Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 3





Las calles de la ciudad se veían tranquilas, nada en comparación con Raccoon City, en una pequeña tienda departamental se encontraban nuestros protagonistas, Jill buscaba ropa para entrenar y estar en casa, al igual que Carlos.

Jill se acercó a unas chicas que hablaban entre ellas animadamente.

- Hola... ¿quería saber si era tienda maneja emmm ropa interior? -preguntó algo incomoda al ver que Carlos estaba cerca.

Las chicas casi no le prestaban atención, solo contestaron distraídas.

- Cerca de los trajes de baño... -hablo una chica de pelo negro.

Jill murmuro molesta un inaudible "gracias" yendo hacia dicha zona.

Carlos la vigilaba de lejos, no quería que nada le pasara, llevaba algunas camisetas, pantalones, ropa de ejercicio y lo básico (bóxers y calcetines).

Se sentía incómodo bajo la mirada de unas chicas que lo seguían a donde fuera.

- ¿Llevas todo? -preguntó Jill asustándolo.

- Sí, me diste un gran susto, -pensó en el casi beso de la noche anterior- ¿tú necesitas algo más?

Jill negó con una sonrisa para luego dirigirse a pagar las cosas, las mismas chicas de antes los siguieron a la caja. La misma peli negro atendió a ambos.

- ¿Eres nuevo en la ciudad? -pregunto a Carlos mientras pasaba unas prendas de Jill.

- Sí, nos mudamos hace poco -respondió él- ¿verdad Jill?

Ella estaba algo molesta por la actitud de la cajera, pero respondió un "sí" poco amigable. La mencionada estaba pasando la ropa interior de Jill, y se le ocurrió hacer una ingeniosa actuación para callar a la cajera.

Se acercó a Carlos y le susurró al oído muy indiscretamente.

- Cariño, no encontré lencería, pero podremos divertirnos esta noche... -la cajera apresuró el paso. mientras Jill rogaba que Carlos le siguiera la corriente.

Sonrió sabiendo las intenciones de Valentine, estaba celosa, y eso... le encantaba. Puso una mano sobre su cintura y siguiendo el "papel" le sonrió travieso.

- Eso tenlo por seguro... -Jill no podía sentirse más complacida.

Salieron de ahí riendo por las caras sonrojadas de las chicas, pasaron a un supermercado y compraron varias cosas para su... donde vivían juntos.

Al llegar casa, cada uno fue a su habitación para cambiarse, mientras Jill bajaba, Carlos ya se encontraba en la cocina preparando el desayuno.
Preparaba Hot cakes, tocino, cortaba algunas frutas y preparo café.

La castaña se puso unos jeans, una blusa gris y un suéter blanco. Por otro lado, Carlos usaba unos pantalones negros, con una camiseta azul de manga corta y zapatillas negras.

Jill bajo para encontrarse con la isla de la cocina llena de platillos, lo que le abrió el apetito y dos platos para comer junto a vasos de jugo.

- Ya casi termino... -dijo el moreno mientras lavaba un par de platos- comienza si gustas.

Jill le dedicó una sonrisa y corrió una silla para sentarse, tomo unos Hot cakes para empezar.

- ¿Donde aprendiste a cocinar? -pregunto Jill comiendo un poco- están deliciosos...

Carlos sonrió nostálgico.

- Cuando era pequeño, mi madre iba a trabajar muy temprano, así que una noche le pedí que me enseñara a cocinar... -pero, dejó de sonreír cuando recordó lo más triste- y me enseñó todo lo que ella sabía, pero... cuando iba a entrar a la universidad, ella enfermó, y me ofrecí a cuidarla tiempo completo, ella estaba cada vez más debil. Las quimios, la acababan lentamente -cerró los ojos mientras respiraba- yo le cocinaba y... así aprendí.

Jill notó su tono de voz y se puso de pie para ir a su lado. Ella acarició su espalda, relajando así sus músculos que se encontraban tensos.

- Lo lamento, no tenía idea... -con un poco de valor, lo abrazo por la espalda, él tomó sus manos y las acarició- me encantaría que me enseñes, soy un asco en la cocina.

El río melodiosamente, ninguno quiso apartarse, se quedaron ahí por unos segundos más, hasta que el estómago de Jill la delató.

- Parece que tienes hambre, -Carlos giró sobre sus talones encontrándola sonrojada, se dirigieron a la mesa- ¿Qué te gustaría aprender primero?

- Hmm, tal vez algún tipo de espagueti, podríamos hacerlo para el almuerzo. -Carlos aceptó y comieron hablando sobre varios temas.

Ninguno de los dos había mencionado nada sobre la noche anterior, o sobre el comentario de hace unas horas, pero se sentían a gusto al lado del otro.

Más tarde fueron a la sala de armas, donde había todo un festín de armas, granadas y demás artillería, buscando dentro de algunas armas encontraron dos pistolas de apariencia Glock 19, pero estás no tenían balas, tenían bolas de pintura. Tomaron unos chalecos y lentes protección para ir a practicar.

Fueron al bosque que estaba a unos veinte metros detrás de la casa, mientras conversaban se le ocurrió una idea a Carlos.

- ¿te gustaría apostar algo, Superpoli? -preguntó.

Jill lo pensó unos segundos, ¿podría invitarlo a salir?

¿O pedirle que te haga un hijo?

- Hmm, que el perdedor invite al ganador a donde quiera ir. -Esperó que Carlos no lo tomara a mal.

- Muy bien, prepárate porque vas a perder, -sincronizaron sus relojes con tres minutos para alejarse un poco, posteriormente tendrían diez minutos para ganarle al otro- ¡suerte encanto! -gritó alejándose.



Y así comenzó el juego.

















🖤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro