
Capítulo 37 Promesas💜
—Park JiMin, hoy tendremos nuestra primera cita.
Esas fueron las primeras palabras de JungKook cuando despertaron la mañana del sábado enredados en las sábanas, como ya era su bendita costumbre. Al rubio le sorprendió escuchar eso, pero no iba negar que comenzaba a preguntarse cuándo tendrían una cita formal. Había tenido muchas a lo largo de su vida, pero nunca deseó tanto una como ahora con su novio actual.
Mientras desayunaban hacían sus planes para ese día. La hora de la cita sería a las nueve de la noche. Aunque el pelinegro mantuvo en el misterio el lugar a donde lo llevaría. Esa parte emocionaba mucho a JiMin quien no había dejado de soñar despierto mientras iba a camino a la agencia.
JungKook fue muy minucioso con cada detalle; acordaron que durante este día estarían separados, al menos hasta que llegara la hora de la cita. Así ambos tendrían tiempo de relajarse, ducharse y arreglarse para el momento. A JiMin le pareció innecesario pues, prácticamente, vivían juntos desde que iniciaron su relación. Incluso tenían pertenencias en los departamentos de ambos. Sin embargo, JungKook se quería dar el gusto de recogerlo en su edificio para que el momento tuviera un toque diferente. Ante los deseos de su novio, el rubio no pudo objetar. Le encantaba ver que todo estaba planificado y es que, en realidad, el castaño llevaba detallando el momento desde hacía una semana y quería que fuese perfecto.
Así que cada uno se ocupó de sus asuntos; mientras JungKook se encargaba de afinar detalles, JiMin se presentaba en la agencia para grabar otra de las canciones del álbum. Esos días que le dieron de descanso los ocupó para revisar las líneas que le tocaban. Cuando llegó a la agencia esperaba encontrarse con MinGyu para arreglar esos malos entendidos entre ellos. Aunque a YoonGi no le agradaba mucho la idea, para él era mejor interferir y llamarle la atención al menor, sin embargo, JiMin se justificó diciendo que era cosa de los dos, además, después de lo de JungKook, eso se volvió algo muy personal.
Sabía que no pelearía por una persona, entre ellos era algo más, al menos para él sí. Luchó mucho para estar dentro de una agencia. Y seguía luchando. Seguía esforzándose. Su lugar dentro del grupo era algo que debía defender. De algún modo sentía que le debía una explicación a MinGyu. Debía haber una buena razón para que éste lo odiara o sintiera rechazo. Recuerda que cuando se presentaron lo miró despectivamente. Y cada vez que sus miradas se encontraban, veía en sus ojos reflejados muchos sentimientos negativos y ciertas interrogantes que, posiblemente, el menor no se atrevería a preguntar.
Cuando llegó a la sala de grabación no lo encontró. Y no lo haría por un rato, pues MinGyu estaba en la sala de baile practicando con el coreógrafo y corrigiendo detalles que pudiera tener. Desde el encuentro en la galería y con una inesperada decepción que se llevó, se limitó a concentrarse en lo que era realmente bueno y en lo que sería su futuro. Aún pensaba en JungKook y eso le provocaba un ligero dolor de pecho. Recordar los gemidos que escuchó ese día lo tenían descolocado, pero al igual que JiMin, bailar era su mejor terapia.
El coreógrafo alabó todos sus movimientos y le felicitó por el avance que estaba teniendo. Y no era para menos, su fuerte era el baile urbano. Siempre destacaba en sus movimientos. Si tan sólo pudiera fijarse en eso y llevar toda su concentración en lo que se suponía le hacía feliz. Pero no. Colocó toda su atención en una persona que, ahora que lo pensaba, nunca le mostró interés. Además su hermana tenía razón; era muy grande para él. Pero ni con todo eso no lograba sacarlo de sus pensamientos. Qué jodido era fijarse en alguien que ya tiene pareja, y peor aún, fingir al principio que sólo lo deseaba sexualmente, pero ahora se daba cuenta de que era algo más.
Resultaba que le pequeño diablillo sí tenía sentimientos, pero su gran ego a veces le nublaba el juicio, bueno, realmente todo el tiempo. Se sentía descolocado, como si no tuviera un lugar pese a que estaba donde más deseó toda su vida. El problema era que su orgullo no le iba a permitir disculparse con JiMin, aunque realmente no podría evitarlo por mucho tiempo.
Después de practicar un poco más se tomó un descanso y en ese instante entraron sus compañeros de grupo quienes, desde el día del incidente, no le dirigían la palabra, al menos que fuese para algo del grupo. Habían desistido con él por ser tan arrogante, además se marginaba con facilidad, así que, simplemente, no mostraron ningún tipo de interés. Aunque sí habían notado una actitud distinta en él quien, por lo regular, siempre estaba con una sonrisa petulante o peleando por todo. Y ahora parecía que algo le afligía. Tanto Félix y EunWoo estaban curiosos por saber en qué situación se encontraba y por qué el repentino cambio.
—Tal vez lo de JiMin fue demasiado y ya se arrepintió—supuso Félix mirando de soslayo hacia donde estaba el menor.
—Francamente no creo que sea posible, además ¿no recuerdas que JiMin ha negado la culpa de MinGyu? —inquirió EunWoo con un tono de molestia.
—Creo que se está pasando de bueno—negó con la cabeza—Tenemos la cámara para comprobar que sí lo hizo. No sé por qué no hemos hecho nada.
—YoonGi pensó que era lo mejor. Además, JiMin le pidió que dejáramos el asunto en paz.
Félix suspiró con pesadez al tiempo que su mirada se encontraba con la de MinGyu. Éste sabía perfectamente que estaban hablando de él y extrañamente eso le hizo sentir pequeño. Antes ya hablaban, incluso a sus espaldas y nunca le importó. Sin embargo, ahora le afectaba más de lo que hubiese querido aceptar. Estaba consciente de que mucho de eso era culpa suya, pero al final lo negaba del todo. A pesar de eso intentaba mantener su ego fuerte para no dejarse caer. Sabía que no los necesitaba para ser quien era o para ser el mejor. Así que se levantó de su lugar para salir de la sala de baile e ignorarlos tal y como ellos habían hecho, sólo que esta vez se sintió melancólico por eso.
Se dirigió a la sala de grabación. Según el horario, era la hora que tenía asignada para grabar sus líneas. También había estado esforzándose en eso, pese a que no era el vocal principal se esmeraba por hacer de su voz la mejor, al menos con sus partes. Siempre había sido así de perfeccionista y quizá eso tenía en común con JiMin. De hecho, había más cosas que compartían sin que ellos estuvieran al tanto. Era cuestión de que ambos se sentaran a platicar para que se dieran cuenta, aunque era complicado que MinGyu cediera. Al final, quien tenía todo el trabajo de poder convencerlo era el rubio.
Cuando el menor entró a la sala se encontró justamente con él. Estaba terminando de grabar su demo y las partes agudas de la letra que le correspondían. Al ser el vocal principal del grupo le tocaban más líneas. En un principio eso era algo que le molestaba mucho a MinGyu, pero ahora que podía escucharlo cantar entendió la decisión de SiHyuk.
Esperó en un sillón a que terminara de grabar. El tiempo, sin que así se hubiese planeado, se prolongó para la grabación de esas partes, y pudo molestarse también de eso, pero ahora no era el caso. De primera instancia la letra de la canción ya le había atrapado, pero bajo la voz de JiMin era incluso mejor. Se dio el tiempo de analizar la potencia de sus vocales mejorados y cómo llegaba a notas altas sin mucha complicación. Eso era algo que no le resultaba cuando llegó a la agencia. Definitivamente las clases de Estados Unidos funcionaron a la perfección.
Cuando por fin terminó salió de la cabina con una enorme sonrisa de satisfacción que se intensificó por los halagos de los productores. MinGyu se sintió un poco celoso de eso, pues también esperaba que reconocieran su talento. Se podría decir que tenía las mismas capacidades que el rubio y también podía anteponer su experiencia en eso. Pero ya no tenía tanta necesidad de hacerlo. Ahora sólo quería cumplir con sus partes y nada más.
Sin que MinGyu se diera cuenta, JiMin se acercó para sentarse a su lado. Cuando el menor sintió la presencia del otro ya no pudo reaccionar. Se quedó completamente quieto esperando a que dijera algo, pero ni siquiera él sabía qué decirle o cómo iniciar la conversación. Al final, el productor le pidió al pequeño pelinegro que entrara a la cabina para grabar sus partes, dejándolos sin la oportunidad de hablar sobre el asunto.
JiMin revisó su reloj y se dio cuenta de que aún tenía tiempo. Apenas serían las tres de la tarde y seguramente MinGyu tardaría una hora en grabar su demo. Salió de la sala para buscar algo de comer y en su trayecto se encontró con Félix. Se fueron juntos a la cafetería para poder conversar.
El mayor le contaba que ya estaban montando la coreografía para su canción debut y que incluso se rumoraba sobre su supuesta fecha de lanzamiento y sería en un mes aproximadamente. Esas eran buenas noticias, pues creían que se llevaría más tiempo, sin embargo, SiHyuk cambió de planes en vista de que avanzaban muy rápido con las canciones. Las pistas estaban casi a cargo de YoonGi y eso les estaba dando ventaja.
—Ya que empezamos a grabar la segunda canción, estimo que tendremos el álbum terminado para el mes que viene—aseguró Félix mientras tomaba de su batido.
—¿Sabes cuántas canciones vamos a grabar? —preguntó JiMin.
—Hasta ahorita es un misterio, pero no creo que pasen de diez—respondió—por ahora debemos perfeccionar la coreografía. Supongo que no demoras mucho en aprender los pasos, ¿cierto? —enarcó una ceja.
—Con tres días intensos es más que suficiente—respondió regodeándose de sus capacidades.
—Por cierto—el mayor quería llegar a ese tema que le daba curiosidad—¿Cómo sigues de tu tobillo?
—Estoy bien, fue algo muy simple—negó con la cabeza—Nada de qué preocuparse.
—JiMin—suspiró dubitativo—¿De verdad MinGyu no tuvo nada que ver? —inquirió con cautela.
El rubio cambió su postura relajada por una a la defensiva. Sólo había hablado con YoonGi y creyó haber dejado claro que no deseaba más intromisiones. Pero no podía dejar fuera del todo al resto de los chicos. Tal vez era un tema personal entre él y MinGyu, pero al final eran un grupo y tal vez merecían una explicación. Sin embargo, debía aclarar sus asuntos con el menor antes de acercarse a ellos.
—He dicho muchas veces que fue un accidente—respondió con pesadez.
—No entiendo por qué lo proteges del castigo que tiene bien merecido.
—Aquí nadie merece un castigo—replicó—Todos tomamos malas decisiones alguna vez.
Félix se dio cuenta de que con eso quedó más que claro que MinGyu provocó el accidente, así como también dejaba muy en claro que eran asuntos entre ellos dos que nadie más podría resolver. Se limitó a respetar el espacio del rubio sin hacer más preguntas que lo incomodasen. Y continuaron bebiendo de sus batidos mientras platicaban sobre su perspectiva del futuro que tenían como grupo. Soñaban despiertos; se vieron en un tour mundial, rodeados de sus fans y viendo sus rostros por todos lados. Era lindo para JiMin poder compartir sus mismas ambiciones con otra persona. La compañía de Félix era muy cálida y le encantaba la vibra que emanaba de él. Quizá en un futuro podía verlo como un hermano y no sólo a él, también al resto del grupo.
Su plática se vio interrumpida por el celular del mayor que recibía una llamada por parte de YoonGi quien lo buscaba para grabar sus líneas. JiMin miró su reloj y se dio cuenta de que había pasado casi una hora. Caminó a lado de Félix rumbo al ascensor para volver. Lo siguió rumbo a la sala de grabación, pero se detuvo a mitad de camino al ver que MinGyu estaba solo en la sala de baile. Se despidió de Félix dejando que se alejara por completo para poder entrar. Se acercó con cautela para no interrumpirlo en su labor y se quedó parado a un lado de la entrada observando sus movimientos. Con su experiencia le fue inevitable notar ciertos errores y pasos mal ejecutados. Pero también pudo notar que era bueno en otros pasos y que se entregaba completamente a la música y eso era muy importante a la hora de bailar. Estaba tan conectado con la canción que ni siquiera se dio cuenta de la presencia que lo observaba, hasta que se detuvo la pista.
JiMin le aplaudió y alabó de más su talento. MinGyu lo miró expectante por un momento sin poder evitar sentir satisfacción por sus palabras. Se alejó un poco de él para coger agua e intentar relajar su respiración. Se quedaron un momento atrapados por el silencio incómodo que se generó en tanto el rubio buscaba las palabras correctas para iniciar con esa conversación necesaria. Al final comenzó por lo obvio.
—Sé que no te agrado—bajó la mirada por unos instantes—y sé que no sólo es por JungKook. Me doy cuenta de que hay algo más y quisiera saber ¿qué es?
MinGyu vaciló un rato en su lugar al escuchar lo directo que fue con su pregunta y la forma tan rápida con que trajo a JungKook a la conversación. Hubiese querido hablar de otras cosas y no de él, así que intentó cortar rápido con ese tema y darle importancia a lo otro.
—Bueno—rascó su nunca—tienes razón, no es solamente por JungKook—mordió su labio inferior y suspiró—No te voy a negar que siento algo por él y cuando supe que tú eras su novio, no supe cómo sentirme al respecto.
A JiMin le sorprendió lo rápido que se abrió con él. Así que decidió no interrumpirlo para no cortarle las intenciones. Porque tal parecía que él también estaba esperando esta conversación.
—No has sido de mi agrado incluso desde antes que llegaras—dijo deliberadamente y sin omitir sus muecas de desagradado.
—¿Puedo saber por qué? Creo que no he hecho nada en tu contra para provocar todo esto—lo miró con seriedad.
—Claro—rio sin gracia—Tú nunca haces nada, ese es el problema—de pronto se dio cuenta de que subió el tono de su voz, así que intentó relajarse—Supe que tú no hiciste un casting para entrar a la agencia, no como yo o los demás. SiHyuk ya te había elegido a ti desde el principio. Me molestó que te dieran esa clase de privilegios cuando yo sí he tenido que esforzarme. También me molestaba que todo el tiempo hablaran de ti como si el resto no fuéramos importantes—aceptó con la mirada agachada y estando consciente de lo que decía.
JiMin se quedó completamente en silencio observado al menor e intentando procesar sus palabras. Realmente era una razón muy absurda para él. Pero entendía aquella parte donde le echa en cara que no hizo un casting para la empresa, sin embargo, eso desmeritaba el hecho de que en todo este tiempo se esforzó mucho para llegar a donde estaba. Así que se encargaría de dejar muy en claro eso. Y que, aunque MinGyu no quisiera aceptarlo, le ganaba en experiencia.
—Tienes razón—le dio el lado—no es justo para ustedes y lamento que te hayas sentido de ese modo. Pero al menos a mí no me gusta competir—habló con sinceridad—Los puestos que nos dan dentro del grupo no pueden hablar por nuestras capacidades, ni como bailarines ni como cantantes. Así que no te dejes llevar por esa imagen, porque tú eres asombroso—MinGyu lo miró sorprendido por aquella afirmación—Sé que no hice un casting, pero me he esforzado toda mi vida para llegar hasta aquí. No te imaginas todo lo que he tenido que sacrificar. Tú y yo hemos conseguido lo que queríamos y ambos hemos puesto el mismo empeño y amor para lograrlo. Estamos aquí por la misma causa, así que...—hizo una pausa para acercarse a él—no tenemos por qué competir. Somos compañero. Somos un grupo.
Extendió su mano para que pudiera estrecharla y aunque MinGyu se mostró dubitativo de corresponder, al final lo hizo y le mostró una sonrisa genuina. Pero para JiMin aún quedaba algo por aclarar.
—En cuanto a JungKook... lamento decirte que yo lo conocí primero—usó un tono burlón.
MinGyu no pudo evitar reír ante eso y por lo territorial que era el rubio con su novio. Aunque lo entendía ampliamente, si él tuviera la oportunidad de estar con el castaño seguramente haría lo mismo. Incluso antes de saber que estaban juntos ya lo reclamaba como suyo. Aún se sentía un poco melancólico por eso, pero ahora podía ver que el rubio era buena persona, así que sabía que debía retroceder y no entrometerse.
—¿Desde de cuándo se conocieron? —inquirió con curiosidad.
—Prácticamente... desde toda la vida.
Su mirada se perdió al recordar sus momentos catastróficos de secundaria. Fue algo que no pasó desapercibido para MinGyu y con eso quedaba más que claro que no podría tener un lugar con JungKook.
—Creo que te debo una disculpa—el menor rascó su nuca con nerviosismo—No pensaba con claridad, así que...
—Déjalo así—lo interrumpió—Sólo... por favor no lo vuelvas hacer.
El rubio le mostró una sonrisa genuina que fue correspondida al instante. Después de volver a estrechar sus manos en sinónimo de tregua, MinGyu se ofreció a enseñarle los nuevos pasos, y en vista de que JiMin aún tenía tiempo de sobra, aceptó.
Fue un gran momento de calidad entre los dos que no pasó desapercibido para YoonGi y los demás. Quisieron entrar para practicar con ellos, pero Félix les dijo que era mejor dejarlos solos. Así que el resto de la tarde transcurrió de ese modo y siendo demasiado productivo para los dos. Se dieron cuenta de que congeniaban muy bien y que estaban sincronizados. Para cuando debutaran no tendrían ningún problema entre ellos. Así que después de compartir la misma pasión por el baile, su rivalidad había quedado en el pasado.
JungKook terminó de detallar todo lo quería para su cita perfecta con JiMin y justo a tiempo. Ahora estaba en su departamento tomando una ducha con los nervios golpeando por todos los rincones de su cuerpo. No sabía qué tipo de cosas le gustaban, así que decidió arriesgarse con una idea que le pareció muy romántica. Mientras se miraba al espejo acomodando su cabello castaño, comenzó a creer que tal vez no era la mejor cita. Sabía que debía haberle preguntado por sus gustos. Quizá prefería ver una película con él y no lo que preparó durante una semana. ¿Sería muy tarde para cambiarlo? De hecho sí. Eran las ocho de la noche, ya no podría cambiar de planes. Así que se montó en su auto con las manos sudorosas y con mucho miedo en su interior.
Por otro lado, JiMin estaba en su departamento sin saber exactamente qué ponerse. No estaba muy seguro de qué clase de cita le había preparado su novio, así que no sabía si vestirse causal o formal. Pensó que la mayor parte del tiempo JungKook vestía normal, causal a decir verdad. Las únicas veces que lo vio de traje fue en la galería y en el teatro que, por cierto, se veía deliciosamente sexy. No pudo evitar divagar por un momento en esos recuerdos que le traían mucha calidez y que le provocaban una sonrisa de felicidad. Era irreal que estaba a punto de salir en una cita oficial con él, quien siempre le gustó, pero que nunca tuvo oportunidad de hacerlo.
Al final se decidió por usar el mismo atuendo que llevaba aquel día en que se encontraron en la galería por primera después de estos años. Esperaba que pudiera recordarlo. Se miró al espejo para maquillarse un poco, algo discreto, pero que fuera llamativo para su novio. Humectó sus labios con el mismo bálsamo que sabía lo volvía loco. Cuando escuchó el timbre pudo sentir nervios en su interior. Respiró hondo y caminó hacia la puerta con decisión y sintiéndose la persona más especial del mundo. Se sintió aliviado al ver que JungKook vestía igual que siempre, aunque lucía sumamente guapo.
—Me encanta ese bálsamo de labios—expresó el castaño después de haber besado al rubio.
—Lo sé—respondió con una sonrisa pícara.
No esperaron más tiempo y salieron del lugar para encaminarse a donde sería su cita. En el trayecto JiMin quiso saber a dónde lo llevaría, sin embargo el castaño se negó. Estaba impaciente e insistió varias veces, pero al final se dio por vencido. JungKook pensó seriamente en desviar su camino hacia otro lugar más especial, pero intentó confiar en que a su novio le encantaría la sorpresa.
El rubio se sorprendió al ver que iban por el mismo camino que conducía hacia la galería y cuando se estacionó enfrente de ésta se sorprendió aún más. Se quedaron un momento en silencio, pues JungKook aún dudaba de lo que había hecho. Tomó una gran bocanada de aire y salió del auto para abrir la puerta de JiMin. Le puso una venda en los ojos y lo guio hacia la entrada ayudándolo a caminar. El rubio no decía nada, se dejaba hacer por su novio. Estaba muy intrigado y ansioso por ver lo que había en el interior.
—Quédate quieto—el castaño susurró en el oído de su novio—necesito hacer algo antes de retirar la venda.
Se acercó lentamente para besar sus pomposos labios y así poder calmar sus nervios. El rubio sólo asintió y esperó pacientemente para ver la sorpresa. Mientras tanto, JungKook se encargaba de los detalles y con las manos temblorosas encendía velas alrededor. Demoró un poco en el proceso y aún con dudas internas se acercó para retirar la venda de sus ojos...
...en cuanto JiMin se encontró con el lobby de la galería iluminado por las velas que desprendían un ligero aroma a vainilla sintió su corazón acelerarse. Después su atención se centró en los cuadros que estaban colgados alrededor; eran los mismos que vio anteriormente, sólo uno era diferente y estaba colgado en el centro. JungKook los había pintado a los dos sonriendo y abrazándose. Era mucho mejor que una fotografía.
Caminó lentamente hacia donde estaba una mesa con vajilla puesta y flores en el centro; tulipanes, margaritas, rosas de colores, el castaño se encargó de conseguir varias en vista de que no sabía sus preferencias. Lo cierta era que no tenía una favorita en específico, pero las flores en general le gustaban mucho.
Se quedó un momento observando todo a su alrededor. Quizá alguna vez lo vio en una película y creyó que no le pasaría, pero ahora tenía la escena más romántica que jamás había vivido. Se sintió conmovido por todos los detalles que tenía el lugar. Evidentemente JungKook se esforzó mucho en hacer eso. Y lo mejor de todo era que lo hizo sólo para él. Quizá no había una medida para determinar la magnitud del amor que el castaño tenía por JiMin, pero sin duda esto era una clara demostración de que entre ellos no eran sólo palabras, de verdad era amor puro y sincero.
No pudo evitar derramar unas cuantas lágrimas por la emoción que le invadía. Se sentía sumamente especial y querido, muy mimado y afortunado. Tener a JungKook en su vida, sin duda, era un privilegio y haría todo lo posible para que así fuese para toda la eternidad, incluso en otras vidas.
El castaño esperaba una respuesta de su novio mientras se mantenía quieto y con los puños cerrados. Pensaba que quizá nada le había gustado y por eso guardaba silencio. Lo miraba desde atrás cómo llevó una mano a su boca e, inesperadamente, se giró para lanzarse a sus brazos. Notó que estaba llorando, así que lo abrazó con fuerza y depositó un beso en su cabellera rubia.
—¿Te gustó? —inquirió temeroso de la respuesta.
—Mucho—contestó con voz ligeramente quebrada.
JiMin se desprendió del abrazo con lentitud y se paró en sus puntas para alcanzar los labios de JungKook. Se fundieron un rato entre besos cariñosos y llenos de amor. El rubio pasó sus manos alrededor del cuello del contrario mientras que éste sujetaba su rostro y limpiaba con sus pulgares las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. Al final conectaron sus frentes y el rubio frotó su nariz con la de su novio de una forma muy tierna.
—Tenía miedo de que no te gustara—confesó sin filtro—Pensé que sería algo muy sencillo para ti...
Lo calló con beso lento al ver que minimizaba su propio esfuerzo. Sintió que no era justo que fuese así de duro consigo mismo.
—Incluso si me hubieses llevado al cine, te aseguro que sería inmensamente feliz por el hecho de que tú eres mi compañía—nuevamente lo besó fugazmente—Es la mejor cita que he tenido en mi vida—se atrevió a asegurar.
JungKook se sintió sumamente feliz al escuchar esas palabras, tanto, que cargó a JiMin como ya acostumbraba. Lo llevó en sus brazos hasta la mesa y lo dejó caer con suavidad sobre la silla. Sin decir nada se perdió por el pasillo, aunque era demasiado obvio lo que seguía. Así que JiMin esperó pacientemente hasta que lo vio aparecer nuevamente con un carrito donde traía la cena. El castaño se acercó con una sonrisa y comenzó a servir pequeñas porciones de todo en su plato. Cuando terminó se sentó frente a él y le indicó con la mirada que probara la comida.
—Dime con sinceridad, ¿te gusta?
—¡Está deliciosa! —expresó con unos ojos brillantes que probaban la veracidad de sus palabras—¿Tú la preparaste?
—Sí, lo hice para ti.
Todo fue preparado minuciosamente. JungKook pasó todo el día terminando de decorar el lugar y preparando la comida. Quería que todo fuera perfecto y tuvo que comprar un microondas para poder calentar la comida ahí. Hasta de ese tipo de detalles se encargó y le hacía muy feliz ver que JiMin estaba muy complacido. De hecho, se sentía muy especial y conmovido por el gran detalle que su novio tuvo con él.
—Gracias, JungKookie—sus mejillas se sonrojaron—Me has hecho muy feliz—hizo una pausa y le lanzó un besó—Te quiero—sonrió completamente enamorado y perdido por su novio.
Pasaron el rato platicando más sobre ellos. A JungKook le interesaba saber sobre los gustos que su chico tenía; color favorito, canción favorita, música, todo. Desde lo más simple hasta lo más importante. Ambos se confesaron sus miedos, compartieron sus sueños y se mostraron apoyo mutuo.
—No ha sido fácil el camino que he recorrido todos estos años—JiMin hablaba sobre su carrera como bailarín—De hecho comenzaba a sentirme frustrado al no poder avanzar más allá de presentaciones de teatro.
—Bueno—JungKook sorbió de su copa de vino—supongo que cada cosa sucede a su tiempo—sonrió—Ahora te convertirás en un Idol famoso y me atrevo a decir que serás muy exitoso. Estoy muy orgulloso de ti y me emociona ser parte de esta etapa de tu vida.
—Basta—cubrió su rostro a causa de la pena que le invadió—Quiero que te quedes siempre en mi vida—lo miró a través de sus manos.
El castaño se sintió muy conmovido por lo que acababa de escuchar. Se levantó de su lugar y se acercó para retirar sus manos de donde las tenía. Estando en cuclillas lo observó un momento acariciando su rostro, para después acortar la distancia que había entre sus labios y lo besó, saboreando lentamente y grabando el momento en su memoria. Fue algo corto, pero significativo. Últimamente cada vez que unían sus labios se entregaban completamente. Y las sensaciones que eso les provocaba no se comparaban con nada que hubiesen sentido antes.
—Vamos, tenemos que ir a otro lado.
Tomó al rubio de su mano para llevarlo a la salida, pero antes de abrir la puerta le ayudó a colocarse su abrigo. Septiembre estaba por llegar y el frío amenazaba con un poco de su presencia. Así que quería cuidarlo hasta de eso. Y en el proceso notó lo que llevaba puesto.
—¿Acaso traes puesta la misma ropa del día en que nos encontramos aquí por primera vez?
—¡Lo has notado!—se acercó para dejar un pequeño beso sobre los labios del contrario—Pensé que quizá no lo recordarías.
—Nene—suspiró y acarició su rostro—¿Tu por qué crees que elegí este lugar para nuestra primera cita? Tengo grabado en mi memoria ese día. Jamás olvidaré cada detalle. Así como no olvido que derramaste vino sobre mi traje—sonrió con gracia.
—Yo tampoco olvidaré que casi me arrancas la mano—enarcó una ceja.
—Está bien, está bien—lo abrazó por la cintura—estamos a mano.
Ambos se sonrieron, entrelazaron sus manos y salieron para subirse nuevamente en el coche.
JungKook condujo rumbo a las afueras de la ciudad yJiMin revisó el reloj que marcaba casi la media noche. Estaba intrigado por saber a dónde lo llevaría esta vez y a esa hora. Pero lo cierto era que estaba siendo una cita perfecta. No importaba en qué lugar terminaran esa noche mientras estuvieran juntos.
Llegaron a un mirador que estaba sobre unas colinas que no eran tan altas, pero sí lo suficiente para observar la brillante ciudad de Seúl desde ahí. JungKook estacionó el auto en una curva y, antes de que el rubio abriera la puerta, se le adelantó para hacer esa acción y le ayudó a bajar.
Se acercaron hacia la orilla de la colina mientras lo abrazaba por la espalda. Observaron la ciudad por un rato y la luna llena que estaba posicionada en su punto haciéndola ver grande y brillante. Era una vista hermosa, muy romántica, a decir verdad. Incluso eso que parecía ser muy simple, para el rubio era algo muy especial e intentaba guardar cada detalle en su memoria.
JungKook colocó su barbilla sobre el hombro del rubio quien ladeó su cabeza para que tuviera más espacio. Pudo sentir un beso suave y húmedo en su mejilla que lo hizo sonreír como un bobo enamorado.
Después de un rato silencioso y sumamente reconfortante, el castaño deshizo el abrazo y y lo giró para que quedaran frente a frente. Besó sus labios bajo la luz de la luna llena que, por cierto, se encargó de investigar de que realmente fuese ese día. Quería que fuese especial en vista de que JiMin tenía un tatuaje en la espalda y le expresó en antelación su gusto por ella. Cuando se desprendieron de sus labios se miraron con cariño hasta que JungKook decidió hablar.
—Han pasado pocos días desde que formalizamos y te juro que he sido más feliz que en los últimos años—conectó su frente con la del rubio—Te traje aquí porque quiero que la luna sea testigo de este momento donde te entrego mi vida entera—nuevamente JiMin derramaba lágrimas de felicidad—Estoy muy enamorado de ti y dudo mucho que vuelva a sentir lo mismo por otra persona. Te prometo que jamás te dejaré y si te escapas te perseguiré como desde siempre lo he hecho.
—JungKookie, te prometo que jamás me iré. Te prometo que me quedaré contigo hasta el final—el rubio era un mar de lágrimas para ese momento, al igual que su novio—Si tu te vas también te perseguiré. Hasta el fin del mundo.
Ya no había más palabras, sólo besos que darse para reafirmar sus palabras conjuntas en una promesa de amor donde la luna era testigo principal. Era la misma que observaban cuando todo un océano los separaba, anhelando algún día poder verla juntos. Por fin se cumplió y cualquier barrera que existiera entre ellos desapareció. Para ese momento sólo importaban ellos dos y nadie más. Sus ojos sólo se miraban entre sí. Sus corazones latían mutuamente por los dos. Estaban juntos y nadie podría cambiar eso. Sólo ellos mismos tenían ese poder, pero no estaban dispuestos a conciliar una vida sin pertenecerse mutuamente.
Holii. Pues hasta aquí el cap de hoy que quedó muy largo por la cita de Jimin y Jungkook.
Me sentí inspirada así que decidí meterlo en este capítulo.
Y bueno, un pequeño spoiler jajajja bueno no tan así. Para el lunes tomen asiento que el siguiente capítulo se vieneeeee!!!!!
Les agradezco el apoyo y el amor. Me despido de una vez de ustedes porque estoy muriendo de sueño.
Espero les haya gustado.
Nos leemos después!!!
Los tkm!!!!!💜💜💜
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