Capitulo 7
Ya habían pasado unos días, la herida de Carlos había sanado y Jill le quitó la molesta venda, ahora estaban en la cocina, ambos estaban preparando hamburguesas, ¿su relación? Solo crecía más y más.
Decidieron dormir juntos, Carlos se mudó a la habitación de Jill, aunque aún seguía duchándose y cambiándose en su habitación, tuvieron una segunda cita que fue mejor que la anterior, él la llevó a bailar, era un pequeño club de salsa, el moreno dio a conocer una de sus habilidades, bailando con su castaña durante toda la noche.
- ¿Quieres que comamos aquí o en el jardín? -preguntó el moreno mientras servía unas papas fritas en cada plato.
- Vamos afuera, -respondió ella dejando un beso en su mejilla- llevaré la comida, ¿podrías llevar las bebidas? -pregunto yendo hacia la puerta de cristal frente a la cocina.
- Ahora voy linda... -escuchó antes de salir, colocó la comida sobre una pequeña mesa y fue adentro nuevamente para ayudar a Carlos, lo encontró hablando por teléfono notando molestia en su rostro. El moreno terminó la llamada y acompañó a Jill afuera.
- ¿Quién era? -preguntó ella luego de unos minutos.
- Era Chris, dice que mañana vendrá por nosotros para irnos... -hizo una pausa mientras hablaba- nos vamos a Europa, Spencer tendrá una fiesta en la cual nos enviarán a los tres para obtener información de la casa, como entrar, salir, cámaras de seguridad y guardias.
Jill guardo silencio, lo que habían vivido esa semana había sido solo un pequeño descanso, era hora de volver a la realidad, no podían tener una vida tranquila y llena de amor.
- En toda esta semana, no pensé en ello... -ella se entristeció al saber que todo cambiaría- no quiero que acabe...
Carlos tomó su mano y la atrajo hacia él, sentándola sobre su regazo.
- Oye... -habló suave mientras acariciaba su rostro- esto no cambiará nada entre nosotros, seguiremos con lo nuestro, no pienso separarme de ti, -besó sus labios, encontrando un nostálgico sentimiento en el- hay que disfrutar el hoy, ¿Okay?
Ella asintió y terminaron de comer en esa posición, hablando sobre lo que pasaría después de que todo eso acabara.
- Me gustaría que nos fuéramos lejos, a alguna casa lejos de la ciudad, -respondió ella alejando ambos platos- tú y yo, nadie más, solo quiero poder tener una vida tranquila contigo, y... no sé, ¿tal vez... hijos?
El corazón de ambos empezó a latir desenfrenadamente, Carlos amaba la idea, luego de acabar con Umbrella podrían irse lejos, no más U.B.C.S., Ni S.T.A.R.S. o B.S.A.A.
- Me encantaría formar una vida a tu lado, Jill... -besó a su novia, girando y quedando sobre ella- todo a tu lado será lo mejor de mi vida.
Dejaron los platos dentro de casa y decidieron salir a caminar, atravesaban el bosque tomados de la mano, conversando o solo disfrutando de la tranquilidad que luego les haría falta. Llegaron a una pequeña laguna, el agua era clara y a la luz del sol se veía cálida, Jill tomo la iniciativa y comenzó a desvestirse.
- ¿No quieres venir? -preguntó ella entrando al agua- esta tibia.
- No tenemos toallas, Jill... -había volteado para no verla en ropa interior, a él no le incomodaba verla, es mas, lo habría disfrutado- ¿Como regresaremos?
La castaña quería provocarlo, se quitó el sujetador que llevaba puesto y se lo lanzó, él lo atrapó pero su mirada se había vuelto lujuriosa.
- Vamos, Carlos... -se quitó sus pantys y también la lanzó- no querrás dejarme aquí sola... -dijo captando la atención del moreno.
Carlos decidió no perder el tiempo, se quitó la ropa y los zapatos exceptuando los bóxers, entró al agua y nadaron un rato, luego de unos minutos, Jill lo tomo desprevenido y comenzó a besarlo. Carlos, dejándose llevar por lo que sentía, tomo a Jill de la cintura y la cargó, sus intimidades estaban rozándose, solo las separaba la ropa interior del moreno.
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- Te sobra ropa... -dijo la castaña empezando a besar el cuello de él- ¿no quieres quitártela?
El moreno sin separarse de ella comenzó a quitarse el bóxer, cuando lo lanzó a la orilla su pene rozaba contra el caliente centro de Jill, la castaña arqueó la espalda totalmente exitada. El comenzó a rozar cada vez más sus intimidades, haciéndolos gemir a ambos.
- Ca-Carlos... -la castaña gozaba los besos que el moreno repartía por su cuello- espera...
Él se detuvo al instante, ¿la había lastimado?
- ¿Te hice daño cariño? -preguntó preocupado.
La castaña le dio un beso suave.
- Vamos a casa... -el la cargó a la orilla, tomó su camiseta y la puso sobre un tronco para que ella pudiera cambiarse tranquila.
Cuando ya estaban en casa, ella comenzó a besarlo de la misma forma en la que lo besó en la Laguna.
- Ahora no me detendré... -dijo él entre besos, mientras subían las escaleras e iban a la habitación de Jill.
[N/a. Próximo capítulo: contenido +18]
{N/Ea. Al fin se viene lo que esperábamos... por cierto, Ea = EvilAutora}
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