# 2.
—Toma, esto te ayudará.
Tomé la pistola con mis manos y comencé a mirarla con detenimiento.
—Es de alto calibre, así que está bien para tí. Bien, solo apunta de frente y...—mientras me daba indicaciones, olvide por completo mi alrededor y disparé a ese montículo de palo y paja. Para mi suerte alcanzó llegar al centro.
—Muy bien, tú has nacido para esto, aunque te falta más experiencia. Sólo práctica y te saldrá mejor. Ah y en cuánto termines, dedicate a limpiar la casa mocoso.
—Me da igual. —ahora respondo porque debo darme mi lugar. Sé que no cambiará de parecer este hombre, pero así de desgraciado es. Mejor para mí, ya que no soporto la suciedad. En ese cochinero de hogar que tenía, lo único que daba buena imagen era la limpieza y el resto una mierda total, ¿Para qué me quejo? Si siempre es así.
Con la limpieza, al menos tengo paz, porque si se trata de regresar a lo que estaba haciendo, ese viejo me sacaría de mis casillas. La única distracción que puedo tener.
Ya anochecía y seguía limpiando. Lo hacía a propósito para que no me moleste y menos mal que pasaba. Igual algún día saldré de ésta inmunda cochinada de mierda. La fuerzas me quedaban, por lo que no dormía cuando iba a mi habitación supuestamente para descansar.
Agarré un cofre donde estaban todas mis pertenencias más valiosas. Cada noche hacía eso desde ese entonces. Un tiempo deje de hacerlo porque terminaba agotado, pero ahora he decidido hacerlo. Me llena de nostalgia recordarla con tan solo tocar esta alhaja. ¿Qué más puedo desear? He tenido una madre por algún tiempo, la cual creo que no lo he aprovechado del todo bien, en mi opinión. Ahora vivo ésto que no sé que es lo que conllevará. ¿Qué haré? Después de todo uno no sabe que es lo que pasará. Me pongo a pensar muchas cosas pero no sé que es lo que sucederá. Tengo muchas interrogantes en mi cabeza, solo espero que ésto termine. Ya.
Otra vez por las mañanas siempre se repetía la misma rutina. Algo que se suscitaba normalmente todos los 365 días del año. Además ya no me sorprende nada que venga de él. En las mañanas entrenamiento y en las tardes, también la gran parte de noche, hacía sus travesuras, apesar de que yo esté presente y todavía en su casa, ni que fuese extraño, además que puedo decir, como él mismo dice soy un mocoso, pero al menos pienso y tengo criterio, y no soy un burro que hace las cosas sin pensar como él lo hace.
Cada vez se vienen más obstáculos, y obviamente lo digo por mi, porque lo que es él ni mejora o hasta al menos no ha empeorado. Eso agradezco al menos.
Los años transcurren sin que me dé cuenta. Ahora ya tengo 18 años y quiero valerme por mí mismo, tal y como lo dijo en mis primeros entrenamientos para robar. Ya está dicho, así que no puedo cambiarlo.
Ya llegó mi momento, ahora todos los entrenamientos que me ha brindado, ya va a dar frutos. Justo en ese instante era de noche, así que voy a aprovechar. Traía muchachas a la casa, y por lo que escuchaba ahí, eran gemidos de los dos. Además sé donde guarda todo el dinero, aparte que ese dinero es relativamente mío y me corresponde, ya que él no hizo ni mierda. Yo lo gané de mi trabajo, cosa que no lo ha hecho él. Agarré todo hasta el último centavo. Salgo con mis cosas ya todo preparado. Veré la forma de comprarme un apartamento por la ciudad e insumos que necesitaré. Pero antes, me cortaré el cabello, para que no me reconozcan del todo. No tengo opción de que darme con ese “sobreapellido" cómo le digo, porque eso es lo que pienso. Seré otra persona, pero con mi ahora carácter, gracias a la educación y crianza que me ha brindado mi “maravilloso" tío.
Logré al menos alquilar un apartamento, ya que no encontraba para comprarme uno. Era todo polvo, y eso me causa alergia. Debo sentirme satisfecho al menos con las enseñanzas de Kenny y eso que veo el lado bueno suyo de haberme enseñado. Limpié todo en menos de dos horas, no aguanto ver así las cosas, para nada. Cambiaré un poco mi realidad pasada, a mejorarla a algo mucho mejor actualmente.
Decidí a salir a caminar. Ví como los de la policía militar volaban por los aires, gracias a su equipo de maniobras tridimensionales. Como si me importará, seguí con mi paso. Al llegar hasta un determinado de punto donde todas las personas rebalzaban por los comerciantes a hacer sus compras. Había un muchacho así casi de mí misma edad, iba pidiendo limosna o robaba, por lo que veía. Me acerqué.
—¿Qué hace?.—respondo con frialdad.
—Lo que ve.
—¿Robando a la gente?.—abrió los ojos desmesuradamente.
—¿Qué le hace saber que lo hago?
—A Miles de kilómetros se observa sus acciones.
—Pues aquí hay gente necia, que no se da cuenta.
—Y, ¿Pensaba que una persona como yo no se daría cuenta? Soy inteligente, no bruto.
—Oiga...
—¿Qué?...si es la verdad, si uno mira más haya de lo que vé es un persona intachable, al menos para mi.— me retiro.
Lo dejé con la palabra en la boca, me da igual. Además, no hay nada disculpa con lo que se pueda tapar. Tsk...da lo mismo.
Voy devuelta a la casa, pero sentía una presencia que estaba cerca de mí. Tsk...total se va a ganar esa persona la peor tortura de su vida.
No voy deprisa, además mis reflejos actúan por sí solos, cuando alguien quiere acercarse hacia a mí. No soy el culpable de eso.
Llego a la casa, pero antes de cerrar la puerta, algo obstruía. Había puesto un pie una persona. Abrí bien la puerta. Sabía quién era.
—¿Qué quieres?
—No tienes que contarle a nadie sobre lo que has visto, me pueden llevar a la cárcel por esa aclaración.—se agarró de mí con sus asquerosas manos y un cuchillo acompañado.
Hice una maniobra y le quite rápidamente el objeto, tirándolo al suelo, casi haciéndole una llave para que no se resistiera.
—Si te callas, ¿No crees que es mejor hablar calmadamente como personas civilizadas?
—Agh... suéltame por favor, me rindo....
—Como quieras.— lo empujó al suelo.
Continuará...
****************""""""""""""""""
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro