ㅤㅤㅤ── dos ──
Jimin se había sentado con las rodillas en alto y el rostro entre sus brazos contra la entrada del ala médica, en el suelo, aún demasiado consternado para moverse del sitio más cercano a Yoongi.
No tenía una idea exacta de cuánto tiempo había pasado, pero recordaba haber rechazado e ignorado los intentos de consuelo de Felix, Jungkook y otros sirvientes en más de una ocasión. Incluso las lágrimas se le habían secado en la piel y su trasero dolía de estar en esa posición sobre puro mármol frío.
Alzó la cabeza, sintiendo el cuello entumecido y su cuerpo tenso, y pudo ver que Felix estaba sentado frente a él, en el extremo contrario del pasillo. En la entrada que daba al exterior comprobó que estaba oscureciendo rápidamente y su estómago rugió para reafirmar la hora.
──Majestad, por fin ha despertado ──murmuró Felix mientras se le acercaba con un rostro preocupado, agachándose cuando llegó a su lado.
Jimin miró alrededor, dándose cuenta de la aparente limpieza del desastre anteriormente formado y la ausencia de sirvientes y guardias corriendo. Estaban solos.
──¿Me dormí?, ¿cuánto tiempo ha pasado? ──susurró. Después carraspeó para aclarar su garganta.
──Tenía miedo de despertarlo, perdón, quería que descansase. ──Se excusó el beta──. Son las nueve de la noche, majestad.
──¡¿Las nueve?!
Jimin se apresuró a frotarse los ojos y alzarse a duras penas, tambaleándose por el hormigueo que recorría sus piernas entumecidas.
──¿Hay noticias del rey? ──preguntó antes que nada, alarmado por haber dejado sus quehaceres a un lado.
Felix no se atrevió a emitir palabra, solamente negó.
Jimin se secó como pudo la humedad del rostro, avergonzado por haber llorado frente a él, y se encaminó a pasos cortos en dirección al salón del trono, agarrándose con su diestra en la pared.
──¿Los guardias han vuelto?, ¿hay bajas?, ¿el pueblo se ha enterado de lo sucedido aquí? ──farfulló nervioso, pensando en todos los problemas que tendría si no se ponía en ese mismo instante a poner orden en el reino.
Lo único que quería hacer en realidad era seguir llorando a su alfa moribundo, pero como rey consorte y segundo en Daegu debía colocarse una máscara y ocuparse de todo.
Pero los lloriqueos de su lobo eran demasiado altos y no podía evitar pensar en Yoongi, en la fecha clavada en su pecho, una que debía haber sido para él porque era a quien buscaban los rebeldes. Él debía haber sido el herido.
──Los guardias que mandó siguen en busca de culpables, no ha habido bajas por el momento aunque el ala médica sigue activa y el rumor se ha extendido más allá del castillo me temo ──explicó Felix mientras le seguía a una distancia prudencial.
El omega se llevó una mano al vientre mientras caminaba, sintiendo a su lobo quejarse y llamar a Yoongi en busca de consuelo. Si le era difícil luchar con sus propias emociones humanas, tener que lidiar con un lobo mimado y un embarazo lo hacía mucho peor. Lágrimas se le acumularon en los ojos.
──Bien, bien ──murmuró Jimin, tan aturdido por los últimos sucesos que le costó recordar el camino correcto──. ¿Has hablado con los consejeros o algún ministro?
Felix dudó.
──El consejero Jung salió de la enfermería en cuanto le sanaron la herida y junto a Jeon me pidieron que cuidara de usted mientras ellos se encargaban de todo.
Jimin entonces se detuvo en seco y se giró hacia él.
──¿Dónde están? ──masculló, aguantando las náuseas.
──Supongo que en la sala de juntas ──susurró el beta, sin comprender el enojo del rey.
Jimin apresuró el paso, sintiendo las piernas algo más fuertes para ello, pero aumentando su malestar conforme se acercaba a la sala.
Al llegar a las puertas dobles, tocó un par de veces con sus nudillos. No tenía por qué, era el rey, pero al tratarse de ellos dos no quería encontrarlos en un mal momento.
──¿Podrías redactar una carta a mi padre explicando lo sucedido y anunciando el heredero? Por favor ──pidió Jimin.
Felix asintió y se inclinó respetuosamente antes de marchar por donde habían venido. Al omega no le convenía tenerlo cerca en una charla privada con los consejeros.
