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Cara a Cara

Me encuentro al borde de un colapsó nervioso...y seguro se preguntan «¿Que le pasa ahora a esta loca?» pues en unos minutos tengo que ir a visitar a Isabella a el reclusorio, no por qué tenga algo oficial que tratar con la ley, sino por qué la carta que me trajo Luciana el día de ayer logro desestabilizarme...no tengo idea si fue ella quien la envío realmente, pero siendo una loca que trato de matar a Lucy supongo que hay una gran probabilidad de que haya sido ella.

No tienes que hacer esto -afirmo Nicky- podemos decirle a algún policía para que haga algo con respecto a eso

No, necesito enfrentar esto sola -dije mientras terminaba de atar mi cabello en una coleta y caminaba hacia afuera de mi edificio- y no me pasará nada por qué la veré en supervisión de la policía...no te preocupes por mí 

Es complicado no preocuparme si irás a ver a la tipa que mato a Zaira, a Vincent y a...bueno a Carolina -suspiro-

Pero no podrá hacerme nada -me acerque a ella y besé su mejilla- te veré en la oficina ¿De acuerdo?

Si...cuídate mucho ¿Si? -asentí y entonces me aleje de ella hacía mi auto-

Entiendo muy bien su miedo al pensarme cerca de Isabella, pero lo cierto es que no podrá hacerme nada, primero que nada por qué se que ella no desea hacerme daño a mi...y segundo por qué está en la cárcel; debo pensar en que le diré...podría solo llegar e ir directo al punto, la verdad no me interesa hablar de nada más con ella, solo quiero saber si esa carta la envío ella para poder alertar a las autoridades o hacer algo al respecto. Tarde poco más de una hora en llegar, bajé de mi auto y caminé a lado lento hasta la entrada de visitas que tiene este lugar, una vez que ingresé al lugar me someti a una revisión de rutina, después me llevaron por un pasillo pequeño y me hicieron entrar a una especie de estancia...la verdad es que es más linda de lo que esperaba, dentro de este lugar hay algunas mesas con sillas, las paredes están pintadas de color blanco y tiene varias luces que hacen parecer que entra algo de luz natural, la policía que me llevo hasta es lugar me guío hasta una de las mesas y se fue sin decir nada, me senté en la silla que la verdad está muy incómoda y me dispuse a esperar a que Isabella apareciera lo que no tardo mucho, la castaña salió de una puerta y de inmediato su mirada dió con la mía, una sonrisa apareció en sus labios y sus ojos brillaron de una forma curiosa lo cual le confundió mucho, en cuestión de segundos la tuve frente a mi, está usando una camiseta blanco, un pantalón gris y trae el cabello atado en una coleta baja.

Angélica -pronuncio mi nombre con cuidado- ¿Cómo has estado?

No vine a socializar contigo, Isabella -afirme seria-

Entonces, ¿A qué se debe tú visita? -se sentó en la silla frente a mi y sin quitarme la vista de encima-

Ayer llegó una carta dentro de un sobre rojo al departamento de Luciana...-inicie tratando de sostenerle la mirada- era una amenaza hacia ella, no tenía remitente y yo...

Piensas que yo la mandé -enarco una ceja, yo solo me quedé callada- Angélica, por si no lo notaste yo no puedo salir de aquí...¿Cómo piensas que deje esa carta en el departamento de Luciana?

Pudiste dársela a alguien -afirme seria-

No puedo entregarle cosas a las visitas -susurro- deja de hacerte historias en la cabeza...yo estoy aquí encerrada y no hay forma de que esa carta sea mía, además, yo la hubiera puesto en un sobre morado por qué es tu color favorito...-sonrio ligeramente-

Si, tienes razón -suspire exasperada- lamento estar molestándote yo solo quiero respuestas...

No te preocupes, puedes venir de visita las veces que quieras -me levanté de la silla- ¿Te vas tan pronto?

No tengo otra razón para quedarme a hablar contigo, no somos amigas -la mire una última vez antes de irme-

Salí de ahí prácticamente corriendo, pensé que esto sería una buena idea, pero ella me asusta, además...tiene toda la razón fue tonto de mi parte pensar que esa carta es de ella si está recluida en ese lugar, supongo que fui muy ingenua...pero aún debo saber quién está detrás de esa carta. Subí a mi auto y lo puse en marcha con rumbo a la oficina...

Zafira...-como siempre la rubia apareció en un santiamén en el asiento de copiloto-

¿Por qué fuiste a ver a esa asesina? -cuestiono seria-

Sabes por qué fui a verla -suspire- esa carta no me deja estar tranquila...me preocupa lo que pase con Luciana

Ella ya no es tu problema, Angy -afirmo tranquilamente-

Si lo es, ella está aquí por mi -dije sin quitar la vista del camino-

Dejo de ser tu problema en cuanto decidió irse...ahora es problema de alguien más y mío aunque no quiera -suspiro-

No deberías ser tan mala con ella...no tiene la culpa de lo que pasó -sonrei ligeramente-

Pero tú si tienes la culpa de ir a visitar a la mujer que arruinó todo -afirmo con evidente molestia-

Necesitó saber quién envío esa carta, Zafira -suspire- ¿Tú sabes algo?

No, no tengo idea -dijo seria- y aunque la tuviera, no te vas a volver a poner en riesgo mientras yo esté aquí...

Pues no me quedaré de brazos cruzados -afirme seria-

No puedo creer lo parecidas que son -dijo de pronto-

¿Quienes? -enarque una ceja-

Tú y Carolina -me detuve en un semáforo y la mire confundida- ambas son capaces de hacer una locura por amor y son las personas más necias con la que he tratado...

¿Has hablado con ella recientemente? -pregunte mientras ponía en marcha el auto de nuevo-

Claro, todos los días está molestando -afirmo divertida-

Podrías decirle que venga a verme algún día...-mordí ligeramente mi labio-

Si, yo le diré...-sin más desapareció-

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