
Capítulo 44 Arrepentimiento💜
"Si te estás preguntando qué camino tomar,
recuerda que tu carrera nunca se despertará
y te dirá que ya no te ama"
-LADY GAGA-
Los sueños son el motor de nuestra existencia. Hay quienes no los tienen. Hay quienes tienen, pero son simples. Y luego están los que sueñan en grande. No importa mucho la diferencia, al final son sueños y son lo más valioso que tenemos. A veces no se cumplen o a veces cambian. En el camino agregas o quitas. Pero, ¿qué pasa cuando tu sueño se basa en una persona? Quizá puedas conseguirlo, pero si llegas solo a la cima después de sacrificar tanto, ¿de verdad habrá valido la pena? Para JiMin sí valía la pena y siempre ha vivido así. No era como que usara a las personas ni nada de eso. Sólo pudo tener dos relaciones serias; la primera, duró el suficiente tiempo como para desear estar solo el resto de sus días. Y la segunda, bueno, le hizo sentir muchas cosas en tiempo record y nunca se sintió más feliz en su vida con alguien como con JungKook. Pero aún creía ciegamente que sus sueños lo eran todo y eso lo haría feliz el resto de sus días. Y entonces ¿qué pasa? ¿Por qué se siente más mierda que nunca? Está donde quería con el éxito que cosechó. Está en la cima. Sólo hay un aparente insignificante detalle; está solo y se siente solo. Más solo que nunca. Ahora está donde quería y ¿por qué no se siente feliz? Al contrario, sólo habían pasado dos días y su decadencia era constante y más tumultuosa con el pasar de los segundos. No estaba concentrado, a veces sentía náuseas y tampoco estaba comiendo bien. Pese a que tenía a los miembros con él, la soledad no dejaba de embargarlo a todas horas.
Preserva en su mente la imagen de un JungKook destruido y eso lo está consumiendo lentamente. Puede ser culpa, quizá, pero no arrepentimiento. Está donde quiere ¿no? Todo va a estar bien, sólo será cuestión de días. Trata de convencerse de qué la decisión que tomó fue la mejor, no sólo para él, también para el castaño. Sabía que últimamente era el blanco de críticas y mensajes de odio, todo por culpa de él. Ahora creía que lo estaba protegiendo de tener una vida de mierda y decidió dejarlo antes de que éste desistiera. Claro, es muy egoísta de su parte. Y sí pensó en pedirle que volvieran a ser discretos, pero entonces ¿hasta cuándo sería así? ¿Hasta cuándo deberían mantener su amor entre las sombras? No era como que quisiera contarle a todo el mundo sobre lo que tenían, pero tampoco quería ocultarse y fingir que era soltero o hacer caso omiso de los celos de JungKook que nunca expresó quién sabe por qué. Tan lindo y siempre tan sensato. No cabía duda de que jamás encontrará a nadie como él. Y no deseaba hacerlo, porque a pesar de todo sólo amaría a Jeon JungKook.
Esos días vivió como en modo automático; hacía las cosas, pero no estaba consciente de lo que hacía. Tenía fallas en los ensayos y lo único que percibía era el dolor en su pecho que se clavaba todos los días al despertar. Antes bailar apaciguaba ese tipo de sentimientos, pero ahora ni eso funcionaba. En realidad las cosas cambiaron mucho desde que inició su relación con JungKook; era más feliz, más activo y parecía que no era capaz de cometer ningún error en las coreografías. Iba por la vida con una sonrisa y, si no mal recuerda, su mala racha empezó cuando se mudó a vivir solo. No hubo día ni segundo en el que no extrañara a su ahora ex novio.
No era una mierda fácil de soportar, de hecho, le estaba matando y a veces sentía que no podía respirar. Comenzó a beber cuando sólo lo hacía en fiestas o salidas de viernes. Exactamente, una botella de licor desapareció en dos días y pese a eso lograba mantenerse sobrio, aunque no consciente. Cada que daba un trago se decía a sí mismo; "es lo mejor" tratando de ser convincente consigo mismo.
Sólo pasaron dos días y parecía una maldita eternidad.
Pero estaría bien.
Sus sueños lo eran todo.
Eran.
Ahora el grupo se tomaba un descanso después de horas de ensayo. Los chicos sabían que JiMin no estaba bien. Intentaron acercarse a él para apoyarle, sin embargo, no se los permitió. Estaba alejado, perdido, completamente inmerso en sus asuntos y construyó una muralla alrededor de él. No quería hablar con nadie, ni siquiera con sus padres o TaeHyung que le dejó miles de mensajes y llamadas en buzón. No quería saber nada de nadie. Sólo de una persona, pero sabía perfectamente que ya no lo volvería a buscar. No después de lo que le hizo. Faltó a su promesa y no entendía por qué no había otra manera. Sí la había, pero era cobarde. O tal vez sólo necesitaba un empujón.
YoonGi y los chicos lo observaban a la distancia. No encontraban un modo de ayudarlo, porque tampoco sabían qué le pasaba. Lo único que hacían era mantenerse al margen, al menos hasta que decidiera hablar con ellos.
—¿Por qué no hablas con él? —sugirió MinGyu—Eres el líder y su amigo, tal vez contigo pueda sincerarse.
—En realidad—intervino EunWoo—creo saber qué es lo que le pasa.
Ambos lo miraron expectante mientras se les unía Félix con botellas de agua. Él también estaba preocupado por el aislamiento de JiMin y por su comportamiento tan poco usual de estos días. De pronto su brillo se apagó y estaba seguro de que no lo había visto sonreír. Sus ojos desorbitados y siempre rojos. Su semblante demacrado y las pocas ganas de bailar eran como una alerta. JiMin dejó de ser JiMin.
—SiHyuk me ha pedido que termine mi relación y olvide a mi novia—confesó
—¿Y lo hiciste? —inquirió YoonGi con molestia.
—No—respondió con frialdad—Aún no lo he hecho, pero supongo que a JiMin le pidió lo mismo—lo señaló con la mirada—Y por su estado de ánimo seguro lo hizo.
—Qué mierda—expresó nuevamente YoonGi aún más molesto—¿Y estás considerando de verdad dejar a tu novia?
—Para serte sincero—hizo una pausa—no lo he considerado porque no pienso hacerlo—habló con decisión.
A YoonGi le alegraba escuchar eso, pero sabía que si EunWoo no cumplía las órdenes de SiHyuk, las cosas se pondrían de cabeza y vendrían problemas con ellos. Pero eso no le importaba, le preocupaba la felicidad de sus chicos y sobre todo la de JiMin quien parecía estaba muriendo en su sufrimiento. Y eso sería la detonante; últimamente las cosas no andaban bien, se sentía controlado y manipulado y agradecía no tener una pareja, porque de lo contrario se habría marchado hacía mucho tiempo. Sin embargo está considerándolo, pero antes, como líder y como amigo, debía ayudar a JiMin, aunque él no quisiera.
—Debo ir con él—habló—pero antes quiero decirles que si no se sienten cómodos con esto están en todo su derecho de retirarse.
Nadie dijo nada, pero sus expresiones lo decían todo. Antes era divertido y vivían en un sueño, pero ahora todo parecía una pesadilla. YoonGi no quería abandonarlos, pero también sabía que su vida no acababa ahí. Así que fue en dirección a JiMin con una botella en su mano y tomó asiento a un costado de él. Le extendió la botella y la recibió sin levantar la mirada, y tampoco se le notaba; en esos dos días se mantuvo con una gorra para no mostrar su rostro. Una gorra muy significativa. Era de JungKook. Pese a todo aún no lo dejaba ir.
—¿Quieres hablar? —inquirió YoonGi con cautela.
—Estoy bien... voy a estar bien—respondió con pesadez.
—¿Por qué estás tan seguro? —esperó a que le respondiera, sin embargo no sucedió, así que continuó—Parece que tratas de convencerte a ti mismo, no a mí.
JiMin recogió sus rodillas y hundió su rostro en ellas. No tenía el valor de hablar sobre lo que le pasaba, al menos no dando la cara. No podía, porque se sentía el ser más depreciable del mundo. Pese a que YoonGi no lo juzgaría sabía que no se quedaría callado con unas cuantas cosas.
—¿Por qué lo hiciste, JiMin-ah?
No le sorprendió que el mayor supiera de la situación. Era el líder y al final se enteraba de todo. Además, había sido muy evidente con su actitud rota y semblante decadente. No era difícil adivinar lo que pasaba con él.
—Por mis sueños—respondió con la voz quebrada.
—¿JungKook no era sueño? Si no mal recuerdo, cuando veníamos en el avión de vuelta a Corea, hablabas de él como si fuese tu más grande anhelo—decía sin mirarle—Incluso morías de ganas por verlo. Siempre pensabas primero en él.
—Es mi sueño frustrado—respondió con melancolía—No tuve opción, SiHyuk me amenazó.
A YoonGi le dolió escuchar cómo JiMin se rendía tan fácil y cómo era egoísta. Podía entenderlo un poco, pero no del todo, ya que él no tenía una pareja. Pero si tal vez tuviera, no sabría cómo reaccionar en una situación así. Y no quería hacerlo.
—Los sueños tampoco son para siempre, JiMin-ah.
—No es sólo eso—contradijo—mi mierda también le afectaba y yo no quería eso para él.
—Y entonces tomaste la decisión por los dos. Debiste pedirle su opinión.
—Tú no entiendes.
—Francamente no—concurrió—No lo sé, porque no tengo a nadie—agregó—Pero si hubiese tenido a una persona como JungKook, seguramente habría arriesgado todo—miró hacia donde estaba EunWoo sonriendo hablando por celular—A él también lo amenazaron y eligió a su novia.
El pelirosa miró en dirección al chico que sonreía igual que un enamorado. Tal parecía que él no se pondría a elegir porque era evidente donde estaba su felicidad. Y entonces se sintió más culpable que nunca. Pero pese a todo muy "firme" con su decisión. Trató de enderezarse y recobrar la compostura para darle la cara a YoonGi que esperaba una respuesta. Quiso justificarse, pero éste no se lo permitió.
—Ojalá nunca te arrepientas, JiMin-ah—decía con una mirada seria—y si lo que te preocupa es el grupo, no pienses en nosotros. Haz lo que tú quieras, lo que tu corazón pide—aconsejó y tocó su pecho—Ve y búscalo—ordenó—Algo me dice que esta es su última oportunidad.
Se levantó y volvió con los chicos para no darle tiempo a responder. Sabía que continuaría poniendo pretexto tras pretexto y no tenía muchas ganas de escucharlo. Además era mejor dejarlo así, con la semilla de la dudad que crecería rápidamente en él. Y así fue. Quiso concentrarse en otras cosas, pero no pudo y sólo miraba a EunWoo que sonreía sobre el celular y tecleaba rápidamente. Sabía qué era esa sensación cálida, una que ahora mismo extraña y no sabe cómo recuperarla. Sabe que jamás volverá a sentirse así. Sabe que YoonGi tiene razón, pero no es suficiente.
No volvieron practicar y cada quien volvió a su departamento. Esa noche fue quizá la peor que pasó. De hecho nunca se sintió así de vacío. Se removió por toda la cama intentando dormir, y cuando por fin lo logró, tuvo una pesadilla, bastante simple, pero tormentosa y escalofriante, lo suficiente como para despertar sobresaltado en la madrugada con la respiración acelerada y con una opresión en su pecho; vio a JungKook, casándose, con alguien que no era él. Se veía feliz y le sonreía a otra persona que no era él. Y entonces fue consciente del enorme vacío en su cama a un costado de él. Un vacío que no era llenado con nada, ni con su más grande sueño. Se dio cuenta de la soledad que lo abrazaba y se volvió acurrucar a sabiendas de que tomó la decisión equivocada.
Su vida y mayor sueño era JungKook.
Toda la madrugada se le fue en lágrimas y en un deseo constante de llamar al castaño, pero sabía que no era el modo correcto, debía verlo porque quería abrazarlo. En ese momento no podía y sentía un extraño presentimiento. Y después de darle muchas vueltas al asunto logró conciliar el sueño como a las seis de la mañana y a las siete sonó su alarma. Tenía una reunión en punto de las ocho con todo el equipo y el CEO; hablarían sobre el lanzamiento del siguiente álbum y comenzarían a planear el tercero. Ese día sería muy ajetreado, estaba seguro. No quiso perder más tiempo y llegó primero antes que todos los demás.
Caminaba de un lado a otro por el pasillo y se permitió recorrer las instalaciones que le dieron una oportunidad, pero que también lo destruyeron. Se tomaba un café observando el reloj esperando ansiosamente a que abrieran la sala de juntas. Afortunadamente el resto de los miembros aparecieron para hacerle compañía. Y mientras platicaban, se tomó el tiempo de ver a cada uno de ellos, sobre todo a YoonGi que era como su hermano mayor y padre de todos. Ahora todos lucían somnolientos y quizá cansados, pero por alguna razón bastante contentos. Aunque sus sonrisas se apagaron en cuanto vieron a SiHyuk entrar primero a la sala de juntas y enseguida le siguieron.
Al principio hablaron sobre las ventas del álbum y el alcance que tenía en otros países, empezando por Estados Unidos, seguido de Inglaterra, Francia, Japón y otros lugares donde no creyeron ser escuchados. Amenazaban con entrar al billboard y a las listas más importantes del mundo. Y sólo había una forma de conseguirlo.
—Su tercer álbum de estudio será completamente en inglés—explicó—Así que tomarán lecciones para tener una correcta pronunciación—ordenó.
—¿Qué hay del segundo álbum? —preguntó Félix.
—Las promociones empezaran la semana que viene—respondió—así que olvídense de su vida personal por los siguientes seis meses—habló con un tono desinteresado.
Seguramente antes a JiMin le hubiese agradado mucho la idea, pero ahora parecía que no tener tiempo de calidad para él le molestaba y le frustraba mucho. Ahora mira con rencor al hombre que le dio una oportunidad. Y estaba muy agradecido. Sin embrago, cruzó líneas muy delgadas en su vida personal.
Se sentía desahuciado al no recibir mensajes de JungKook como antes acostumbraba y en ese momento mirando a sus compañeros supo que fue muy egoísta, pero también supo que pensaban como él. Y entonces tuvo la seguridad de que, efectivamente, estarían bien y quizá mejor en otro lugar.
Respiró hondo y cruzó los dedos.
—Yo no estoy dispuesto a olvidar mi vida personal—el pelirosa habló con toda la tranquilidad—¿Está consciente de que somos humanos?
—¿Estás escuchando el tono con el que te diriges a mí? —inquirió SiHyuk con evidente molestia en sus ojos.
Los chicos se quedaron completamente quietos observando como la tensión se agravaba en la sala de juntas. Sólo EunWoo sabía el objetivo de JiMin, no era difícil adivinarlo. Y era por eso que se dedicaban una sonrisa cómplice. Él también cruzó los dedos.
—Disculpe si se siente ofendido—hizo una reverencia—perdón por esto, chicos—miró a cada uno de los miembros—Pero me temo que voy a renunciar.
Se levantó y dejó caer sobre la mesa un sobre blanco.
—¿Qué es esto? —preguntó SiHyuk.
—Mi carta de renuncia—respondió con petulancia.
—Y esta es la mía—se unió EunWoo.
El CEO no podía creer lo que estaba pasando y estaba muy consciente de que sus contratos no los ataban porque no especificó ninguna cláusula. Ahora se estaba arrepintiendo de no haber hecho un contrato más detallado. Y entonces sintió el verdadero terror; tenía un álbum grabado, pero dos miembros ya no estaban en su poder.
—Si necesita hacer papeleo, comuníquese con SeokJin—habló el pelirosa y después se dirigió a los miembros—Les deseo mucha suerte. Esto no se ha acabado aquí.
Antes de salir abrazó con mucha fuerza a YoonGi, por alguna razón sentía que no lo vería en un largo tiempo. Y le agradeció con una sonrisa, tal vez no habría encontrado el valor suficiente para renunciar de no haber sido por él. Era como su ángel guardián. Le debía eterna gratitud. Corrió por los pasillos y tomó sus cosas para después salir huyendo de ese lugar. Se tomó un momento afuera para respirar. En mucho tiempo no se había sentido tan libre como ahora. Pronto un sentimiento agradable le invadió y corrió sobre la acera para tomar un taxi que lo sacara de ahí.
Subía por el ascensor con una sonrisa y con su corazón frenético. Se retrasó un poco después de que muchas personas en la calle lo detuvieran para tomarse fotos con él. Aún disfrutaba de eso, pero esperaba que en estos días su popularidad disminuyera. No tenía ningún plan y eso le emocionaba, aunque SeokJin seguramente no lo dejaría tranquilo y le conseguiría contratos. Pero afortunadamente era más accesible que SiHyuk; le apoyaba incondicionalmente. Y se tomó la molestia de viajar con él durante el tour. Lo cuidaba como si fuera oro.
Caminó por el pasillo con más velocidad de la que estaba consciente, mantenía su sonrisa y el ritmo cardiaco acelerado. Sentía que las cosas le saldrían mejor que nunca y que por fin era dueño de su vida. No tenía miedo, pero en cuestión de segundos pudo sentirlo cuando vio que metían muebles dentro del departamento de JungKook. Se acercó con cautela y vio a una chica dentro del lugar vacío y con algunas cosas que no eran del castaño.
—Hola—sonrió la chica al percatarse de la presencia del pelirosa—¿Necesitas algo?
—Busco a JungKook
—JungKook—hizo un gesto pensativo—Oh, no, me temo que ya no vive aquí. Me ha vendido su departamento.
No tuvo que decir nada más, salió disparado rumbo al ascensor y apretó el botón con mucha desesperación. Sabía que cometió una estupidez, pero no se imaginó que el castaño llegaría demasiado lejos. Al menos no esperaba que pasara algo como esto. Y con exasperación sacó su celular para hacer una llamada en donde el tiempo de espera le pareció eterno.
—¿Cuándo pensabas contestar? ¿Acaso te escondes? —reclamó TaeHyung completamente molesto—¿Eres consciente de lo que hiciste?
—No tengo tiempo para tus reclamos—lo interrumpió al tiempo que salía del ascensor—¿Dónde está JungKook? Sé que sabes.
—¿Qué te hace pensar eso?
—¡Mierda, no estoy jugando!
Las lágrimas comenzaron a caer en medio de sollozos ligeros. Estaba sobre la acera completamente desesperado sin saber qué rumbo tomar. Ahora el arrepentimiento lo estaba consumiendo y sentía que todo su mundo se venía encima. Necesitaba a JungKook, ahora más que nunca en su vida.
—No lo sabes, ¿cierto? —se escuchó un silencio y el pelinegro retomó—Se irá a Paris hoy. Ahora está en casa de sus padres en Busan.
"No"
"No"
"No"
Se repitió muchas veces y sentía cómo su respiración se agitaba por la desesperación que lo invadía. Su corazón se escocía y le pedía a gritos la presencia de JungKook o pronto desfallecería. No era posible que las cosas hubiesen pasado tan rápido y de ese modo. Sólo fueron tres días y el castaño parecía que se rehusaba a verlo y por eso se iba. No podía culparlo; le rompió el corazón de una manera desconsiderada y le hizo sentir insignificante. Se había equivocado y lo pagaría muy caro si no lo arreglaba, aunque todo pintaba a que era demasiado tarde. Sólo necesitaba dos horas. Dos malditas horas. Ahora cada segundo contaba.
—¿Sabes a qué hora es su vuelo?
