Capítulo 1 ~Comienzo (Amy)~
Amy POV:
¡Por fin un nuevo día!
A penas me levanté de mi cama para ir a abrir la ventana, tropecé con mi propio zapato, cayendo al suelo de un sentón junto con mi positivismo.
Bueno, quizás no sea la mejor manera de empezar el día.
Abrí la ventana de mi habitación, había un bello cielo azul, dos mariposas pasaron cruzándolo;
es un día hermoso.
Me dí un baño rápido y me vestí, para luego bajar a desayunar con mis padres. Al llegar a la cocina éstos me sonríen, en sus manos cargan algunas canastas, creo que iremos de día de campo.
Mis dudas se aclaran al ver a mi padre meter diversas cosas en el maletero del auto, unas canastas en las que seguramente hay comida, unas mantas que seguro ocuparemos para sentarnos, entre otras cosas.
P: Rose, ayúdame a cerrar esto. —Pronunció intentando cerrar el maletero, estaba tan lleno de objetos que se complicaba el poder cerrarlo.
Amy: Claro, no queremos que te rompas la espalda. —Bromeé.
P: Ja-Ja. —Rió sarcástico ante mi insinuación.— No estoy viejo.
Empujé por la parte izquierda, mientras que papá por la derecha, ejerciendo la misma fuerza y por consecuencia, cerrándolo.
P: Ya quedó. Súbete. —Sonreí y tal como me lo ordenó, fui al asiento trasero; mi madre iría adelante con papá.
Partimos rumbo a uno de los parques ecológicos de las afueras de la ciudad.
En el camino no faltaron las risas o las conversaciones de mis padres sobre sus años de preparatoria, pues hace unos días habían recibido un e-mail sobre una reunión de su generación. No paraban de hablar de sus anécdotas, aún faltaban 3 semanas para el evento, así que tengo mucho que aguantar.
Al llegar al parque, sacamos las cosas para al fin sentarnos a saborear y deleitarnos con la comida y sazón de mamá.
P: ¿Qué tal la escuela, Amy?
Amy: ¡Muy bien! Volví a salir en el cuadro de honor.
M: Es bueno oír eso. —Me dió una sonrisa. Me alegra que les guste saber de mí.
Las charlas continuaron. Muchos de mis compañeros se quejaban de sus padres, los consideran aburridos, por mi parte no es así. Son casi mis amigos.
Es con esa última frase cuando me doy cuenta de lo perdedora y antisocial que debo ser como para ser amiga de mis padres. Reí ante ese pensamiento.
P: Amy.
Amy: ¿Si?
M: Bueno, como tú ahora te encuentras de vacaciones, tu padre y yo teníamos pensado viajar a casa de tus tíos para visitarlos. ¿Te gustaría ir? ¿No tienes ningún compromiso?
—Me miro esperando una respuesta. ¿Mis tíos? Tiene tanto que no los veo. Allá están mis primos favoritos, me la pasaré bien con ellos, ¡por supuesto que voy!.
Amy: ¡Claro! ¿Cuándo iríamos?
P: Vamos a dejar las cosas a casa y empacamos ropa para 2 semanas, en cuanto acabemos nos vamos.
Amy: Entonces, ¡vámonos ya a empacar!. —Hablé con un muy notable entusiasmo.
[...]
Al terminar de empacar, cargamos combustible y partimos a casa de mis tíos. Un destino bastante lejos de la ciudad.
En el camino sólo fueron risas, pláticas, canciones y sonrisas. Pero, lamentablemente... Todo tiene un final.
Amy: No recuerdo que la casa de mis tíos fuera por este camino.
P: Estoy seguro que era por aquí.
M: ¡Argh! Acepta que estamos perdidos.
P: No estamos perdidos, verás que pronto llegamos. —Aseguró tercamente.
M: Entonces dime en dónde estamos.
P: Pues... No lo sé con exactitud, pero...
M: No lo sabes ¡porque estamos perdidos! Te dije que preguntaramos es aquella caseta de hace un rato, pero eres tan necio.
Amy: Quizás si seguimos encontramos a alguien que nos oriente. —Intenté frenar su pelea.
P: De acuerdo. —Enunció fastidiado.
El automóvil comenzó a avanzar, aún nadie se daba el lujo de aparecer, era como estar en un pueblo fantasma. Un lugar propio de una película de terror.
Seguimos deambulando hasta que, el auto comenzó a detenerse, parece que con tanta vuelta el combustible se agotó.
P: No, no, no, ¡no!, ¡Jodida porquería!. —Golpeó el volante con su palma.
M: ¿Y bien? ¿Lo empujamos?
P: No, sólo nos cansaremos más. Iremos a pie, encontramos ayuda y los traemos hasta aquí para que nos apoyen con el carro.
Salimos del auto, tomamos nuestras maletas para evitar un robo y empezamos a caminar.
Amy: Veo gente por allá. —Señalé a lo lejos.
M: ¿Crees que nos puedan ayudar a remolcar el auto?
P: No lo sé, pero supongo que de no ser así al menos sabrán dónde encontrar una gasolinera. ¡Hey! ¡Por aquí! ¡Necesitamos ayuda! —Vociferó haciendo señas con las manos.
Los individuos nos miraron, caminaron hacia nosotros, a la par que hablaban entre ellos.
Uno de ellos emitió un chiflido, dos personas más se sumaron a ellos, no tenían pinta de querer ayudar.
Amy: Ammm... ¿Papá? ¿No crees que quieran asaltarnos o algo? —No respondió, sólo los miró, creo que sospechaba lo mismo.
Miré a las casas que habían a los costados de las calles, alguien nos veía desde el tejado. Definitivamente no quieren ayudar.
Uno de ellos, justo el del centro, metió su mano en su bolsillo, sacando una pistola.
P: ¡Corran!
Ninguno de nosotros lo pensó 2 veces, sólo nos soltamos a correr. Los pasos se oían detrás, nadie de la familia quería voltear a averiguar el por qué, después de todo, a nadie le agradaría el ver de frente a los que serían los culpables de tu muy posible muerte.
No pasó mucho para que mi padre se fatigara, haciendo que su velocidad disminuyera. Fue el primero en ser atrapado por ellos, éramos testigos de como lo azotaban contra el suelo, para luego una vez en éste, lo golpearan hasta hacerle sangrar.
Amy: ¡Papá!. —Exclamé horrorizada.
Mi madre y yo seguimos corriendo, cada vez era más difícil mantener el paso no teníamos la mejor condición física. Mamá comenzaba a bajar la velocidad, el cansancio le impedía continuar.
Amy: ¡Corre más rápido! ¡No te quedes atrás!
M: Y-Ya... No puedo.
No obstante, 3 desconocidos la detuvieron. Grité al verla y seguí corriendo. Sin duda, aquello se estaba convirtiendo en una pesadilla.
El camino se hacía más estrecho, dificultando más la tarea de correr. Justo cuando la victoria se veía tan cerca, alguien se interpuso en mi camino.
Era un erizo negro con franjas grises, el cual se encontraba armado.
—Alto. —Obedecí al ver el arma, provocando que aquel grupo de desconocidos llegarán. Me apuntó con el arma.— ¿Les resulto tan difícil hacer eso? ¿O es que acaso son idiotas?
—¿Mephiles? ¿Qué haces aquí? —Articuló uno de los individuos.
—Simplemente salí a revisar el por qué no había nadie en el campamento. Luego recordé que dejé de encargado a un imbécil. —Señaló a un erizo verde de una chaqueta de cuero.— Así que decidí buscarlos por mi propia cuenta y ¿qué es lo que encuentro? A una bola de estúpidos corriendo tras una familia de 3 personas sin apenas poder alcanzarlos. ¡Sólo eran 3! ¡¿Qué acaso son tan imbéciles?! —Disparó al suelo, logrando que todos guardaran silencio.— ¡Y tú! —Me señaló. Mierda.— Has causado muchos problemas hoy... Y ahora tanto tú como tu familia tendrán que apegarse a las sanciones. —Me miro seriamente.— Llévenselos. —Dio la vuelta. ¿Llevarnos? ¿A dónde?.— En tanto a ti, Scourge. —Señaló a el erizo verde.— Hablaré muy seriamente contigo después de todo esto. —Se retiró.
Fui sostenida por algunos tipos, haciendo que permaneciera casi inmóvil. Uno de ellos aprovechó la situación para tocar mis pechos. Estaban armados, no podía hacer nada más que asquearme. Volteé y lo primero que pude ver fue como subían a mis padres inconscientes a una camioneta. En un abrir y cerrar de ojos, ya me encontraba en el mismo estado.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro