05-08-2020

00:12

Querido Alejandro:

He tenido unos días culerísimos, y ayer fue uno de ellos.

Ya no aguanto estar en mi casa, ya no aguanto a mi familia y ya no aguanto nada de lo que hay a mi alrededor; a veces voy con la esperanza de que estés para mí en un día como hoy en los que estoy sufriendo, pero últimamente sólo te interesa jugar y hacer stream; te digo hoy lo mismo que ayer: no te culpo, pero de verdad necesito que de vez en cuando tengas algo de tiempo para mí.

Y te pido tiempo porque tú sigues diciéndome que me amas sin que yo te lo haya dicho primero, como hoy, que antes de irme me dijiste que me amabas. Pero, Alejandro, decir y hacer son dos cosas muy distintas.

Yo siempre estoy para ti, ¿cuándo vas a estar tú para mí? ¿Cuándo voy a poder contar contigo de la misma manera en la que tú cuentas conmigo? Es como si solamente quisieras recibir, pero recuerda que, para recibir, también hay que dar.

Te amo, Alejandro, pero tus ausencias me hacen difícil la tarea de sentirme mejor. Por favor, no agregues otra desgracia a la larga lista de porquerías que tengo que soportar, aligérame la carga en vez de aumentarla.

Si me amas, haz ese pequeño esfuerzo, no pido más.

Siempre tuya: Astrid.

P.D.: Rompería las reglas mil y un veces tan solo por mirar tu rostro...

P.P.D.: Encontré otra de las tonterías que hice por ti, ¿y todavía piensas que puedes encontrar a alguien que te ame tanto como yo?