Capítulo 21
*
La comezón en mi cara era horrible, si tenía sobre la cara uno de esos insectos asquerosos que rondan por el Área, voy a gritar hasta quedarme sin voz.
Paso mi mano por mi rostro intentando ahuyentar al insecto infernal. Para mi sorpresa un gracioso me puso algo en mi mano que ahora está embarrado en mi cara.
-¡Hijos de...! -escupo lo que entró en mi boca; lodo.
Me incorporo buscando al responsable que acaba de firmar su sentencia de muerte. Sus carcajadas indican que no está tan lejos de mi, a mi izquierda, un metro de distancia.
Antes de decir algo, me lanzó sobre él.
-¡Shuck! -exclama de camino al piso.
Rodamos unos cuantos metros, forcejea para zafarse de la muerte que tiene asegurada. Aún tengo algo de lodo en la palma de mi mano.
Quedo ahorcajadas sobre él, antes de darle una cucharada de su propia medicina, logra dar vuelta y quedar arriba mío.
-¡Fue una simple broma! -protesta-. ¡Cálmate ya!
-Eres hombre muerto, Newt -sentenció.
Vaya hermanito tengo. Seguimos en una lucha para ver quien queda arriba de quien, aun bajo los gritos de Alby de que nos separemos.
Algunos protestan al pasar bajo sus pies. Logro someterlo lo suficiente para llenar su rostro de lodo, quito un poco de mi cara y lo unto en el suyo.
-¡Ángela, no hagas un drama! - es difícil tomarlo en serio con el rostro embarrado de lodo.
-¡Jodete! -damos vueltas.
Mi cabello está lleno de pasto, mi ropa ya está sucia por todo lo que nos hemos pasado en el suelo. Newt no está tan limpio que digamos.
-Cálmate, te quiero decir algo -por fin me inmoviliza.
-¡¿Qué?! -espeto. No voy a olvidar que interrumpió mi momento de paz.
-La Caja subió...
-Ya lo sé, Chuck me contó -la interrumpo.
-Trajo una chica -explica-. Tenía una nota que ella era la última, también balbuceaba que todo iba a cambiar y luego se desmayó.
-¿La última de todos? ¿No enviarán más? -mi mirada era de pánico.
-No lo sé -se recuesta a mi lado, dejando en claro su frustración. Pasa un brazo sobre sus ojos-. Ahora hay que esperar a que despierte de su coma para hacerle unas preguntas.
-Eh -llamo su atención. Apoyo mi peso en un brazo-. Ya despertara, ¿ok? Deja de preocuparte tanto. Mira, para que veas que no te guardo rencor por despertarme de ésa forma, yo misma hablaré con ella.
Sonríe agradecido.
-¿Qué hice para merecerte, cara de mono? -exclama, lanzándose a embarrarme más lodo en la cara.
-¡Newt! -rio.
No lo digo a menudo, pero amo a mi hermano. Lo quiero así de celoso y sobreprotector, ¡lo adoro!. Por el contrario, ¿Qué fue lo que hice yo para merecerlo?
-Es linda -argumenta.
-Claro, si te gustan las chicas medio muertas -objeto.
Nos quedamos tirados con los ojos entornados por el sol hasta que una silueta ya conocida se interpone. Thomas nos observa curioso y divertido.
-¿Qué hacen ahí tirados? ¿Y por qué están sucios? -ríe.
-No es nada, tuvimos una pequeña pelea -Newt le resta importancia.
-¡Pequeña! -objeto.
-ok, fue una mini guerra civil -acepta.
Asiento, dando por verídico lo que dijo mi hermano. Newt se va por que dice que no quiere hacer mal tercio.
-¿Qué tal tu día libre? -me ofrece una de sus manos para ayudarme a ponerme de pie.
Entusiasmada le cuento con lujo de detalles el día que tuve. Hasta nuestro plan con Chuck de dormir una noche en el bosque, protesto por no quererlo llevar, pero nadad que un beso y una amenaza no solucionen.
-Quien nos viera diria que en esta relación tu eres la que manda.
-Es un cincuenta, cincuenta -nos señalo a ambos-. No quiero que piensen que soy una manipuladora.
Toma mi rostro entre sus manos, imprime sus labios sobre los míos y comienza a besarme de una forma sublime pero a la vez territorial. Algo me dice que aquí huele a celos.
"Tommy, no es que me moleste, pero ¿desde cuando eres tan posesivo?".
"Sólo quiero recordarles a todos quien es tu novio".
Al separarnos veo a nuestro alrededor. Nadie esta mirándonos, ni quien nos haga en su vida. Por pura curiosidad intento saber en que piensa Thomas.
Desde su perspectiva unos Larchos me miraban de una forma para nada apropiada, otros se excedían con lo de las miradas y le ganaron los celos.
-Hoy subió la caja con suministros y una chica loca que esta inconsciente en la Finca -comunico.
-¿Otra? -la curiosidad baila en sus ojos. Meneo la cabeza.
-Vamos a verla -entrelazo nuestras manos.
Jeff nos lleva a la habitación se la chica. Continua inconsciente, duerme plácidamente. Es exageradamente pálida, de cabellos negros y complexión delgada.
Thomas la ve fijamente. Tampoco es para que exagere, no es que se este cayendo de bonita, Ronco es más lindo.
-¿Te traigo una cubeta para la baba o prefieres que la apare con las manos? -junto mis manos y las pongo abajo de su barbilla.
-¿Qué? -arruga el entrecejo.
Este hombre es más lento que una maldita tortuga. Quiero borrarle de un golpe esa estúpida sonrisita.
-Ángela, no te hagas ideas erróneas. Solamente me pareció verla antes, creo que la conozco de alguna parte.
-mhm.
-Bonita... -volteo en otra dirección-. Por favor...
Al diablo, me voy de aquí. ¿Quien iba a pensar que soy extremadamente celosa? ¡Pues yo!. Pego un brinco y miro a Thomas confundida.
-¿Por qué me nalgueas?
-Escuche por allí que si la vida te da la espalda le agarres las nalgas -explica, sonriendo malicioso.
-¿Y eso qué? -vuelvo a preguntar.
-Tu eres mi vida -responde.
Romeo le llaman. Ruedo los ojos volviendo a caminar hacia la salida. Internamente me estoy sonrojando, grito de emoción.
-Te quiero.
-¿Qué? -volteo a verlo.
-Te quiero -repite.
-Te escuche la primera vez, es que esperaba un bes...
Y me beso.
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