Han pasado ya dos meses y puedo decir que hoy, viernes, por fin termino el primer semestre de mi carrera. Debo admitir que estos últimos meses han sido una tortura inimaginable. Literalmente apenas he tenido tiempo de ducharme, los profesores me han llenado de trabajos, además, tenía que cumplir con los puntos planteados en mi campaña, por lo que no he tenido un solo momento de descanso.

Tuve que cancelar la cita con Iván por los deberes de la universidad y, afortunadamente, él lo entendió. Ha estado viniendo de vez en cuando a verme en la residencia y se ha quedado a dormir conmigo. Claro que él era quién se acostaba en la cama a esperar a que termine todo y cuando por fin podía irme a dormir, él ya estaba en el quinto sueño, pero algo es algo y es mejor que nada. 

Lucy ha tenido un poco más de tiempo, ya que no compartimos todos los profesores y ella no tiene que hacerse cargo de una facultad entera, por lo que, cuando Iván venía a dormir, ella se iba con Joshua. 

En otros términos, nos hemos logrado acoplar a la vida universitaria.

Iván retomará sus clases el siguiente semestre y estará en el mismo campus que yo, por lo que podremos vernos con mayor facilidad, aunque él seguirá viviendo en su departamento. 

Su madre y Julieta también están aquí y no volverán a mudarse, así que, puedo decir, que después de tantos años de inestabilidad en la vida de Iván, por fin todo está mejorando.

Salgo del salón de clases, luego de haber presentado el último examen del semestre. Realmente espero que mis notas sean lo suficientemente buenas como para ser considerada en el proyecto.

Tengo la desición casi tomada. Aún no le he dicho nada a mis padres, porque no estaba tan segura, pero he tenido un poco de tiempo para cosiderar el proyecto y creo que es una gran oportunidad, aunque creo que me dolerá más de lo que esperaba. Una cosa es dejar mi casa y mudarme a la unversidad a 30 minutos de mis padres, y otra muy diferente es dejar el país para viajar al sur, a un lugar diferente en el que estaré prácticamente sola.

De cualquier manera, espero que las cosas salgan bien, al menos en mis notas del semestre.

Me siento en la mesa que compartimos con Lucy y Charles, y enseguida aparecen, caminando como zombies al igual que yo.

- Hola - digo cansada

- Hola - responden al unísono, como si les pesara el hablar

- ¿Qué tal les fue? - pregunto intentando sonar más animada

- Creo que aprobé - dice Lucy bebiendo un gran sorbo de su café

- Yo igual - le sigue Charles

- Deberíamos celebrar - digo y ambos me miran como si tuviera otra cabeza en mi cuerpo

- Podemos hacer una fiesta de pijamas - dice Charles - Entre todo el curso, para ver quién se queda dormido más pronto

Río levemente - ¿Van a hacer algo en vacaciones? -

- Dormir - hablan nuevamente al unísono - ¿Tu? - pregunta Charles

- Pensaba en regresar a mi casa, pasar tiempo con mi familia - bebo mi café 

- ¿Iván? - pregunta Lucy

- Si también con él, talvez podamos tener una cita de verdad

- Eso es increíble, Anni, pero no me refería a eso - dice Lucy - Iván está aquí

Giro mi cuerpo rápidamente y lo veo parado frente al auto de su madre. Me saluda con la mano y no puedo contener la enorme sonrisa que se forma en mi rostro.

- Los veo luego - digo y salgo corriendo hacia Iván

Me recibe con los brazos abiertos y me eleva, dando vueltas conmigo. Me besa y me deja en el suelo, sin soltar mis labios.

Este momento chliché que sale en las películas me hace sonreír. Aunque suene cursi, siempre he soñado con vivir algo así. Esto y un beso bajo la lluvia.

- Te extrañé muchísimo - dice besándome con fervor

- Y yo a ti - respondo con la misma intensidad

- Si tenía que aguantar un segundo más sin verte, juro que me iba a morir - sigue besándome y esta vez, aprieta mi cintura más contra su cuerpo

- Lo sé, pero ya estoy aquí - digo enredando su cabello en mis manos y tirando de él

Me detengo cuando caigo en la cuenta que estamos a dos pasos de tener sexo frente a todos aquí. Miro a mi alrededor y la gente nos observa, algunos confundidos, otros asqueados, y otros hacen gestos osbcenos. 

- Deberíamos ir a un lugar más privado - digo tomando su mano

- Claro - accede. 

Abre la puerta del auto y luego camina hacia el asiento del chofer. Enciende el auto y acelera. Se nota la prisa, pero temo que tengamos algún accidente.

La ciudad está dividida entre el centro, el norte y el sur, por un gran bosque que cruza estos sitios. Iván vive al sur, yo al norte y la universidad está en el centro de la ciudad. Entra por un desvío que cruza el bosque, para ahorrar el tráfico de la ciudad a esta hora.

Las caricias en mis muslos me encienden y algo dentro de mí, nace. 

- Detente - le susurro al oído y él, luego de observarme confundido, hace lo que le pido, orillándose de la carretera

Suelto el cinturó de seguridad mío al igual que el suyo, y salto al asiento del chofer. Me coloco a horcadas de su cuerpo y lo beso con intensidad. Le toma menos de dos segundo reaccionar ante mi movimiento, y sus manos viajan desesperadas por mis piernas, levantando la falda y subiéndola hasta mi cuntura. Quito su camiseta y él tira de la palanca del asiento, reclinándolo un poco y haciéndolo para atrás, para tener más espacio.

Me sigue besando mientras tira de mi blusa con violencia. Mi sujetador desaparece en segundos y yo bajo mis manos hacia su pantalón. Abro el pantalón y tiro de sus bóxers, liberando su dureza. 

Mueve mis bragas hacia un lado, y yo introduzco su miembro en mi centro, luego de que se colocó el preservativo.

Me muevo de arriba hacia abajo, sin pudor, con necesidad. Iván muerde mis pechos, cuello, hombros y me hace gemir ruidosamente cuando una de sus manos viaja hacia mi sexo y lo masajea suavemente. 

Empuja sus caderas hacia mí, ocasionando que nuestros cuerpos choquen con intensidad y entre sus mordidas en mi cuerpo y mis arañazos en el suyo, llegamos a un esperado y necesario orgasmo que nos deja sin aliento por unos minutos. 

Una vez que nos recuperamos, Iván sale de mi interior y yo me siento en el asiento del copiloto, mientras me coloco la ropa. 

El éxtasis del momento nos impide hablar. 

Una vez vestidos, Iván enciende el auto, pero la sirena de una patrulla nos congela en los asientos.

Nos miramos con temor y él musita un "Tranquila" que suena más nervioso que nada, lo que me pone el doble de nerviosa a mí.

- Buenos días oficial - dice Iván por la ventana de mi asiento

- Bajen del auto, por favor - pide el hombre y obedecemos

- Identificaciones y permiso - pide en tono seco y tomo mi bolso, sacando mi identificación y mi permiso de conducir. Yo no iba conduciendo, pero por si acaso.

- Dígame señorita - se dirige a mí, luego de observar nuestros documentos - ¿El jóven la obligó a hacer algo que no quiso?

- ¿Disculpe? - digo confundida

- Recibimos una denuncia de una mujer que pasaba por aquí. Dijo que dos personas estaban en un auto teniendo relaciones sexuales. La mujer aseguraba que estaban abusando de usted, así que dígame, ¿el joven la obligó?

- No, oficial - digo muy sonrojada por la situación tan incómoda en la que nos metió nuestra calentura.

- Bien - pasa sus manos hacia la parte trasera de su pantalón y saca un par de esposas - Aún así, deberán acompañarme a la comisaría

- ¡¿Qué?! - preguntamos alterados Iván y yo

- Tener relaciones sexuales en un auto en una carretera concurrida es una alteración al orden, si se le puede llamar así, por lo que tendrán que acompañarme.

- No hace falta - dice Iván cuando el policía se acerca a colocarle las esposas - Iremos con usted por las buenas.

- ¿Y el auto? - pregunto asustada y ambos me miran confundidos

- Iremos a prisión, el auto es lo de menos ahora - habla Iván avergonzado

- LLamaré a Joshua para que venga por el auto  - digo mirando al oficial, quien asiente dudoso y se queda a nuestro lado - ¿Joshua? - digo después del quinto "bip"

- No, soy Simon, Joshua se llevó mi celular y dejó el suyo aquí - explica y me quedo sin otra opción

- ¿Puedes ayudarme? - pido 

- Claro - accede - 

- Necesito que vengas a la ubicación que te enviaré a recoger el auto de Iván

- Anni - habla y sé que no está feliz por lo que le estoy pidiendo

- Y después necesito que vayas a la comisaría por nosotros - suelto de golpe, intentando convencerlo de ayudarnos

- ¿Qué mierda te hizo? - pregunta molesto

- Es una larga historia - digo cuando el oficial me hace una señal de que se me está acabando el tiempo - ¿Puedes ayudarme?

- Claro - acepta gruñendo - Estaré allí enseguida

- Gracias. Las llaves estarán dentro del neumático de emergencia - indico y luego cuelgo.

De todas las cosas que podían pasar hoy, esta nunca la vi venir. 

Estamos en una patrulla pilocial en camino a la comisaría por tener sexo en un auto.

Genial. 

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Holis holis.

Soy yo de nuevo por aquí, dejándoles otro cap.

Gracias por votar, comentar, y nos leemos en el siguiente capítulo.

Un beso.

😘