Abrió las puertas dobles y vio a Hoseok y Jungkook junto a Haesoo en una extensa mesa con algunos mapas y apuntes en la misma, como si estuviesen trazando una estrategia. Los tres, sorprendidos de verlo, hicieron una reverencia al unísono.
──Majestad... ──comenzó Hoseok.
──¿Por qué no me avisaron?, ¿a caso sólo soy un sirviente para dejarme de lado en asuntos que debo manejar yo mismo? ──espetó, acabando con la poca paciencia que le quedaba y olvidando por completo el malestar──. Por si aún no se habían enterado, soy el segundo rey de Daegu.
Compartió miradas con cada uno de los consejeros, deteniéndose en Hoseok con una expresión dolida, decepcionado por su actitud. Sabía que lo habían hecho con buenas intenciones, al menos los dos más jóvenes, pero no había sido la mejor forma de ayudarle.
──Majestad, deje que nos encarguemos, no debe estresarse por el bien del heredero ──murmuró Haesoo.
──No te atrevas a insinuar que mi único trabajo es criar cachorros ──masculló Jimin al instante, matándolo con la mirada.
Se sintió atacado, notando sus mejillas enrojecer de la ira. Si no lo soportaba en condiciones normales, en ese instante quiso estrangularlo.
──Lo que intenta decir es que suficiente tiene con el embarazo y el estrés tras el ataque, debe descansar por su salud y la del bebé ──explicó Hoseok, nunca perdiendo la calma pero mirando de reojo al otro consejero.
Jimin intentó reflexionar, frotando sus sienes con dos dedos, y poder pensar con claridad. Sin embargo, seguía pensando que su deber no era dormir sino velar por el pueblo.
──¿Qué decisiones habéis tomado sin mí? ──murmuró a regañadientes, aún molesto.
Haesoo bufó, pero no agregó nada más. Jungkook, que había estado observando en silencio, fue el primero en tomar la iniciativa para ayudar a Jimin, atreviéndose a cruzar la línea invisible y acercarse a él. Fue entonces cuando el omega notó que no había percibido ningún aroma y que eso le había evitado sentirse intimidado entre alfas. Les agradeció el gesto internamente.
──Hemos enviado dos tropas más, unos al norte y otros al este, donde creemos que hay grupos de rebeldes escondidos. Estamos seguros de que Yo- el rey Min tiene idea de dónde se esconden pero no conseguimos averiguarlo.
Jimin asintió y tomó el mapa que le mostraba, lleno de garabatos aparentemente sin sentido. Yoongi era demasiado inteligente y estratégico, no habría dejado las pistas al alcance de cualquiera.
──Bien, mientras intentamos descifrarlo es una buena decisión ──suspiró, estresado──. ¿Han preguntado entre el personal o los custodios si vieron algo o alguien sospechoso? ──preguntó mirándoles respectivamente.
Jungkook negó y esa vez le tendió un informe, un documento en pergamino.
──Hemos redactado un anuncio para distribuir por el pueblo sobre la amenaza de rebeldes en el reino. Además pensamos que sería bueno establecer un toque de queda antes de medianoche ──explicó.
Jimin tomó el documento y lo leyó con cuidado, aunque su opinión no era buena y siguió siendo igual tras terminar.
──Es demasiado negativo, no queremos que el pueblo se alarme, necesitamos hacerles saber que queremos protegerlos, no que estamos en mitad de un caos ──replicó, tomando una pluma para poder hacer unas correcciones en el anuncio.
──Pero...
──Sin peros, no pienso mantener un régimen sombrío mientras esté al mando, necesitamos dar esperanza, no miedo.
Hechos los cambios, le devolvió el comunicado a Jungkook, quien no se atrevió a replicar nada más.
──No hemos podido cubrir nada más, la limpieza del castillo y atender a los afectados llevó tiempo ──murmuró Hoseok.
En ese momento el omega se sintió mal, porque en realidad habían hecho muchísimo en menos de un día e incluso él había resultado herido.
──Gracias ──murmuró entonces para los tres, pues a pesar de todo apreciaba las intenciones mientras él sólo había estado llorando y durmiendo──. ¿Cómo te encuentras? ──preguntó a Hoseok.
Este se palpó el costado de su cuerpo como si recién se percatase de las vendas bajo la tela.
──Sólo fue un rasguño, por suerte no me acertó ninguna flecha ──susurró.
