sé en qué momento dejamos de ver la película, pero en este instante tengo a Meredith a horcadas sobre mí, besándome mientras tira de mi camiseta hacia arriba.
- Espera - la detengo
- Necesitas distraerte - dice besando mi cuello
- No puedo usarte como un distractor sexual, Mer - me excuso pero no cede
- Descuida, solo será esta vez - repite atacando nuevamente mi boca.
No sé porqué, muy probablemente por idiota, pero termino teniendo sexo con Meredith en el sofá que Anni y yo usábamos con los mismos fines.
La ironía es cruel, pero yo realmente fui muy estúpido al creer que podría borrarla de mi mente con alguien más. Ni todas las mujeres del mundo me harán olvidar lo que sentía cuando me besaba o me tocaba, nadie en este maldito universo podrá jamás besarme como ella, o tirarme del cabello como le encantaba hacer, o igualas esos gemidos celestiales y tímidos que salían de su boca cuando besaba su cuello.
Alejo a Meredith de mi lado y me levanto del sofá, recogiendo mi camiseta y subiendo mis pantalones.
- ¿A dónde vas? - pregunta mientras también busca su ropa
- A darme un baño - digo. Como si el baño me pudiera quitar lo que siento ahora.
Siento que engañé a Anni, que le fallé de nuevo y me da mas rabia conmigo mismo por ser tan idiota.
Mientras me regaño mentalmente, una llamada de David entra a mi celular.
- ¿Qué pasa? - pregunto aún con molestia en mi voz
- ¡¿A ti que mierda te pasa?! - grita al otro lado de la línea
- ¿Y ahora qué hice? - respondo con tedio
- ¿En dónde estás? - pregunta cambiando el tema y bajando la voz
- En mi casa -
- ¿Con quién? -
- Meredith vino a...
- ¡Eres un idiota! - no me deja terminar cuando vuelve con los gritos - ¡¿Sabes qué día es hoy?! -
- Sábado, David, estoy deprimido no idiota - respondo con sarcasmo
- Hoy era la fiesta de despedida de Anni - me recuerda - Tu madre y Julieta están aquí y ella preguntó por ti, se veía mal, pero lo manejó bastante bien hasta que alguien le dijo que mientras ella estaba aquí sufriendo por tí, ¡tu estabas cogiendo con Meredith!
Mierda.
Doble mierda.
¿Pero quién...
- Te llamo luego - respondo interrumpiéndolo y cuelgo
Camino enfurecido a la sala y veo a Meredith sonreí con malicia frente a su celular
- ¡¿Qué mierda hiciste?! - grito ocasionando que salte por el susto
- Me asustaste - se queja
- Más te vale decirme qué demonios hiciste o te juro Meredith que no respondo por mis actos - amenazo acercándome a ella
- No sé de qué hablas - finge inocencia y eso aumenta mi rabia
- Largate - digo sin querer mirarla - ¡Que te largues!
- Iván, lo siento, pero tenía que hacerlo, tenía que alejarla para siempre de nuestras vidas, yo... - tomo su brazo con fuerza y la saco de mi departamento mientras ella chilla
- Mira maldita desquiciada, nuestras vidas han estado y seguirán estando separadas hasta el día que te mueras - hablo sin poder controlarme - Eres una víbora manipuladora que disfruta haciendo y deshaciendo a su antojo, pero se acabó eso conmigo Meredith. Enserio creí que habías cambiado pero viniste aquí a humilar a Anni y te va a salir el tiro por la culata porque la que va a salir humillada vas a ser tú
- ¡Insúltame todo lo que quieras, Iván, pero yo no te violé como a un pequeño niñito! - me responde histérica - ¡Tú dejaste que yo siga con eso porque en el fondo me deseas y sabes que tú futuro es solo conmigo!
- ¡Dejé que siguieras porque necesitaba olvidarme de la mujer que amo, pero ahora veo que hubiera sido mucho mejor olvidarme de ella con cualquier prostituta antes que contigo
Su mano impacta en mi mejilla y eso solo aumenta mi ira.
- ¡Lárgate! - grito sacándola del edificio, dejándola en la calle con la ropa a medio poner
Le cierro la puerta en la cara y subo al departamento.
Ya no tengo nada que hacer.
Si antes quedaba aunque sea una mínima esperanza para recuperarla, hoy eso se terminó.
Seguramente me odia en este momento y con toda razón.
Yo mismo me odio ahora.
- ¡Maldita sea! - grito mientras impacto mi puño contra la pared de la sala, ocasionando que la pintura se salga y la pared se quiebre un poco.
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Sé que dije que eran dos capítulos más, pero serán 3.
El siguiente capítulo será super corto y espero publicarlo hoy mismo.
Los quiero.
Un beso.
😘
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