¡Oh, Anthony!
Salí del descuidado baño con tranquilidad a paso lento, observaba a las personas moverse apresuradamente de aquí a allá, ellas seguramente envidiarían mi molesta sobra de tiempo. Caminé hasta una banca un poco apartada y solitaria en la estación; dejé mi maleta junto a mis piernas y de mi bolso saqué mi cuaderno con mi lápiz chino, el cual para mi desgracia ya estaba muy desgastado.
Independientemente mis dedos comenzaron a trazar delicadas líneas, aún sin forma definida. Mi mente recorría la última noche que compartimos con Anthony.
¡Oh, Anthony! Mi dulce y loco científico.
Ya quisiera que las cosas hubieran sido diferentes, todo sea por tu fama. Si tan sólo no estuvieses obsesionado por el temor y respeto que los demás tienen hacía ti, creyendo que si lo dijeses lo perderías todo. Para ser un genio a veces eres demasiado tonto, amor. Ojalá pudiese cambiar eso de ti, sacar todas esas inseguridades que te afligen todo el tiempo, alejar esa oscuridad que te persigue hasta en tus más inocentes sueños... ¡No! ¿Pero, qué es lo que estoy pensando?
Me golpeó mentalmente.
Si lo hiciese ya no serías tú, oh filántropo mío, te amo tanto como una polilla ama acercarse a la deslumbrante y segadora luz del sol, te amo tanto que no me atrevería a cambiar ni uno solo de tus rebeldes cabellos. Oh, querido mío, este amor me está destruyendo poco a poco, como una diminuta chispa que crece hasta convertirse en una llama arrasadora que desbasta todo a su paso; y aunque en este momento no lo parezca, mi corazón es y seguirá siendo tuyo por el resto de mi patética existencia y si hay algo después de esta vida, te juro que aún así, querido mío, mi corazón seguirá siendo tuyo. No importa si quieres destrozarlo aún más podrás hacer lo quieras con él; pero te advierto, amor, que tú estás dentro, siempre lo has estado.
La bocina del tren me arranca de mi ensoñación repentinamente. Miró el retrato. Tu retrato. El que he hecho sin siquiera proponérmelo. Sonrió con melancolía, observó tu sereno y bello rostro sobre la mullida almohada repasándolo con mis toscos dedos. Guardó el dibujo, tomó mi maleta, bolso y me encaminó a la entrada del objeto que separara un poco más nuestros cuerpos, pues mi alma se encuentra siempre a tu lado a pesar de que no lo notes.
Espero que sólo sea por un corto tiempo, y si no es como lo deseo realmente quiero que encuentres a alguien que te haga perder ese miedo, que te haga poder hacer lo que por mí no pudiste.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro