La habitación estaba en total oscuridad, había un poco de frío pero casi no se sentía al lado de él, sus brazos estaban enroscados en su cintura, la mantuvo cerca toda la noche. Su cuerpo era mucho más grande en comparación, pero no se sentía incómoda, se sentía cómoda entre sus brazos.

Su respiración era lenta, profunda y estando en su cuello causaba un poco de cosquillas. Giró sobre su cuerpo encontrándose con su rostro relajado, su frondosa barba y su cabello despeinado, de poder tomar una fotografía lo habría hecho.

Él sintió cómo era observado, la apretó un poco más contra su cuerpo y comenzó a besar su cuello.

- Hmm... -ella soltó una risita, luego él habló- descansa linda, aún es temprano.

- ¿Y si quiero mi beso de buenos días? -pregunto ella bromeando y acariciando la mano que se encontraba sobre su cintura.

Abrió un ojo sonriendo, se puso sobre Jill y comenzó a besarla, sus labios podrían ser descritos como: Los más deliciosos del mundo.

- Buenos días... -habló cuando se separaron del beso.

- ¿Cómo te sientes? -pregunto Jill acariciando su pecho suavemente.

- Mejor, no creo que me pueda quitar la venda hoy mismo pero, estaré bien -se levanto y buscó ropa para cambiarse.

Jill se puso de pie y lo abrazo por la espalda, él giró sobre sus talones, la abrazo y cargó tomándola de la parte posterior de los muslos, se apoyó de la pared y volvió a besarla, podría hacer eso toda la vida.

- Hoy no entrenarás... -dijo Jill separándose, él rió- no bromeó Carlos, no quiero que la herida se infecte, al menos hoy, mañana lo haremos juntos.

El moreno aceptó resignado, no tendría opción y prefería pasar la tarde en es sofá viendo películas con Jill.

•••

Cómo decidieron pasar la tarde viendo películas, se encontraban en la cocina preparando palomitas, Carlos llevaba unas sodas a la mesita de café frente al sofá. Estaban buscando en el infinito menú del televisor, hasta que se toparon con un título... peculiar.

- Cincuenta sombras de Grey... -dijo Jill extrañada.

- Un gran empresario conoce a una chica universitaria, ella se enamora pero él no piensa en el amor, tendrán que abrirse a nuevas experiencias, sensaciones y problemas... -leyó la descripción Carlos- no veo razón de no verla.

Jill asintió y comenzaron a ver la película.

Estaba justo por terminar, la protagonista estaba abandonando al sádico hombre del cual estaba enamorada, después de que él le enseñó lo más cruel que podía ser, dañando no solamente su cuerpo, sino su corazón.

Carlos y Jill estaban recostados sobre el sofá, el moreno tenía a la castaña sobre su pecho, permanecía acariciando su cintura y ella acariciaba su pecho.

"Anna..." las puertas del ascensor se cerraban frente a él, los ojos de ella resplandecían en un color rojo lágrimas amenazaban con salir. "Christian..." la pantalla fue cubierta un doloroso final, una triste melodía sonaba de fondo.

- Fue un idiota... -dijo la castaña con un tono de voz triste, luego se aclaró la voz- debió ir tras ella, no dejarla ir...

- Pero ella necesitaba su espacio... -calmó a su chica, ella se apoyó para verlo a los ojos- digo, ¿no querrías tu espacio luego de sentirte tan abrumada por lo qué pasó...? es tan difícil para ella como para él.

- Sí... -dijo analizando la situación- las escenas sexuales, fueron demasiado gráficas, no creo que captaron la idea de lo que significa hacer el amor -dijo la castaña molesta.

- Es porque él no hace el amor Jill -dijo imitando al actor- Él coge... duro. -ambos estallaron en risas.

- ¿Qué dices, vemos la siguiente? -pregunto Jill abrazándolo y tomando el control remoto.

El moreno asintió y se adentraron a la siguiente película. Terminando esta, volvían a hablar sobre lo sucedido.

- ¿Qué mujer usaría un anillo así? -la castaña se sentó sobre el abdomen de su pareja- Es decir, en una película es lindo y "súper romántico" -Marcó entre comillas- pero en realidad, sería estorboso.

- A algunas chicas les gustan -dijo el moreno viendo embobado a Jill- ¿a ti no? -pregunto con fingido desinterés.

- Es que el anillo representa tú unión con esa persona que amas -ella cerró sus ojos y suspiro- no con su cuenta de banco -dijo abriendo los ojos y girando estos.

Volvieron a ver la siguiente película, fue entretenida, tuvo sus "respectivas" escenas. Pero llegó a su esperado final.

- Vaya... -dijo empezando Carlos esta vez- el sádico torturador sexual resultó ser un esposo amante de los niños.

- Eso es lindo... -respondió Jill- después de taaanto sufrimiento lograron tener una vida tranquila, una linda casa en el bosque y dos hijos, no acabo tan mal.

Carlos abrazo a su castaña, preguntándose. ¿Qué era lo que había entre ellos?

Se besaban...
Dormían juntos...
y, él ya le tenía un gran aprecio, que pronto se volvería amor.

- Jill, ehh yo... -ella lo veía con una dulce sonrisa- me preguntaba, tú y yo... bu-bueno, tú me gustas, eres hermosa y te -respiró profundo y se sentó con ella sobre sus piernas- me gustas mucho, y yo... ¿te gustaría... ¡digo! ¿Quieres ser mi novia?

Jill se llevo una mano a la boca para contener una risilla nerviosa, mientras Carlos siguió hablando.

- Se que es muy poco tiempo, pero quiero que sepas que me encantas y estoy dispuesto a hacer lo que sea por ti -sus ojos se cristalizaron- no linda, odiaría verte llorar, te prometo quererte y pronto amarte con mi vida...

La castaña lo interrumpió con un beso, dejando sus miedos aparte, dejando que sus sentimientos salieran a flote.

¿Qué? Al pasar por un Apocalipsis zombie se pasan varias etapas de una relación.

- Me encantaría ser tu novia -beso sus labios cortamente.

N/a: ¿a alguien le gusta las pelis de duro de matar?
Estoy escribiendo un Fanfic con Jack McClane.

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