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Capitulo 1

Hola y bienvenidos a este One-shot que XD recibí de castigo por spoliar a mi queridas amigas de Kiriasu Team con la tercera temporada (mas específico el ultimo capitulo) Selector18 espero te guste la historia. (A los que no conoces del universo de Star Wars pondré imágenes al final)

Ocho años después de la caída de la Antigua República, el Imperio Galáctico aún mantiene el control de todos los rincones de la galaxia. Sin embargo, la resistencia no ha podido silenciarse. Unos cuantos lideres valientes, como Bail Organa, de Alderaan, aún se atreven a oponerse abiertamente al emperador Palpatine.

Después de tantos años de rebeldía, aquellos planteas que se encuentran en las orillas del Borde Exterior se han rendido. Tras la conquista de cada planeta, el poder del Emperador se fortalece aún más.

El último planeta en doblegarse ante el control del Emperador fue Jelucan, un desolado planeta montañoso, cuyos ciudadanos conservan la esperanza de un mejor futuro, a pesar de que la flota imperial ha comenzado a reunirse en las alturas...

Kazuto Kirigaya un chico pelinegro de ojos grises no mayor a 10 años de edad observaba maravillado las naves clase TIE imperiales así como las tipo Lambda arribando a su planeta natal Jelucan ya que en ese día se consolidaría el poderío imperial en ese mundo.

Por otro lado una pequeña niña de cabello castaño-anaranjado y ojos avellana observaba el cielo grisáceo, podía jurar que había escuchado una nave cerca y también quería, más que nada, ver una.

— ¡Asuna Yuuki, fíjate por donde caminas o te caerás!

—Pero mama, estoy segura de que escuche una nave

—Tu vida solo gira en torno a las naves y a volar — Su madre, Kyokuo, se rio suavemente y levanto a su hija para sentarla en amplio y peludo lomo del muunyak — Listo conserva tu energía para el gran desfile.

—Habitantes de Jelucan, el día de hoy representa un inicio y un final — dijo el oficial imperial mayor en la celebración, un hombre llamado Grand Moff Tarkin — Este día termina su aislamiento de la gran galaxia. En lugar de eso, Jelucan comienza, a partir de hoy, ¡un nuevo y glorioso futuro al asumir el lugar que tiene por derecho en el imperio!

Muchos aplausos y ovaciones llenaron el lugar mientras Asuna se unía a los demás. Pero su aguda mirada se detuvo en algunas personas que permanecían en silencio, en su mayoría eran ancianos que probablemente habían nacido antes de las Guerras Clones. Estaban de pie, serios y tranquilos, más como quinees asisten a un funeral o como quienes son testigos de una deshonra pública. Una mujer con cabellos plateados y piel muy blanca inclino la cabeza mientras una lágrima recorría su mejilla. Asuna se preguntó si acaso alguno de sus hijos o hijas habría muerto en la guerra, y todos aquellos soldados reunidos le habrían recordado su perdida y la habrían puesto triste en un día tan feliz.

Por su parte Kazuto caminaba sigilosamente detrás del escenario con el fin de llegar al hangar y observar la nave espacial clase Lambda. Lo particular fue ver una niña vestida con ropa algo gastada la cual la identificaba como habitante del valle. Al lado de las capas rojas y doradas de los otros chicos, su vestido café parecía una hoja de otoño a punto de caer, o al menos eso creía Kazuto

— ¿Qué haces aquí, escoria del valle? — dijo uno de los chicos con una sonrisa más repugnante que de costumbre

—Solo quiero ver la nave, al igual que ustedes — contesto Asuna mientras recibía un gesto obsceno — Regresa a tu chiquero a acarrear estiércol. Ahí es donde perteneces

Asuna no se movió. En lugar de eso cerro los puños

—Si fuera a acarrear estiércol, tendría que comenzar contigo

Kazuto soltó una carcajada. Fue entonces cuando algunos de los otros chicos se percataron de su presencia

—Oye Kazuto ¿Nos ayudas a sacar la basura?

—Sí, sacare la basura — Al terminar la frase se lanzó contra los chicos

Dos contra seis, aun no tenían grandes posibilidades, pero la chica era aguerrida. Kazuto sabía que el también k era, en gran medida gracias a su padre, ya que sabía cómo seguir peleando pese a los golpes recibidos. Sin embargo, los dos estaban siendo acorralados en una esquina, Kazuto tenía el labio sangrado y la situación no pintaba bien

— ¿Qué está pasando aquí?

Todos se quedaron quiero. A solo cinco metros de ahí se encontraba Grand Moff Tarkin, rodeado de oficiales imperiales y soldados de asalto con armaduras blancas. Al verlos, los 6 chicos escaparon por lo tanto Kazuto y Asuna se quedaron ahí de pie, solos.

— ¿Y bien? — dijo Tarkin, acercándose. Su rostro parecía haber sido tallado en un cuarzo, debido a sus duras y pálidas líneas de expresión

—Es mi culpa — Asuna dio un paso adelante — Los otros chicos querían golpearme, y el intento detenerlos

—Eso fue muy tonto de tu parte — le dijo Tarkin a Kazuto. Parecía estar divirtiéndose — ¿Engancharte en una pelea que habrías perdido? Nunca desafíes a las fuerzas superiores, muchacho. Eso no termina bien.

—Hoy si termino bien, gracias a usted — Tarkin rio

— ¿Entonces presentiste que una fuerza llegaría pronto? A eso le llamo un excelente pensamiento estratégico. Muy bien muchacho

Tarkin al ver la gran gama de habilidades de ambos muchachos los puso a prueba preguntándoles sobre su nave Lambda comprobando el gran potencial existente en ambos

—Ambos son brillantes ¿Cómo se llaman?

—Yo soy Kazuto Kirigaya

—Yo soy Asuna Yuuki, señor

— ¿No les gustaría algún día servir al Emperador y pilotar una nave como esta? Entonces podrían convertiste en el capitán Kirigaya y la capitana Yuuki ¿Qué piensan acerca de eso?

—Eso sería lo mejor de la galaxia... señor — Kazuto estaba lleno de orgullo

— ¿Lo ves, Piett? No debemos dudar en usar el látigo cuando sea necesario, pero existen momentos en que usar un anzuelo es aún más efectivo.

Kazuto no tenía ni idea de que había querido decir, y tampoco le importaba. Lo único que sabía era que no podía imaginar un destino más glorioso que el de convertirse en un oficial para la flota imperial. Y al ver la sonrisa en el rostro de Asuna, sabía que ella pensaba lo mismo

—Tendremos que estudiar mucho — susurro ella.

—Y practicar el pilotaje — Su respuesta hizo que sus ilusiones se desvanecieran —No tengo naves en las cuales practicar, y el único simulador que tenemos es viejo.

Kazuto se sintió mal por un momento, pero de pronto la inspiración llego.

—Entonces puedes venir a practicar conmigo — El rostro de Asuna se ilumino

— ¿En serio?

—Claro. Muchas de las maniobras solo podían ser llevadas a cabo con un copiloto. El necesitaría un compañero si quería aprender a pilotar lo mejor posible como para algún día pertenecer a la flota imperial además presintió desde ese momento que, a pesar de todas sus diferencias , él y Asuna Yuuki serían buenos amigos.

Los años pasaron y ambos cumplieron su deseo de pertenecer al imperio entrañando arduamente en la academia de Coruscant y aunque no fue todo color de rosa ya que, habían saboteado un ejercicio con cañón laser lo cual provoco que se distanciaran un buen tiempo lo cual pudieron resolver lo único que le preocupaba a Kazuto eran los sentimientos que empezaba a desarrollar por su amiga.

El día tan esperado por ellos llego, ambos se graduaron de la academia llenos de orgullo, su sueño se había cumplido. La mejor parte de la ceremonia según el punto de vista de Kazuto, fue el final, cuando encontró a Asuna entre la multitud. Una vez que él pudo quitarse el casco, ella arrojo sus brazos alrededor de él, abrazándolo; Kazuto apenas y podía sentirlo debido al recubrimiento en el pecho pero de cualquier manera sonrió

— ¿Adónde te asignaron? — Pregunto Kazuto

—A un destructor estelar: el Devastador

— ¡Wow! Es una de las naves de más alto nivel en la flota — Kazuto se sentía feliz por ella, mas no sorprendido. El nunca dudo que pudiera llegar tan lejos

— ¿Y tú? ¿Cuál es tu destino? — Los ojos de Asuna tenían un brillo de alegría y esperanza

—Fui asignado a la flota de defensa en una estación espacial

— ¿A cuál?

—Eso es lo más extraño de todo... no lo sé. Aparentemente esta estación es completamente nueva y aun es confidencial.

—Que emocionante. Y estoy segura de que el Devastador visitara esa nueva estación.

—Su eso parece — Kazuto no estaba muy seguro de que pasaría, pero pensó que tal vez le gustaría investigarlo — Mantente en contacto, ¿de acuerdo?

—Más te vale que me mandes mensajes y hologramas todo el tiempo — Asuna intento sonar como si estuviera bromeando, pero él pudo notar la ilusión de su voz — Y tal vez volvamos a vernos en casa.

—Definitivamente — Rápidamente se inclinó y le dio un beso en la mejilla. Los labios de Asuna se separaron ligeramente por la sorpresa y el placer. Kazuto pensó que debió de haberlo hecho hacía mucho tiempo. Quería decirle algo, pero las palabras no salía, así que se limitó a decir lo básico — Felicidades teniente Yuuki

—Felicidades teniente Kirigaya — Ella levanto una mano mientras daba la vuelta para irse, pero siguió mirándolo por encima del hombro mientras se incorporaba a la multitud.

Tres semanas después Kazuto se encontraba en formación junto a sus compañeros. Su traje de mecánico tenía algunas manchas de grasa, pero nada inapropiado para la mitad del turno. Sin embargo, se sentía un poco avergonzado al lado de otros oficiales con su uniforme o su armadura imperial.

Probablemente el comandante no lo notaria. El caminaba dándose aires de grandeza frente a todos, cuando anuncio.

—A partir del día de hoy, la Estrella de la Muerte se encuentra funcionando en su totalidad, y como mandato del Emperador, ¡debemos mostrarle su poder a la galaxia entera! — Unas cuantas ovaciones surgieron del grupo mientras Kazuto aplaudió un par de veces

Él se imaginó que llevarían la estación lo suficientemente cerca de la órbita planetaria para que el pueblo pudiera verla, tal vez Coruscant. Las puestas de la bahía se abrieron, aunque Kazuto sabía que los campos de fuerza mantenían la atmosfera en el interior y el frio hostil del espacio en el exterior; por un momento se estremeció cuando vio hacia fuera, hacia la vasta negrura que se expandía hasta el infinito.

—He aquí Alderaan — dijo el comandante — Como muchos de ustedes sabrán. Alderaan está representado en el Senado Imperial por un miembro de la familia Organa, la familia gobernante. Sin embargo, se ha descubierto que la senadora, su padre, y creemos que las esferas más altas del gobierno alderaaniano en su totalidad, han estado financiando y apoyando en secreto a la Alianza Rebelde

A Kazuto le tomo un momento dichas palabras; no estaba muy seguro de haber escuchado bien. ¿Cómo podría la familia real de Alderaan estar coludida con el terrorismo?

—Esta estación ha sido elegida para enviarle un mensaje a la galaxia entera. Debemos demostrar, ahora y para siempre, que la fuerza del Imperio es suprema. ¡Larga vida al mandato del Emperador! — gritaron todos los oficiales parados en posición de firmes, incluido Kazuto, quien casi no puso atención, su mente aún estaba tratando de asimilar lo que había escuchado

Un momento después, una intensa vibración en el núcleo de la estación se propago a través de la cubierta, de una manera diferente y mucho más poderosa que cualquiera que Kazuto hubiera sentido antes. Sus vellos se erizaron, aunque no sabía si se debía al miedo o a la ionización de la atmosfera

¿Qué está pasando? —se pregunto

En ese preciso instante, la Estrella de la Muerte disparo con dirección a Alderaan. Y justo ahí frente a sus ojos, un planeta entero exploto.

Aturdida y casi paralizada, Asuna estaba a bordo del Devastador mientras observaba los fragmentos del planeta esparcidos en ciertos de direcciones. Asuna pensó en los miles de millones de personas que acababan de morir frente sus ojos y sintió que estaba a punto de llorar, pero después vio al oficial que se encontraba en la estación de misiones auxiliares nativo de Alderaan con el rostro tan pálido que pensó que se iba a desmayar y si esto pasaba seria visto como una señal de protesta y sería enviado al calabozo por lo que le dio su apoyo.

¿Acaso hay una justificación para eso? Era evidente que la Alianza Rebelde era un grupo más grande y peligroso que lo que los comunicados oficiales reconocían.

Pese a lo que había sucedido y todas las vidas que se perdieron, una gran guerra galáctica significaría la perdida de muchas vidas más. Si tan solo el Imperio no hubiera estado obligado a una acción tan drástica. La Rebelión había iniciado eso. Incluso lo había provocado.

Asuna se sentía mejor en ese momento, al tener a alguien a quien culpar además de que ella sabía que cualquiera que fuera su siguiente misión seria en un par de semanas debido a que el mismo Darth Vader estaba a bordo.

Mientras tanto Kazuto miraba la pantalla de monitor de comunicaciones esperando a que se iluminara como una respuesta de Asuna pero solo la negrura le devolvería la mirada.

Él sabía que probablemente estaba en el Devastador y, seguramente, en servicio ¿Cómo era posible que alguien pudiera seguir adelante después de haber sido testigo de la masacre de un planeta entero? Pero Kazuto seguía en posición de firmes con los demás, un hecho que lo impresionaba más con cada minuto que pasaba.

La pantalla del comunicador se encendió y Kazuto se emocionó durante una fracción de segundo que le llevo darse cuenta de que el mensaje no era de Asuna. En lugar de eso, era el comandante de su compañía, ordenándole que se reportaran a servicio de inmediato ya que partirían a Dantooine.

Aunque el Devastador había dejado atrás la Estrella de la Muerte, a la tripulación del destructor estelar se le había indicado permanecer conectada a las fuentes de información de la estación. Las pantallas de visualización designadas se encontraban ligeramente a la izquierda de la estación de Asuna, así que con el rabillo del ojo podía ver la ardiente superficie de Yavin, un inmenso gigante de gas color rojo. Otras pantallas mostraban una de las lunas del planeta, Yavin 4, aparentemente la ubicación real de la base rebelde.

Así que enviaron a Kazuto a la base de Dantooine bajo información equivocada. No sirvió para nada Ella ansiaba platicar con él acerca de los terribles acontecimientos. Hablar con su compañera y amiga Yukki le ayudo a calmarse, pero aún seguía sin poder conciliar el sueño. En su mente venia una y otra vez la explosión de Alderaan. Y ahora estaba a punto de presenciar lo mismo por segunda vez lo que le provocaba tener los nervios de punta.

—Increíble — murmuro un comandante que se encontraba de pie de su estación de trabajo — ¿Los rebeldes enviaron a un puñado de cazas estelares para atacar a la Estrella de la Muerte? Ese pequeño levantamiento debe de estar en las últimas, si ese es todo el poder que pudieron reunir.

Un monitor mostro a los cazas estelares X-wing avanzando por una zanja y siendo perseguidos por dos cazas TIE. Asuna se preguntó por qué habían enviado a los TIE para contrarrestar un ataque que daba lastima. Pero, por otra parte, cualquier mínimo daño a la estación tendrías que ser reparado.

Un momento después, Asuna vio un X-wing y a un carguero viejo y destartalado que ibas de regreso a Yavin 4 a la máxima velocidad subluz por lo que ella lo reporto

—Señor, las naves rebeldes se están alejando de la Estrella de la Muerte

—Rástrelas — dijo su comandante — Debemos entregarle a Grand Moff Tarkin un reporte lo más pronto posible.

Asuna sabía que todos estaban esperando el momento en que Yavin 4 explotara. Ella sentía como una sensación de nausea aparecía en su interior. Intento prepararse para el repentino destello de luz, cuando, en lugar de eso, todas las pantallas conectadas a la Estrella de la Muerte se pusieron en negro.

— ¿Los circuitos fallaron? — dijo alguien, revisando esos monitores. El creyó que era un problema con los monitores. Asuna presentía algo más.

—La Estrella de la Muerte ha sido silenciada, señor — reporto — No hay información entrante.

El rostro del comandante adquirió una extraña expresión, confundida y enojada al mismo tiempo.

—Eso es imposible, teniente. Los rebeldes deben de haber creado alguna forma de interferencia, o tal vez esos cazas fueron enviados a derribar el área de comunicación de la estación.

Los cazas estelares X-wing no podían hacerle eso a una estación espacial del tamaño de la Estrella de la Muerte. ¿O sí?

Asuna había leído el reporte de su compañera y amiga desde la academia Yukki el cual había demostrado que el ataque rebelde con los pequeños cazas estelares si representaba una amenaza para la Estrella de la Muerte. Ella había encontrado un defecto donde nadie más había sospechado, algo que tenía que ver con un tubo de escape térmico, y había presentido la debilidad donde todos los demás habían visto invulnerabilidad.

Paso alrededor de una semana Kazuto había sobrevivido gracias a que lo habían enviado en un carguero con dirección al planeta Kerev Doi y ahora iba a ser transferido a la nave de tropas Watchtower y según su criterio Kerev Doi era el lugar perfecto donde podía desaparecer sin dejar rastro.

Kazuto se dio cuenta de lo que estaba pensando. No es que estuviera planeando abandonar la flota imperial, al menos no en ese momento. No hasta que supiera que había pasado con Asuna y sus otros compañeros, o tal vez nunca la abandonaría. Pero tal vez solo estaba... evaluando la idea. Acostumbrándose a esta. Si Asuna había muerto, ¿Qué más le quedaba ahí? Nada.

— ¿Señor? — le dijo a su comandante, quien se mostró irritado por la interrupción — ¿Qué destructor estelar es este?

— ¿Acaso importa, teniente Kirigaya?

—Para mí sí, señor — A su comandante no le agradaba ningún dejo de independencia

—Estas en el Devastador, pero si no te presentas un el Watchtower en una hora, considérate fuera de la flota.

Kazuto suspiro aliviado, lo más probable es que Asuna esté bien. Estuvo sana y salva en su nave durante todo el tiempo. Kazuto desembarco con solo un comunicador de muñeca que le indicaría donde encontrar el embarcadero de acoplamiento del Watchtower. Por lo que parecía, no tenía mucho tiempo, pero al menos el suficiente para detenerse en un panel de comunicación. Incluso si el sistema solo le informaba que Asuna estaba en servicio, al menos seria la prueba necesaria para saber que estaba viva. ¿Cómo se suponía que debía embarcarse en otra nave e irse muy lejos del Devastador sin siquiera saber algo de ella?

— ¡Kazuto!

Volteo y se encontró con Asuna a la mitad de camino de una abarrotada bahía, y parecía que la capa dura que se había formado alrededor de el en ese momento se rompía, desmoronándose en pedazos. Olvido todo aquello que pensó acerca de Kerev Doi: acerca de escapar. Era imposible pensar en otra cosa que no fuera en ella ahí, viva.

— ¡Asuna!

De pronto, todo lo que le importo fue apresurarse entre la multitud, empujando con los hombros tanto soldados imperiales como a oficiales superiores solo para acercarse a ella.

Asuna lanzo sus brazos alrededor del cuello de Kazuto, y el la abrazo con tanta fuerza que apenas la dejaba respirar, pero no le importaba, no en ese momento,

—Estas vivo — dijo, con voz entrecortada— Estas vivo. No sabía si tu nave había regresado a la Estrella de la Muerte...

—Y yo no sabía si el Devastador había logrado salir de ahí, y nadie sabe qué demonios está sucediendo...

—Es horrible

— ¿Acaso tu...?

Ambos dejaron de hablar, de interrumpirse uno al otro, y solo rieron llenos de alegría. Asuna miro a Kazuto y miro al hombre en el que se había convertido, aquel que apenas empezaba a conocer y, sin embargo, que formaba parte de ella tanto como sus huesos o su sangre.

—Debo reportarme en el Watchtower dentro de una hora ¿Estas libre?

Asuna estuvo a punto de gruñir. Ya se le había hecho tarde para reportarse, pero después, a un lado, vio a la teniente Rika Shinozaki haciendo señas claramente le decía: "Quédate, yo te cubro"

—Teno unos cuantos minutos

Ambos lograron abrirse paso de la concurrida bahía de acoplamiento y se dirigieron a uno de los pasillos de los costados que llevaba hacia una área recreativa, que obviamente estaba vacía.

— ¿Estas bien? — Kazuto le acomodo su cabello que tenía sobre la mejilla y tomo su rostro, Asuna sabía que no se refería a las heridas de batalla.

—Muchos compañeros están a salvo pero destrozados por lo de Alderaan. Sin embargo, están en servicio pero... Yukki murió en la Estrella de la Muerte.

—Lo siento — Kazuto acomodo la espalda de Asuna entre sus brazos y ella recargo la cabeza en su pecho.

Nunca antes se había tocado desea manera, y Kazuto estaba tan consiente de eso como ella. Sin embargo, abrazarlo y sentirse protegida por él se sentía tan natural. Tan bien.

—De verdad pensé que te había perdido — susurro — Todo lo demás puedo sobrellevarlo, porque tengo que hacerlo, pero cuando pensé que pudiste haber sido asesinado, supe que no podría soportarlo. Nunca

Asuna esperaba que el dijera algo como: "Claro que hubieras podido; eres muy fuerte" O, tal vez: "No te preocupes por mí". Pero en lugar de eso, la envolvió en sus brazos con más fuerza

—Toda esta semana me pregunte si estabas viva o muerta. El Imperio esta de cabeza, e iremos a la guerra, y nada de eso, en ese momento, me importo. Solo podía pensar en ti

Asuna se paró de puntitas para abrazarlo con más fuerza. Los dedos de Kazuto recorrieron sus mejillas, mientras acariciaba su frente con los labios, después levanto el rostro de Asuna hacia el suyo, pero ella fue quien hizo que sus labios se juntaran para darse ese primer beso.

Ay — pensó mientras sus labios se abrirán cada vez más — No tengo que decidir si es mi amigo o alguien a quien amo. Él es ambas cosas. Kazuto siempre ha sido ambas, desde el inicio.

No se trataba del principio de algo; ese era un hallazgo, un reconocimiento, de aquello que había entre ellos desde hacía mucho tiempo atrás.

Cuando se alejaron Kazuto respiro profundo.

—Eso fue... muy...

—Si — Después ambos se rieron, ahora con mucha más discreción, y el la beso frente de ella una vez más.

Asuna deslizo sus brazos por los hombros de Kazuto, para tomar sus manos. La sonrisa torcida de Kazuto hizo que se derritiera por dentro ¿Por qué eso no había pasado en un momento en el que realmente pudieran estar solos?

Pero unos cuanto minutos robados en una ruidosa bahía de acoplamiento eran lo único que tenían, y ella no pretendía desperdiciarlos

—Escúchame, por más que las cosas estén tan locas como están, estaremos juntos de nuevo. No sé cuándo ni dónde, pero sucederá — dijo Asuna

—Así será — respondió Kazuto alegrándose — Sin importar lo que pase, te encontrare

Era una manera extraña de decirlo. Una vez que salieran de esa confusión inicial, los registros imperiales les permitirían localizarse en cualquier momento. Pero a Asuna no le importaba, ella estaba extasiada, ansiando el próximo encuentro antes de que dijeran adiós.

— ¿Cómo puedo sentir que te extraño cuando todavía estas aquí?

—Porque yo también ya comencé a extrañarte. Pero no es para siempre. Ni siquiera por mucho tiempo.

Kazuto volvió a besarla, y después de tantos días de haberse aferrado a la perdida, al dolor y al horror, Asuna se rindió ante ese momento de felicidad pura.

Después lo encamino hacia su nave, lo beso una vez más en la rampa, mientras unos cuantos oficiales que se encontraban dentro chiflaban y, finalmente, corrió a toda velocidad hacia su estación de servicio.

Cuando llego a su consola, Rika se hizo a un lado con un gesto parecido al de un mesero que muestra la bandeja de los postres.

—Te debo una — Asuna respiro intentando recuperar el aliento.

—Me debes mucho más que una — respondió Rika

Asuna la miro de reojo, y las dos sonrieron ante la locura de todo lo que acababa de pasar. Era sorprendente como, en situaciones como esa, podías hacer un nuevo amigo en un par de días. Regreso a trabajar, pero en una de las pantallas de visualización sintonizo la señal de la bahía de acoplamiento para poder ver como el Watchtower se retiraba y después se dirigía hacia la infinidad del espacio, llevándose a Kazuto consigo pero ella estaba consiente que la Fuerza y su amor los volvería a unir pronto.

Espero te haya gustado Selector18
Aquí están las imágenes que les comenté

Estrella de la muerte

Destructor imperial

Grand Moff Tarkin

Muunyak

X-wing

Caza TIE

Carguero clase Lambda

Espero a los demás lectores les haya gustado la historia nos veremos en Assassin's Online

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