CAPITULO 37: Reuniones
- ¿Me estoy volviendo loca? - le pregunto a Joshua, quien da vueltas en el sótano
- Sería algo desafortunado si así fuera. Una psicólogo loca no da la mejor imagen - responde sin dejar de caminar - Creo que solo estás confundida. No puedes estar embarazada.
- Si puedo - contradigo - Hace un poco más de un mes fuimos a la playa y pasó... ¡pues tu sabes lo que pasó!
- Si, pero usaron protección - me observa - ¿Verdad?
- Si, pero a veces puede fallar, ¿cierto? - pregunto nerviosa
- Pues si, pero no siempre. ¿Te hiciste una prueba? -
- Acabo de unir las fechas, Joshua, obviamente no me he hecho una prueba - respondo bastante alterada
- Entonces háztela y salimos de dudas - se acerca a mí y pone sus manos en mis hombros - Mañana te acompañaré a la farmacia si quieres. Sabes que nunca te dejaría sola, y si estás embarazada, más te vale ponerle mi nombre al bebé - bromea.
- Claro - le doy una sonrisa.
Deposita un beso en mi frente y sale del sótano.
Tiene razón.
Y yo me estoy enloqueciendo por nada.
Sólo tengo que hacerme la prueba y salir de dudas. Talvez es una tontería, pero en los seis años que tengo mi período, éste no se ha retrasado ni un solo día y supongo que eso me preocupa.
Salgo del sótano y me reúno con mis padres. Simon ya no está y sus padres están por irse, así que me despido de todos y subo a mi habitación. Mañana regresaré a la residencia y lo primero que tengo que hacer es comprar la prueba.
Me quedo dormida en un instante, imaginando, inconscientemente, a un pequeño niño de ojos miel y cabello castaño.
Me despierto por el sol en mis ojos y el peso encima de mi cuerpo. Me remuevo y encuantro a las clones encima mío, tratando de despertarme.
Lo consiguieron.
- ¿Qué quieren? - pregunto quitándomelas de encima
- Desayunar contigo - dicen al unísono
- Las voy a acompañar, sigo llena de la cena de anoche - explico levantándome de la cama - Estaré abajo enseguida
Se van de mi habitación y decido tomar una breve ducha. Una vez lista, tomo un short de mezclilla, una camiseta blanca y las mismas sandalias de ayer.
Bajo al comedor y veo a las clones jugar con sus froot loops.
Río y me siento junto a ellas mientras comen y hablan de cosas que no puedo entender.
Se están haciendo mayores y es algo que me encoge el corazón. Recuerdo que mamá me contaba que el día que me enteré que serían dos y no una, tomé mi cobija favorita, una almohada, mi muñeca de trapo favorita y bajé a "vivir" en el garaje. Le dije a mamá que ya no tendría espacio porque eran dos y ellas me quitarían todo, y mamá me dijo que todos vendrían a vivir al garaje conmigo.
Sonrío ante mis acciones cuando niña, pero el ruido de mi celular me distrae.
Corro hacia él, pero Jenna lo alcanza primero y contesta, mientras Jules se cuelga en mi espalda y me tira al suelo.
- ¿Quién?... Ah, su otro novio... ¿Steven?... ¿Marcus?... ¿Jeremy? - habla Jenna y sus palabras me dan una mala espina
- ¡Jenna! - grito - ¡Dame mi teléfono, hermana de Satán! - como puedo me quito a Jules de encima y tomo el celular - ¿Hola?
- ¿Marcus, Steven o Jeremy? - pregunta una voz conocida que me hace sonreír
- Ninguno - respondo sentándome en el sofá - Adrián - bromeo siguiendo el juego
- Un gusto, Monica - río al teléfono - ¿Cómo estás, Anni? - su voz bromista se reemplaza por una dulce.
- Con el estómago lleno - respondo subiendo a mi habitación - ¿Tu?
- ¿Desde ayer? - pregunta preocupado
- Es que comí demasiado anoche - digo sin darle importancia -
- ¿Estás bien? -
- Sip -
- Genial - dice emocionado - Quería invitarte a un lugar
- ¿A dónde? - pregunto con picardía
- Hay una fiesta en la casa de Andrew, quiero que vengas conmigo - dice con curiosidad - ¿Te gustaría?
- Claro - accedo emocionada - ¿Vienes por mí? - pregunto mientras busco algo de ropa para fiesta
- ¿En tu casa o la residencia? -
- Mi casa - digo sacando un vestido floreado sencillo
- Llego en quince. Te espero a dos cuadras.
- Ahí te veo - respondo y cuelgo
Termino de vestirme y me calzo unos botines negros. Tomo mi bolso y dejo una nota en el refrigerador, explicando a dónde voy.
Mamá y Papá trabajan demasiado y aún así, siempre tienen tiempo para compartir con nosotras. Justo ahora salieron cada uno por su lado a arreglar asuntos de sus trabajos.
Camino despacio y veo a Iván junto a su motocicleta. Me dirijo hacia él y me recibe con un beso que me hace sonreír.
- ¿Lista? - pregunta colocándome el casco
- Claro - sonrío
- Antes que nada - habla nuevamente - Talvez Andrew haya invitado a varias personas y talvez esté Meredith o Bianca
- Okey - digo meditando sus palabras
- Pero si quieres, podemos ir al cine, o al parque o a algún lugar oscuro donde pueda quitarte ese lindo vestido - habla en mi oído y me eriza la piel.
- Quiero ir - digo decidida - A la fiesta
- ¿Segura? - pregunta confundido
- Si - asiento - Si el ambiente está feo, podemos hacer eso que dijiste - sonrío y me pego a su boca.
Nos besamos por unos minutos, que se hacen eternos y en los cuales el tiempo se detiene y el calor aumenta.
Nos separamos cuando escuchamos el claxon de un choche.
Subimos a la motocicleta y nos ponemos en marcha hacia la bendita fiesta.
La verdad no sé porqué accedí. La idea de irnos a un lugar oscuro era mcho mejor que esta fiesta, pero supongo que quise sentirme segura. Mostrarle a Meredith o Bianca o quien sea que Iván y yo sabemos resolver los conflictos como personas normales: sexo y charla.
Estaciona en una gran casa y bajamos enseguida.
La música no es muy fuerte y el ambiente parece agradable.
Entramos y mis nervios disminuyen cuando siento la mano de Iván tomar la mía. Sonrío ante el gesto y él deja un beso en mi mejilla.
La gente reunida en la sala, regresa a vernos con distintas expresiones.
Me recuerda a la cena de navidad que organizaron mis compañeros del colegio. Mi persona llena de miradas de todo tipo.
Aprieto mi puño, pero Iván cambia de lado y toma la mano en la que estaba clavando mis uñas.
Andrew y David se acercan a nosotros y siento que me encojo. Voy a conocer a los amigos de Iván.
No sé qué significa ni cómo me presentará. ¿Su amiga? ¿Su amante? ¿La chica que desvirgó?
Mi corazón se congela cuando habla con sus amigos.
- Mi novia - dice mirándome y mi mandíbula cae al piso, al igual que la de otras personas a nuestro al rededor, incluyendo Meredith
- ¿Novia? - pregunto y al instante me quiero dar un tiro al ver la expresión de Iván.
Bien hecho, Anahí.
************
Holis.
No tengo ningún comentario más que : Anahí, no seas pendeja.
Voten, comente, difundan y nos leemos en el otro capítulo.
Los quiero
Un beso.
😘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro