¿Ya estás lista, Angy? -pregunto la linda pelinegra del otro lado de la puerta-

Un momento -dije lo suficientemente fuerte para que ella escuchara-

Hoy es el famoso «Dia del amor y la amistad», un día que los comerciantes usan para vender cosas románticas e inútiles a todo ser humano que pase por sus establecimientos, hoy las personas derrochan miel y dinero en sus amantes, los amigos celebran sus respectivas relaciones, algunos hacen propuestas importantes y las personas solteras se dividen en tres grupos: los que se deprimen por su soltería, los que la celebran y los que no se interesan en eso; yo por mi parte hace unos días entraba en la segunda categoría de solteros, pero ahora que Luciana regresó pase de ser soltera a tener de nuevo una relación con la perfecta pelinegra de ensueño; hoy iremos a una cena que organizaron Serena y Lizzy que me tiene muy emocionada. Salí de mi habitación y caminé rápidamente hasta la sala donde me espera mi novia.

La espera valió la pena... -tomo una de mis manos y tiró de ella hasta pegar mi cuerpo al auto- estás deslumbrante -acaricio mi mejilla con su pulgar-

Gracias -respondi avergonzada por sus palabras- tú también estás muy bonita...

Muchas gracias -beso mis labios efímeramente- ¿Nos vamos?

Si, solo iré por mi bolso -asintió-

Me aleje de ella, tomé el bolso y verifique que tenga todo lo que necesito osea las llaves de el departamento, la cartera y mi móvil, este último empezó a sonar de pronto así que lo tomé y respondí mientras caminaba hacia la salida de el departamento.

Hola -dije seria-

Hola, Angy -respondio la ya conocida voz de Cameron-

Cameron... -susurre sorprendida por su llamada-

¿Estás ocupada? -pregunto entre sería y triste-

Voy a salir... -respondí de nuevo con esa punzada de culpa en el pecho-

Oh... Pensaba invitarte a cenar a algún lado -suspiro-

¿Lo dejamos para otro día? -mi chica se quedó mirandome interrogante-

Tal vez -sin más termino la llamada-

Me quedé quieta un instante mientras la culpa se disipaba un poco, luego regrese la vista a Luciana quien me miraba curiosa.

Era Cameron -su curiosidad fue reemplazada por la seriedad-

¿Que quería? -pregunto sin molestarse por ocultar sus celos-

Invitarme a salir -suspire-

¿No sabe que tienes novia? -enarco una ceja-

No en realidad, no la he visto desde el día en que regresaste -tome su mano y así caminamos hasta el elevador-

Pues deberías decirle... No te prohíbo que la veas por qué no tengo ese derecho, pero tampoco quiero que se te acerque con sus estúpidas segundas intenciones -entramos a el cubiculo metálico-

Relájate, Lucy -dije divertida- si ella tiene segundas intenciones conmigo me encargaré de hacerle saber que te amo a ti -aprete ligeramente su mano-

Está bien -sonrió más tranquila-

El transcurso hacia abajo fue silencioso, luego salimos de el edificio y entramos a mi auto, ella como conductor y yo como copiloto; en el camino tampoco hubo conversación así que me dediqué a observar la ciudad y lo poco que se aprecia de el anochecer, también me tomé el tiempo de pensar en Cameron... La verdad me da algo de lastima su situación, pero no sé que esperaba que ocurriera si ella sabe todo lo que me ha pasado a lo largo de estos meses, ¿Esperaba que olvidará todo y me quedara con ella? ¿Esperaba que la eligiera por encima de Luciana? ¡Es una tontería! Por supuesto que no la iba a elegir a ella por encima de mi preciosa pelinegra, ni siquiera la conozco lo suficiente. Tardamos poco menos de una hora en llegar al departamento donde viven mi hermana y su prometida, en seguida bajamos de el auto y nos adentramos en el edificio.

¿Crees que se sorprendan de verme? -pregunto una vez que estábamos subiendo en el ascensor-

Serena y Lizzy ya saben que regresaste, se los dije está mañana -sonreí- supongo que Nicole y Freddie ya saben y los demás no te conocen así que no hay problemas... Solo sé linda ¿Okey?

Claro -sonrió-

Tardamos poco tiempo en llegar a la puerta, toque el timbre y de inmediato salió mi querida cuñada Elizabeth.

¡Angy! -dijo alegremente- que bueno que llegaron -me beso la mejilla y luego hizo eso mismo con Lucy-

Tardaron en llegar -Serena se acercó a mí y me abrazo- me alegra verte

A mí también me alegra verte -sonreí-

Luciana... -dijo sería mientras observaba a la pelinegra- que gusto tenerte de vuelta

Hola, Serena -respondió nerviosa-

Vamos a presentarte -la tomo del brazo y tiró de ella hasta los chicos a quienes yo ya conozco- chicos, ella es mi cuñada Luciana...

¡Ah! Con que tú eres la que le destrozó el corazón a mi pequeña -dijo Candice con gesto de molestia-

¡Candice! -la regaño Sebastián- lo siento, chicas... mi esposa suele ser un dolor de cabeza -sonrió- es un gusto conocerte formalmente, Luciana

Ella es Miley, la hermana de Lizzy -le dije a la pelinegra mientras le daba la mano a la pequeña rubia-

Es un gusto -dijo mi chica-

Y bueno, a ellos ya los conoces... -dije señalando a Nicky y Freddie que la miran con cara de pocos amigos- hola, chicos -sonreí tratando de aligerar el ambiente-

Hola, Angy -la pelinegra beso mi mejilla con una sonrisa- Luciana -saludo de forma seca-

Hola, Nicky -sonrió cínica sabiendo claramente el por qué de la actitud de mi amiga-

Freddie por su parte solo nos ignoró a Lucy, a mí y tal parece que también a Nicole; la cena transcurrió de forma tranquila, comimos, hablamos de varias cosas y casi todos parecen divertirse mucho a excepción de Freddie que parece molesto con todo el universo; Serena y Lizzy hablaron sobre los preparativos de su boda de los cuáles se está encargando Candice, se ven muy emocionadas por su boda... Tanto que inevitablemente me desvíe hacia la época en la que yo planeaba mi boda con Carolina, me sentí melancólica pero no de una forma triste... Más bien me sentí feliz de haber vivido eso con la pelirroja, nuestro matrimonio fue maravilloso a su manera y jamás podría arrepentirme de el.

Serena... Lizzy... se que está cena es suya, pero quisiera poder decirle algo a Angélica si ustedes me lo permiten -dijo Luciana ganándose la atención de todos-

Por supuesto, querida -dijo Lizzy a lo que mi hermana asintió-

Angy... -su dulce mirada se posó en mi- creo que jamás en mi vida me había enamorado tanto como me he enamorado de ti, sin duda eres y siempre serás el gran amor de mi vida -sonrió- es por eso que quiero hacerte una petición... -saco un brillante anillo de su bolsillo- ¿Te casarías conmigo?

Todos los presentes no pudieron ocultar su sorpresa y su emoción por el acontecimiento, yo solo podía observar a la pelinegra con lágrimas en los ojos.

Si... Si quiero -Lucy deslizó el anillo por mi dedo y luego me besó sellando así nuestro compromiso-