Capitulo 9
Hace horas nuestra pareja había abandonado sus tranquilas vacaciones, ahora estaban de camino a la misma base de la B.S.A.A, Jill dormía sobre el hombro de Carlos, el moreno apoyaba su cabeza sobre la de su castaña, ambos estaban intentando descansar.
Chris observaba de lejos enternecido, sabía que Jill se había pasado los últimos años buscando pruebas para destruir a Umbrella, ahora que tenían una oportunidad no la dejarían ir, Redfield se sentía mal por no haberle contado nada a su hermana, Claire, pero también sabía que sí mantenía lejos de Raccoon City ella estaría bien.
[N/a. Aunque todos sabemos que se la está haciendo difícil Mr.X]
Llegaron a la base para luego subir a un avión que los llevaría a Francia. Chris les aviso que sería una viaje largo, luego de eso se fueron a unos asientos libres en los que se acomodaron.
- Creo que debí traer un suéter o algo así... -dijo la castaña haciendo fricción en sus brazos en busca de calor.
Carlos la tomó de la cintura y la hizo recostarse sobre sus piernas, y comenzó a acariciar sus brazos y sus piernas, hasta que se le ocurrió un pequeño tema de conversación.
- Sé que hacer para que no tengas frío, -ella lo vio con una sonrisa, sabiendo que diría- podemos ir al baño y... darnos calor.
Ella rió negando, siguieron conversando hasta que se quedaron dormidos. Horas después ya habían aterrizado, estaban llegando a la base en la que estarían por un tiempo.
- Chicos, ya que habemos muchos en la base tendrán que compartir habitación, -dijo Chris- aunque no creo que sea un problema para ustedes, por cierto, felicidades.
Carlos y Jill se sonrojaron, pero él ya era de confianza, entraron a la habitación y dejaron sus cosas.
- Habrá una reunión en una hora, -habló Redfield otra vez- mientras pueden acomodarse y prepararse, usen su uniforme por favor, los veré luego.
La habitación tenía una cama para dos personas, un armario, un baño, un escritorio con su respectiva silla y lámpara y una televisión que estaba en la pared contraería a la de la cama, Jill decidió tomar una ducha. Mientras Carlos acomodó la ropa de ambos, al terminar encendió el televisor para darse cuenta que todo estaba en francés.
Cuando Jill salió del baño se encontró a Carlos viendo la televisión con una mueca extraña.
- ¿Qué haces? -preguntó la castaña entre risas.
- Intentó adivinar como cambiar el idioma de esta cosa... -él empezó a oprimir botones en el control remoto- pero no hablo o entiendo qué dice...
Jill tomo el control y cambio el idioma en un abrir y cerrar de ojos.
- Est facile, seul déjamelo à mon, amour (es fácil, solo déjamelo a mi, amor) -respondió la castaña con un perfecto francés.
- Así que era cierto, sí hablas francés... -se puso de pie y se acercó a ella para darle un beso- oh la la...
Luego de eso, la castaña se puso su uniforme, era un traje gris oscuro con botas negras, Carlos se puso el suyo que era practicante igual.
Ambos salieron de la habitación para ir a la sala donde sería la reunión, cuando llegaron, Chris ya estaba ahí con unos hombres con uniforme militar.
- Ellos son de quienes les hable, -los hombres en la sala, que eran aproximadamente ocho, giraron para ver a Carlos y Jill- Oliveira, Valentine. Tomen asiento, estamos hablando sobre nuestro objetivo secundario.
En la pantalla apareció la imagen de un hombre de cabello rubio, piel morena y ojos verdes.
- El es Marcus Price, nuestra llave para entrar a casa de Oswell E. Spencer, -habló Redfield- sabemos que frecuenta el mismo bar en el mismo horario todos los viernes, ahora nuestro objetivo es interceptarlo, y convencerlo a apoyar nuestra causa. -el castaño le envío un guiño a Jill, cosa que molesto a Carlos- y así, lograr entrar a casa de Spencer, tomar la información necesaria y será nuestro.
- ¿Como planean "interceptar" -habló un señor mayor- a Price?
Chris rió y se puso detrás de Jill, Carlos frunció el ceño.
- Este es el plan... -dijo y presentó el plan.
•••
- No, no irás... -Carlos tenía a Jill acorralada contra el lavamanos de la habitación. No en una postura amenazadora, sino una protectora.
- Carlos, iré aunque no quieras, -dijo molesta- son órdenes y pienso cumplirlas.
Se soltó de el y lo sacó del baño para poder ducharse en paz. El moreno se quedó afuera apoyado a la puerta.
- ¡No quiero que ese idiota pueda tocarte! -escuchó el agua de la regadera caer- Jill...
La castaña fingió no escucharlo, y siguió con los suyo, cuando terminó salió de la ducha para ponerse la camiseta de su novio.
Carlos estaba recostado en la cama cubriéndose el rostro con el antebrazo, pensando cómo convencerla para que no lo hiciera.
- Carlos... -habló suave ella- sé que no quieres que algo me pase, pero tenemos que hacerlo... -se sentó sobre la entrepierna de su moreno- no me tocará, eso solo lo haces tú...
Ella estaba provocándolo, pero eso no lo distraería, la tomó de la cintura y los giro en la cama, quedando así encima de ella.
- No quiero que nada te pase... -la abrazo y ella acarició su espalda.
- No lo dejaré tocarme, luego de esto será fácil ir por Spencer. -besó su frente- Luego de esto nos iremos lejos, ¿recuerdas? Será un nuevo inicio para ambos.
El moreno suspiro resignado, ella ya estaba decidida, así que la protegería, sin importar nada más.
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