Capítulo 26 ~ Ataque (4)~
Sonic POV:
Disparos, explosiones, gritos. Disparos, explosiones, gritos. Disparos, explosiones, gritos. Disparos, explosiones, gritos.
Es lo único que escucho.
Estoy a ras de suelo, en un charco de sangre, me he quedado sin munición y sin ganas de seguir. Estoy exhausto.
Una madre con un niño en brazos corrieron pasando por mi lado. El niño bajó de un salto y se arrodilló ofreciéndome su mano, quería ayudarme, tal cosa me enterneció. Su madre sólo lo miró preocupada. Él tocó mi dedo índice el cual era equivalente al tamaño de su diminuta mano, lo apretó y me sonrió.
Fue lo último que su madre vio de él. Una bala traspasó su pequeño y débil cráneo, salpicándome de sangre. Ya no podía hacer nada por él.
Me alarmé, me moví pecho tierra hasta detrás de un pequeño muro compuesto de costales rellenos de un material difícil de traspasar.
Me senté, recargando mi espalda en los costales con el riesgo de que un calibre grueso lograra su cometido. Fue entonces cuando escuché el recambio de un cartucho. Miré a donde provenía el sonido, una pistola marca beretta, apuntándome. El cañón topó con mi frente.
Quien portaba el arma de fuego era la madre del chico, tenía el rostro repleto de lágrimas saladas. Sé lo que se sentía perder a alguien, la exasperación, impotencia y agresividad se fusionan, creando así, las ganas de ver más sangre; querer degollar y fusilar a el culpable.
Si me mataba, por una parte estaría agradecido con ella, terminaría con este sufrimiento, encontraría paz.
Su puntería cambió drásticamente de dirección, la colocó debajo de su mandíbula y haló el gatillo. Cayó.
Decidió ir por el camino fácil.
Miré mi mano, justo la que él había tocado, quiso ayudarme, tenía un alma bondadosa; era un ángel creciendo en un infierno. ¿Qué habría pasado si yo hubiese muerto y él no? Venía únicamente con su madre, no es de mi incumbencia, pero¿su padre estará muerto? ¿Ó estuvo sin él desde el principio? Sea cual sea la respuesta, había altas posibilidades de que el chico creciera con rencor, este no era el mejor escenario para un infante.
Lo mismo que pasaría con Manic y Sonia si no tienen a alguien que los guíe. Ya perdieron a papá y mamá, no uno más. Ellos son mi primera razón para sobrevivir.
Me arrastré hasta la pistola al lado de su cadáver. La tomé y me vi tentado a imitar la acción de aquella mujer desconsolada. ¿El suicidio sería lo mejor?.
"Quiero una vida contigo después de esto."
"—Si yo estuviera en peligro... ¿Arriesgarías tu vida por mí?
—Sí... Lo haría..."
"Solté al mundo, para sujetar tu mano... Te apoyé en los peores momentos, yo... Siempre confíe en ti."
La respuesta fue: no. Tal acto sería cobarde y egoísta. Sólo pienso por mí. ¿Qué pasaría con los demás?.
"Quiero verte feliz..."
Aquellas palabras que alguna vez pasaron por mi boca, repicaron en mi cabeza. Definitivamente mi muerte no sería algo que la hiciera feliz.
¿Segunda razón para vivir?.
Sonic: Ella. —Respondí incorporándome.
¿Tercera? Mis amigos. Empecé a desplazarme.
¿Cuarta? Mi bando. Apunté a un individuo.
¿Quinta?.
Sonic: Mis promesas. —Hablé entre dientes. Acometí contra un Halcón.
Con eso basta. Aún tengo mucho por que vivir.
Amy POV:
Mientras más me adentraba, más me preocupaba por él. Ver tanto dolor y sufrimiento en un mismo lugar, no era nada fácil de digerir.
Mi ser no aguantó más, no pude comportarme con indiferencia, ¿y cómo hacerlo al ver esas escenas? Fue así como el plan de salvar a Sonic, se vino abajo. No podía sólo concentrarme en él cuando hay más involucrados. Mi naturaleza me lo impedía.
Opté por empeñarme en sacar de ahí a cuantos más pudiese, muchos de ellos moribundos y en extrema agonía; tenía muy en claro quienes no lo lograrían, pero tampoco quería dejarlos desamparados. A su vez, intentaba hallar a Sonic entre los disparos, sin embargo, mi aportación a su búsqueda fue casi nula, el terreno era enorme.
Sonic POV:
Disparé en la mitad de su garganta, un gran chorro de sangre comenzó a emerger, intentó cubrir la herida con sus manos, ensangrentándolas aún más, rodó en el suelo, estaba desesperado. Lo dejé ahí. Sufriendo. Desangrándose. Y finalmente, muriendo lentamente.
Sonic: Púdrete en el infierno, maldita bazofia. —Deseé.
El lugar estaba devastado, no faltaba mucho para la explosión, morirán inocentes; niños, mujeres, ancianos, en fin, todo aquel que siga aquí. Me siento inservible, pues no puedo hacer nada para impedirlo. Sólo me queda luchar.
Detrás de una de las paredes observé a una pareja de erizos adultos. Se abrazaron fuertemente, el sujeto le besó la cabeza, ambos soltaban lágrimas. No sabía qué hacer, uno de ellos portaba el una bata de doctor, era del Bando contrario, ¿significaba que tengo que matarlo? Él sólo está luchando por su amada. Sentí punzadas en mi corazón, sé lo que era luchar por amor. Decidí ayudarles, si se mostraban agresivos conmigo no tendría de otra que disparar.
Me adentré a la zona de batalla. Lamentablemente no logré llegar ileso. Una bala penetró mi brazo, impactó justamente al lado de un corte profundo que me había hecho anteriormente con los cristales. Apenas miré la cantidad de sangre que escurría hasta mis manos aparté los ojos de allí, no quería alarmarme.
Sus miradas reflejaban temor, estaban horrorizados. El color de su piel era plomizo, su rostro se encontraba completamente pálido... Justo como el de Amy cuando acabó con la vida de alguien por primera vez.
Comportamiento parecido. Características físicas similares...
Oh, Ames. Los encontré.
Sonic: Tome. —Mi chaleco se lo entregué a la dama.— Síganme, no se separen, mis pies son sus guías.
Recargué mi arma, mirando mi herida más reciente de paso, me mordí con fuerza el labio. Entendí por qué esta vez era tanto el ardor y el entumecimiento.
Me moví por los lugares más cubiertos que encontré, vaciando el cartucho en cada ocasión, todos se refugiaban detrás.
Quisiera darles una mejor presentación que la de un asesino.
Por supuesto, esto ayudó a que se sumaran más acompañantes y posibles sobrevivientes. Sin embargo, muchos caían muertos a mitad del camino. No solía tener preferencias, pero no puedo mentir con que fui un egoísta al esmerarme en proteger estrictamente a sus padres. Un armadillo se acercó corriendo al grupo, era Mighty. Le apunté, no me fiaba de él aunque fuésemos conocidos.
P: Es amigo nuestro. —Bajé mi arma.
Cuando finalmente llegó, me entregó un arma. ¡Para nada! Yo no seré el único. Le devolví el arma y le proporcioné un cartucho. Puede que no lo conciderara como alguien de confianza, pero necesito a alguien que me cubra.
Sonic: Más te vale saber disparar. —Fue lo último que vocalicé antes de cometer otra estupidez. Salir de la seguridad del muro al terreno descubierto, y sí, sin un chaleco de balas que me protegiera.
Tomé firmemente un cadáver. Lo coloqué frente a mí y lo usé como escudo hasta llegar nuevamente con el conjunto que venía liderando. Estando protegido, le arrebaté una de sus prendas, un chaleco que seguramente le fue dado por Scourge, Sally, o alguien de mis similares. Ésta misma le otorgué a el padre de Rose.
Amy POV:
Tails: ¡Amy!
Su voz me sacó de lo más profundo de mis pensamientos, mi ubicación ya no era la Base de los Halcones. Sino el Campamento. No fui yo quien quiso regresar, enviaron a alguien a traerme devuelta. En cuanto llevé al grupo de heridos a la zona segura donde nos esperaría el camión, el conductor se aseguró de que todos nos marcháramos de una vez. Rouge y Scourge le habían dado órdenes para que me trajeran de regreso.
Más que rescate, pareció un secuestro.
Tails: Requiero un analgésico.
Miré el interior del botiquín.
Amy: Morfina, inyéctasela.
Era todo un caos. Realmente éramos muy pocos los que tuviéramos algún conocimiento sobre medicina, esto provocó que no todos fueran atendidos a tiempo, y como ya es obvio, perdiéramos muchas vidas.
Aquí, actuar con rapidez era la clave, nuestro peor enemigo era el tiempo. Terminé con mi paciente, miré al que le seguía; éste era un hombre de mediana edad. Ya no respiraba. Coloqué mis manos en su pecho y presioné, tenía a su lado a lo que supongo era su amigo o familiar.
Por más que intenté, no logré que el oxígeno llegara a sus pulmones.
Fiona: Ya déjalo y encárgate de otro.
Aún había una posibilidad, pero me tomaría demasiado tiempo. En verdad que, dolió apartar mis manos y atender a alguien más.
Aquel hombre que se encontraba al lado intentó hacer lo mismo que yo, gotas de agua salada salían de sus ojos para morir en las prendas del sujeto.
Amy: Lo lamento. —Susurré con lágrimas a punto de querer salir.
Sonic POV:
Sonic: Por aquí.
Ya nos encontrábamos corriendo por el camino de tierra destinado para los camiones. No había ninguno de los autos. Maldecí en su momento, mas al ver que unos minutos después uno se acercaba, sonreí.
Dio un giro muy brusco para poder abordarlo desde la parte trasera. Intenté ayudar a subir a uno de los niños. Pero mi brazo ardía.
Sonic: Mighty, súbelos tú. —Pedí mientras miraba el estado de mi herida.
Me preocupé. Estaba cubierta por tierra y polvo pero aún así seguía sangrando. Tenía que retirarme en este viaje si no quería morir.
Dos manos se posicionaron en mi brazo sangrante. Levanté la cabeza, era el padre de Amy. Desgarró parte de su ropa y apretó la herida. No mucho, pues tampoco había que obstruir la circulación de sangre en el resto de la extremidad.
P: Esto detendrá un poco la hemorragia.
Sentí un tacto en mi hombro. Me giré, una suave mano de mujer acarició mi mejilla.
M: Lo has hecho muy bien. —Analicé sus palabras mientras ella me daba tenues caricias. Quería que me retirara de la batalla.— Fuiste muy valiente.
Sonreí como si no existiese dolor alguno. La abracé. Sollocé en su hombro, a la par, lo empapé de lágrimas. Eso hubiese dicho mi madre al terminar con todo este lío. Asemejé sus caricias con las que aquella mujer que me dio la vida utilizaba para calmarme.
Ella solía consolarme cada que lo ameritaba, incluso si era terco y mentía con que no necesitaba el apoyo de nadie. Desde una simple caída cuando era un niño, hasta por la estúpida razón de perder una amistad o el rompimiento de un noviazgo. Siempre estuvo ahí.
Derramé tantas lágrimas en quiénes no lo merecían. Siendo que esa agua salada debió de ser para gente digna de estimar, como mi madre, la mujer perfecta. Como quisiera tenerla conmigo una vez más. O al menos haberle dicho lo mucho que la amaba, repetírselo una y otra vez hasta quedarme sin habla.
Mighty: Su turno. —Me separé del largo abrazo y sequé el resto de mis lágrimas.
Sonic: Gracias.—Sonreí por el desahogo. Ya era tiempo de sacarlo.
Luego de darles las gracias a ambos y observar como Mighty le ayudaba a la fémina a subir, le concedí el turno a su esposo. Ellos deberían de ir juntos. Antes de que él subiera lo tomé del hombro. Le sonreí aún con los ojos rojos por tanto llorar.
Sonic: Amelia está bien.
En sus labios se dibujó una amplia sonrisa, lo mismo con su acompañante.
Era abismal la gran diferencia que había entre ambos casos. Dos padres que cambiaron un gesto de preocupación y lástima por una sonrisa al saber que su hija estaba en óptimas condiciones. Y el otro, una madre suicidándose al perder a su hijo. Se sentía bien ayudar a la gente.
El erizo adulto estaba por abrazarme gracias a la noticia. Pero el momento se vio interrumpido por el impacto de una bala en el retrovisor de la camioneta. Sin esperarse, el vehículo arrancó.
Sonic: ¡Suba!. —Mighty tomó su mano, comenzó a halarlo desde arriba la camioneta.
Yo corría detrás de la misma para darle pequeños empujones al padre de Amy. Forzando más mis capacidades.
Subió. Mighty tendió su mano, rocé sus dedos.
Debía admitirlo, fui un idiota al creer que lo lograría.
Sentí un ardor indescriptible. Ya tenía experiencia con este tipo de tortura. Lo suficiente para identificar que había pasado.
Me dispararon. Justo detrás de la rodilla. Su plan funcionó. No pude correr y alcanzar mi vehículo. Caí en el suelo, lastimándome con los desniveles y las piedras.
Esta vez pasó algo diferente a las demás. Mis oídos comenzaron a actuar de forma extraña... La forma de percibir el sonido de alrededor había cambiado.
Escuché la voz de los padres de Amy gritándole al conductor que regresara. Era de esperarse que éste hiciera caso omiso.
Miré como se alejaban y de a poco, mi visión periférica se hacía borrosa. Seguía consciente, pero la imagen de la que mis ojos eran testigos, me hacía no querer estarlo. Miraba en el suelo como dos siluetas de acercaban.
—Estuviste tan cerca. —Pronunció descaradamente el hijo de puta. Reconocí su voz con algo de dificultad.— Date la vuelta. No intentes nada, tengo un arma apuntando a tu cabeza. —Mephiles.
No protesté e hice lo que me pedía. Me di la vuelta, ahora estaba recostado boca arriba. Mis sospechas eran ciertas. Mephiles y Shadow.
Me quitaron mis armas y las descargaron.
Mephiles me hablaba. Mas no entendía lo que me decía, mi oído lo escuchaba pero con mucho impedimento, como si estuviera a metros de distancia, observé a Shadow, era algo complicado de asimilar, ¿Cómo es que llegamos a esto? Solíamos ser amigos.
Sin previo aviso, el erizo con franjas azul pálido me disparó en el abdomen. Grité.
Sentí como me comenzaba a ahogar con mi propia sangre, levanté la cabeza, pasé una de mis manos en mis labios, mostrando ese líquido rojo carmesí, la escupí. Muy mala señal.
Los miré nuevamente. Melphiles presionó mi cabeza contra el piso con su zapato.
Melphiles: Esperé esto por mucho tiempo. —Apuntó con su pistola a mi rostro.
Recordé lo que solían decir acerca de ver pasar tu vida frente a tus propios ojos. No sólo era una expresión después de todo.
¿Esto estaba pasando de verdad? ¿Iba a morir? Al menos puedo presumir de haber vivido feliz a pesar de los obstáculos.
Cerré los ojos con fuerza mientras lágrimas salían de los mismos. Disparó.
Escuché gritar a quien se supone sería mi asesino. Abrí los ojos. Shadow le había disparado.
Ambos hermanos comenzaron una disputa a disparos. No tenía como apoyar. Pensé en huir. Shadow no se merecía ser salvado. Quizá sólo me apoya por conveniencia.
Me incorporé con fatiga. Caí cada que intenté levantarme. No podía caminar y con mi vista borrosa no podía hacer la gran cosa.
Escuché un grito más. Lamentablemente este no era de Melphiles. No era una herida normal la que Shadow tenía, no era de una bala.
Con su último aliento, pateó la mano de Melphiles. Una pistola y un cuchillo salieron volando.
Mi contrincante tomó la pistola, yo por mi parte me moví y tomé el cuchillo. Entendí el por qué Shadow tenía una herida poco común.
El mismo estilo de arma que me metió en problemas. Uno con la cuchilla enroscada, aunque en este caso, la cuchilla estaba repleta de sangre.
Me acerqué. Melphiles estaba ocupado con Shadow. Dos disparos, uno en el abdomen y otro en el pecho.
Si tanto Shadow como yo morimos... No permitiré que Melphiles sea la excepción.
Actúe rápido y empuñé firme el cuchillo. Lo clavé con fuerza un poco más abajo de su nuca, justo a principios de la espalda. Posteriormente bajé por su dorso, desgarrando su piel con su propia arma blanca. Cayó moribundo y con el armamento de Shad, le llené el rostro de plomo.
Me tiré al lado de Shadow. Ya no podía aguantar mi propio peso.
Sonic: Gracias.—Pronuncié de forma seca. Muy probablemente no lo hizo de corazón, pero estaba vivo a costa de él... Al menos, por ahora.
Shadow: Él te odiaba. —Vocalizó con dificultad.— Nuestro padre murió a costa del tuyo.
Sonic: ¿Qué?.
Shadow: Tu padre era un criminal. Justo como el mío. —Acompañó cada frase con una tos.— Se aliaron. Pero luego de unos robos, tu papá decidió que sería mejor retirarse y tener una nueva vida. Mi padre lo tomó como una traición. Salió en busca de venganza y lo logró.
Me quedé estático. Todo esto fue gracias al rencor de Melphiles... Y por lo que veo, de Shadow también. Hay que ser muy maldito para callárselo.
Sonic: ¿Lo sabías?. —Tomé la pistola de nueva cuenta.
Shadow: No tiene mucho que me enteré. —Le apunté.— El mío murió junto con el tuyo. Estamos a mano. Adelante, dispara. Júzgame por algo que yo no cometí.
Sonic: Tengo razones de sobra para juzgarte. Me traicionaste, te comportaste como todo un malagradecido.
Shadow: Es verdad, te doy la razón. Caminé por el lado incorrecto y terminé por arrepentirme.
Dejé la pistola a un lado.
Sonic: No tuviste el coraje para enmendar tus errores, pero si para intentar matarme. —Calló.— Me habría gustado que termináramos de una mejor forma.
Él comenzó a toser sangre, justo como yo hace un momento.
Shadow: ¿Sabes que vamos a morir, no?.
Sonic: Era de esperarse.
Shadow: Los Halcones plantaron una bomba en su campamento.
Sonic: Lo sé. No me preocupo por eso. Sólo era un señuelo. La verdadera bomba está aquí.
Shadow: Así que si no morimos desangrados será por la explosión.
Sonic: Básicamente. Nos veremos en el infierno.
Shadow: Lo dudo mucho de ti, Maurice; yo por mi parte soy quien debe de pagar cuentas. Te agradezco todo lo que hiciste por mí.
Él cerró sus ojos. Aún no moría, pero no faltaría mucho. Decidí imitar su acción. Ya no había nada que hacer.
Ahora sólo quiero dormir...
Apaguen la luz...
Capítulos finales.
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