Jimin pudo entrever en su forma de decirlo que sentía no haber evitado la herida de Yoongi, sabía que su amigo le preocupaba casi tanto como a él, pero no tenía ni ganas ni fuerzas para hablar de eso.
──Bueno, ha sido un buen comienzo, lo agradezco ──murmuró Jimin mientras agachaba la cabeza, perdiendo la mirada en el mapa──. Deberíamos convocar una reunión de todo el consejo estatal antes de hacer otro movimiento ──pensó en voz alta.
Los consejeros asintieron de acuerdo, pero nadie se atrevió a romper ese silencio incómodo causado por el triste aroma del omega.
──Hacedlo, me uniré a vosotros en el salón del trono en un momento ──ordenó antes de alzar la mirada con convicción y despedirse con un asentimiento.
Los alfas se miraron entre sí, pero nadie luchó por detener al rey. Jimin solamente quería buscar el apoyo de Yoongi, ¿cómo se suponía que dirigiría un país sin él a su lado?
Como no estaba despierto pensó que podría al menos buscar su aroma, algo que su lobo necesitaba como agua en mitad del desierto. De esa forma se dirigió rápidamente hacia el pasillo que conducía a su alcoba, pero a punto de alcanzarlo una figura conocida se interpuso en su camino.
──Majestad, le necesitan en el ala médica ──farfulló Felix, sin molestarse en realizar una reverencia por la urgencia del asunto──. Cuanto antes.
Jimin, alarmado por su aspecto preocupado, no dudó en asentir y seguirlo prácticamente corriendo de vuelta a donde había estado horas atrás.
Mientras caminaba, el terror se apoderó de su cuerpo. ¿Y si...?
No, Yoongi estaría bien.
Sin embargo, al llegar tras el mayordomo y ver un riego de sangre desde la puerta del quirófano hasta la entrada, todo su cuerpo se enfrió y su piel quedó pálida.
Echó un rápido vistazo, buscando la camilla de Yoongi para confirmar que aquella sangre no era suya, pero no lo veía por ninguna parte y eso sólo lo ponía más nervioso.
──Majestad. ──Una enfermera de mediana edad o más interrumpió sus pensamientos──. Necesito que me acompañe, es urgente.
Jimin no dudó dos segundos en seguirla, farfullando a Felix que avisase a Hoseok de quedarse al mando mientras él no llegaba.
La beta le condujo hasta el extremo opuesto de la sala, lejos del quirófano, a una pequeña sala donde todo parecía más limpio.
──Majestad, el rey ha perdido mucha sangre ──explicó, señalando el asiento que debía tomar──. Usted es el único donante posible para el rey Min, necesito su colaboración.
──¿Qué? ──exclamó alarmado.
La mujer le hizo un gesto de silencio, pero Jimin no entendía por qué era un asunto confidencial si más personas atendían a Yoongi.
──Estás embarazado de él y mi Yoongi es peculiar ──susurró la beta mientras cerraba la puerta con cerrojo y se dirigía a lavarse las manos. Jimin no le exigió formalidad al hablar, no era importante en ese momento──. Desde cachorrito le he atendido y el linaje Min es muy especial, pero ahora tú formas parte de él de alguna forma ──concluyó, señalando su vientre.
El omega como acto instinto se abrazó la barriga que aún no había crecido.
──¿Si le dono sangre se pondrá bien? ──preguntó entonces, porque era su única prioridad, ni siquiera necesitaba justificación.
Ella asintió conforme preparaba una mesilla con lo necesario, incluidas unas agujas que Jimin detestaba. Sabía que estando encinta no podía tomar muchos riesgos, pero pensó que si la enfermera se veía convencida sería por algo.
Ambos querían salvar a Yoongi, el omega dedujo que la beta le tenía especial cariño por haberlo visto crecer y él solamente quería compensar el no haber recibido la flecha en su lugar.
──Entonces haga lo necesario ──afirmó con un asentimiento.
Remangó su hanbok hasta dejar el brazo izquierdo al aire libre y se recostó en el sillón. Segundos después cerró los ojos y rezó a la Luna para que su familia estuviese bien.
🌸 NO OLVIDES DEJAR TU VOTO 🌸
ଓ ଘ ଙ
Cadena de oración y velitas para que Yoongi se ponga bien y no le pase nada al cachorro 🕯️🙏
Por favor no me peguen (aún) 😈 ¡les prometo que en algún punto habrá paz!
¿Qué tal?, ¿os va gustado la historia?, os leo 👁️ →
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro