21-07-2020
00:16

Querido Alejandro:

Te odio, pero te amo; qué contrariedad, ¿no es cierto?

Cada vez que estoy decidida a olvidarte, cada vez que estoy decidida a romper con estas estúpidas ilusiones que tengo contigo, haces algo que me mantiene atada, y lo peor de todo, es que siempre se va por lo sexual.

Te aprovechas de que te deseo para escurrirte en mi mente con aquellas fotos que claramente tienen esa intención, y me dan ganas de preguntarte: ¿cómo es que sí estás incómodo con los cariñitos y palabras de amor y no lo estás para las fotos y palabras sexuales? No es muy congruente de tu parte.

Nuevamente evadiste el tema de los cariñitos, pero me dices cosas tan sutiles e insignificantes para todo el mundo pero que para mí son suficientes, que se me olvida que te pasas de culero y ya no me importa, simplemente la esperanza crece, y no sé qué tan bueno sea para mi pobre corazoncito.

Eres un imbécil, un animal, un idiota, y aunque no deseo que me cambien de escuela, tampoco me voy a quejar si sucede, así me será más fácil olvidarme de este amor.

Pero pese a eso, nunca dejaré de ser tuya, porque, aunque nos separe un mar de distancia, siempre voy a estar cerca de ti y siempre irás en mi corazón. ¿Bendición o maldición?

Are you dead or paradise?

La próxima vez ya no tendré nada que entregar, porque tú te encargaste de vaciarme... pero no me arrepiento.

Siempre tuya: Astrid.

P.D.: Este cuaderno se está cayendo a pedazos, tal como mi corazón cada vez que hablo contigo.

P.P.D.: No mames, encontré este post-it pegado detrás de mi librero... me puse a llorar.