—No—respondió al tiempo que cogía las llaves de su auto—LeeMin está con él. Creo que tenemos tiempo—para ese momento TaeHyung salía de su departamento muy dispuesto a ayudar a su mejor amigo. Se adelantó porque sabía que se lo pediría—Yo conduzco. Te veo en la cafetería.
JiMin no necesitó de hacer preguntas y salió corriendo al lugar de encuentro. Miró el reloj que marcaba las diez de la mañana y le pidió al cielo más tiempo y una segunda oportunidad. A cada zancada que daba sentía que se le iba la vida, ni siquiera le prestaba atención a la gente que lo reconocía, en su mente sólo había una persona y deseaba con todas sus fuerzas poder alcanzarlo, pero más difícil, que lo perdonara.
Al doblar en una esquina antes de la cafetería, se encontró con el hermoso coche blanco último modelo de TaeHyung que, por fortuna, era veloz. No supo cómo, pero iba en al asiento del copiloto rumbo a las afuera de Seúl apretando la manija del coche. Parecía que el camino cada vez se hacía más largo y mortificante. Quiso llamar a JungKook, pero tal vez no sería una buena idea. Y cruzaba los dedos, quizá nunca en su vida había rezado a Dios tanto como ahora.
A ratos lloraba de la impotencia y su cuerpo temblaba. Sentía otra vez cómo la respiración le faltaba, pero intentaba disimular, sin embargo, TaeHyung era muy consciente de su estado, así que lo tomó de una mano para besarla y darle seguridad. Quizá su tacto funcionaba, pero necesitaba algo más que eso. Necesitaba saber la situación actual de JungKook.
—¿Podrías llamar a LeeMin? —lo miró de soslayo.
El pelinegro le entregó el celular a JiMin para que marcara mientras el conducía. No quería perder de vista la carretera, pues esperaba llegar en tiempo record. Posiblemente en una hora. Tampoco sabía la hora del vuelo de JungKook, pero sabía que no sería más allá del medio día.
—¿Qué pasa, cariño? —LeeMin respondió al tercer intento.
—¿Cómo estas, cielo? ¿JungKook se ha ido? —no esperó más tiempo para preguntar.
—Melancólico. Mi hermano pequeño se va—respondió con un tono ligero de sarcasmo—Aún no, acaban de retrasar su vuelo.
Ambos chicos se miraron con asombro y un brillo de esperanza en los ojos. ¿El cielo había escuchado las plegarías de JiMin? ¿O por qué justamente se atrasaba el vuelo del castaño? El pelirosa no creía la suerte que tenía, pero eso no impedía que los nervios estuvieran presentes en su ser.
—¿Ya están en el aeropuerto?
—No, seguimos en casa—hizo una pausa—Querido, debo dejarte, JungKook me llama. Te amo.
—Al igual que yo.
TaeHyung no pudo evitar sonreír después de eso, algo que no pasó desapercibido para JiMin. Estaba feliz por su amigo y esperaba recuperar su propia felicidad que ahora amenazaba con irse a París. Aunque, por increíble que pareciera, el tiempo, la vida y el universo conspiraban en su favor. Justo hoy decidió renunciar a la agencia y al grupo. Justo hoy, JungKook tomaría un vuelo que lo llevaría fuera del país. Justo hoy su vuelo se retrasó. Sentía que estaba mejor, pero los nervios iban y venían como montaña rusa. Aunque pudo respirar en cuanto vio que llegaban a Busan. Pero quizá ese fue el trayecto más largo según su corazón desesperado. Aún tenía miedo de llegar y no encontrar al castaño o peor; que no quisiera perdonarlo.
Desde que salió de la agencia cruzaba los dedos para tener algo más que suerte y ahora quería tomar su última oportunidad. También compartió el mismo pensamiento con YoonGi, el problema es que tardó más tiempo en entenderlo. Pero ahora sabía que su vida era JungKook y que nada tendría sentido si él no estaba a su lado. Y es que siempre estuvo, incluso prometió perseguirlo si alguna vez escapaba, pero era una promesa que el castaño no cumpliría a menos que él se lo permitiera. Quería creer que sí y que, quizá, hablaba enserio cuando le dijo que lo esperaría siempre.
Realmente nunca se fue del todo. Muy en el fondo sabía que él pertenecía a JungKook. Y no sólo porque tuviera todo su cuerpo lleno de sus besos, sino también porque lo conocía mejor que el mismo. Además siempre lo puso de prioridad antes que cualquier cosa, así que ahora debía retribuirle en gran medida todo lo que hizo por él. Y no porque se sintiera con el compromiso de hacerlo, simplemente porque de verdad deseaba pasar el resto de su vida con él.
El corazón de JiMin se volvió frenético cuando llegaron al barrio residencial donde vivía la familia Jeon. Y entonces no pudo sentirse más pequeño y avergonzado en la vida. Con TaeHyung conduciendo lentamente todo era mucho peor. Sus miedos aumentaron en el momento que pudo visualizar una cabellera castaña y al portador con una maleta a su costado; en la entrada estaban LeeMin, DongLee, JoMin e Irene abrazando a JungKook.
El auto detuvo su marcha y JiMin no esperó mucho para salir sin quitarle la mirada al hombre que lo mantuvo al borde del colapso en esos días. El hombre por el cual acababa de lanzar los dados y por el cual abandonó sus sueños y su carrera que tanto le costaron. No se arrepentía de lo que hizo y estuvo seguro de ello en cuanto lo vio.
JungKook no estuvo consciente de la llegada del pelirosa hasta que Irene se lo dijo con una enorme sonrisa en su rostro. Se giró lentamente hasta encontrarse con aquellos ojos que vio muchas veces al despertar. Se encontró con el chico que sostuvo en brazos muchas ocasiones y al que le hizo el amor múltiples veces. Moría por abrazarlo, pero su juicio no se lo permitía. Él también había tomado una decisión y tampoco daría marcha atrás. Se acercó con cautela sin quitarle la mirada de encima y se detuvo a unos pasos de él. Aún estaba dolido por cómo lo terminó.
—¿Por qué estas aquí? —inquirió sorprendido.
—Vengo a cumplir mi promesa, JungKookie.
El mencionado negó con la cabeza y suspiró pesadamente.
—Debes volver, JiMin—habló con frialdad.
El tono tan desinteresado que empleó JungKook para hablar provocó que el pelirosa se desmoronara por dentro. Eso era a lo que le temía; al rechazo definitivo. Pero no desistiría, lo necesitaba y si le tocaba perseguirlo por todo el mundo lo haría.
—Me arrepentí—dijo sin más—Tienes razón. Yo tampoco quiero esperar a la siguiente vida. Te quiero en esta y en las que siguen.
—Tendrás muchos problemas por esto, JiMin. Vuelve a casa—insistió y le dio la espalda.
—¡Renuncié! —dijo con desesperación—Renuncié al grupo y a la agencia—sus lágrimas comenzaron a brotar—No me sirven de nada mis sueños sino estás conmigo. Te necesito.
JungKook no podía creer lo que escuchaba. No era algo que esperara a que pasara, quizá sí, pero no ahora. No en este momento. ¿Y ahora? No sabía qué pensar, sólo pudo girarse de un movimiento para mirar a JiMin que tenía su nariz roja de tanto llorar. Nuevamente sentía el impulso de abrazarlo, pero se detuvo.
—Perdóname, JungKookie—lloró—Dime, ¿qué hago para que me perdones?
—JiMin... yo... yo no...—las lágrimas del castaño se hicieron presentes—¿por qué me haces esto? —inquirió en medio del llanto—Yo debo ir a París, no puedo pedirte que vayas conmigo.
—No tienes que pedírmelo porque iré. Aunque tú no quieras, iré—dio unos cuantos pasos hacia a él—Ahora yo te perseguiré—aseguró—Cumpliré mi promesa. Por favor, dame otra oportunidad—suplicó.
El castaño se quedó estático ante esas palabras y no pudo evitar emocionarse con toda esa seguridad. Su cabeza daba muchas vueltas y sólo pudo llegar a una conclusión; JiMin también le dio una oportunidad y le perdonó el hecho de que casi comete un error irreparable. No sabe qué es peor, pero lo que sí sabe es que no puede vivir sin él, porque es su vida, siempre lo ha sido. Y siempre será débil ante esos ojos de cordero que ahora le pone. JiMin es su mundo y no está dispuesto a dejar que sea de alguien más.
"Es Mío"
Ambos lo pensaron.
—JungKook...
—Dime que tienes tu pasaporte listo—lo miró con picardía
—Siempre—sonrió.
El chico sacó el pasaporte de su bolsillo porque alguna vez pensó que lo necesitaría y por ello cargaba con él a todas partes. No esperó más tiempo y se lanzó a los brazos de JungKook quien lo recibió gustoso y complacido, aspirando todo su aroma a jabón de baño y loción de frutas que tanto le volvían loco. Cuando pudo dejarlo en el suelo, reclamó esos labios pomposos que siempre serían suyos, y los devoró en un besos profundo y ligeramente apasionado. Se permitió sujetarlo fuertemente de sus caderas para acercarlo más a su cuerpo en vista de que quería sentirlo aún más. Y entonces el beso se prolongó hasta que JiMin se retiró para extraer de su bolsillo una cadena de oro con dos anillos que JungKook conocía a la perfección.
Nuevamente colocaron sus anillos y volvieron a fundirse en un beso donde entregaron hasta el alma. No hicieron falta palabras, porque ambos tenían la certeza de que sería la última vez y que ahora eran completamente libres.
Al final, JungKook se sintió feliz al ver que JiMin lo elegía a él en esta vida. Y realmente esperaba a que lo hiciera. Mentiría si dijera que no. Incluso imaginó como el pelirosa llegaba al aeropuerto por él. Sus deseos se hicieron realidad después de todo.
—¿Para siempre? —preguntó el castaño.
—Para siempre—asintió.
—Te amo, JiMinie.
—Te amo, JungKookie.
Eran el uno para el otro y podían sentirlo en sus labios que sincronizaban a la perfección.
Holiii...... Les traigo el nuevo cap y espero que les haya gustado.
Sé que a lo mejor pensaran que Jungkook perdonó muy rápido a Jimin, pero es como si ya quedaran a mano después de lo pasado. Además, aquí ya pude explicar más a profundidad las razones que también atormentaban a Jimin.
Muchos sabemos que para ellos no ha sido fácil lidiar con la fama y pese a que mantienen los pies en la tierra no pueden disfrutar de una vida normal. En el caso de Jimin no podía hacerlo, primero, por los mensajes de odio que Jungkook recibía por su causa y sabemos que no está muy alejado de la realidad, sólo que nuestro Mochi es el blanco. Esa y otras cosas llevaron a Jimin a dejar a su amor, pero después se dio cuenta que había muchas opciones y que sacrificar sus sueños por estar con Jungkook si valía la pena.
Y bueno, el jueves Taylor Swift lazó su nuevo álbum, y como caído del cielo... el track número uno se llama LAVENDER HAZE y básicamente es la canción del Jikook en estos capítulos. Les adjunté la letra en multimedia por si gustan escucharla. Ah, por cierto, Namjoon publicó un fragmento en IG de ANTI-HERO, el single de MIDNIGHTS de Taylor (el álbum que acaba de lanzar) y pues nada, me gusta ver como Nam disfruta de la música de esta mujer a quien básicamente le rezo todos los días jajaja. He crecido con ella desde 2010. Si ustedes han crecido con BTS desde sus inicios, entenderán el sentimiento que yo tengo por Taylor. Que no les sorprenda si más adelante habló mucho de ella jajaa, es que la amo.
Si no han escuchado su álbum podrían darse una vuelta. Es hermoso en toda la extensión de la palabra.
Pero en fin... gracias por leer y no se olviden de votar. Recuerden que el final nos respira en la nuca :(
Las tkm!!!!!!
Jin le hace justicia a su título de WORLDWIDE HANDSOME
Va camino a Argentina
Sale a la venta su fotofolio y yo más pobre que nunca.
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